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Siquiera lo preguntes por Aome1565

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Notas del fanfic:

Para entender este, es obligación leer el anterior (:

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=29449&chapter=1

Pero no es largo :D

Aunque creo que se entiende bastante igual (:

Notas del capitulo:

 

Feliz cumlpeaaaaños Blair! :3

 

 

 

 

 

 

Siquiera lo preguntes

 

 

 

 

 

 

Josiah estaba dormido, completamente dormido, sumido en un sueño denso, pacífico, como hacía tanto no tenía uno. Pero de repente el llanto de un bebé lo despertó.

 

-Otra vez lo mismo -se dijo, y se levantó de la cama, para recién darse cuenta que esa no era su habitación, ni esa su casa, y realmente un bebé estaba llorando. Cemil estaba llorando, y él estaba en el apartamento de Ashley.

 

¿Desde hacía cuántos días tenía la misma sensación?

 

Todos los días el mismo déjà vu que le recordaba a las veces que se despertaba de noche para atender a un bebé que al final no tenía.

 

Dejándose de cavilaciones alzó al niño en brazos y, mientras lo oía dejar de llorar, se dirigía a la cocina para prepararle un biberón y que así siguiera durmiendo. Siquiera sabía qué hora era, y menos dónde estaba Ashley.

 

Cansado y con el sueño interrumpido, Josiah volvió a acostarse en la cama de la que se había levantado, con el niño semi-dormido en brazos. Sabía que él podía llegar a dormirse antes que el bebé, por lo que, para evitar que éste cayera de la cama, se acomodó atravesado, de lado a lado.

 

Ashley, que se había quedado dormido en el sofá de la sala, despertó, sin saberlo, un rato después de que Josiah se durmiera de nuevo, y debido a la incomodidad del sillón, decidió ir a acostarse a su cuarto... era su cama después de todo, ¿no?

 

Pero no contaba con enternecerse tanto al ver a Josiah y a su niño durmiendo juntos: el castaño, bocabajo, abrazado al bebé, dormía atravesando la cama de lado a lado, con la mitad de sus piernas colgando por un extremo, y por el otro uno de sus brazos, sosteniendo el biberón y estirado por detrás de su cabeza volteada viendo hacia la pared.

 

Desde que lo había conocido, ese chico desprendía ternura por todos lados y era eso lo que le encantaba de él, aunque no se lo hubiera dicho y siquiera él mismo lo hubiera pensado.

 

Se acercó a la cama procurando no despertar a ninguno de los dormilones y tomó al bebé en brazos, con cuidado, y lo dejó en su respectiva cuna, para luego acostarse él en el huequito que había quedado junto al castaño, y se dedicó a observarlo... se veía tan bonito, como un niño pequeño. Tenía los labios apenas entreabiertos, la piel del rostro pálida y apenas iluminada por la luz mortecina de la luna que llegaba desde afuera. Sin contenerse, estiró una mano y, mientras respiraba casi el mismo aire que él, se dedicó a acariciar sus facciones con delicadeza.

 

Josiah, sintiendo esa mano acariciarlo suavemente, abrió los ojos con lentitud, enfocando su vista en los ojos celestes que dulces lo miraban fijo.

 

-¿Qué hora es? -preguntó, con la voz ronca.

 

-Es muy tarde, o muy temprano... -respondió bajito el mayor.

 

Y sin poder evitarlo, clavó sus ojos en los verdes del menor, sintiéndose más que atrapado por esos ojitos dulces y adormilados aún.

 

-Me encantás... -susurró el rubio, acercando más su rostro al del menor, con sus narices rozándose. El castaño se derretía ente esa mirada y ninguna palabra podía salir de entre sus labios, así que sólo acortó las distancias entre ambos y acercó sus labios a los del mayor, apenas rozándolos, esperando a que él rodeara su cintura con sus brazos fuertes, profundizara el beso y con una mano sostuviera su cabeza con suavidad, con sus dedos colándose entre sus cabellos castaños.

 

Se dejó llevar por ese beso que se volvía cada vez más pasional y que luego abandonó su boca para seguir hasta su cuello, provocándole gemidos apenas audibles.

 

-Desde que casi vivís acá, conmigo, jamás estuvimos así, y... no sabés cuánto me gustaría que... ¿puedo... podemos...? -decía Ashley, indeciso, mirando fijo a los ojos del más bajo.

 

-Shh... ni lo menciones... -murmuró Josiah y volvió a besar al mayor con esa suavidad que no podía dejar de lado.

 

Y con besos lentos se fueron re-conquistando, con caricias atrevidas empezaron a re-conocerse, y sólo con las miradas se fueron re-enamorando... la ropa empezaba a caer despacio al suelo y sus cuerpos cada vez más desnudos temblaban del frío que hacía a esas horas de la madrugada, ¿pero qué importaba el frío si los besos y las caricias que se daban eran lo más fogoso que habían sentido nunca?

 

 

Alejándose de los dulces labios del menor, Ashley empezó un lento recorrido por la piel del mismo, besando su pecho que subía y bajaba con rapidez, rozando la nariz contra su vientre plano y deteniéndose en cosquillas sobre el ombligo. Oía a Josiah jadear, conteniendo gemidos, y le encantaba. Tanto que volvió hasta su boca, para ser recibido por un beso envolvente.

 

El castaño rodeó con ambos brazos la espalda del mayor, respondiendo con avidez al beso y sintiendo sus erecciones rozarse.

 

-Hacelo... -jadeó el de los ojos verdes, ya sin poder contenerse, mientras daba rienda suelta a su locura y se dejaba guiar por esas manos que lo encendieron de la forma en que estaba ahora...

 

En muy poco tiempo se había acostumbrado a amar a ese hombre que de la nada apreció en su vida... y no se arrepentía de haberlo dejado quedarse.

 

Lento y profundo, con gemidos y palabras amontonadas, buscaban llegar al clímax, sentirse completamente uno.

 

 

Y con un último jadeo terminaron aquello que no terminaba simplemente ahí.

 

Con un agotamiento que era sólo físico se miraron a los ojos, viendo en ellos tanto amor que inclusive no entraba ahí.

 

Temblando del frío que ahora sí sentían, se abrazaron y se cubrieron con las frazadas, sonriéndose de una forma casi cómplice y sin saber por qué. Mirándose a los ojos y estudiándose una vez tras otra sin cansancio, estaban a punto de quedarse dormidos cuando un leve gimoteo los sacó de esa burbuja en la que estaban.

 

Josiah se levantó de la cama, se colocó los interiores que habían caído al piso y se dirigió a levantar a Cemil en brazos y hacerlo dormirse nuevamente y al instante.

 

-¿Cómo hacés eso?.. Sos increíble... -admitió Ashley en un susurro, viendo al castaño acercarse a él luego de haber acostado de nuevo al bebé.

 

-No tengo idea... pero el niño me da tanta paz cuando lo levanto en brazos... -Volvió a meterse en la cama, abrazado al rubio, sintiendo el calor de su cuerpo envolverlo.

 

-Y vos me das tanta paz a mí... te amo -dijo bajito el mayor, acariciando los cabellos castaños de Josiah mientras que con la otra mano recorría su espalda-. ¿Vos? -preguntó. Los ojos verdes del más chico se clavaron en los suyos mientras el mismo se mordía el labio inferior.

 

-Siquiera lo preguntes... -murmuró antes de acercarse a besarlo.

 

 

 

 

Notas finales:

Es para morir de ternura, no? :3

Ashley es super tierno >w<

 

y me encantaría que me dejaran un review si les encantó como a mí escribirlo :D


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