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No lo pude evitar por mihll

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Notas del fanfic:

Los personajes de éste fic no nos pertenecen y sólo los usamos a modo de diversión

Notas del capitulo:

Hola

Me digno a reaparecer para presentar un fic hecho en conjunto con Evan Lylu 

Esperamos que sea de su agrado.

 

 Parte I

por

Evan Lylu

 

 

    Era un viernes y Kaede parecía fastidiado. Caminó por las calles rumbo al metro. Ese día le tocaba quedarse con su madre, pero no sabía por qué, y no quería hablar con ella

 

Aun así, era una orden de sus padres, un acuerdo que ellos habían tomado por él, aun era menor de edad y tenía que obedecer

 

- que los manda a divorciarse... si soy yo el que tiene que soportarlos - se dijo en la mente pateando una lata

 

Las horas transcurrieron, tomó el metro que lo llevaría a casa de su madre

 

Cuando al fin se encontraba a unos metros de llegar, vio que alguien con gabardina  salía de la casa, era un hombre, y su madre lo besaba con mucho amor. El tipo traía una gorra negra por lo que no podría identificarlo

 

Tomó rumbo contrario al de él, al verlo retirarse, rió hasta su casa y su madre le recibió asombrada,-unos minutos mas y los encontraba juntos - pensó ella nerviosa.

 

- Hola hijo, ¿cómo te fue en clases...?

 

-¿Quién era ese hombre? - preguntó serio, pero su madre no contestó, sólo se dio la vuelta para entrar a casa, él tras ella cerró la puerta con enojo

 

Su madre lo regresó a ver

 

- preparé la cena ve a lavarte-

 

- no me dirás...

 

- Es un amigo Kaede, es todo, estamos... ve a lavarte- le dijo molesta, su hijo no tenía por qué tratarla de esa manera, sólo era su hijo, además, tarde o temprano se lo diría, ese día estaba feliz, porque se había enterado de un muy grata noticia y Kaede no le arruinaría la felicidad, amaba a su hijo, si pero también había días en que era insoportable.

 

Los días pasaban y su madre se comportaba de una forma muy extraña.

Un día al regresar a casa de su padre, por que él tenía su custodia, se enteró de que iba de salida, molesto, ignoró lo feliz  que él estaba, era muy diferente que hasta podrían decir que era adoptado

 

su padre era todo lo contrario a lo que era su madre; Midori era una mujer muy seria y centrada, que siempre obtenía lo que quería, tenía sus ideas muy estables, que cuando dijo me voy a divorciar de tu padre, era porque  tenía los documentos listos. Y su padre... su padre era más juvenil, infantil y en ocasiones odiosamente alegre, era un hombre que vivía el día al día, en ocasiones sin darse cuenta que esa manera de vida le provocaba muchos errores en su vida, como que su madre lo encontrara en una ocasión besándose con una mujer, sólo por accidente. Después de pedir disculpa tras disculpa, ahora las cosas entre ellos era como dos personas que jamás se conocieron, de eso hacía unos años, y Kaede estaba acostumbrándose a esa rutinaria vida, pero de un tiempo a la fecha sus padre parecían que tenían decidido rehacer sus vidas, y eso a él lo ponía mal, eso quería decir que su familia al fin se rompería

y él como siempre quedaría en medio

 

ese día no le tomó importancia a su padre, se había arreglado, y vestido de tal forma que si fuera a una cita con la realeza, no era para mas, su padre era un hombre apuesto, así que se fue a dormir sin molestarse a preguntar como la primera vez ¿con quién vas?¿adónde vas?¿regresarás tarde?...no, él no tenía por qué preguntarle a su padre nada de eso, total, su madre también estaba rehaciendo su vida y ella no  los había incluido en ello.

 

se tiró a su cama y abrazó sus almohada con melancolía, se sentía solo, 10 años de esa vida, y ahora no recordaba cuando había recibido el cariño que una madre o un padre le da a sus hijos. Se sentía relegado. sin saber por qué, sus ojos le traicionaron. Escondió el rostro en la almohada y se cubrió con las sábanas de pie a cabeza.

 

a la mañana siguiente, cuando despertó su padre aún no estaba en casa, eso sí era raro , así que comenzó a buscarlo por todo el apartamento, hasta que la puerta de la entrada se escuchó abrir. Salió a verificar ahí estaba su padre, con el cabello húmedo y entrando sin hacer ruido.

 

Son las 12...- dijo Kaede como un niño cando necesita atención y la reclama. Como un niño que al despertar no encuentra a su madre y se pone triste... su padre sonrió como estúpido.

 

- Lo siento Kaede, se me fue el tiempo... fui a una cena y se...

 

- A una cena... ¿con quién? - entonces quiso saber si al menos su padre no lo relevaba como su madre.

 

- Ah... - él no podía mentirle a su hijo, bueno, no todo podía decírselo, pero debía saber algo - Estoy saliendo con alguien Kaede... y... me he quedado con ella, y se me ha ido el tiempo... lo siento...

 

- con alguien...

 

- Sip, creo que es tiempo de hacer una vida nueva ¿no crees...?

 

- la amas más que a mamá... increíble...

 

- La amo... la amo Kaede, y si el tiempo y mi suerte es grande, tal vez hablemos luego sobre ello - diciendo eso se fue a su habitación.

 

Kaede sólo corrió a su cuarto, se colocó su deportiva, unos pans y tenis, tomó su balón y salió de ahí disparado como exorcizado. Estuvo jugando un rato en una cancha muy cerca al edificio donde vivía su padre

 

Cuando al fin se tranquilizó un poco, regresó al apartamento, y entró sin hacer ruido, iba a encerrarse a su habitación cuando escuchó a su padre al teléfono

 

- Creo que es mejor que se lo digas... no... él se terminará por enterar...

 

se acercó a la habitación de su padre y escuchó atento

 

- Te amo... y te lo dije anoche... quiero casarme contigo...

 

Kaede se pegó a la pared, su padre se casaría, y él... él que haría entonces... sin decir nada se fue a su habitación, tomó algo de ropa y se fue de ahí sin decirle a su padre

 

Taro, el padre de Kaede, escuchó la puerta cerrarse con fuerza, percatándose que Kaede había escuchado todo.

 

- amor... creo que Kaede lo sabe...

 

Kaede tomó el metro que lo llevaría a casa de su madre, al menos ella era honesta.

 

Cuando llegó ahí, su madre le esperaba en la entrada de su casa, al verla corrió a sus brazos... y lloró como un pequeño.

 

- papá se casará de nuevo... se casará y me dejará solo...

 

- Kaede no digas eso... acaso no estás feliz por él... no crees que ambos necesitamos una nueva oportunidad

 

Esa noche durmió ahí. Al día siguiente no fue a clases... su madre llamó a su padre, éste y  se relajó al saberlo con ella.

 

a la mañana siguiente Kaede bajó a desayunar, y su madre estaba recargada en el lava trastes

 

- ¿Te sucede algo mamá?

 

- sólo fue un mareo... ... ven siéntate...debo decirte algo Kaede.

 

Estaba siendo tierna, eso era para él una mala señal

 

-dime algo Kaede... ¿qué dirías tu, de que yo... volviera a enamorarme...?

 

él se levantó de la silla más rápido de como se sentó - que dices, ya sé yo que sales con alguien, pero no que estás enamorada, mi padre y tú son iguales... no piensan en mi, dime, cuando te cases con esa persona, ¿qué harás conmigo?...me mandaran lejos, ¿con quién?...¿con papá?, como si él también se casara y me dejara, ¿donde iré yo?

 

- No digas estupideces...

 

- Estupideces, son ustedes, no piensan en mi

 

. Kaede...

 

-No quiero escucharte, no quiero saber nada...

 

- KAEDE, AGUARDA AHÍ, AÚN NO TERMINO- dijo molesta deteniéndolo.

 

Kaede se detuvo regresándola a ver con los ojos llorosos, a ella se le encogió el corazón, su hijo tenía su carácter, y verlo llorar  quería decir que en verdad estaba deprimido con toda esa situación. Se acercó a su lado y bruscamente lo abrazó.

 

- lo siento Kaede mi amor, yo... te juro que jamás te dejaría de lado, ni yo ni tu padre, es algo que jamás hubiéramos planeado ni yo ni él

 

 

- me dejarás cuando te cases - sollozó en su pecho

 

- No... jamás... - lo apartó de su lado y entonces, sonriendo tomó sus manos-... Kaede, lo que yo quería decirte es que... jh... - colocó las manos de su hijo en su vientre - estoy... estoy embarazada, Kaede.

 

él se soltó aturdido... -¿Qué?-unos celos enorme crecieron en su corazón...y no dijo más, las palabras se fueron de sus labios

 

-Kaede, di algo... -

 

Kaede no dijo nada

 

Pasó unos días más en casa de su madre, pero eran como dos extraños, ella estaba triste, Kaede la ignoraba. Días después, simplemente no llegó a casa, y ella entonces se preocupó, llamó a Taro y justo cuando   él atendía la llamada lo vio llegar.

 

 

- No te preocupes, él está aquí... te llamo luego.

 

 

colgó el teléfono y entonces encaró a su hijo molesto

 

- ¿Qué crees que haces?, has preocupado a tu madre

 

-Lo siento, iba a llamarla luego, no creí que le preocupara - dijo de forma fría y se retiró a su habitación, pero al llegar ahí, se asombró de lo que vio; había un pelirrojo alto y de piel bronceada, con una toalla envuelta a la cintura

 

- Kaede aún no terminamos de... - se detuvo, su hijo había tirado la mochila al suelo y estaba petrificado frente a su amigo...- Kaede... lo siento Hana, es mi hijo.

 

- Tu hijo, ja ja ja ... no que no estaría aquí...

 

:

- No estaría, hubo un problema, si me disculpa tengo que hablar con él... - dijo jalando a Kaede del brazo llevándolo a la sala

 

- ¡¡¡Eres Gay!!! - fue lo primero que soltó su hijo entre asustado y embelesado.

-no

-. Um-

 

Kaede no entendía y despertando del shock vivido - Entonces, ¿¡qué hace ése hombre en mi cuarto!?

 

-¡creí que te quedarías con tu madre!

 

- ¡eso qué tiene que ver!... ¿¡qué hace en mi cuarto!?

 

su padre suspiró tranquilizándose - es un amigo, sé que te he hablado de él. Trabajamos en la misma compañía

 

- ¡qué!

 

- más no me pones atención a lo que te digo... él se quedará aquí unos días porque están remodelado su apartamento. Pero eso no importa ahora, ¿por qué demonios no le avisaste a tu madre que vendrías?, está preocupada, y en su estado le hace daño, ¿quieres que le pase algo?

 

- eso a ti que te preocupa,  ya no es tu esposa.

 

- PERO ES TU MADRE

 

- QUE TE IMPORTA, QUIERO MI HABITACIÓN AHORA... SACA A ESE PELIRROJO PERVERTIDO DE MI HABITACIÓN, ¡AHORA!.

 

- ¡ERES IGUAL A TU MADRE!

 

- ¡por eso la engañaste...! -dice triste

 

Pausa dramática

 

¡Plass!, se escuchó una bofetada

 

Kaede sintió que el rostro le ardía, sabía que no debía haber dicho eso, por lo que se salió de la casa con los ojos llenos de lágrimas

 

Hanamichi había escuchado la discusión entre padre e hijo y estaba avergonzado. Taro se veía devastado, le había pegado a su hijo

 

Era momento de hablar, pero Kaede no los dejaría

 

Hana se ofreció a ir a buscar a Kaede, y Taro aceptó agradecido, su amigo lo comprendía, si él iba sólo empeoraría las cosas.

 

Hanamichi no tuvo que buscar mucho, encontró al joven a una cuadra del edificio, estaba con las piernas encogidas a su pecho y parecía llorar. Se acercó sentándose junto a él.

 

- creo que... debió decírtelo antes ¿no?

 

Kaede no dijo nada... ese hombre no sabía nada de su vida

 

- Sabes, conozco a Taro desde unos años, tal vez no soy el indicado, para esto, pero... él habla mucho de ti,... dice que eres bueno  en baloncesto...

 

- Do`aho

- ja ja ja ja, es verdad, que digo... si te siente mejor, utilizo el sofá... es más, creo que estás en todo tu derecho a exigir tu espacio

 

- no sabes nada... puedes quedarte en el cuarto...Seguro que ni se preocupara si no regreso... Él pronto hará su vida aparte y yo me quedaré solo...-

 

Sin darse cuenta Kaede se estaba desahogando con ese hombre, Hana le escuchó atento

 

No supo cómo, pero al final de su monólogo de vida, se encontraba en abrazado a ése hombre, se sentía tan bien... era tan exquisito su aroma, era la primera vez en años que alguien le mostraba afecto, amor...

 

- Creo que deberías hablar con tus padres todo esto que me has dicho, Kaede...

 

- pero... - se apartó sonrojado, no se había dado cuenta que lo abrazaba

 

- ja ja ja, vamos... o tu padre vendrá a buscarnos... además...  ya es tarde  y puedes enfermar...

 

Más que nada, Hanamichi estaba sintiendo algo extraño, después de escucharlo hablar y luego llorar. Él se sabía gay, y Taro lo sabía, su amigo no tenía ningún problema con eso, pero ése era su hijo, así que mejor impedir algo grave...

 

Kaede aceptó y juntos regresaron al apartamento, Taro abrazó a su hijo y le pidió disculpas.

 

 

Esa noche Hanamichi durmió en el sofá y Kaede en su cama, pero por extraño que pareciera, fue la primera noche que durmió tranquilamente, sus sábanas despedían un olor que lo adormecía y tranquilizaba

al día siguiente, un olor exquisito lo despertó, el hambre llamaba, así que en pijama se dirigió a la cocina, donde su padre charlaba con su amigo. El cual preparaba el desayuno, es que su padre era un descarado

 

 

- Creo que deberían hablar con él... la está pasando mal.

 

- Si, pero ella dice que es mejor que aun no lo sepa... quiere decírselo ella.

 

- pero ambos tienen la obligación, no crees, además... déjame decírtelo Taro, pero es muy infantil la forma en cómo están llevando esto, si se aman, que él lo sepa... seguramente es el lo comprenderá.

 

- pero...

 

- buenos días... - dijo un soñoliento chico

 

- Buenos días, hijo...

 

- buenos días, Kaede... quieres hot cakes 

.- Se ven ricos - dijo sonriendo con el amigo de su padre, se estaba divirtiendo

 

 

Taro observó la escena, su hijo le estaba sonriendo a su amigo... eso no le gustó mucho, y así que, viendo que Kaede sólo portaba el pantalón de la pijama, dijo - por qué no vas a vestirte...

 

 

- Ha, tengo hambre... - dijo acercándose a la esta donde estaba Hana cocinando...

 

- Taro, ¿quieres café?,  ya está listo..., iré a vestirme-dijo el pelirrojo, saliendo de la cocina.

 

Kaede le vio retirarse, el pelirrojo igual mostraba su buen trabajado cuerpo, que a él se le hiso sexy... - Taro carraspeó, serio.- Kaede-

 

- si padre...

 

- Ten cuidado con lo que haces... no soy tan estúpido como crees...- le dijo molesto

 

En eso tocaron a la puerta, y Kaede se ofreció abrir con una sonrisa en su rostro que se borró al ver quien era la que estaba al otro lado

 

- mamá-

 

La mujer lo abrazó, con lágrimas en sus ojos... estaba asustada, y preocupada

 

el pelirrojo salió  vestido, y saludó a la mujer, también la conocía . se despidió porque sabía que necesitaban espacio.

 

- ¿qué haces aquí?

 

- Kaede, tu madre y yo tenemos algo que decirte...

 

- ¿?

 

su madre comenzó a relatar como había sucedido todo, como un día hacia unos meses, se habían encontrado para hablar sobre su futuro, que habían hablado mucho en esa ocasión y así en otras más, que ambos se amaban y que se habían perdonado todo el daño causado

 

Kaede no lo podía creer. Su padre y su madre se amaban, ninguno de los dos había buscado en otra persona lo que entre ellos tenían en un pasado, ahora, le decían que esperaban un hermanito, y que tenían pensado volver a casarse, y vivir como una verdadera familia.

 

Kaede lloró al igual que ellos, que le dijeron que si no se lo habían dicho era por miedo

 

Así los días pasaron...

Kaede era mucho, mucho más feliz... un día, sus padres salieron, estaba de luna de miel, en unos meses más nacería el bebé y ellos seguían como dos enamorados

 

a él lo dejaron en casa solo, cuando disponía a ir a la cama, tocaron a su puerta y fue atender

 

- ¡Señor Sakuragui!-dijo sonriendo

Hanamichi ingresó a la casa - me han pedido que haga de niñero... no hay molestia en ello ¿o si, joven?

 

- NO, no veo a ningún niño por aquí... pero... no, no hay problema - dijo lanzándose a sus brazos para comérselo a besos.

 

Si, también él tenía mucho parecido a su madre, y eso era que cuando algo se le metía en la cabeza no paraba hasta conseguirlo. Muchas veces fue a ver a su padre a su trabajo y se pasaba por la oficina de Sakuragui, al principio el mayor se negaba a tener algo con el hijo de su amigo, pero tanta fue la insistencia que uno de eso días, no pudo controlarse más.

 

 

 

 

 

 

 

ahora el problema era.. ¿Qué diría su amigo cuando se enterara?

 

Pero eso era otra historia... a él ahora le interesaba, saciar las delicias de ése chico que lo traía arrastrando la conciencia...

 

 

 

Parte II

por

mill

 

 

 

 

Apenas comenzaba a amanecer.

 Kaede yacía inmóvil en su cama, durmiendo profundamente, acurrucado en las sábanas. Hanamichi le observaba al pié de la cama desde hacía mucho rato.

Kaede era un chiquillo, un niño ante sus ojos en este preciso momento, pero horas atrás, cuando lo tuvo entre sus brazos le había parecido todo un hombre. Que error, se había acostado con el hijo de su mejor amigo faltándole de ésta forma todo respeto a la amistad que arrastraban desde hacía años.

Debía querer a ése niño como a un hijo, respetarlo de tal forma, pero no lo hizo. Se dejó llevar por la tentación y ahora sencillamente no sabía qué hacer. Pensó viéndole hasta que amaneció del todo y al final tomó la decisión de parar esto que seguramente sólo le traería sin sabores. Si aquel niño le hizo olvidarse de quien era para su padre, lo más probable es que si "ése" algo que ahora tenían continuaba, terminaría enamorándose, y no quería eso

Cuando Kaede despertó no halló más que un vacío en el lado en que Hanamichi había dormido, aún así, sonrió pensando que había tenido la mejor noche de su vida. Él le había hecho el amor, era el primero que tocaba de esa forma su cuerpo y le había encantado. Con esa sonrisa de felicidad en su rostro se levantó, luego fue a desayunar y se dedicó a hacer una que otra cosa mientras esperaba que la pareja de enamorados se dignara a llegar

En los días posteriores, la alegría que Kaede mostraba en su rostro desapareció cuando se dio cuenta que la actitud de Sakuragui hacia él había cambiado. Todas las tardes después de clases pasaba al trabajo de su padre y se las arreglaba para verlo a él, pero Hana se excusaba, apenas le saludaba y rehuía de él argumentando que estaba muy ocupado. Se cansó, la situación se había arrastrado durante más tiempo del que podía soportar. Sacó sus conclusiones  y fue consciente  que algo no andaba bien y se sintió utilizado por ése hombre, entonces lo encaró una tarde.

-estoy ocupado-le dijo Hana fingiendo concentración en su trabajo de revisar unos papeles cuando supo que Kaede había llegado hasta su oficina como siempre a la misma hora

-tenemos que hablar-Kaede le dijo fríamente al tiempo que cerraba la puerta tras de sí, luego se acercó a Hanamichi y le arrancó los papeles de la mano

-¿qué diablos te pasa?-Hanamichi lo miró enojado

-que pasa-repitió- pasa que me di cuenta que fui un lindo juguete para ti; después de llevarme a la cama ahora no quieres ni verme-

Hana se puso en pié bruscamente y lo encaró:

-eres muy niño para mí Kaede, además soy el mejor amigo de tu padre. Eso que pasó estuvo muy mal, tienes que comprender como yo comprendí, que lo que tú y yo teníamos terminó.-dijo siendo franco

-¿estuvo mal?...que soy un niño...que eres el mejor amigo de mi padre-negó con la cabeza-guárdate tus palabras. No importa que digas ahora, de todas formas ambos sabemos que mi padre de importó un puto comino cuando me lo estabas metiendo.-

Hanamichi se fastidió y lo agarró de un ala, arrastrándolo a la puerta, pero antes de abrir ésta, le dijo al muchacho:

- se acabó. Eres un niño, búscate a alguien de tu edad y no vuelvas a ésta oficina porque ya no estoy dispuesto a perder mi amistad con tu padre

-ja!-emitió Kaede liberándose del agarre-perfecto señor Sakuragui, es definitivo, ¿no?-

-si-dijo Hanamichi decidido aunque no le gustaba la mirada y el  tono que el chico usaba

-bien, me voy porque ahora tengo que hablar con mi padre-quiso abrir la puerta pero Hanamichi la volvió a cerrar

-no te atrevas mocoso. Si le dices algo a Taro te juro que...-

-¿qué?-Kaede lo desafió

Hanamichi no dijo nada y Kaede se fue dejándolo con el temor vivo de que por despecho tal vez le contaría todo lo ocurrido a su mejor amigo.

Kaede fue a la oficina de su padre pero no le dijo nada de lo que Hanamichi pensaba. Hablaron de algunas cosas de la escuela, del equipo de basquetbol mientras esperaba que la hora de salida del trabajo llegara, luego simplemente se fueron juntos a casa

El pelirrojo sintió un gran alivio, si Taro no fue por él para matarlo era seguro que el chico no había dicho nada. Pero temía de la expresión de amenaza que le dio.

Con el pasar de los días nada más sucedió. Kaede iba al trabajo de su padre pero ya no se asomaba en la oficina del pelirrojo que no sabía que pensar de aquello  ¿Tan fácil había sido hacerlo entender que todo acabó?, era una pregunta constante que se repetía día a día ya que estaba siendo tratado por el muchacho como el simple mejor amigo de su padre.

Fue una noche de viernes, en que Taro lo invitó a su casa y no pudo rehusarse, éste le hubo dicho que hacía tiempo que no compartían como verdaderos amigos y que no aceptaba un no, ya que su esposa e hijo sabían que lo llevaría a cenar a casa.

Mientras cenaban, los adultos mantenían una charla amena y Kaede permitió comiendo en silencio, hasta que en un momento dado, se dirigió a Taro:

-papá, después de la cena quedé con los chicos de la preparatoria. Se organizó una fiesta de cumpleaños para el capitán del equipo y quiero ir-

-eso me parece magnífico-acotó su madre emocionada-Taro, sería muy bueno que le permitas ir, Kaede no sale nunca y si ahora quiere salir, yo estoy a favor-

-si papá-agregó Kaede-Tú siempre me has dicho que debo relacionarme con los chicos de mi edad-miró a Hana-señor Sakuragui, usted me apoya, ¿no?

-claro-Hanamichi respondió un poco incómodo, ya que algo le molestaba

-lo ves, Taro, todos aquí estamos de acuerdo-dijo la mujer

-yo no he dicho que no puede ir-

-gracias papá-dijo Kaede y siguió comiendo en silencio

Terminada la cena, Kaede se apresuró a ir a su cuarto y cuando estuvo listo, salió vistiendo muy bien. Hanamichi no pudo evitar darle una mirada disimulada. Tenía que ser sincero consigo mismo, el chico le gustaba más de la cuenta, y se sintió celoso. Quería alejarlo, él mismo le aconsejó estar con alguien de su edad, pero ahora al pensar que ésta noche, podría ligar con alguien y tal vez ir más allá, hacía que en el estómago se le formara un nudo difícil de desatar

-ya estoy listo, los chicos me están esperando y quería saber si puedes llevarme a casa de Ayako-Kaede dijo a su padre

-claro, Kaede-respondió Taro

Hanamichi se puso en pié de inmediato

-si no les importa, yo lo llevo.

-pero Hana, ¿no pensarás irte?-preguntó Taro

-por supuesto que no, sólo quiero hacerte un favor. Da lo mismo quien lo lleve ¿no?.

-padre-dijo Kaede- ya decídanse que se me hace tarde

-Hana se ha ofrecido amablemente y él va-intervino la madre de Kaede

Hana se colocó el sacó y luego instó a Kaede a salir

-volveré en unos minutos-dijo a sus amigos

Hanamichi condujo en silencio al menos unos diez minutos para llegar a la dirección señalada por el chico

-llegamos-le dijo una vez que se estacionó en la acera frente a una casa de dos pisos donde se podía oír música

Kaede simplemente abrió la puerta y quiso salir

-lo que haces es un juego ¿no?-dijo Hanamichi, y el chico se volvió a mirarlo

-hago lo que tú me dijiste-señaló para salir de una vez

El pelirrojo golpeó el volante con la mano empuñada y luego estuvo varios minutos tratando de convencerse que era lo mejor. Lo de él y ése chico no podía continuar, pero no sabía qué hacer con eso que estaba sintiendo. Ya era tarde, sin querer había terminado enamorándose de Kaede, aunque  nunca lo pretendió

Hana regresó con sus amigos, aunque lo único que quería era irse a su casa.

 Cuando Midori se retiró para ir a dormir, Taro sacó una botella de vino. Así, entre bebidas y una conversación sobre asuntos del trabajo, se le olvidó un poco la molestia que sentía.

A las cuatro de la mañana, cuando ya pretendía irse, Kaede llegó a casa

-Kaede, ¿por qué no llamaste para que fuera a buscarte?-criticó Taro a su hijo

-me trajo un amigo, pensaba que ya dormías-dijo

Hanamichi apretó sus puños, la mención de ése "amigo" no le gustó para nada. Su mente había volado y muy alto, estaba seguro que Kaede quiso decirle algo

-está bien- dijo Taro entonces

-buenas noches-

Los mayores correspondieron  la despedida, luego Hanamichi dijo que se iba

 A la mañana siguiente, Midori se dio cuenta que Hana había dejado olvidado su teléfono móvil que sonaba insistentemente con el timbre de llamada. Contestó cuando pensó que podría ser una llamada de importancia, hallando al mismo Hana tras la línea. Éste le dijo que iría por él en el transcurso de la mañana y que si un cliente llamado Takano Nobushi llamaba, por favor contestaran y le dijeran a éste que le llamaría de vuelta por la tarde

Era casi medio día cuando Hana llegó a la casa de Kaede, Midori le dijo que nadie había llamado y le entregó el teléfono. Hanamichi le agradeció estar al pendiente  y luego quiso despedirse, pero Midori le dijo:

-ya que estás aquí, porque no te quedas a almorzar con nosotros-

Hanamichi vaciló en dar una respuesta afirmativa

-vamos Hana, ¿no rechazarás mi oferta?-insistió Midori en el momento en que Kaede se asomaba caminando soñoliento

-no puedo-

Midori se cruzó de brazos y lo miró con reproche

-está bien, está bien...no se te puede decir que no ¿eh?-

-nunca le ganarás a ella-Taro dijo apareciendo a sus espaldas, había ido por un postre helado. Para ese entonces, Kaede se había perdido en la cocina

-ya me doy cuenta que no-dijo Hana en tanto Taro ponía la bolsa que traía en manos de su esposa

-vamos a sentarnos mientras esperamos la delicia que Midori prepara, y  que por coincidencia es tu comida favorita-Dijo Taro a Hana señalándole el sillón

-por Dios, casi me pierdo eso-

-papá-se oyó a Kaede que llegaba hacia él con un vaso de jugo en la mano

Taro se volvió hacia su hijo

-dime, Kaede-

-no, nada-dijo arrepintiéndose. Pensaba decirle que necesitaba dinero, pero con Hana allí no era el momento preciso-después de te digo-dio media vuelta para regresar a su cuarto

-no nos has contado cómo te fue anoche-le dijo Taro

-excelente-respondió Kaede volviéndose, como si la respuesta fuera exclusivamente a Hana que se hizo el desentendido y se sentó. El chico entonces agregó:-...tuve la posibilidad de conocer un poco más a Sendoh, pensaba que era un idiota, pero al final resultó ser un buen amigo y él fue quien me trajo anoche-

Taro le dijo entonces que eso le parecía muy bueno y muchas cosas más, pero Kaede pareció no oírlo, su atención estaba puesta en la reacción de Hana. Éste hacía como que no le importaba pero por dentro explotaba en molestia. Para su suerte su teléfono sonó, en el momento preciso y se disculpó antes de contestar

Mientras Taro le pedía más detalles de la fiesta a Kaede, de manera insistente y hasta fastidiosa para el chico, Hana parecía entretenido hablando con alguien, caminando de lado a lado, en un rincón de la sala, lo más alejado de Taro y su hijo. Cuando la llamada dio fin, volvió a sentarse

-no sé si es cosa mía, pero me pareció que hablabas con Mitsui decentemente y por primera vez-Taro soltó su comentario que no pudo evitar, ya que le sorprendió mucho. Hana no pareció molestarse y asintió.

-me ha insistido mucho y creo que ya es tiempo de darle una oportunidad-

Aquello fue suficiente para Kaede que se levantó molesto y se fue a su cuarto dando un portazo tras de sí

Los dos adultos vieron el arrebato del muchacho, Hana si esperárselo, y Taro sacando prontas conclusiones

-qué especial resulta ser Kaede-comentó Hana

Taro se volvió a su amigo y preguntó:

-¿por qué saldrás con Mitsui si  apenas lo soportas?-

-ha cambiado...no pierdo nada con intentarlo con él...-respondió sin ver la expresión en el rostro de su amigo

-más te vale Hanamichi que lo hagas-

Hanamichi prestó atención a un tono que le sonó a amenaza

-¿Por qué lo dices de esa forma?-preguntó

-¿crees que nací ayer?, ya me di cuenta de lo que tú y Kaede se traen-

-de qué hablas-dijo Hanamichi riendo nervioso

-lo que vi en ti cuando Kaede me contaba que conoció a un amigo, lo que vi en Kaede cuando dijiste que le darías la oportunidad a Mitsui. No soy tonto Hana y quiero saber que está pasando aquí-

-alucinas...cómo se te ocurre-

-Hanamichi-Taro lo miró a los ojos-si hay algo que tengas que decirme, ahora es el momento ya que no me gustaría enterarme después.

-Taro-dijo Hanamichi bastante nervioso, sabía que solo se estaba delatando, no podía mantener la calma

-¿qué te pasa con Kaede?-insistió Taro

Hanamichi tragó saliva con dificultad, y después de un momento de silencio, decidió que era mejor hablar con la verdad

-yo...quiero a Kaede-balbuceó

-y él a ti-

-Taro...no sé cómo explicarlo...-

-¿pasó algo entre ustedes? , en todo éste tiempo en que han podido verse y estar solos, ¿pasó algo?-preguntó con las palabras quemándole la garganta mientras se ponía en pie, Hanamichi le imitó mordiéndose el labio inferior sin querer dar una respuesta

-el silencio concede-dijo entonces Taro, y lo agarró de la solapa-dime, ¿te acostate con mi hijo?

Hanamichi no tenía salida, asintió. Rato después recibía un fuerte puñetazo de su amigo

- se supone que tú eres mi mejor amigo, ¡cómo mierda me explicas que te acostaras con Kaede!, ¡cómo!, es un niño y tú hombre de 32 años...¡yo confiaba en ti y mira lo que me hiciste!-gritó Taro enrabiado

Hanamichi no dijo nada, no podía decir nada y sólo bajó la mirada

-por tu bien, aléjate de Kaede y vete de mi casa que nuestra amistad terminó desde el momento que te atreviste a tocar a mi hijo-sentenció Taro señalando la puerta

Midori en tanto, desde la cocina había oído todo. Con una mano en su pecho y buscando apoyo en la encimera, no sabía que pensar, no podía creer que su Kaede se había metido con un adulto.

Kaede, él lloraba en su cuarto recostado boca abajo en su cama.

Cuando Hanamichi se marchó, Taro fue a la habitación de su hijo. Éste se levantó viéndole con terror, esperaba miles de reproches, esperaba golpes y lo único que obtuvo  fue un fuerte abrazo de su padre, quien le preguntó en voz baja y dolida:

-¿por qué?-

-porque me enamoré de él...no pude evitarlo...-dijo Kaede entre sollozos

Taro se aferró más a su hijo, prometiéndose que nunca más dejaría a ése idiota acercarse a un paso de Kaede.

Midori llegó a los pocos minutos y después se unió al abrazo. Luego se sentaron los tres, y los adultos  aconsejaron a Kaede, pidiéndole que se olvidara de Hana.

Durante las semanas siguientes, en el trabajo, todos advertían la tensión de aquellos que antes fueron buenos amigo y colegas. No se miraban, no se saludaban, y sólo hablaban de aquellos temas estrictamente de temas de trabajo, lo justo y necesario, ni una palabra más...

Podría decirse que Taro estaba conforme con el alejamiento total de Hana y más temprano que tarde se dio cuenta que las cosas no estaban bien. Hanamichi parecía desconcentrado, cometía muchos errores en su trabajo.

Era un jueves por la mañana, Hana estaba encerrado en la oficina del jefe y éste le daba un ultimátum a gritos.

Cuando salió se dirigió hacia su oficina, pateó el escritorio y arrojó lo que había sobre él para luego sentarse tomándose la cabeza lleno de rabia. Taro lo observaba a través de la puerta que había quedado entreabierta. Tantos años de amistad le hizo sentir pena por él. Su amigo estaba acabado.

Pero Hana no era el único. Taro bien sabía que en su casa tenía una situación similar con Kaede que descuidaba sus estudios, no asistía a los entrenamientos con su equipo y se la pasaba encerrado en su cuarto sin querer hablar con nadie. Pensativo regresó a su oficina. Meditó por horas y horas y tomó una decisión.

Llegada la tarde, Hanamichi trataba de concentrarse en su trabajo. Faltaba media hora para la salida pero sabía que por su bien, tenía que quedarse hasta muy tarde. Su trabajo estaba en juego, ésta vez tenía que hacer las cosas bien, su proyecto debía ser de la completa satisfacción del jefe o sería despedido, pues el cliente que tenían, Takano Nobushi, era muy importante para que se perdiera por su incompetencia

Una hora más tarde, había avanzado un poco corrigiendo los detalles que su jefe encontró defectuosos. Se sentía el silencio de un piso vació, sus colegas ya se habían marchado a sus casas. Tan concentrado estaba en su quehacer que no sintió la puerta abrirse, Kaede estaba a un paso de él cuando advirtió su presencia

-¿Qué se supone que haces aquí?-preguntó aterrado

-vengo a verte-dijo el chico y se sentó en sus piernas en tanto sus brazos le rodearon el cuello

-vete-no había movido ni un músculo, si lo hacía, estaba seguro que era para empujarlo bruscamente y no quería hacer eso

-no- dijo Kaede y apegó su frente contra la de Hanamichi-te amo-

-chiquillo tonto, no sabes lo que dices-

-claro que si, te amo-

-pero yo no te quiero a mi lado, quiero que te vayas y dejes de causarme problemas-

Kaede sonrió

-pues parece que tienes más problemas si no estás conmigo, mírate, eres un desastre-

Hanamichi finalmente le empujó quitándoselo de encima

-¡vete de aquí!-le gritó-tú no entiendes ¿verdad?, eres un problema y si tu padre sabe que estás aquí, me matará-

-do´aho, no estaría aquí si mi padre no me hubiera convencido de venir

-¿qué?-preguntó Hana sorprendido, Kaede en tanto, se acercó y de nuevo le rodeó el cuello con los brazos

-él me dijo que viniera...si tú me amas también y es enserio, él permitirá una relación entre los dos.

Hana le miró sin decir palabras

-¿me amas, Hanamichi?

Hana no sabía que pensar,...con la turbación inundando su ser, de su boca se escapó un sincero: "si, te amo"

Y Kaede lo besó

Con el oído pegado a la puerta, Taro oyó la respuesta. Aún no estaba convencido de que una relación entre Hana y Kaede era lo mejor, pero sí de eso dependía tener a dos personas importantes en su vida felices, no le quedaba otra que aceptar la idea

Con pasos silenciosos y lentos caminó por el pasillo rumbo al ascensor, murmurando:

-"si alguna vez le haces daño, te aseguro Hanamichi que sabrás quien soy yo"

 

FIN

Notas finales:

Bueno, comenten si les ha satisfacido éste trabajo que gustosamente he hecho junto a Evan

Gracias por leer.


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