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Entonces... por mihll

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Notas del fanfic:

Los personajes de este fanfic no me pertenecen y sólo los utilizo para divertir

 

Notas del capitulo:

Advertencia: Es mpreg, si no te gusta, no leas.

Hola

Es una rareza de fic y sólo he escrito lo que he querido detallar, es decir, hice de las mías XD

 

 

 

   

"Entonces"
Historia basada en "Slam Dunk"

Por mihll

 

 ++++++++Capítulo  Único++++++++

   Era una tibia tarde primaveral; la brisa era suave, el aire era fresco y se pintaba como el momento preciso para dar un paseo por el parque. Hanamichi así lo consideró. Después de haber dado una vuelta empujando la carriola, se sentó en una banca desocupada y tomó a su hijo en brazos, que feliz, movía sus pequeñas manitas en un intento de alcanzar sus cabellos rojizos

Sentía que él era la estrella que iluminaba las noches oscuras, era el sol que hacía que hacía que sus ojos brillaran de alegría...Usami lo era todo...era su mundo.

Pero en lo profundo de su corazón cargaba una angustia y era eso de no tener la certeza de quien era su otro progenitor, tenía un posible candidato más nunca se había atrevido a querer salir de la duda pidiéndole a esa persona un examen sanguíneo para confirmar o descartar su paternidad; aquel susodicho era Mitsui, poseedor de unos ojos azules como los de de su pequeño ángel. Hanamichi temía encontrarse con una realidad donde ése muchacho resultara ser quien hizo posible que Usami estuviera allí, quería que fuera otro, aquel que se convirtió en la añoranza de su corazón, conforme pasaba el tiempo y lo veía más perdido que nunca por la venida de Usami

A ése "otro", lo esperó aquella noche hacía un año y medio atrás, cuando entre risas, bailes y conversaciones alegres se desataba el jolgorio de una gran fiesta. Creía que era el momento oportuno para un acercamiento y poder definir lo que estaba sintiendo, pero él nunca llegó, si la decepción que sufrió con su ausencia y que provocara que entrara en copas demás llegando hasta el límite de perder la conciencia. Desde ese punto no recordaba nada; ¿Qué hizo?, ¿con quién habló?, ¿con quién bailó?, nada... todo era un vacío que no podía llenar por más que hiciera trabajar horas extras su cansada mente

-"Rechazaste cruelmente a Haruko, ¿tampoco lo recuerdas?"-le había dicho Yohei un día

No recordaba aquello, así como no recordaba haberse escapado de la fiesta a media noche como le dijera Ayako

-Mitsui-musitó entre suspiros mientras veía el rostro sonriente de su pequeño niño-...él se perdió de la fiesta casi a la misma hora que yo...y los chicos piensan-hizo una larga pausa, ¡cuán grande era el nudo en la garganta al pensar que no había otro posible candidato serio a ser el padre de su hijo!-...que estuve con él...que él es tu padre-finalizó con amargura

Vino un silencio, el bebé dejó de lado su sonrisa, miraba a su padre como si compartiera el dolor que le presionaba el pecho. En su alrededor el mundo seguía girando totalmente ajeno a su pesar, la brisa seguía sintiéndose suave mientras les acariciaba con su toque tibio primaveral

-"Quisiera que el zorrito fuera tu padre"-pensó, ¡pero como dolía pensar que no era!. Kaede no estuvo en la fiesta, prefirió quedarse en casa para dormir tranquilamente, eso le dijo a Ayako cuando ésta le llamó para preguntar si iba a aparecerse por el gimnasio durante la noche

Kaede

A cada minuto que pasaba sentía que más le quería. Nunca supo cómo llegó a sentir algo por él, sólo supo que un día se dio cuenta que lo necesitaba, que para sonreír era necesario ver su rostro día a día, tenerlo cerca aún cuando fuera para sufrir sus insultos

¡Qué ironía era recordar una noche que le trajo infelicidad y felicidad a la vez!

¡Cuánto odio se tenía a sí mismo por haberse emborrachado y terminado en los brazos de un desconocido!

¡Qué contrariedad era pensar que por ese mal rato, tenía en sus brazos, en su vida, lo más hermoso que alguien pudiera tener!

Más suspiros se escaparon de su boca en tanto sentía la angustia de tener que enfrentarse a Mistui para aclarar todo, se lo debía  su hijo, él necesitaba cerca a su otra figura paterna. Esta vez alzó al niño que dibujó nuevas sonrisas al sentirse complacido al estar en el aire. Usami sonreía y Hanamichi con él, no podía evitarlo, aunque tuviera penas albergadas en su corazón, él era la luz que lo guiaba hacia la senda de la paz.  Lo miró por largo rato, como si aquella fuera la primera vez que lo viera, y habían sido tantas veces en que su vista lo recorría por completo, no podría cansarse, sabía que nunca podría hacerlo

Hanamichi no se había percatado de la presencia a su lado, un muchacho que había tenido una jornada pesada de arduo entrenamiento con el equipo de la selección nacional. Era Kaede, quien se dirigía a su casa cruzando por el parque y que se hubo desviado cuando divisó a la distancia a aquella pareja perfecta que destacaba entre todos los que a esa hora andaban por esos lados. Se había acercado guiado por un impulso incontrolable, y allí estaba, con un brillo inusitado de emoción en sus ojos, siempre contemplando la hermosa escena que dejaban a relucir un padre y su hijo, hasta que su mano se alzó hacia el pequeño de manera inconsciente para atrapar su manito

-Me pregunto si llegará a ser buen basquetbolista-murmuró cuando las miradas se dirigieron hacia él; la de Hanamichi era total sorpresa y la de Usami era con un brillo especial e indescifrable para su pelirrojo padre

 -Claro que sí, si su padre lo es, no lo dudo-respondió Hanamichi modestamente refiriéndose a sí mismo, al tiempo que bajaba al niño para que sus pequeños pies se apoyaran en sus piernas. Se dio cuenta entonces, que nunca Usami evitó prolongar el contacto dado por la mano del zorrito, le parecía incluso que le agradaba

-¿Me dejas tomarlo?-preguntó Kaede

-Llora. A excepción de la mamá de Yohei, no deja que nadie más lo cargue-explicó

-¿Enserio?-preguntó mordaz. De nada servía la negativa de Hanamichi, ya le había arrebatado para entonces a Usami, y era él ahora, quien lo tenía de pie en sus piernas-

Bastó un solo un par de segundos para que el preocupado padre cayera en razón que Usami no iba llorar, se veía feliz y hasta una sonrisa le dedicaba al moreno

-Um...¡cuánto has crecido!- dijo Kaede con la vista en Usami-...y pensar que la primera vez que te vi y cargué eras tan pequeñito-

 

Usami soltó un gruñidito juguetón que provocó una pequeña sonrisa en Kaede. Hana por su parte estaba perplejo, tratando de pensar cuando se dio aquel momento mencionado por el zorrito. Todos excepto él, había cargado alguna vez su hijo y todos ellos había tenido llanto que ahora no se daba, porque sencillamente parecía que Kaede era del agrado de Usami.

-¿Cuándo...?-emitió cuando pudo, más sacudió su cabeza tratando de sacar la pregunta correcta-¿cómo es qué...?-detuvo esta pregunta al tener la mirada de Kaede sobre sí

-En la clínica-Respondió Kaede y esperó paciente que el pelirrojo dejara esa cara confusión, parecía esforzarse en recordar en qué momento sucedió eso. Él sabía que no hallaría la respuesta y regresando la vista a Usami, explicó tranquilamente:-...cuando nació fui a verlo a la unidad neonatal; la enfermera no quería dejarme entrar-Sonrió para más perplejidad del pelirrojo-pero era un mujer y bastó un coqueteo para ceder...entonces pude verlo a escondidas porque sabía que tú no me dejarías hacerlo en tu presencia-

Confusión, era todo lo que había en la mente de Hanamichi. No entendía que pudo haber impulsado al zorrito a querer ir a ver a su hijo recién nacido, agrandándole la duda el saber que nunca fueron amigos, sin embargo, recordado toda la conmoción existente entre sus conocidos, particularmente entre sus compañeros de equipo, y el hecho de que todos ellos querían conocer y cargar a su hijo, considerándose sus tíos ya que era el primero de todos ellos en ser padre,  no era raro que ese acontecimiento tentara al zorrito. Al razonar sobre esto, fijó su vista en él y en el juego que mantenía con Usami tentándolo alcanzara sus negruzcos cabellos.

Sonrió y por alguna razón su corazón se llenó de emoción al saber que ellos dos resultaban ser tan amigos, pues nunca se esperó un grado de estar aceptación del uno hacia el otro.

- Es sorprendente lo que puede hacer un simple y hermoso bebé en un chico de ojos fríos. - Pensó aunque exteriorizó su pensamiento en voz ligeramente alta

-No tiene nada de simple...hermoso si tiene mucho-respondió Kaede, advirtiendo en ése instante, como la criatura soltaba pequeños bostezos y parpadeaba con pesadez demostrando señales de tener sueño. Entonces lo acurrucó entre sus brazos, lo hizo con un aire de extremo cariño. Hanamichi le observaba casi boquiabierto, recordándose a sí mismo en la figura del zorrito.

Una vez más sacudió su cabeza, sacándose de encima pensamientos de aquello que él llamaba falsa esperanza, mera ilusión a la que no quería aferrarse

-Lo cuidas bien...es un bebé feliz-murmuró en un momento dado Kaede mirando a Hanamichi

-Nunca le ha faltado nada...gracias a Dios, antes de dar a luz recibí una pensión, de no ser así, no sabría cómo darle todo lo que necesita...tuve suerte zorrito, en eso y en que un alma tan buena corriera con todos los gastos de la clínica...no sé quien será para darle las gracias o recompensarle en algo.

-¿Y tú crees que él espera recompensa?.

-Pues no-contestó Hana soltando una sonrisa-o hubiese dicho quién es ¿no?

-Así es-confirmó Kaede al tiempo que arropaba al bebé con un chal que cogió del carro.

Otra sonrisa apareció en los labios de Hanamichi

-Actúas como si fueras su padre-dijo entonces con una nota de emoción contenida en su voz

-Lo dices por...-Kaede contestó en el mismo tono

 -No lo sé...tal vez por cómo actúas con él...tan preocupado como yo porque no coja un resfriado.

-¿Y como está del reciente?-preguntó inmediatamente Kaede

A Hanamichi podría parecerle extraño, sin embargo, no resultaba tanto al pensar que todo el mundo en la escuela se enteró un día que su hijo estaba enfermo, por su falta a clases de dos días seguidos. Respondió con un seguro tono de voz diciendo que estaba perfectamente. Desde allí vinieron más y más preguntas en torno al niño, y él respondía emocionado por la preocupación del moreno hacia su hijo

Cuando ya la tarde entraba en curso de caída y el calor del sol dejaba de ser cálido como antes, Kaede depositó al pequeño suavemente en su carro ayudado por Hanamichi.

-Es tiempo que regreses a tu casa-dijo Kaede al terminar la labor

-Sí que lo es...ya es tarde-dijo con mala gana, la charla con el Zorrito había sido diferente y única; era la primera vez que hablaban con decencia o más bien, era efectivamente la primera vez que hablaban

Le hubiese gustado retener el momento, seguir hablando con él sobre su hijo, contarle muchas más cosas de las que le dijo, pero la brisa ligeramente fría le indicaba que no era tiempo de estar fuera del calor de su hogar.

-Tal vez...algún día...quisieras venir a mi casa y verlo nuevamente-se atrevió a decir aunque le había costado mucho decir este ofrecimiento

Kaede tomó su bolso y lo colgó al hombro. Ante la mirada insistente del pelirrojo que esperaba respuesta le dio una última caricia al niño para luego volverse hacia él

-Cuando menos lo esperes, me tendrás de visita-dijo entonces

Hanamichi sonrió para sus adentros

-Vete con cuidado Zorro, y no entrenes demasiado.

-Y tú...cuida bien al pequeño Zorrito-dicho esto, Kaede continuó su camino con una sonrisa traviesa que el otro no notó

Hanamichi  soltó otro suspiro en esta gran tarde antes de  iniciar una tranquila marcha hacia su casa.  Sólo cuando ya había avanzado varios metros, procesó algo que no había tomado en cuenta, ¿acaso Kaede había mencionado "pequeño Zorrito"?

Al volver su vista atrás el moreno se había perdido.

Con su corazón latiendo fuertemente en su pecho bordeó el carro hasta quedar frente a su hijo. ¡Cuántas veces lo había visto dormir y no se había dado cuenta!...su hijo, su Usami, tenía la misma expresión angelical que el Zorrito de ojos azules demostraba cada vez que dormía...entonces...

 

++++++++Fin Capítulo ++++++++

 

Notas finales: Hasta una nueva oportunidad si es que la hay jejeje. Chau

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