NADIE COMO TÚ
Años… cuanto había pasado desde que los dos se habían conocido, años… sin duda, años mágicos… de amor… cariño… amistad… felicidad… eterna pasión… calenturas desbordadas…
Otro año más llegaba, otro año mas se iba, pero su amor seguía intacto...como la primera vez…
Desde ese día que los dos se habían declarado bajo el árbol de los enamorados…el mismo que había sido testigo de sus encuentros pasionales…un catorce de febrero en que los dos habían iniciado su romance de amor, un catorce de febrero en el cual habían unido sus vidas ante la presencia de Dios… un catorce de febrero que fue testigo del mas grande amor…
El amor entre Fuji Syusuke y Tezuka Kunimitsu.
Y hoy se cumplía un año mas de estar juntos…si, catorce de febrero, día en que la mayoría de gente celebraba el amor y amistad, centros comerciales abarrotados, gente viniendo de un lado para otro buscando el regalo, ya sea para su pareja, sus amistades y hasta para la propia familia.
Y para kuni-chan no era la excepción, claro, este no era un simple 14 de febrero, era toda una vida, era el día en que su existencia se había unido al amor de su vida…
Tantos años juntos, tantas risas, llantos, perdidas, emociones… cada día después de culminar su acto de amor, cuando su niño hermoso poseedor de los mares mas preciosos dormía, le daba gracias a Dios por haberle dado tan hermoso regalo, por haberle dado sentido a su vida, porque aunque Tezuka Kunimitsu era todo un ser impenetrable, con el…a el, se lo entregaba todo, le mostraba lo humano que era, le mostraba el verdadero Tezuka Kunimitsu que residía en su interior.
Nadie como tú para hacerme reír
Nadie como tú sabe tanto de mí
Nadie como tu es capaz de compartir
mis penas, mi tristeza, mis ganas de vivir
Y dentro de unas horas el catorce de febrero llegaría a su fin, y tenia poco tiempo para encontrar el regalo idóneo para su esposo, había salido temprano del trabajo, bueno, mas bien había dejado el trabajo tirado, si sus empleados lo hacían, ¿por que el no?. Recorría los centros comerciales esperanzado hallar “eso”, cosa muy difícil, ya que no tenia idea de que podría ser “eso”. Todo lo que quería era llegar a su casa, de seguro su esposo ya lo estaría esperando con una gran cena para dos, le había querido llevar a un restaurant de los mas elegantes y caros que había en la ciudad, pero su esposo no quiso, dijo que el quería hacer la cena para ese día ya que iba a ser especial.
Y cuan “especial” pensaba, las contadas ocasiones en las cual Fuji hacia la cena, terminaban, no necesariamente despiertos. Así que tendría que darse prisa sino quería sufrir los “castigos” de su esposo, ya que bien conocía como se ponía este sino llegaba a tiempo.
Tienes ese don de dar tranquilidad de saber escuchar,
de envolverme en paz
Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da
mirar la oscuridad
Que feliz era, pensaba, sin duda era un hombre muy afortunado, ya muchos desearían tener al hombre que tiene como esposo, aquel sádico tensai de eterna sonrisa, cuanto lo amaba, ese hombre era su perdición, lo amaba tanto, ¿Por qué?, simplemente lo amaba, porque con ese pequeño demonio se abría tal cual era, no había miedos ni prejuicios, con el podría vivir como el ser humano que era…
Solamente tú lo puedes entender
y solamente tú te lo podrás creer
Era mejor darse prisa, no tenía mucho tiempo, recorría todos los lugares, entrando a cada tienda, mas no hallaba algo digno para su Suke… caminó, caminó, caminó y seguía sin encontrar nada, absolutamente nada que fuera el tal llamado “regalo perfecto”, se sentía morir en esos momentos, no podría fallarle al amor de su vida, era cierto que en la mañana había mandado a casa 14 tulipanes rojos y blancos para el castaño como prueba de los 14 años juntos, pero eso no bastaba, se encontraba desesperado, solo su esposo le ponía así, como decía su entrañable amigo Oishi, “Ni modo, Fuji siempre te hará bajar la guardia” y como le gustaba dejarse llevar por el castaño.
-no puede ser, no puedo llegar con…y si, pero como no lo pensé antes, soy un genio- una hermosa sonrisa en su rostro- tanto convivir con Suke me ha dañado ¬¬-
Y así era, las manías del castaño se le habían pegado aunque por mas que lo hiciera nunca lo reconocería ante su esposo, pero no se arrepentía, porque su hermoso ojiazul era todo lo que necesitaba.
En silencio y sin cruzar una palabra
Solamente una mirada es suficiente para hablar
Ya son más de 13 años de momentos congelados
en recuerdos que jamás se olvidaran.
En cierta casa de los suburbios se encontraba Fuji Syusuke, eran mas de las diez de la noche y su esposo todavía no llegaba, tenia todo listo, la mesa elegantemente puesta, la comida ya estaba lista solo para servirse, la casa impecablemente ordenada como le gusta a kuni-chan, nada fuera de orden, aroma de jazmín inundaba la casa, se escuchaba música romántica…lo tenia todo listo. El estaba mas hermoso de lo común, sus ojos resplandecían como nunca, catorce años llenos de amor lo llevaba marcado en su rostro tan sonriente como siempre…y por ultimo el gran regalo de esos 14 años para su esposo estaba en la recamara.
Diez de la noche marcaba su reloj, de seguro Mitsu se encontraba en algún centro comercial buscando su regalo, a veces su esposo llegaba a ser tan predecible, que acaso no se daba cuenta que lo mas importante ya lo tenia, mientras aspiraba el olor de los tulipanes que le había mandado su esposo en la mañana un ruido proveniente de la recamara lo saco de sus pensamientos.
Nadie como tú para pedir perdón
Nadie como tu valora esta canción
Nadie como tú me da su protección
me ayuda a caminar, me aparta del dolor
Llegaba a su casa, después de tanto tiempo por fin llegaba a su hogar, ya no aguantaba mas sin ver a su castaño, deseaba abrazarlo, besarlo, hacerle el amor…tantas cosas que le hacia pensar su esposo, si seguía así no iba a controlar todas las emociones que se juntaban en su bajo vientre.
-Suke ya estoy aquí- dejaba su saco en el perchero y las llaves en una mesita junto a la puerta…el castaño no se dejaba ver así que decidió ir a buscarlo, sorpresa se llevó al entrar al comedor al encontrar a su esposo tan radiante que opacaba a la luna, sentado ahí con su eterna sonrisa…tan hermoso o mas que siempre, la mesa estaba realmente elegante, ya la cena servida, en el centro los tulipanes que había mandado, la reserva de vino de 1876, dos velas rojas se erguían a lo alto, sin duda esa noche iba a ser “perfecta”.
No aguanto más y de tres zancadas llegó hacia él, lo levanto de su lugar y le planto apasionado beso…
Tienes ese don de dar tranquilidad de saber escuchar
de envolverme en paz
Tienes la virtud de hacerme olvidar el miedo que me da
mirar la oscuridad
Solamente tú lo puedes entender
y solamente tú te lo podrás creer
-Bienvenido n_n- le decía un hermoso castaño
- Te amo-
Y se volvieron a fundir en un tierno beso…que necesitaban.
La cena pasó tranquila, no se dijeron nada… el silencio bastaba…la paz inundaba el hogar, solo miradas cómplices…miradas que decían todo sin necesidad de palabras…
En silencio y sin cruzar una palabra
Solamente una mirada es suficiente para hablar
ya son mas de trece años de momentos congelados
en recuerdos que jamás se olvidaran
Tezuka se acerco lentamente hacia Fuji, había batallado tanto para encontrar el regalo, no había nada que no se mereciera el castaño, se hinco ante el, el castaño sonreía mostrando sus brillantes ojos azules…
-Feliz Aniversario Suke, gracias por soportarme estos catorce años juntos, no tengo manera para agradecerte todo lo que has hecho por mi, lo que significas en mi vida, Te amo, me has dado todo y yo en cambio quiero darte esto- saco de su pantalón una pequeña cajita roja de terciopelo y la abrió.
El castaño estaba maravillado, su Mitsu se le estaba entregando completamente como hace 14 años, pequeñas lagrimas salieron de sus resplandecientes ojos, lo único que hizo fue tirársele encima a Tezuka, llorando de tanta felicidad que sentía…
-te amo Mitsu, te amo-
-para que nunca olvides de que mi corazón te pertenece, te lo entrego como símbolo del amor que te tengo- el regalo, una medallita con un corazón, grabado en la parte de atrás “eternamente tuyo” TK
Se levantaron después de un gratificante beso, el castaño había parado de llorar y se encontraba aun más feliz…
-ahora va mi regalo- estaban los dos abrazados, Fuji rodeándole el cuello con sus brazos y Tezuka agarrando de la cintura a su esposo.
-¿ah si? Me pregunto que será-
-pues tendrás que venir a la recamara si quieres saber-
-¿en serio?-
-aja- iban caminando hacia la recamara de ambos, besándose y tropezando con todo-¿listo? – se encontraban ya en la entrada
-¿contigo? Siempre-
Se separaron - ábrela tu- Tezuka lo vio confundido pero aun así abrió la puerta encontrándose con…
-Suke… que es, ¿Cómo?, ¿Cuándo?- volteo a ver a su esposo
-es mi regalo amor-
-pero…-
-nació hoy, se adelanto el parto, se llama Kunitaro, es un Tezuka Mitsu n_n-
Y ahí se hallaba, en la cama de ellos, un pequeño ser humano, producto del amor de los dos, genéticamente hijo de Tezuka pero tan hijo de los dos…tan Fuji como Tezuka, porque era de los dos.
- ¡Me haces el hombre mas feliz del mundo entero Suke!- Tezuka estaba realmente feliz, alzo de la cintura a su esposo ya que era mucho mas alto que el- te amo Suke- abrazaba a su castaño y paso su vista hacia la cama- ¡los amo a los dos!
Y pasaran los años y siempre estarás buscando
un plan para que se hagan realidad los sueños
Que soñábamos antes de ayer al dormir
hablando del tiempo que nos quedara por vivir
En silencio y sin cruzar una palabra
Solamente una mirada es suficiente para hablar
Ya son más de trece años de momentos congelados
En recuerdos que jamás se olvidaran
Y vaya que tenia razón, que más podía pedir Tezuka Kunimitsu, tenía a su lado a la persona más importante, la que más amaba, bueno ahora de las dos mas importantes, ese catorce si que era especial, hace catorce años se habían declarado, habían empezado su relación y desde ahí jamás se habían separado, hace catorce años en un mismo catorce de febrero…y sobre todo ese catorce aniversario le llegaba otro castaño a sus brazos…
Y sin hablar
Solo al mirar sabremos llegar a entender
Que jamás ni nada ni nadie en la vida nos separara