Capítulo I
-Te lo devolveré todo, Draco.
-¿Cómo?, ¡estás loco!, estoy seguro de que has perdido la razón- dice el rubio bufándose- si no tienes dinero ni para ti, ¿cómo piensas salvarme si no puedes salvarte tú?
-Yo, hablaré con tus padres, por mientras, guarda silencio y no interrumpas.
-No me des órdenes Potter, no soy tu sirviente.
-Si te quedas callado, te doy un beso.
-¡No me trates como a un pendejo!
-¿Acaso no quieres besarme?, ¿ya no te gusto?, no sabes lo que te pierdes.
-Nada que no haya probado con anterioridad.
-Pues no vengas después como un perro arrepentido a seducirme, que no te daré la pasada.
-Tampoco te lo voy a pedir.
-Me parece.
-¿Por qué tanta bulla aquí afuera?- pregunta Lucius muy enfadado.
-Padre, tenemos que platicar- dice Draco ingresando al vestíbulo.
-No podías venir solo, ¿también tenías que traer a tu amante?
-Vine para solucionar todo este embrollo- interviene el pelinegro.
-¿No fue suficiente la inversión?, al menos tú salvaste la porquería de empresa que tienes que no vale por supuesto la pena mencionar, mientras nosotros, todo se fue al carajo, y sabes quién es el culpable de todo esto, ¿lo puedes imaginar?, o ¿te hago un dibujo?
-Ya se que soy yo, no tiene que ser tan poco amistoso, aunque ya veo a quién se parece su hijo, al tema que nos atañe, vengo a proponer una solución no a destruir lo poco y nada que queda de los Malfoy.
-¿Qué propones?, te vas a prostituir, subastar para ganar en algo las pérdidas de nuestra cadena de hoteles o vas a proponer algo mejor- dice Lucius con sarcasmo dirigiéndose al living seguido por los dos chicos.
-Creo que mi propuesta no va en ese sentido, además, usted debe saber mejor que yo, que mi empresa no hubo inversión, si no me equivoco en este mismo momento debe estar siendo rematada o repactada, quien sabe- dice el moreno sentándose en el sillón de cuero negro.
-Habla de una vez, no tengo todo el día para estar escuchando a la peste que contaminó a mi familia.
-Propongo una ley de intercambio, a decir verdad, las acciones de mi empresa fueron herencia de mis padres, pero hace poco, descubrí que tengo una propiedad, la cual pensaba vender para recuperar mi capital inicial, si está de acuerdo, la venderé, repartiremos el dinero en partes iguales y me empleará dentro de su empresa.
-No, prefiero estar muerto antes de aceptar tu dinero.
-Tómelo o déjelo, estoy seguro que si platico con la esposa de Draco, ella escuchará mejor y tal vez convenza a su padre de que no retire sus acciones, pero ya que su hijo no cumplió con lo acordado, tendrá que darme por lo menos una indemnización contundente.
-Más encima quieres dinero, no puede esperarse menos de ti.
-Son las opciones, usted deberá decidir.
-Padre, no veo que sea algo tan malo, así podremos recuperar lo que es nuestro por derecho.
-¿Y cómo piensas convencerlos de que hagan lo que tú quieres?- dice alzando una ceja Lucius y removiéndose un poco en su sillón.
-Fácil, el único culpable es Draco, aunque si le digo unas cuantas cosas más, va a resultar.
-No te creo, sólo quieres beneficiarte de todo esto.
-Si lo ve de ese modo, no hay trato, siga soñando que alguien lo va ayudar- se levanta abruptamente Harry del sillón y se topa con Narcisa en la entrada del living- mucho gusto Sra. Malfoy- dice galante el joven.
-Espera- se levanta Lucius de su sitio- tienes un plazo de 24 horas, demuestra que puedes hacerlo y cerramos el trato.
-Está bien, es todo lo que necesito- dice y sale por la puerta principal seguido por Draco.
-¿Estás loco?, ¿qué le vas a decir a mi esposa?- pregunta el chico tomándolo por el brazo al ojiverde.
-La verdad, qué quieres, que le mienta, que le suplique que me perdone, ya cargo muchos pecados... te dije que te lo devolvería todo, y así será, ahora llévame donde vive tu esposa y hoy mismo, todo acabará- dice serio el moreno y se adelanta hacia el vehículo, se sube en el asiento del copiloto, esperando a que el rubio conduciera.
Draco reaccionó y subió a su auto, encendió el motor y partieron...
El camino se hizo eterno, la mirada acusadora de Draco y los nervios del ojiverde, tenían el ambiente bastante tenso, si no resultaba, estaba perdido...
-¿Falta mucho para llegar?- pregunta el moreno con tono ansioso y rompiendo el silencio.
-No mucho, ¿por qué?, ¿vas a huir?- pregunta Draco, acusándolo.
-No pienso escapar, ¿tú si?- le pregunta devolviéndole la mirada acusadora.
-Para nada- responde y fija su vista frente a la calle.
-¿Estás molesto?- dice Harry incómodo.
-Si podías salvar tu empresa, ¿por qué acudiste a mi?, ¿qué pretendías desde un principio?
-Era eso, no existe esa propiedad, lo inventé.
-¿Qué has dicho?, si mi padre se entera...
-Ya debe saberlo, te apuesto que ahora está buscando todo lo que tengo en bienes raíces o propiedades y si todavía la mansión está intacta para cuando llegues es que no se atreve ni a caminar descalzo, si tu esposa no me cree, resignate a que tendrás que vender tu mansión.
-Eso ni lo pienses, yo no venderé jamás mi casa.
-Yo tampoco venderé la mía.
-Estamos iguales.
-Iguales, quebrados, con problemas mayúsculos y más encima, mentirosos.
-Tú eres un experto en el tema, Malfoy.
-Tú tampoco no lo haces nada de mal.
-He tenido al mejor maestro, puedes mentir incluso en la cama.
-Deberé mejorar mis técnicas, aunque en ese aspecto, no te mentí.
-¿Prefieres estar conmigo, que con tu esposa?- pregunta incrédulo Harry, al cual le latía el corazón muy rápidamente.
-¿Acaso no te lo he demostrado lo suficiente?, sí fuese distinta la situación, te aseguro que no saldrías de tu casa al menos en una semana, sólo estarías en la cama, conmigo.
-Entonces ahora tengo más argumentos para hablar con tu esposa.
-Dime, qué le vas a decir.
-Nada que no debe ya saber.
-¿Y eso en qué va a cambiar la situación?
-En que la ley de intercambio, se cumpla, yo te doy, tú me das, se mantenga la equivalencia.
-Tendré que ver los resultados, no te creo.
-Los tendrás, ¿esta es la casa?- pregunta alzando la vista hacia un edificio azul.
-Sí, ya llegamos- detiene el auto y apaga el motor- bájate.
-No estaba esperando a que me lo dijeses- abre la puerta y se baja, quedándose en la acera.
-¿Impresionante?- pregunta el rubio.
-No esperaba menos de un importante empresario.
El edificio era de color azul por los bordes, contaba con 17 pisos y un asensor de vidrio.
La entrada tenía una puerta de madera, y allí, esperaba una recepcionista, muy atractiva, quien estaba contestando una llamada.
-Díganme señores, ¿a qué piso van?- pregunta la chica cortando la llamada.
-Vamos el piso 17, vengo a ver a mi esposa- dice el rubio.
-Pase por favor- indica la entrada del asensor.
-Muchas gracias, señorita- dice Harry.
Los chicos entraron al asensor y Draco marcó el piso 17.
-¿Nervioso?- pregunta Draco, quien no apartaba su mirada de su moreno de ojos verdes.
-Para nada- dice el moreno, suspirando levemente.
-No lo parece- dice el rubio atrayéndolo a su cuerpo.
-¿Cómo piensas quitarme los nervios?- pregunta el moreno, entrelazando sus brazos alrededor del cuello del rubio.
-Muy fácil- toma por el mentón, ve a los ojos y luego lo besa.
El beso se prolongó hasta que ambos quedaron sin oxígeno suficiente.
-Si vas a mentir, por lo menos, llevarás una parte de mí- dice el ojigris soltándolo y esperando a que se abriera la puerta.
-Está bien, que comience la función- dice con sarcasmo el moreno y sigue al rubio.
Caminan por un pasillo alfombrado, las paredes estaban decoradas con cuadros de Van Gogh y algunos de Goya. Harry se quedaba mirándolos, con una vista rapida hasta que sin darse cuenta, Draco ya se había detenido y chocó con él.
-Mira por donde caminas- le reprocha.
-Avisa cuando te detengas- le responde.
El rubio prefirió ignorar, ya que no era ni el lugar ni el momento propicio para pelear, además ya se las pagaría ese chico que se estaba pasando de listo.
Draco toca el timbre una vez y sonó una melodía de violín.
-Por favor Magdalena, ve a abrir la puerta- se escuchó desde el interior.
-De inmediato señora- la voz de una mujer mayor.
Una mujer de unos 45 años, vestida con un vestido negro y delantal blanco, abrió la puerta y recibió a las inesperadas visitas.
-¿Quién es Magdalena?- se escuchó la voz de Pansy, quien venía comiendo helado por un pasillo.
-Buenas tardes, esposa mía- dice Draco.
-¿Qué haces aquí Drake?- dice la chica irritada y botando la cuchara con helado al piso.
-Vine a visitarte, más que mal, seguimos casados.
-No por mucho, ya saldrá la anulidad de nuestro matrimonio- dice Pansy saliendo por completo del pasillo y sentándose en el sillón- ¿trajiste compañía?, debe ser tu nuevo capricho, o me equivoco.
-Tú eres la chica del supermercado- dice el moreno sorprendido.
-Tú eres el chico que salió corriendo- dice sorprendida al recordar el episodio.
-He venido para platicar contigo- dice el moreno, sentándose.
-¿De qué?, según veo, ustedes ya se conocen en profundidad- dice la chica molesta.
-Ese no es el tema- interviene Draco.
-Tú dirás- dice Pansy.
-Primero que nada, me llamo Harry Potter, soy ingeniero, empresario y estoy en bancarota, me fue encomendada como misión, hallar un inversionista que estuviera de acuerdo en invertir en mi empresa y así, después devolver esa inversión.
-¿Y qué más?
-Así fue como conocí a tu esposo, él quería una empresa donde invertir, yo un inversionista, entonces hicimos un trato, tenía 7 días para demostrarle que yo era la mejor opción para ese trato.
-Por esa razón, te acostaste con él- dijo la chica sin anestesia.
-Era parte de nuestro trato, sí era lo suficientemente bueno, él invertiría y de ahí, ya nada más.
-Ustedes sólo tenían sexo y nada más- apostilló Pansy.
-Sí, nosotros no tenemos ninguna relación amorosa, sólo éramos amantes dentro de las cuatro paredes ofinísticas, de ahí al exterior, nada.
-Amante sin derechos, que moderno.
-Lo que vine a decirle es que por nada del mundo puedo perder mi empresa, es lo único que tengo y de lo cual vivo, así que si tu padre, devuelve las acciones a la cadena de hoteles, yo tendré mi inversión y me retiro de la historia, tiene el camino libre para volver con Malfoy.
-¿Es una broma?, yo me separé de Drake y no quiero nada con él, mi padre sólo les dio su merecido.
-Te juro, que si haces de cuenta que nada ha pasado, tendrás de vuelta tu vida, yo no tengo nada con tu esposo, sólo quiero mi empresa de vuelta, así que, es la única forma en que Draco cumpla su palabra y yo pueda desaparecer.
-¿Estás de acuerdo con eso Drake?, aunque si le pido eso a mi padre, tendrás que serme fiel y jamás volver a ver a Potter, nunca más, claro, a ningún otro hombre.
"Es la única forma en que puedo devolverte todo, acéptalo y olvidémonos de todo"
No ver más a Potter, jamás podré volver a poseer su cuerpo, nunca más podré volver a mirarlo o desearlo... pero está en juego mi familia, mi prestigio, mi imagen... si esa es la condición...
-Está bien por mí- responde el rubio luego de cavilar sus opciones.
-Entonces mañana mismo, tendrás tu empresa de vuelta- dice Pansy a Harry.
-Gracias, es un placer hacer negocios contigo- se levanta del sillón y llega a la puerta.
Draco hizo lo mismo, pero Harry se devolvió y le dijo...
-Esa condición corre de hoy mismo, hasta nunca Malfoy, gracias por todo- abre la puerta y se va.
El rubio se quedó dentro de esa habitación, siendo abrazado por su esposa...
-Bienvenido, mi esposo, mi Draco- dice Pansy...
Su vida, en un abrir y cerrar de ojos, sería la misma, era como si ese chico jamás hubiese existido, pero un agudo dolor se apoderó de su pecho... debe ser la sensación de perder lo que amas, frente a tus ojos, sólo para obtener lo que tanto deseabas... un buen pasar, seguir siendo el dueño, ahora, todo eso, sin Harry.
continuará...