Siempre pensé que iba a ser yo el que te iba hacer sufrir, eso a veces me hacía sentir sumamente culpable, pero realmente no era así. Era yo él que sufría con tus mentiras y tu maldita forma de ser ¿porque eres así? ¿Por qué me tratas así? ¿Qué he hecho mal?
Recuerdo que una vez dijiste que me amabas ¿Era eso verdad? O simplemente una más de tus mentiras, realmente me gustaría pensar que al menos eso era cierto... Pero con tus "actuaciones" demostrabas lo contrario, esa falsedad que te inundaba la odiaba, odio y odiare ¿No podrías ser al menos un poco más real?
¿Podrías dejar de actuar solo por algunos momentos antes de que yo tome esta decisión?, solo para poder convencerme que estaba equivocado de la imagen que tenía sobre ti, pero aun así... ¿a ti que nunca te ha importado lo que yo piense y sienta? Si aquí el que importa eres tú solamente tú y nadie más
-Uruha amor, mañana es nuestro aniversario ¿Qué te parecería ir a comer a un restaurante que abrieron hace poco? -
-si cariño por supuesto me parece perfecto ¿a que hora? -
-A las ocho te espero en el restaurante ¿Te parece? -
-eeh... si perfecto ^^, cariño me voy a dormir me bajo el sueño -__- no comeré chau te amo -
-Que tengas dulce sueños -Le sonrío dulcemente Aoi, mientras besaba suavemente los labios de Uruha - Yo también te amo -
-ok -Subió a la habitación la cual ambos compartían y se dejo llevar por el gran cansancio y sueño que tenía
[[*******]]
-Por que diablos tardas tanto Uruha.-Decía Aoi mientras esperaba impacientemente en aquel restaurante, llevaba más de hora y media esperando a que su pareja apareciera y este brillaba por su ausencia
Pasaban horas, minutos, segundos, bueno eso da igual la cosa era que Uruha AUN NO LLEGABA, Aoi estaba impaciente y un tanto enojado, ¿Cómo se le podría haber olvidado algo tan importante como su aniversario? Eso era imperdonable. Convencido de que su pareja ya no llegaría decidió ir a un bar cercano alejarse y tomar unos tragos.
Llego al lugar el cual no estaba muy lejos de ahí, el alcohol ya estaba en sus venas, tomaba por penas de amor, eso le recordaba a una de esas novelas baratas que daban en televisión, donde el protagonista totalmente despechado iba a embriagarse a un bar de mala muerte por culpa de su pareja que la engañaba, aunque en este caso seria ``lo engañaba``, esperen... ¿engañaba?, No eso no podría ser, su ``amado`` Uruha jamás lo engañaría con alguien ¿o sí?
-otro trago más por favor- decía mientras pedía mas licor para poder olvidarse de todo el mundo e ir al país de las fantasías- mierda que hacen ruido -reclamaba escuchando un ruido bastante em.... Como decirlo.... Comprometedor que provenía desde el baño -Maldita sea, y tengo la necesidad de ir al baño, ahora veré como se follan ese par de tipos - Decía con desgano mientras se paraba para dirigirse aquel lugar a hacer sus necesidad básicas
Cada vez que se acercaba los ruidos eran mas y más fuertes, tenia una sensación extraña, algo le decía que no debía entrar, pero había otro algo que le decía que si debía hacerlo. Abrió la puerta suavemente, por alguna razón que ni el mismo sabía
-Aaahh más ra..pi..do...-Escuchaba como una voz pedía a gemidos, pero esa voz se le hacía extrañamente familiar ¿Dónde la abría escuchado antes?
-Uruha... Eres tan exquisitamente estrecho -
¡¿Qué?! ¿Uruha?, no... eso no debía ser otra persona con ese mismo nombre ¿cierto?, ¡No! No era SU Uruha, eso era imposible el no volvería a repetir el mismo ``error`` Aoi abrió un poco más la puerta para ver que realmente era su Uruha el cual estaba siendo poseído por una persona que no era él... No supo en que momento las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, se quedo petrificado mientras veía la escena aun no lo podía asimilar ¡¿Eso no le podía estar pasando a él?!, o sea eso quedo en el pasado ¿no es cierto? Eso por lo menos Uruha le había dado a entender, pero como siempre todo era una maldita mentira
-Por que otra vez Uruha....- Susurro al aire mientras limpiaba sus lágrimas, el no volvería a llorar otra vez por lo mismo, al menos no cerca de él, no le daría en el gusto a esa persona. No lo volvería a ver mal otra vez por su culpa, esta vez no...
Antes de marcharme pude ver como me mirabas entre asustado y feliz, yo solo te dedique una mirada de odio, mientras que sentía como algo dentro de mí que creía haber cicatrizado volvía a romperse... Otra vez. Al fin salí de ese maldito baño
¿Cerveza? Para pasar penas.... No eso ya no serviría... ¿Prostitutas? Tampoco ¿Qué hago para calmar este maldito dolor que siento?
No se en que momento llegue a mí departamento ¿Debe de haber algo acá el cual me haga olvidar todo el dolor que siento? Por ahora solo me tomare algunos calmantes, haber si me sirven de algo
Entre en el cuarto de baño y me pude ver en aquel grande espejo el cual me reflejaba perfectamente, me decepcione de mi mismo al verme, tenía los ojos rojos por tanto llorar y las lágrimas aun seguían recorriendo mi rostro, mis mejillas estaban húmedas por las lágrimas y totalmente pálidas, deje de mirarme para así poder tomarme aquellas pastillas, creo que tome aquellos medicamentos un poco más de la cuenta, Dos cajas solamente. Y aun así no desaparecía el maldito dolor en mi pecho, por eso decidí tomar una fina navaja que se encontraba en una pequeña repisa donde estaba el botiquín, la tome entre mis manos y comencé hacer algunos cortes en mis brazos, quería que de apoco la imagen que reflejaba aquel espejo desapareciera. Eran cortes simples, superficiales por mis brazos, luego comencé haciendo cortes cada vez mas profundos la sangre recorría mis brazos tiñendo de un color carmesí mi pulcra camisa blanca, ya no lo soportaba más, no quería seguir viendo mi maldita imagen en el espejo, le pegue tan fuerte que lo rompí, algunos pedazos de vidrios quedaron en mis manos, algunos saltaron a mi rostro, haciendo algunos rasguños superficiales, me quite los pantalones y comencé a cortar mis piernas, el dolor que sentía me calmaba un poco... solo un poco recordé una cosa que habían dicho en un programa de televisión... me recosté en la tina abrí la llave del agua caliente y dejé que recorriera por completo mi cuerpo, de a poco comenzaba a perder la conciencia y me costaba ver, pero te vi a ti ahí en la puerta llorando ¿Por qué estarías llorando?
- Adiós Uruha... Te amo ... - susurre débilmente para luego cerrar los ojos completamente, sin escuchar como tú me dedicabas unas últimas palabras