DESDE LAS ENTRAÑAS
Hoy sin darse cuenta salía mas tarde de lo usual de Shohoku, sus pensamientos lo tenían en “las nubes” ,en pocos meses sus ideas respecto a “las cosas importantes de su vida” habían tenido un ligero cambio, para empezar no sentía nada por Haruko, es mas, hasta ya le veía ciertos defectillos que no eran para nada agradables, era una chiquilla tonta, vacía, superficial y bastante aburrida, de eso se entero con las pocas veces que lo fuera a visitar al hospital, sus amigos del gundam eran lo mejor, Yohei era su paño de lagrimas y sin duda una luz en su vida pero algo en su corazón no lo dejaba en paz ni un segundo; el maldito kitsune, el zorro apestoso que de apestoso no tenia nada todo lo contrario su olor lo tenia gravado hasta los huesos y su rostro..que rostro…
• Maldito zorro-. Murmuraba bajito viendo reflejada su ya naciente sombra bajo las luces de la calle.
Se sorprendió de un momento a otro al verse en una calle que poco conocía , mas bien que nunca transitaba, casas de dos pisos con antejardín, bastante occidentales pero que armonizaban todas al ser de color blanco, hermoso condominio; un barrio de los mejores de Kanagawa.
Suspiró y dio media vuelta para dirigirse hacia su camino original cuando al pasar frente a una de ellas escucho lo que tal parecía ser era una discusión bastante efusiva:
• Maldito! Déjalo en paz!
• Te callas o te golpeo Sakura!!
Puertas azotar, sollozos, algunos platos rotos, válgame!! Por kami!!
• Después dicen que soy violento!-.
Sakuragi retomo nuevamente su camino cuando escucho la puerta principal de aquella casa abrirse.
• Espera! No te vayas!-. lloraba y suplicaba aquella mujer
• Mama, si tu no haces nada por defenderte a ti misma yo ya no te puedo proteger.
Aquella voz, era del kitsune?, Hana se acerco a una de las rejas del antejardín para observar a través del ligero matorral la figura del zorro en camisa y pantalón del uniforme, con una chaqueta y bolso negro en su mano derecha y colgada al hombre izquierdo su bolsa de deporte
• Kae, por dios! Mira como te dejo!
• Mama, yo..yo..no se..que hacer.
Hanamichi abre sus ojos impresionado al ver al zorro por primera vez en su vida demostrar algún sentimiento y se le parte el corazón al ver como el kitsune suelta su equipaje y se deshace en sollozos entre los brazos de la mujer.
• Mi amor..si no te vas..no se lo que te haría-. La mujer lo aferra fuertemente y besa su oscura cabellera.
• Mama-. Una palabra llena de dolor y de amor.
• Vete..yo voy a estar bien, vete.
De repente tanto el kitsune, su madre y el propio Hana se sorprenden al ver un hombre en el umbral de la puerta tomando con fuerza uno de los brazos de la mujer aventándola salvajemente al interior de la casa.
• O te vas mal nacido!! O te arrepientes de lo que vaya a hacer!.
Hana aprieta los puños al ver como el hombre en absoluta calma se acerca a Rukawa amenazadoramente encontrando a su rival de la misma estatura y en posición apática enardeciendo aun más a este que se abalanza y da un puñetazo al joven que pierde el equilibrio y cae al piso.
• Eres un hijo de puta!-. grita Kaede
• Jajaja, eso lo se desde hace mucho.
Kaede se levanta, recoge sus cosas, se acerca a la puerta principal y con su voz de hielo, calmada pero inundada en odio y mirando al hombre directamente a los ojos, advierte: -algún día, te voy a matar! …papá.
Kaede abre y antes de salir a la calle mira con nostalgia aquella casa.
• Que esperas para largarte!-. grita el hombre y por respuesta recibe el azote de la puerta.
•
Hana rápidamente se esconde tras el poste de luz que está al inicio de la cuadra y observa sigilosamente al pelinegro caminar en dirección contraria, decide seguirlo, con el trascurso de los segundos incrementa la velocidad al ver que Rukawa comienza su avance con desespero, lo sigue no sabe cuanto tiempo, no lo quiere perder de vista, pone al limite su capacidad física y cuando siente desfallecer se da cuenta que han llegado a un puerto, allí Rukawa frena y se encamina exhausto hacia la orilla, deja caer sus maletas y con un grito de furia dirigido al cielo se desploma sobre la arena, tapando su rostro con sus manos y rompiendo el silencio de la noche con sus sollozos.
Hana esta sin palabras, ver a Rukawa en ese estado es inconcebible, su corazón sin saber porque duele al ver así al pelinegro y un sentimiento de protección y ternura lo embargan y sin medir las consecuencias de sus actos se acerca al zorro.
La arena amortigua el sonido de los pasos de Hanamichi hasta ya estar a unos cuantos metros de distancia de Rukawa.
• Rukawa.
• Ehh!!-. Kaede se gira y se sorprende al ver al pelirrojo. –Sakuragi!!
Kaede se endereza y pasa sus dedos por sus ojos y mejillas en un vano intento por ocultarlas.
• Que haces acá do¨aho?
• Te seguí-. Sonríe Hana enternecido viendo los ojos rojitos e hinchados del zorro.
• No tengo ánimos hoy Sakuragi para pelear.
• …desde tu casa.
• Que?!-. lo mira incrédulo y con horror.
• Fue sin querer, estaba distraído y llegue hasta tu casa..escuche como discutían.
Kaede baja su mirada y se lleva una de sus manos a la frente en gesto de cansancio y Hana siente su indiscreción.
• Discúlpame, no fue mi intención molestarte, pero me preocupe, discúlpame nuevamente
Hana baja a su vez su mirada, la entierra en la arena y se da media vuelta; uno, dos, tres pasos.
• Torpe, espera!
• Kitsune-. Gira nuevamente y se encuentra con los ojos de Kaede.
• Yo..yo…espero que no le cuentes a nadie..por favor…
• Soy torpe, no chismoso-. Sonríe el pelirrojo y Kaede por primera vez interpreta el humor de Hana logrando esbozar una ligera sonrisa sorprendiendo al do¨aho.
Pero para Kaede es difícil reír en este momento y el dolor se apodera nuevamente de su alma, ocultando su mirada a través de sus cabellos renegridos, pero traicionado por un sollozo y por su cuerpo que se rinde ante el llanto.
Hana lo observa y su corazón se una al de Kaede, sin importar que huya de el, que tal vez los vean, o simplemente que no sea importante para Kaede, decide demostrar su comprensión y su apoyo acariciando su rostro y limpiando con sus pulgares las lagrimas que recorren el rostro del kitsune.
• Ha…Sakuragi!
• Zorro, no te preocupes, así no seamos amigos, acá estoy …para ti..
Kaede no puede creer estas palabras que llegan directamente a su corazón, su llanto cada vez mas incontrolable y la cercanía de Hana lo tienen al borde colapso, siente fallar su respiración y su equilibrio.
• Rukawa!
Hana al ver el estado de shock del zorro decide acercarlo a su cuerpo y abrazarlo, siente como Kaede hunde su rostro en su pecho y se rinde al llanto desconsoladamente.
Pasan segundos, minutos, abrazados bajo las luces del puerto, hasta que el zorrito se calma y se separa un poco del fuerte abrazo de Hana.
• Estoy cansado.
• Has tenido muchas emociones fuertes, eso cansa.
• Ha…Sakuragi…gracias…
• De nada…Rukawa…
• ……
• Que pasa
• Te puedo pedir un favor?
• Claro
• Quiero descansar un poco, sentémonos.
• Ok
Hana suelta del todo a Kaede y se sienta junto a el, lo mira y sonríe.
• Ese era el favor?
• ..mm.. no
• Cual es?
Kaede nuevamente esconde su mirada y balbucea algo entre dientes.
• Zorro..que es..-. Hana lo mira inquisitivamente
• Mmm..me puedes volver a abrazar?..claro si quieres..si no..pues no hay problema.
Hana lo mira serio para luego sonreír y estirar sus brazos rodeando el cuerpo del kitsune.
• Por mi no hay problema zorrito, ven.
• Gracias…-. Susurra Kaede quien cierra sus ojos para entregarse por completo a disfrutar la sensación de los fuertes brazos de Hana, de su respiración sobre su frente, de su corazón que palpita fuertemente. Hana se remueve, abre sus piernas y acomoda a Kaede entre ellas, abraza y acaricia sutilmente su espalda, esta embriagado por el olor del cabello del kitsune y de la paz que siente en aquel instante.
Allí pasan algún tiempo, ninguno de los dos habla, es suficiente aquel abrazo, aquellas sensaciones y el descubrimiento que son el bálsamo en la vida del otro.