La noticia corrió rápido. Uno de los peores crímenes en el mundo del Beyblade. Max, integrante de los P.P.B. All Star, había asesinado a sangre fría a Kai y a Tala, ambos integrantes de los Blitzkriegh boys. Mucho se dijo que era una venganza exagerada por haber perdido contra sus víctimas, que nada justificaba lo que había pasado. Claro, nadie sabía lo que en verdad había pasado entre estos chicos.
Como soy una chismosa (y hago muy bien mi trabajo) me di a la tarea de investigar entre los integrantes que quedaban. Ray no se negó a la entrevista, pero no supo qué decir; insistía en que entre todos se llevaban muy bien, incluso que Max y Kai no convivían mucho, pero que no por eso no se conocían. En cambio, Tyson, al escuchar el nombre de Max, nos cerró la puerta en la cara. Rick se negó a hablar, dijo que sabía lo mismo o menos de lo que yo sabía. Así que sin más información que esa, decidí ir al punto de partida de todo el asunto: Max.
Si bien al principio no quiso ni verme, al escuchar que sólo queríamos la verdad y que no lucraríamos con ella (todo en pro de la verdad) decidió contarnos todo. Y por fin entendí su situación. Todo comenzó en las finales del torneo por parejas, cuando él y Rick comenzaban a llevarse bien…
Avisaron que pelearían contra ellos. La verdad, aun estando en el mismo equipo, ellos nunca habían convivido tanto, y beybatallar sería una buena forma de unir más los lazos de amistad que, según él, ya había entre ellos.
Con este pretexto, el chico fue a ver a su compañero, pero no lo encontró; pensaba en regresar después, cuando escuchó cómo cerraban la puerta. Se volvió y vio a Kai entre él y la salida.
-Kai…
Max no pudo decir nada más. Ni siquiera sospechaba las verdaderas intenciones de su amigo hasta que lo obligó a acostarse en la cama. Tomó su quijada y lo besó. Max intentó zafarse, pero fue inútil. Una mano sostenía su rostro y la otra acariciaba su abdomen y bajaba para desabrochar su pantalón. Max volvió a resistirse, pero Kai era más fuerte y lo obligó a ceder. Sin darse cuenta, Kai ya estaba sobre él, jadeante y semi desnudo. Max, jadeante, excitado y húmedo por la excitación involuntaria, sólo miraba el techo por sobre el hombro de de Kai, que no paraba de acariciarlo.
Sólo pasaron 10 minutos para que Max saliera de la habitación, escuchando el “gracias” que Kai le dio sonriendo.
Cuando Rick entró a la habitación no vio a Max, hasta que el ruido del agua en la bañera lo hizo entrar, encontrando a Max, aun vestido, dentro de la bañera. Éste sólo lo miró, y al escuchar la típica frase vacía de “¿Te sientes bien?”, se digno a decir “si”, con una sonrisa del que guarda un secreto que le quema el alma. Le dijo que sólo estaba un poco nervioso, pero que no tardaría en vestirse y presentarse en el estadio. Para su desgracia, al tener a Kai frente a él, con esa sonrisa y esos ojos lascivos, se congeló. Ni siquiera lanzó bien el Blade, que casi sale del plato.
Perdió de manera ridícula.
Pero si creen que eso fue mala suerte, lo que sucedió en la siguiente ciudad, fue peor…