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Harry Potter el Heredero del Fénix por Pazu_chan

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Notas del capitulo:

Holas ^^ espero que les guste este capi y siento la demora :)

ahora a leer!!!!!!!!!!!

Capitulo veintitrés: Ellos, los Slytherin (Esos dos meses) 2º parte.

 

Ron sonrió dentro del beso, dejándose llevar por su pareja, sabiendo cuan duro era expresar aquellos sentimientos, por que a el también le costaba lo suyo, en decirlos, pero en demostrarlo, todo era muy diferente.

 

***********

 

Pansy Parkinson, era una chica elegante, sínica, chismosa y boba, o eso era lo que dejaba ver ante los demás, por que ella era muy inteligente, ya que era una muy buena representante de Slytherin y como tal debía ser muy astuta y con eso la inteligencia era algo fundamental. Aunque no podía negar que le gustaban los chismes y siempre le encantaba estar enterada de lo que pasaba en todo Hogwarts, pero no es que ella anduviera por todos los pasillos, diseminando toda aquella información que podía conseguir, simplemente le gustaba saber de las vida de los demás, no era algo de vida o muerte, pero era como un pasatiempo. Fuera de su círculo de amigos, era una chica tonta que le gustaba andar con chicos lindos, y preocupada siempre de la última moda; no negaba que le gustaba la ropa, pero eso era por la crianza de su madre. Aunque su madre no trabaja como su padre, era una mujer ocupada, que no tenia tiempo como para cuidar a su pequeña hija, y eso era por que siempre tenia que estar con sus amigas y comentar con ellas de los eventos de otras personas, así como comentar de la ropa de X persona, por eso también tenia que estar presente en todas las fiestas realizadas por alguien de la alta sociedad.

 

Su madre fue la que se encargo de su educación, le enseño como comportarse en una cena elegante, como hablar, caminar, mirar y cuando callar. Que niñas debía entablar amistad y ser “confidentes” para que pudiera sacar algún provecho en el futuro; además le dio muchos recomendaciones respecto al hombre ideal, que obviamente tenia que tener mucho dinero y ser sangre pura, si era bien parecido mucho mejor para ella, pero entre mas dinero y mas poder mucho mejor.

 

Pansy creció dentro de ese mundo, desde pequeña se dio cuenta que todo era una falsedad, sobre todo, cuando descubrió que sus padres no se amaban, que se habían casado simplemente por conveniencia. Le dolía ver como cada noche discutían, como su padre se iba para no volver en días y su madre le decía que el se iba con cualquier puta que se le cruzaba en el camino, mientras ella tenia que seguir manteniendo el buen nombre de la familia. Es por eso que desde pequeña, siempre deseo encontrar a su príncipe azul, que viniera por ella, que se casaran y tuvieran una familia, pero en donde si existía el amor, no como era la relación de sus padres, que ni siquiera la amistad existía entre ellos. 

 

Cuando ella conoció a Draco, sintió que se había cumplido uno de sus anhelados sueños, había creído emocionada que había encontrado a su príncipe azul. Aunque en un principio, Draco había sido caballeroso como todos los sangre puros, tuvo la oportunidad de conocer también su lado sincero y amable. Draco fue su primer amor, y nunca se avergonzaba en decirlo; tuvieron que pasar muchos años, para darse cuenta que Draco jamás la vería de aquella forma que ella quería, es decir como su futura esposa; sino como una hermana pequeña. Le dolió, sufrió mucho con ello, Theo y Blaise fueron los que la ayudaron a pasar por aquella época, en donde paso por varias etapas, de la negación, al enojo, odio, resignación y superación. Draco le dio su espacio, jamás la trato mal, aun cuando ella en su despecho e infantil enamoramiento, le hiso pasar incomodas situaciones.

 

Fue en su quinto años, que dejo aquel enamoramiento de Draco, aquella etapa de su vida lo recordaba con cariño. Además que eso no consiguió que su amistad se desintegrara, sino que se fortaleció aun más sus lazos. Le costo algo, pero fue capaz de disculparse con Draco y también con Theo y Blaise, que habían tenido que soportar sus berrinches y llantos, además que esos dos, habían tenido que dividirse, para estar con Draco y Pansy, y así no dejar a uno de lado por el otro.

 

Caminaba elegantemente por los pasillos del colegio, con su falda corta y su blusa bien pegada al cuerpo, dejando a muchos alumnos y alumnas, alucinados por su figura, que no se dejaba ocultar, aunque tampoco andaba vestida como una cualquiera, eso no estaba dentro de sus estándares como sangre pura. Sonrió coqueta y algo boba, a un chico de Ravenclaw que siempre le sacaba información, con un poco de flirteo, que no iba mas hacha de palabras. Pansy nunca quiso aparentar lo que en realidad era, como sus amigos, dejo su mascara puesta ante los demás, era algo molesto a veces, tener que parecer tan boba, pero siempre acaba sacando provecho de su condición de tonta.

 

Es quizás por eso, que tanto le molestaba la forma de ser de Hermione, antes, cuando no la conocía bien, le molestaba de sobre manera el que actuara como sabelotodo ante todo el mundo, siempre queriendo demostrar que ella sabia todo lo que preguntaban, afanándose de todo su genio. Cuando poco a poco, comenzó a saber mas cosas de ellas, le empezó a llamar la atención, se veía que no le gustaba las injusticias y que se tratara mal a las criaturas mágicas que habitaban en el mundo mágico, incluso había querido ayudar a los elfos; aunque sabia que era una idea absurda, en el sentido de que ni siquiera los elfos querían ser liberados; también sabia que Hermione lo hacia por ser hija de muggles, ya que ella no había visto los elfos desde su infancia, y no se había acostumbrado como todos los otros hijos de muggles que llegaban al mundo mágico, aunque tenia que darle el merito de que Hermione tenia mucho valor para enfrentarse a ellos y por no sentir vergüenza por las burlas y miradas divertidas que casi todos los alumnos de Hogwarts le dedicaban.

 

Así paso, de ser Granger la sabelotodo, genio come libros, a convertirse en su pequeña obsesión, veía como la castaña siempre se empeñaba con leer y leer, llenarse de conocimiento; aunque veía que le faltaba algo de diversión, de espontaneidad, ya que la Gryffindor siempre parecía querer planear su vida, sin darse cuenta que eso, simplemente no servía, ya que la vida era tan indomable e inesperada, que nunca sabemos lo que nos espera al otro día. Hermione era una chica lista, y aunque le gustaba presumir de ello, siempre ayudaba a sus amigos, le importaba lo que pasaba a su alrededor, no era como los Ravenclaw que la mayoría se interesaban en ellos mismos o en su limitado circulo; en cambio Hermione podía ser muy valiente y astuta como una muy buena representante de Slytherin; Pansy sentía que la segunda opción del sombrero seleccionador para Hermione hubiera sido Slytherin y no Ravenclaw. 

 

Pansy llego a la biblioteca, suspirando audiblemente, pero con una sonrisa en sus labios, sabia que a su novia, la debía compartir con sus amados libros, pero ahora, había conseguido equilibrar aquella obsesión con leer que tenía su novia y pasar tiempo con ella. No es que quisiera que la castaña dejara de leer y aprender por ella, por que eso venia en el paquete cuando quiso comenzar a salir con la Gryffindor, sino que quería que Hermione se diera cuenta, que siempre hay momento para todo y que los momentos de ociosidad no eran tiempos perdidos.

 

Pansy se encamino con galantería hacia la mesa que estaba ocupada por Hermione y una gran cantidad de libros que se encontraba a su alrededor. Hermione estaba tan ensimismada en lo que hacia, que no se había dado cuenta de que era observada ávidamente por una Slytherin, que no se cansaba de admirarla silenciosamente.

 

Pansy había dejado gravada en su memoria, una frase que su madre siempre le había repetido hasta el cansancio, aunque había desestimado las excepciones y las reglas impuestas por idiotas que creían, que la vida de las personas era para aparentar cosas, que todo el mundo sabia que no eran así, por que nadad ni nadie era perfecto.  Por eso siempre recodaba aquellas palabras, que su madre tan fríamente le había dicho; “Si quieres algo, tómalo…” y eso había hecho, pero sin importarles las consecuencias, lo que los demás irían a pensar, no pensó en nadie, simplemente en lo que ella quería, era egoísta, lo sabía pero si uno no pensaba en uno mismo, ¿Quién lo hacia? Su madre no lo aria, ni su padre… solo estaba ella misma, para obtener lo que verdaderamente quería y en ese momento, quería a esa sabelotodo.

 

Con una sonrisa traviesa, tomo la pluma que la castaña estaba usando, para anotar los apuntes de esos viejos libros llenos de conocimiento. Hermione iba a protestar, a quien había sido el graciosito  que le había quitado su pluma, pero sus protestas quedaron encerradas en su boca, cuando esta fue apresada por otra.

 

– ya va siendo hora que guardes ese libro, ya van a ser la hora de que cierren la biblioteca – le susurro sedosamente a su novia.

 

Hermione se sonrojo ligeramente y frunció el ceño, falsamente molesta, al ser interrumpida por su novia – un momento mas…

 

– vale… – dijo simplemente, con una traviesa sonrisa, sabiendo que Hermione no solo le pedía que le acompañara un rato mas, por su lectura, sino que si se demoraban un poco mas en salir de la biblioteca, no alcanzarían a llegar a sus respectivos dormitorios, por lo que tendrían que ir muy seguramente a la sala de los menesteres a pasar la noche.

 

Pansy saco “Corazón de Bruja”, para pasar el rato, mientras esperaba pro que Hermione, anotara las paginas de los libros que había estado leyendo.

 

Su relación no había tenido mayores problemas, aunque podían tener muchas diferencias, sabían como arreglarlas y solucionar sus problemas, rara vez habían discutido y tenido desacuerdos graves; el problema que existía en su relación eran sus padres. Pansy le había contado a sus padres lo de Hermione, su padre había creído que era uno de sus nuevos caprichos y no le dio la mayor importancia, mientras que su madre le había dicho, cuan decepcionada estaba de ella, por juntarse con sangre sucias, además de decirle el mal gusto que tenia. Hermione por otro lado, también había tenido dificultades con sus padres, ellos aun estaban en proceso de entender y aceptar que su única hija era lesbiana y aun silenciosamente, esperaban que solamente fuera una etapa de experimentación y no su definitiva inclinación sexual. Pero Pansy y Hermione estaban contentas con su relación y no la estropearían por culpa de sus progenitores, aunque Hermione tenia la esperanza de que sus padres la entendieran y aceptaran, así como a su pareja; mientras Pansy, ya había perdido la esperanza hacia tiempo.

 

***********

 

Draco Malfoy, era el típico chico mimado y engreído, que cualquiera pudiera esperar, al ver de la familia en que venia; criado como todo un sangre pura, orgulloso de su apellido y altivo por su posición social y monetaria, debía comportarse a la altura de su origen magistral, a la usanza antigua, odiando y menospreciando a los hijos de muggles y sobre todo a los muggles. Draco fue criado por una abnegada madre y esposa (aunque siempre estaba en fiestas o en la casa de alguna amiga), Narcisa siempre velaba por su pequeño y único hijo, sabiendo que nunca mas podría tener otro con su amado esposo, ya que su débil cuerpo, no soportaría otro embarazo, como también ella sabia era la mejor escusa, para que Lucius no quisiera otro heredero.

 

Narcisa fue prácticamente la sombra de Draco, siempre velando que nada le faltara, cumpliéndole hasta el mas absurdo de sus pedidos, pero aun así, con su asfixiante protección hacia su pequeño; Draco siempre había idolatrado a su padre, queriendo ser el orgullo de aquel hombre, que siempre veía sumido en su trabajo, pero que aun cuando se encontraba cansado, había un tiempo para hablar con su único hijo.

 

Draco supo a muy temprana edad, que sus padres eran los mejores, quizás ante el mundo y sobre todo en fiesta de la alta sociedad, sus padres podían ser unos témpanos de hielo, algo que el también debía imitar, para que nadie pudiera ver las “debilidades” de su familia; pero el veía como sus mejores amigos, como Pansy, Blaise y después Theo, que sus padres actuaban fríos e indiferentes con sus hijos a cada hora del día, frente a quien sea; en cambio en el interior de su hogar, no era así; su madre vivía solo para el y su padre siempre que podía pasaba su tiempo libre charlando, educándolo e incuso jugando con él, aunque hubo veces en su infancia, en que pensó en que sus padres no lo querían, por que a veces lo dejaban solo o lo retaban y le hablaban duramente, pero al comparar con otras familias, se sintió verdaderamente amado.

 

Al ver la vida de sus amigos, se sintió el rey del mundo, como si el fuera un niño especial y único, que por ello debía tener lo mejor, los mejores padres, los mejores amigos, las mejores túnicas, los mejores juguetes, etc. pero así no era la realidad, el simplemente había sido un niño, que había vivido toda su infancia en una burbuja hermética, que lo protegía de la crueldad y realidad del mundo, incluso sus amigos, habían querido mantenerlo allí, en la creencia de que el mundo giraba en su entorno, aquella burbuja se rompió cuando lo conoció a el…

 

A sus once años de edad y con la pronta ida hacia Hogwarts, los nervios y el ansia de poder demostrar a su padre de que el si, era un buen Malfoy, le hiso perder el juicio y el temple, sobre todo al ver que aquel chico que había conocido en Hogsmade y que tanto le había llamado la atención, estaba junto a Weasley. Las cosas se retorcieron en su cabecita, cuando vio que aquel mismo chico, lo rechazó, ¡lo rechazo! ¡A el! A Draco Malfoy, a quien todos querían como amigo, a quien lo tenía todo… “absolutamente” todo.

 

Fue infantil, inmaduro y caprichoso, como aun quizás a su edad actual, aun lo era, pero no podía cambiar nada, lo hecho, hecho esta… él había querido llamar su atención, que se diera cuenta del garrafal error que había cometido, al haber escogido al idiota y pobretón de Weasley y lo estúpido que había sido, al considerar a una sangre sucia, como una amiga. Pero las cosas no salían como el las planeaba, Harry Potter nunca se arrepintió de la elección que había hecho, nunca llego a el pidiéndole, no rogándole, por que fuera su amigo… nunca le miro con admiración o respeto.  Y lo mas idiota de todo, es que el sin darse cuenta, se había enamorado de ese estúpido Gryffindor con complejo de héroe…

 

A mediada que iba creciendo, su visión del mundo mágico y muggle iba poco a poco cambiando, aun cuando delante de su padre y quizás también así mismo, no quería reconocerlo, por que el siempre había deseado ser el máximo orgullo de su padre, pero no podía negar que muchas creencias de su familia, no eran mas que tontos prejuicios. También se dio cuenta, de la verdadera relación de sus padres, veía con dolor como su madre se desvivía por su padre, pero este no le correspondía aquel sentimiento, que Narcisa se esmeraba en trasmitir a su esposo. Pero al igual que su padre, el también era frio con su madre, aun cuando la amaba con todo su ser.

 

Aun cuando había madurado mucho con los años, eso jamás se demostró ante las personas fuera de su círculo de seres queridos. Para el resto del mundo seguía siendo el hijito de papá, malcriado, engreído y frio Draco Malfoy, que siempre molestaba a los Gryffindor, especialmente a Potter, la única forma que había, para que el “niño que vivió” le prestara la debida atención hacia su persona, aunque para Draco, cada vez era mas difícil no tomar a Potter, estamparlo contra la pared y besarlo.

 

Draco seguía caminando hacia su dormitorio, ya era algo tarde y mañana “todos” irían a Hogsmeade, para distraerse y pasarla bien; aunque el tuviera que pasarla acompañado de su “prometida”; pensando en esa, recordó cuando se enfrento a su madre…

 

Flash Back

 

Había pasado un par de semanas del comienzo de clases y Draco estaba de los nervios, por el asunto de su supuestas prometida y para empeorar las cosas, su madre no había contestado ninguna de sus cartas, ni siquiera las que su padre le había enviado.

 

Por eso caminaba, lo mas rápido posible hacia el despacho de su padre, ya que le había mandado una misiva, diciéndole que era muy importante que no se tardara; algunas veces su padre podía ser exagerado con sus exigencias en la hora, pero no era eso lo que le hacia ir lo mas rápido hacia el despacho, sino el estar casi seguro, de que su madre había mandando alguna carta, explicando que todo lo que esa estúpida de Greengrass había dicho, era falso, que no existía ningún compromiso de matrimonio.

 

Draco golpeo lo mas suave posible, la puerta del despacho de su padre, después del claro adelante, el rubio entro rápidamente, la puerta se cerro sola, junto con un hechizo de privacidad, que estaba aplicada de antemano por el dueño de la habitación.

 

Se asombro al ver a su madre junto a su padre, al señor Lupin, su padrino y su “tío” Sirius, todos estaban sentados, al parecer esperándolo.

 

– madre… – susurro aunque no se le acerco.

 

Narcisa sin importarle la frialdad con que le saludaba su único hijo, se le acerco y lo abrazo fuertemente, besándolo en la frente.

 

– oh mi pequeño dragón ¿Cómo has estado? ¿Te ha ido bien en las pruebas? ¿Has tenido algún problema? Por que si es así, debes decirlo, ahora estas rodeado de…

 

– ¡mamá! – le llamo la atención, ya completamente mareado con las preguntas de su madre.

 

– ¡Draco! Que te e dicho acerca de levantar la voz a los mayores, menos a tu madre, jovencito, creo que…

 

– Deja de decir bobadas, y dime que toda esa bobería de Greengrass y que es mí supuesta prometida es una chalada de esa niñita.

 

Narcisa le miro con reprobación, la verdad es que Draco era muy parecido a su padre, no solo por su físico, sino también por su personalidad, pero también su dragón había sacado mucha de la personalidad de su abuelo Abraxas, cosa que verdaderamente le molestaba, sobre todo aquella miradita que le exigía que hablara ahora mismo y ella odiaba que le ordenaran, menos su hijo, que debía darle mas respeto; pero sabiendo que Draco debía estar alterado por saber la respuesta, le siguió el juego a su hijo, aunque se anotaría mentalmente el hecho, de darle alguna reprimenda después. Narcisa se separo de su hijo, pero aun permaneciendo frente a el.

 

– no puedo decirte eso Draco, ella tiene razón, es tu prometida.

 

Estaba literalmente en shock, sus ojos grises miraban fijamente a su madre, sin poder o mejor dicho sin querer entender, lo que había pronunciado su madre, no… aquello no podía ser realidad, simplemente todo era un error, una estúpida broma ¿Cómo su propia madre le había hecho algo así? ¿Cómo…?

 

– ¿¡Que estas diciendo!? ¡Estas loca madre! ¿¡Que hiciste!? ¡Quien te dio el derecho de tomar ese tipo de decisiones por mi! ¡Me has arruinado la vida! – Recordando a cierto chico de ojos verdes – ¡te odio! ¿Y tú te haces llamar mi madre…?

 

– Vasta Draco… – dijo Lucius al ver lo afectada que se veía Narcisa, por las palabras de su hijo.

 

– no me digas que me calle padre, no cuando esta mujer arruino mi vida, ¿Qué conseguiste con esto? ¿Quedar bien con tus amigas? ¿Dinero, viajes, diversión…?

 

Pero Draco no pudo seguir, ya que recibió una fuerte bofetada, por parte de su madre, quien derramaba lágrimas silenciosas; Draco solo atino a acariciar su maltrecha mejilla, que había quedado ligeramente magullada. Lucius se había parado de su asiento, quizás por un acto reflejo para proteger a su hijo, aunque sabia que se lo tenia merecido, podía llegar a entender el enojo, frustración y dolor, que podía estar sintiendo, pero se contuvo y se quedo en su lugar; apretó fuertemente, la cálida mano que se había aferrado a la suya. 

 

– ¿sabes lo que gane con ese compromiso? – Susurro suavemente, sin limpiarse las lágrimas, mirando directamente los ojos grises de su hijo, que le miraban desafiantemente – ¿sabes? Gane el que mi único hijo, no fuera marcado, gane tiempo para que mi único hijo no fuera un mortífago, gane que ese remedo de Lord Oscuro, no pusiera sus asquerosas manos sobre ti, eso es lo que gane Dragón y lo volvería hacer una y otra vez, si con eso aseguro tu seguridad…

 

Todos vieron como Narcisa lentamente se sentó en un sillón, aquella mujer, parecía mucho más vieja de lo que era, como si por fin todo lo que había tenido que sufrir esos años, hubieran caído de golpe en su cuerpo y se demostrara en su rostro, demacrado, cansado, triste.

 

– ¿de que hablas Narcisa? El Lord nunca nos informo de que quisiera a Draco en sus filas, no por lo menos, hasta que saliera de Hogwarts, que seria obviamente marcado – hablo estoicamente el profesor de pociones.

 

– lo se Severus, pero eso fue lo que les dijo a ustedes, conmigo si hablo su interés por mi dragón y no iba a permitir que ese ser ensuciara a mi Draco, así que cuando Draco cursaba el sexto curso, organice una comida con los padres de Daphne y Astoria Greengrass, les dije que mi único hijo necesitaba a una dama de la alta sociedad y que estuviera en su misma condición económica y de pura sangre, para que fuera su esposa, ellos estaban entusiasmados con la idea, pero les dije que la mejor opción era Astoria, ya que así Draco tendría unos años para estudiar y poder hacerse cargo del imperio de la familia, y cuando Astoria saliera de Hogwarts podrían casarse inmediatamente, ellos aceptaron inmediatamente...

 

– no veo la conexión, a Voldemort no le importaría el que Draco se casara, para marcarlo…

 

Narcisa sonrió suavemente – tienes razón primo, pero yo si veía mas allá, le dije al Lord, que era mejor tener mas aliados, sobre todo a sangre puras con dinero y renombre, respetados en las esferas políticas y sociales, los Greengrass en Francia son muy respetados, por lo que si Draco se casaba con una de las hijas de esta respetada familia, Draco podía conseguir mas aliados por parte de Francia, incluso miembros del ministerio Francés, el Señor Tenebroso lo pensó, y me dio su bendición, para que Draco se casara con Astoria y que para eso, era mejor que no tuviera la marca, así era mas fácil ganar la confianza de los aristócratas Franceses…

 

Lucius estaba realmente sorprendido por toda aquella artimaña, que había creado su ex-esposa, no podía creer lo cerca que estuvo de que su dragón fuera marcado y todo lo que había tenido que hacer Narcisa, para resguardar la integridad de su pequeño.

 

– gracias…

 

– no tienes que darla Lucius, eso y mucho mas aria, por mi dragón mal agradecido – dijo sencillamente, mientras miraba calculadoramente a su hijo.

 

– lo siento… no debí… – susurro cohibido y avergonzado, al ver lo mal que había actuado y pensado de su madre – te quiero mamá – le dijo, antes de abrazarla fuertemente, sabiendo lo duro que había sido su vida, si hubiera sido marcado, quizás ni siquiera estaría allí, sino a muchos metros de profundidad, con solo un pedazo de piedra como indicativo de que el alguna vez existió.

 

– no importa pequeño, yo se, lo idiota, contestador, excitable, exagerado…

 

– Mamá – se quejo casi infantilmente.

 

– ¿¡que!? Si es verdad, pero aun así… con todo el parecido de Lucius, te quiero igual – besándole la frente.

 

– ¡Narcisa!

 

– ¡Mamá!

 

Padre e hijo, hablaron al mismo tiempo y refunfuñaron los dos, lo que causo la risa de parte de todos, aligerando el ambiente del lugar.

 

– y… que vamos hacer con el compromiso de Draco, debe haber alguna forma, para que ese compromiso se anule – comento Remus, sabiendo que aun existía el problema del futuro casamiento.

 

– mi querido Remus, no te preocupes por eso, yo ya tengo la solución a ello, no iba a meter a mi hijo en un matrimonio concertado, sin tener la seguridad, de que pudiera ser anulado, y que mi hijito fuera libre, para conquistar a cierto chico de ojos…

 

– ¡mamá! – chillo escandalizado el adolecente, tapando la boca de su madre con sus manos, para que no dije nada mas.

 

– Draco – amonesto su padre, aunque internamente estaba divertido, por la actitud de su hijo –  no creo que sea necesario, con tu disimulada actuación de estos días, todos sabemos con quien preferirías estar comprometido, así que compórtate.

 

Sirius miro a todos los que estaban en el salón, quienes miraban divertidos hacia su sobrino, quien estaba rojo de vergüenza, así que sin poderse contenerse le pregunto a quien tenia a su lado…

 

– ¿Quién es…?

 

Severus suspiro frustrado, y le miro con enojo – en serio pulgoso, creo que tanto tiempo pasando como perro, te hace tener un cerebro como ellos.

 

Sirius le miro molesto, mientras se cruzaba de brazos y miraba a su amigo, con aquellos ojos de perro abandonado, fuera de la casa, con una torrencial lluvia sobre el.

 

– creo que es mejor que te quedes con la duda, y pienso que Severus tiene razón Sirius, es mejor que pases menos como perro… – se burlo su amigo.

 

Ahora si el animago le miro feo a su amigo, mientras se refunfuñaba y murmuraba por lo bajo, contra la serpiente alvina y su afán de volver al lado oscuro, al bueno de Remus.

 

Draco estaba mas que agradecido, de que Black, no supiera (aun) que le gustaba su ahijado, por que el día en que lo hiciera, su vida estaría en constante peligro.

 

– entonces mamá, que tenemos que hacer para librarme de la mocosa esa…

 

Narcisa sonrió perversamente, ante las palabras, mirando fijamente a cierto castaño, que se puso nervioso ante aquella miradita, que le indicaba claramente, que habría problemas y que él estaría en el meollo del asunto, aun cuando no quisiera…

 

– bueno, de eso depende de Remus, el es el único que puede ayudar a zafarte de ese compromiso matrimonial…

 

Todos miraron hacia Remus, sin entender de lo que estaba hablando Narcisa, ¿de que iría el plan de Narcisa? Lucius esperaba que no fuera nada, demasiado retorcido, por que no quería exponer a su lobito, pero sabia bien, que si era por el bienestar de su hijo, estaría dispuesto a rogar, por que Remus los ayudara, aunque Lucius Malfoy, sabia muy bien que Remus lo ayudaría sin necesidad del ruego, que estaría dispuesto a ayudar a su hijo en lo que pudiera…

 

Fin Flash Back

 

Draco se tiro en la cama, mirando hacia el techo, suspirando tranquilamente, sabiendo que debía tener mas paciencia, ya que aunque el quisiera romper ahora mismo el compromiso con la menor de las Greengrass, no se podía, ya que el plan de su madre no era inmediato, además que no podían poner en sobre aviso a los Greengrass, ya que podrían arruinar sus planes y buscar la forma de que aquel compromiso no se rompiera por nada del mundo. Se dio media vuelta, fijando su vista en una ventana, pensando en que mañana seria muy agotador, ya que tendría que dividirse, entre estar con su prometida y con su fénix; antes de cerrar sus ojos, deseo poder tener dos cuerpos y así poder hacer las dos cosas al mismo tiempo, pero algunas cosas eran imposibles, aun en el mundo mágico.

 Continuara…   

Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado ^^ cualquier cosa, me lo dicen en sus comentarios, que espero leer con ansias, ya en el prox capi por fin saldra Harry y para quienes querian saber mas de la relacion de Lucius/Remus y Sirius/Severus, en algunos capi mas adelante se los dedicare a ellos XDDD

nos leemos, cuidense!!!!!


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