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14 de Febrero por pionguis

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Notas del fanfic:

 

 

.no lo edite, asi que no sean muy quisquillosos.

Notas del capitulo:

 dedicado a mihll, por ser dia de la amistad. jelicidades!!!

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 Cuando éramos niños pensé que eras el mejor amigo que podría llegar a tener. Un amigo, sólo eso, nunca pensé que las cosas cambiarían tanto.

Tenía quince años cuando me di cuenta de que estaba enamorado de ti. No sé como pasó, simplemente fue como si un día pudiera verte de forma diferente, como si te viera por primera vez, como si yo hubiera vuelto a renacer para conocerte de nuevo.

Entonces me sentí muy confundido, no sabía si decirte lo que sentía o no, temía tanto a tu reacción que pasaron incluso años antes de que me planteará seriamente en confesarme.

Me decidí por fin pero ya era tarde, conociste a una chica en la universidad y dijiste que estabas enamorado. Me avergüenza decirlo, pero ese día lloré. De rabia y de frustración. Los odie; a ella, una desconocida que de repente se presentaba en tu vida y se adueñaba de tu corazón, a ti, un idiota que ignoraba el daño que me provocaba que me hablaras de ella en todo momento. Sin embargo seguí en silencio. 

Intenté alejarme, de verdad que lo intenté, mas cuando te dabas cuenta me trías de vuelta, eras el sol de mi sistema solar; imparable y constante, jamás pude huir de la atracción que ejercías en mi. Entonces decidí ocultarme. Para que no supieras, para que no dudaras y para que nadie sospechara de mis secretos sentimientos me propuse conseguir una novia, una que fuera mejor que la tuya, más guapa y más simpática, una que de verla te diera envidia, tanta como la que yo sentía, de algún modo creí que sería retribuido de esa manera. 

La encontré, pero antes de que le dijera nada, llegaste tú con la cara acongojada diciendo que tu novia te había dejado. Sentía alivio, un gran alivio. De nuevo eras mío, al menos lo fuiste por un tiempo, muy breve he de decir. 

Conociste a alguien más, y cuando ese alguien te dejó conociste a alguien más y así pasaron los años, y yo nunca estuve en tu lista, jamás siquiera logré vislumbrar una oportunidad para mi, así que me rendí.

Busqué nuevamente una novia pero ninguna me satisfacía, escogí a una de todas y llevé una relación norma, al menos por un tiempo, pues los secretos son como el agua que se acumula hasta hacer reventar a lo que lo contiene.

Esta vez fui yo quien conoció a alguien, fue mi apoyo por largo tiempo, fue mi amigo, mi amante… Nos veíamos a escondidas, pues al igual que yo, tenia novia. Y es que es tan difícil mostrarse al mundo tal cual, era preferible llevar una doble vida que decir la verdad.Duramos bastante, pero cuando mi novia comenzó a ponerse pesada con el matrimonio los dejé a los dos. 

Un día llegaste borracho a mi casa, diciendo que tenías algo que confesarme; me dijiste que habías estado con un hombre y que te había gustado. Me llené de rabia y te eché de mi casa.

¡Cómo te atrevías a presentarte frente a mí diciendo eso, estuviste con un hombre y no fui yo, te gustó y no fui yo! ¡Agonizaba de celos y tristeza pensando que nunca podría ser y tú vienes y me dices eso!

Me miraste confundido, no sabías si lo que te decía era una broma o no, así que hice lo único que podía hacer par que me comprendieras: te besé. El efecto fue inmediato, saliste corriendo y no volviste a hablarme hasta varios meses después. Nos disculpamos mutuamente y no volvimos a hablar del tema.

Para ser sinceros esa fue la peor etapa de mi vida, verte fingir que no sabías de mis sentimientos era peor, más doloroso que sólo esconderme. Me rechazabas a mí e incluso la idea de que te pudiera amar.

Decepcionado del todo, busqué alguien que me amase y a quien pudiese amar, y lo encontré. Era guapo y agradable, que le presenté a mi familia y que me ayudó a pasar por la aceptación, era Todo lo que hubiera deseado. Pese a eso tú seguía en mi alma, así que me dediqué a arrancarte aceptando salir formalmente con él. Cuando te lo dije te quedaste callado, te despediste y te marchaste a casa.Me fui a dormir bastante deprimido, pero decidido a olvidarlo.

En la madrugada escuchó el timbre, o mejor dicho a alguien pegado a el. Eras tú, borracho a más no poder. Entre reclamos te ayudé a entrar y te llevé ala sala, entonces te detuviste y sujetándome por la cabeza me besaste.

Esa fue nuestra primera noche juntos, nuestro primer 14 de febrero, una fecha que nunca olvidaré.

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Notas finales:

 

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