Capítulo 1
Vagué sin sentido por la angustiosa noche. Esa noche la luna era rojo escarlata, significaba una conversión, otro hijo de la sangre había nacido.
-Hasta que lo hiciste- murmuro.
Esto fue hace mucho tiempo... en realidad, mi vida se detuvo mucho antes de convertir a mi amigo, a veces creo que fue simple egoísmo, pero no podía dejarlo morir, verlo sufrir de esa manera.
Me sentaba en el balcón del Hospital, lo contemplaba dormir. Su frente sudada, sus brazos amoratados por las inyecciones, su vida que se iba por entre los dedos.
Me impulsaba más el deseo de salvarle de toda dolencia que beber su sangre, a esas alturas, deleitarme con ese metálico elixir... no me era indiferente... pues mi naturaleza era otra, soy un bebedor de sangre, un vampiro.
Mi nombre es Ronald Arthur Weasley, provengo de una numerosa familia; sin embargo, por cosas del destino que pronto sabrán, terminé convertido en un vampiro... pasé por esas fases de negación reiteradas veces, intenté matarme otras tantas, no vea sentido si debía morir, ¿por qué salvarme de la muerte?... fue ahí cuando conocí a Harry...
Él, era un chico que siempre veía corriendo por las calles, con su mochila en la espalda y su rebelde cabellera negra azabache... al principio lo seguí, me llamó la atención su olor, su sangre, era más pregnantes que las demás y yo... estaba sediento...
Me divisó a distancia, no se extrañó al ver que mi piel era tan blanca, que mis manos fueran tan frías o mi largo abrigo negro que usaba como un amuleto de la buena suerte...
Pudo haber sido, simplemente curiosidad, o tal vez fue su sangre lo que me atrajo a primera vista, como un amor. Poco a poco nos fuimos tratando, encontrándonos en el mismo parque...
Yo debía ir de caza más seguido, su olor parecía no querer dejarme, por más que me alimentaba de otros, estar frente a él, me dejaba con los labios resecos, la garganta hirviendo... estaba llegando a mi punto culminante... no podía evitarlo más.
Él, cayó enfermo de gravedad, ya no pudo ir a nuestros encuentros, entonces... yo lo seguí como un perro fiel, sentado en el balcón, velando sus sueños... y agudizando mi oído, las enfermeras murmuraban detrás de la puerta...
-No, si ya te dije, me da pena este chico, pensar que se está muriendo... lo más probable es que no amanezca mañana.
-¡¿Qué?!- se impresionó el pelirrojo.
-No digas esas cosas mujer- dijo la otra enfermera.
-Si el Doctor lo acaba de desahuciar.
-Pobre su familia.
-Esos padres se llevarán una terrible noticia cuando se enteren.
-¿No les han avisado?
-Se les ha llamado muchas veces, pero no contestan.
-Esto si que es un problema.
-¿Por qué lo dices?
-Se me ha olvidado llenar la ficha, tendré que ir a Recepción a buscarla.
-Entonces yo me adelantaré, debo ir a buscar unas medicinas a la farmacia.
-Ok, te estaré esperando para beber un café, esta noche está realmente helada.
-Gracias, no de demoro.
Ron abrió la ventana y entró a la habitación... lo vio todo desvalido, como un cadáver, no quería perderlo, después de todo, fue él quien no le temió, que se acercó y entabló una amistad, a pesar de todo...
Lo tomó entre sus brazos, ¿por qué sentía tanto dolor?, se suponía que no tenía corazón, pero allí estaba haciendo acto de presencia, una vez más, dejó de titubear, el tiempo estaba en su contra, pero él podía romper esa barrera y hacer que viviera eternamente...
-Con él, hice lo mismo con él... ¿por qué lo convertí?... tal vez sólo lo hice para retenerlo a mi lado... ya no estoy hablando de Harry, a quien muy pronto le castigaré, estoy hablando de mi, de lo débil que fui, ¿por qué?, porque yo acabo de convertir al amigo de Malfoy... y teniéndolo entre mis brazos, mis colmillos en su cuello, me llegan estos recuerdos, de lo que alguna vez fui, de lo errático que puedo llegar a ser... cómo le pides a tu pupilo que no haga, lo que tú mismo haces y no debes... de qué sirve otorgar al eternidad a alguien que está tan aterrado, lo veo en sus ojos, me recuerda mucho a mi, a mi primera vez cuando los abrí y noté los cambios, rompí el espejo con mi puño, y las astillas se enterraron en mis nudillos, tenía tanta rabia, como la que él debe estar sintiendo... fui atraído por su olor, por su sangre, me enamoré de su sangre, y la bebí, y ahora que estoy satisfecho y con su débil cuerpo entre mis brazos, lo contemplo, esos ojos que ya no son capaces de enfocarme, esas manos que antes se resistían, parecían lacias, una a cada lado... me acerqué hasta sus labios, los rocé, ¿un impulso tal vez?... pero no podía dejarlo morir... no sin antes, conocerlo mejor...
Esta es mi historia, la de un vampiro, espero que le lean en el siguiente capítulo, donde les revelaré los secretos de los ancianos y primeros de mi clase, y de cómo llegué a este mundo, a esta vida...
Sólo sé que al despertar ya te habías ido,
cómo podría culparte,
se escuchaba la canción del inverno,
que desató la lluvia,
y no entendía, por qué,
había sangre en mis mejillas.
La luz se colaba por la ventana, a través de la cortina, la puerta, permanecía cerrada, la visita a Harry podría esperar, primero que nada debía resolver mis propios asuntos, uno que se llama Blaise Zabinni.
continuará...