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Sólo Tuyo... en la Eternidad por Kanashimi Amai

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Notas del fanfic:

Bien el primer fanfic que hago de Loveless!!

Wii espero les guste... Normalmente lleno todos mis fics de Lemon... pero esta vez cuide mucho esto y lo hice muy leve.

Espero no les moleste...

Notas del capitulo:

Disfrútenlo y lean mi otros fics, vale?

kissu

 

~ Ser sólo TUYO ~

 

Deslizó sus yemas en el borde de la puerta, mientras la cerraba con lentitud. Sus ojos amatista mostraban un sombrío... algo le pasaba. Le dolía tanto el pecho que sentía que iba a quebrarse. Dejó caer ambas manos a sus costados, mientras aún observaba perdido aquella entrada... en sus mejillas pudieron visualizarse el escurrir de unas lágrimas. Que salían ocultas por los negros cabellos... Apretó los dientes y cayó al suelo... tomando su peso como fuerza que le jalaba.

 

-Soubi -musitó dentro de aquella silenciosa y oscura habitación- Soubi... Por qué me haces esto

 

Se cuestionaba el neko mientras trataba, irremediablemente, de secar con sus mangas aquel llanto. No llorar, por más que le lastimara el llorar no solucionaba nada. Debía hablar con él... buscarle a como diera lugar y preguntarle qué rayos le pasaba. Sin embargo, el recuerdo de haber sido apartado de sus brazos, le hacía que se hundiera más en su agonía.

 

-Soubi -volvió a hablar mientras sacaba el celular que el susodicho le había regalado, lo abrió y observó detenidamente la pantalla

 

Una hermosa mariposa azul... igual que él... Era tan bella... su despliegue de alas era silencioso, sin embargo, su vuelo era agraciado. Aunque fuera fácil de atrapar, para el chiquillo le resultaba algo problemático. Entender su vuelo, su silencioso aleteo... era complicado...

 

"¿Qué piensas? ¿Qué ves? ¿Cómo ves el mundo?"

 

Volvió a cerrar el celular... unos segundos después nuevamente lo abrió y buscó un número... ¿Llamarle estaba bien? Pero... ¿Y si no contestaba?... ¿Y si lo hiciera, qué le diría?... Dios era tan difícil aquello... muy difícil para su corta edad. Volvió a cerrarlo tratando de olvidar esas absurdas cuestiones.

 

Finalmente se puso de pie y se dejó caer en la cama... su mano estaba tendida a un costado, sosteniendo aquel móvil. Casi como ser escuchado por el cielo... vio la luz roja parpadear... no lo pensó dos veces, se incorporó y contestó inmediatamente...

 

-Ritsuka... -esa voz tan suave le hizo erizarse... torpemente trató de contestar, pero fue interrumpido- ¿Llegaste bien?

-Sí -logró articular quedo

-Bien... Buenas noches -y sólo así cortó la llamada

 

Dejó un rato el comunicador en esa posición, escuchando el sólo el ‘pii pii...' del abandono. Agachó más el rostro sintiendo una gran tristeza. Dos lágrimas más cayeron en sus pantalones... tirando el celular a un costado, sobre aquel colchón tan solitario.

 

-Soubi -decía al quebrarse la voz, mientras se acostaba de lado... abrazándose a sí mismo- Soubi... dime qué pasa... por qué haces esto... dime la verdad

 

La noche había caído, sin ser vista ni percatada. El niño podía sentir el viento colarse de esa gran ventana... mientras se mecían las cortinas blancas. Sólo ella le acompañaba... la luna era su única testigo de aquel dolor...

 

~ `º´...`*´...`º´ ~

 

La mañana había llegado... se había quedado dormido en medio del llanto. Sus ojos estaban rojos y le ardían. Sin embargo, el dolor no se acercaba en nada a aquel que estaba en su pecho. Tomó sus cosas y salió de la casa. Pudiendo escuchar detrás de él a su madre gritarle de forma histérica. No le importaba, ahora sus pensamientos y penas estaban puestas en él, Agatsuma.

 

-Ritsuka-kun -gritó la pelirosada mientras corría tras él, lo tomó del brazo y lo juntó más para sí- Buenos días -habló sonriente

-Buenos -contestó sin ánimo, es verdad, siempre era así pero... ahora tenía algo más

 

La chica se separó levemente de aquel delgado cuerpo... Estaba sorprendida por el comportamiento del chico...

 

-¿Sucede algo? -cuestionó preocupada, percibía del ojivioleta un llanto interno

 

El pequeño dio un profundo suspiro... no quería hablar de eso, le era penoso...

 

-No, no es nada -contestó aún con ese tono tan leve

-¿De verdad? -volvió a preguntar, mientras veía como él asentía

-Yuiko-san -se escuchó desde atrás, era un grito demasiado fuerte y animado... venía corriendo a mil por hora

 

Sus cabellos largos y negros ondeaban a cada paso... Tenía una mano elevada, saludando con alegría.

 

-Buenos días Yuiko-san -habló ya con más calma y bajes al verla cerca, miró a un costado, allí estaba el chico por el cual deliraba su ‘amada'- Buenos... -pero su acción de ‘intento despreciarte' no fue exitosa, al ver como esos enormes ojos ajenos se mostraban inquietos y distantes, más de lo habitual- ¿Pasa algo?

 

La chica de coletas miró al niño viendo el interés que le ponía al otro. Parecía que apreciara, aunque en ocasiones tratara de demostrar lo contrario.

 

-No pasa nada -dijo mientras caminaba hacia el instituto...

 

"Soubi... ¿Sabes cuánto me duele el corazón?... ¿Cuántas lágrimas has dejado que salgan por ti?... No lo entiendo... de verdad, no entiendo. Explícame qué pasa. Por qué te alejas si dices que me amas... Por qué me haces llorar y sufrir si dices que deseas mi bien...

Soubi...Háblame... Abrázame... Déjame perder en tu calor y tus palabras, que aunque son mentiras, se sienten bien..."

 

Entró al salón, todo se veía distante, lejano... perdido en la soledad. Puso sus cosas en el asiento que le correspondía, mientras la niña le veía. Se encontraba preocupada al verlo así. La sensei entró... empezando así la clase.

 

"Qué te pasa... Dime por qué te ves distante y solo... Soubi, dime tus problemas, aunque no pueda ayudarte puedo escucharte... Háblame..."

 

La clase había terminado... ese día sólo había pasado en él. Sus pensamientos eran de él... Sus recuerdos eran de él. Salió del salón, con el cabeza bajo y hundido en agonía. La maestra se acercó a sus amigos, que se mostraban un poco más preocupados...

 

-¿Sucede algo con Aoyagi-kun?

-No lo sabemos -contestó el más bajo- No nos ha dicho nada...

-Sensei ¿Verdad que se ve muy triste?

-Así es... Normalmente es callado pero... ahora...

 

Salió del colegio, sin haber dicho palabra alguna. Trataba de ocultarse y así, talvez en el aislamiento, pudiera aclarar sus emociones. Corrió rumbo a un parque, aquel parque en donde fueron la primera vez... Se sentó en una banqueta, respaldándose con la mesa de esta.

 

Sus grandes ojos se postraron a contemplar el cielo... un cielo densamente azul y despejado... Las hojas de otoño habían empezado a caer... dejando aquel escenario dorado y cobrizo... Se erizó al sentir aquel viento frío sobre sus mejillas... pero un calor le envolvió. Miró sus hombros y una gabardina negra le envolvía... La apretó con sus pequeñas manos... llevándose consigo el olor al rostro.

 

-Un pequeño no debe estar aquí solo -musitó el adulto- Te puedes enfermar...

-No es algo que me importe mucho -expresó mientras cubría su rostro, percibiendo así el olor tan refinado de su luchador

-Pero a mí sí -las pequeñas orejas reaccionaron ante esas palabras- Vamos, tienes que volver a casa

-Un rato más... Sólo deja que esté así un poco más -murmuró, el rubio asintió, sentándose luego a su lado- Soubi...

-Dime

-¿Me dirás la verdad?... -lo miró de reojo, llevándose con los ojos aquellas vendas en el cuello, ocultaban aquella marca hecha por su hermano... una marca que sellaba al luchador como suyo- Beloved... -musitó mientras llevaba su vista hacia delante, el ojiazul le miró tratando de entender a qué se refería- Eres de él... Eres y serás siempre de él... ¿Verdad? -sus ojos entristecidos, aquellos que jamás desearía ver, estaban frente a él... mirándole con desilusión, desesperanza y pobreza de alegría en la vida-Pero... yo deseo que seas mío... Sólo mío... ¿Eso es malo?... ¿Es malo que desee ser tuyo y que tú seas mío?... Dime Soubi... Contesta

 

El luchador calló, estaba inmutado por las palabras del pequeño neko. Acomodó su mano sobre aquellas hebras negras y con suavidad acarició sus peludas orejas... se acercó y mordió con sus labios una... sintiendo el estremecimiento del menor.

 

"Por qué... por qué no hablas y dejas de confundirme... Sólo deseo saber la verdad, la verdad que albergan tus ojos..."

 

-Risuka...

 

"Deja de pronunciar mi nombre con esa voz... con esa voz que me dice que me ama y luego me aparta. Deja de perderme en tus palabras falsas... en tus irrealizables juramentos... Sólo dime qué piensas... qué sientes..."

 

-Ritsuka... Te amo...

 

"No pronuncies más... sólo bésame como siempre lo has hecho. Piérdeme en tus labios y déjame existir en tu cuerpo"

 

La calidez de aquel cuerpo le reconfortaba, pero a la vez movía su mundo, su ser. Todo cuanto creía conocer era ahora confuso, dudoso. Sin embargo, se sentía protegido, amado... Sintió el descender de esos labios hacia sus mejillas... un bajar suave y delicado... Sus ojos se cerraron al tacto... esperando el tan ansiado beso... Pero volvieron a abrirse cuando sintió un leve roce cerca de los labios...

 

-No puedo... Lo siento -dijo mientras le miraba destruido- Pero no deseo hacerte daño Ritsuka...

-No me amas... -susurró con agonía, su vida se había desplomado con sólo unas palabras

 

El niño se puso de pie, tratando de huir del rubio. Correr, escapar, perderse... Sólo eso deseaba ahora. Sintió el jalón de aquella mano sobre la suya. Le detenía... no deseaba que se marchara...

 

-Te amo... Te amo más que a nada... No sé cómo hacerte entender eso... Soy mayor y aún así a mí me resulta difícil demostrarte este amor... No sólo eres mi sacrificio, no sólo eres mi obligación. Eres más que todo eso... Eres más importante que hasta mi propia vida... Sólo vivo por ti... Sólo existo para ti...

 

El olor era agradable, el calor era agradable... las palabras, la voz, el cubrir de esos brazos... Todo era seductor, atrayente ¿Cómo hacía para dejarlo así? ¿Cómo tratar de no desear aquel cuerpo si cada que le veía lo ansiaba más?

 

-Ven -lo jaló de la mano y lo llevó consigo

 

El menor le observaba, extrañado por el cambio de actitud...

 

-Soubi -decía con reclamo- Soubi... ¿Dónde me llevas?

 

Pero el otro no escuchaba, o al menos eso parecía, ya que no le contestaba. El tirón era fuerte y decisivo... como Agatsuma.

 

-Llegamos -habló mientras veían desde abajo la residencia...

 

¿Su casa? ¿Qué hacían allí?

 

-Vamos -dijo sin mirarle

 

El menor obedeció... subió con él y al abrir la puerta vio con sorpresa aquellas manchas de pintura...

 

-Pasa

 

Ambos entraron, mientras el ojiazul cerraba por detrás la puerta. Las manchas estaban por todas partes. Eran demasiadas como para contarlas... el piso, paredes, muebles... Todo estaba cubierto por esos semblantes. Los colores eran cálidos, algunos fríos... y... apoyado en aquellas paredes... se encontraban unos cuadros cubiertos con mantas blancas.

 

-¿Puedo verlos? -preguntó el pelinegro mientras los señalaba

 

Soubi asintió... Ritsuka se acercó con cautela... tratando de no tropezarse con los depósitos de pintura. Levantó el mantel blanco y se sorprendió ante el cuadro... era hermoso, poblado de destellos azules y blancos... mostrando frialdad... pero... su asombro era más al verse a sí mismo en aquella pintura... Sonriendo como poco lo hacía.

 

Abrió con desespero el siguiente... el mismo caso... Era él con colores cálidos. Así continuó abriendo otros... Todos, todos eran del chico... Ninguno mostraba otra cosa que no sea el pequeño ojivioleta en diferentes poses.

 

-Soubi... -habló con tono preocupado- ¿Qué es esto?

-Un retrato -contestó

-Eso ya lo sé... pero... ¿Qué hago yo en ellos? Explícalo -dijo al mirarle, mientras aún sostenía el manto de la última pintura

-Ritsuka... No temas... Te amo... -lo rodeó nuevamente, quedando a su altura

 

"Soubi... por qué dices haces cosas tan difíciles de entender. Por qué haces cosas que sabes me harán dichoso... pero luego sé que me lastimarán"

 

-Soubi... Dime qué pasa... -musitó perdido, mientras abrazaba aquel cuerpo

-Te amo... No puedo dejar de pensar en ti... Eres lo más bello que tengo... Eres lo más valioso... Y por eso... No deseo hacerte daño... Te deseo Ritsuka... Por eso te he estado alejando... No quería lastimarte... No a ti... Peor no lo soporto... sólo pienso en ti... sólo muero por tu ausencia... Sólo deseo estar contigo...

 

El niño apartó con delicadeza al luchador... lo miró y contempló aquellos delgados ojos azules, que se empezaban a arquear de sufrimiento. Cerró los ojos y acercó sus labios a los de él. Fue una suavidad... casi un roce... que empezó a volverse pasional. El mayor lo unió más a sí...  Colando su lengua en aquella pequeña cavidad... Aoyagi elevó las manos, llevándolas al cuello de su amante. La saciedad y profundidad eran causa y efecto.

 

Poco a poco fueron cayendo al suelo... sintiendo la necesidad de acariciarse. El adulto tomó la camisa del niño y lentamente comenzó a sacarla de los pantalones... desajustándolos en el acto. Metió su mano... tocando su fina piel. El pelinegro irguió el cuerpo al acto...

 

-No haré nada que tu no desees, Ritsuka -dijo al mirarle a los ojos...

 

Sus cabellos rubios caían a los costados de ambos rostros... haciendo un escondite para el ruborizado niño.

 

-Te amo

 

Musitó como contestación, a la par que se acercaba más a ese rostro... Volviendo así a besar aquellos deseosos labios. Soubi le desabotonó la camisa... contemplando aquel joven cuerpo. Pasó sus yemas en esa piel virgen y colocó sus labios en ella... Acentuando pequeños y delicados besos...

 

"Qué pasa... Por qué me siento así... Lo deseo... deseo sólo estar con él... Pase lo que pase sólo quiero permanecer con él... Ser suyo y que él sea mío..."

 

-¿Estás listo para esto?

 

Musitó... a lo que el pequeño asintió sonrojado... Sintió aquel cuerpo elevarlo y luego dejarlo caer en la cama... Poco a poco le fue bajando los pantalones, hasta quitárselos junto con los interiores. Le hizo un lado la camisa y tomó aquel sexo joven. Juntó sus labios y con ellos lo rozó... haciendo que el pequeño se irguiera...

 

-S-Soubi -expresó mientras su cuerpo se iba hacia atrás como efecto, tomó la cabeza del rubio entre sus manos y la llevó junto con su cuerpo

-Ritsuka... si no deseas

-No... continúa... Por favor

 

Contestaba mientras cerraba esos ojos amatista... perdido en emociones... así se sentía. El ojiazul empezó a embelesarlo, usando aquella lengua que estaba tan bien entrenada. La delicadeza y fuerza eran una combinación... que hacían que el menor se perdiese en sensaciones placenteras que nunca creyó llegar a conocer.

 

Su aparato quedó erecto mientras expulsaba aquel líquido blanco, tan puro y cristalino, en la boca de su luchador. Soubi lo sentó nuevamente, lamió aquellos residuos que habían escapado en el acto.

 

Podía verse en su rostro un esbozo de sonrisa pícara... desajustó lentamente su pantalón y se lo bajó junto con su ropa interior. Se quitó la camisa y tomó la mano del pequeño, haciendo que le tocara la mejilla. Era tan suave y delicada... como el dueño. Besó las finalidades de sus dedos... y lo miró con fijeza... Luego llevó su propia mano a su boca y lamió sus dedos con lascividad.

 

El corazón del pelinegro latía tan rápido, mientras su respiración empezaba a agitarse. Sus ojos violetas eran rodeados por un rubor que cada vez se coloraba más. Bajó la mirada, acompañado de ese par de orejas, intentando inútilmente de esconder su timidez. El adulto lo tomó por la barbilla, elevándole el rostro... depositó un beso, tan intenso que hizo que cayeran uno sobre el otro en el colchón.

 

Sus cuerpos se unieron en uno solo. Ritsuka sentía las penetraciones que el otro le hacía. Eran intensas... profundas... pero a la vez... tenía un placer que no era lujurioso sino... armonioso. Era una muestra de amor... nada más... ambos se amaban y deseaban estar juntos siempre... ser uno como ahora... solos en la eternidad.

 

"Seguir a tu lado... Saber lo que piensas... poder permanecer en la eternidad atado a ti. No puedo evitar desearlo, Soubi. No puedo evitar desearte cada día más... Pensar que nada nos separará... que estaremos juntos en la eternidad... Soubi"

 

-¡S-Soubiii!

 

Logró articular ante el arqueamiento del cuerpo, mientras el otro hacía la última embestida... Sus orejas y su cola se paralizaron e irguieron... Agatsuma sacó su sexo con lentitud... y luego, lentamente cayó encima de aquel débil cuerpo... cubriéndolo nuevamente de caricias y besos...

 

-Te amo

 

Le dijo, mientras se cubrían con aquellas sábanas blancas...

 

-Te amo, Soubi...

 

Habló mientras se hundía a aquel cuerpo que le protegía, que le cuidaba, que le amaba. Permanecer así era tan bello, tan ideal... solos los dos... en esta finita vida, en la eterna muerte.  

                                                                               

Notas finales:

Espero con ansias sus reviews!

Kissu

Bye bye

www.metroflog.com/seme-uke

kuroneko@live.com.mx

 


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