Aquel brillo...
Simplemente no puedo sacar tu rostro de mi mente, no puedo dejar de recordar esos ojos azules mirándome con esa intensidad, ese vigor ,esa pasión que demuestras cuando tienes un balón en las manos.
A veces creo que de solo recordarlo, mi corazón embravecido vibra una y otra vez, y tú eres el culpable, siempre es tu culpa.
Me llevaste más allá sin que yo mismo lo supiese, y mis músculos envidiaron los tuyos, y mis jugadas envidiaron las tuyas. ¿Puedes creerlo? Yo envidiándote. ¿Qué pensarían del tensai si esto se supiese?
Sé que solo estabas jugando y eso es lo que me gusta de ti, esa fuerza y ganas que le pones a todo lo que haces, aunque ni tu mismo sepas que tus acciones tienen consecuencias…
Tantas veces desee no insultarte o golpearte, con el solo motivo de poder sentir un poco de tu estrella, esa que yo no tengo; que de solo observarte siento que mi cuerpo se empequeñece, y me veo como un niño aspirando subir a un columpio demasiado alto. Aun estiro mis mano y no puedo alcanzarlo, pero la crueldad provoca que las yemas de mis dedos acaricien lo inalcanzable.
Mis problemas de comunicación contigo me impidieron acercarme de la manera en que yo quería. Insultarte hacía que me miraras, que me escucharas, que supieras que existía y que nunca nadie podría evitar que nuestras miradas se cruzaran. Rivales declarados, yo mismo me encargué de demostrarlo. Nunca nadie podría privarme de competir, y desear ganarte… Si te ganaba, existiría…pero mientras tanto, solo era una sombra de esas tantas que opacas con tu juego.
Cuando supe de ti desee ser mejor, porque simplemente me gustan los retos difíciles y tu eres un reto de esos que uno cree inalcanzables, tal vez de esos que aparecen solamente una vez en la vida.
Pase mucho tiempo planeando una táctica para tenerte, muchas horas se me fueron pensando en cómo sería el momento en que estuvieras en mi cama compartiendo eso que nos une, esa pasión que de tus ojos azules resalta.
Es irónico que yo, el Tensai, tenga que admitirlo. Te amo, te admiro, me gusta todo de ti porque siempre puedes sacarme de mis casillas...aunque hay otra persona que también lo logra pero no quiero pensar sobre él, demasiado para mi corazón.
Siempre odie hacerme preguntas y ahora lo entiendo, porque al hacerme preguntas descubrí que te amaba y es por eso que te odio..te odio tanto que mi corazón duele.
Pero cuando simplemente me observas como solo tu sabes hacerlo, todo se borra y solo veo tus ojos...esos que siempre desee que solo me miraran a mi.
Y ahora estas a mi lado y no puedo dejar de observar tus labios, tu sonrisa...tu piel me recuerda a un lienzo blanco, con tanto lugar para pintar.
Me voy perdiendo en esa luz que irradias, esa que me llama de tal forma que no puedo evitar tocar tu rostro. Ahora mismo lo estoy haciendo y mis manos queman...tu piel me quema.
Me estas mirando, esos ojos brillan mas por las noches y quiero que sean solo míos, mi tesoro personal.
Tu cuerpo me llama a deleitarme en los espacio vacíos entre tu cuerpo y el mío, y entonces nuevamente mis visión se detienen en tus labios, y no puedo evitar tocarlos. Como yo creía, siempre me resultan tan suaves...
-no puedo evitar tocarte- susurro, profanando el silencio que encierran las paredes blancas de la habitación. Sueno tan excitado, ronca, vulgar… Siempre con vos es así, tan banal.
-Nadie te pide que lo evites, Hanamichi- escuchar tu voz a veces se me hace extraño, supongo que tendré que acostumbrarme pues es diferente a como era en mis sueños.
Para mi siempre fuiste otro, y tu voz era tan baja que tenía que acercarme hacia tus labios para poder escuchar. En mis sueños apenas podía sentir tu respiración, escapando sobre mi mejilla cuando te acercabas a decirme algo que nunca habías dicho. Siempre eras tan silencioso que incluso eso parecía volverme loco.
Observo nuevamente esa sonrisa en tus labios, y te encargas de arrebatarme el sueño demostrándome quien eres. Tu mirada me acorrala contra las sábanas, me come ,y es ahora que entiendo. Porque cuando tus ojos brillaban era porque estabas conmigo...solo conmigo; aunque tu no eres Kaede Rukawa sino Akira Sendou…
El tiempo ha pasado y yo continúo igual que siempre. Soy el mismo tensai aunque ahora, me conformo con menos…
FIN