Fallo positivo
By SakuraChan
El papel cayó de las manos de Mu. Sus ojos anegados en lágrimas. Miraba a Shaka y no podía creerlo. ¿Por qué a él?
En el reciento se hallaban los doce caballeros dorados y los cinco de bronce junto a la diosa. La sala del patriarca se hallaba en silencio. Nadie lo podía creer. ¿Cómo era posible que ocho de los presentes estuvieran enfermos? El patriarca, pálido como la muerte, se paró de su trono y miró a los presentes.
- Creo…que los que no están infectados deben considerarse afortunados…
- Maestro…¿Cuánto tiempo de vida nos queda?- preguntó Milo con la voz temblorosa, mientras Camus daba la espalda a la concurrencia. No dejaría que lo vieran llorar por su amante.
- No mucho, en algunos de ustedes, la enfermedad ya está declarada.
- ¿Podría decir quienes tienen la enfermedad declarada? –preguntó Seiya tratando de enfrentar la situación con valor.
- Aphrodite, Shun, Seiya, Shaka y yo tenemos la enfermedad ya declarada, mientras que Ikki, Aioria y Milo son portadores-dijo Shion.
DM miró a Dita con tristeza, lo perdería, después de que lucho tanto por conseguirlo, esta maldita enfermedad se lo llevaría. Golpeó un pilar con enfado. El guardián de piscis se acercó a él, buscando sus brazos, buscando su consuelo, buscando que le dijera que todo era una pesadilla. Shun, en tanto, se abrazó a Hyoga, quien aún seguía atónito. Perdió a su madre y ahora perdería al amor de su vida. Esto era un infierno más grande que el Hades. Dohko no podía creer que su patriarca, su Shion, su ovejita, estuviera en las manos de la muerte. No pudo evitar recriminarle con la mirada esa pequeña aventura que lo había contagiado. Ahora, por culpa de ese error, se alejaría por segunda vez de él. En tanto, Ikki estaba más tranquilo, sabía que aunque el pony ya estaba enfermo, daría la batalla y cuando la perdiera, él se reuniría con él. Mu, trató de ir con Shaka, pero este lo rechazó.
Cuando llegó la noche, todos se fueron a sus templos. Camus insistió en quedarse con Milo, por estar junto a él, era capaz de congelarlo para que no muriera. DM se llevó con él a Dita, al templo de Cáncer, cuidaría con esmero a su bello amado, hasta el fin de sus días. Aioria se dirigiría al campo de las amazonas. Era hora de decirle a Marin sobre su enfermedad. Suerte y esta aún era virgen, no se hubiera perdonado haberla contagiado, como lo había echo con Shaka. No quiso ni mirar a Mu cuando se habló de la enfermedad de Shaka. Sabía que el rubio y él se habían metido por una sola noche, un capricho, mientras el ariano estaba en Jamir.
Mientras, Shaka se fue a ocultar al jardín de los Sales gemelos, pero Mu se le había adelantado.
- Shaka…por favor, no me alejes de ti en estos momentos.
Shaka no contestó.
- ¡Shaka, tú eres lo que más quiero! Sin ti mi vida no es nada, no me alejes de ti, por favor-
Shaka lo miró unos segundos y luego corrió a abrazarlo.
- Tengo miedo de contagiarte, Mu…- susurró el rubio.
- Shaka, mil veces prefiero tener Sida a vivir sin ti…contágiame, por favor…que seas tú y no otro el que me lleven al mismo destino.
- Pero Mu…
- Nada Shaka, quiero estar contigo…
Shaka tomó un cuchillo y rasgó la blanca muñeca del santo de Aries. Dejó que la sangre corriera hasta dejar a Mu pálido y luego se abrió su muñeca y dejó caer su sangre sobre la muñeca del pelilila. Con eso, esperaron a que Mu enfermara.
Pasaron dos meses y el Sida se llevó a Dita. DM había provocado a Athena, logrando que esta lo matara. Shun estaba internado en el hospital y se veía que pronto moriría, Hyoga lo acompañaba día y noche. Seiya aún daba la pelea a la enfermedad, logrando subirle los ánimos a Ikki. Shaka y Mu no habían querido ir a un hospital, pese a que la enfermedad cada vez se los comía más y más. Ambos estaban recluidos en el jardín Virgo. Eran atendidos por el joven Kiki. Shion aún era patriarca, pero ya estaba por dejar todo en manos de Aioros. Aioria, desde que le confesara a Marin que estaba enfermo, había roto con la amazona, por lo que se encontraba cuidado por Shura y Aioros, ya que había prohibido a la chica ir a verlo.
Un día con mucho sol, la fiebre de Mu comenzó a aumentar, pero no bajaba. Pese a los intentos de Kiki, no daban frutos. Le avisó a Shaka, que se estaba bañando, que el pelilila ya estaba en los últimos momentos. El rubio santo de Virgo corrió lo más que le permitían sus, ahora, débiles piernas.
- Mu, amor, no te vayas. Aún no, no me dejes todavía- le decía Shaka.
- Mi bello ángel, me voy primero, para esperarte, te amo, no lo olvides, te esperaré- dijo Mu cerrando sus verdes ojos para siempre.
Shaka dejó salir lágrimas y mandó a Kiki a anunciarle al patriarca el deceso de su amante. A las pocas horas de morir Mu, Shaka lo siguió al paraíso. Y Shun, unos segundos después partió del mundo.
Al dolor de estas perdidas, se sumó la muerte del patriarca y la de Seiya, que después de mucho luchar, el Sida se lo llevó igual. Ikki lo siguió poco después. Aioria esperó el ascenso de Aioria a patriarca para partir del mundo. Milo alcanzó a vivir diez años más, pero terminó siendo congelado junto a Camus por Hyoga. Este había sido el último deseo de ambos.
Ya en el paraíso, todos los que habían partido se volvieron a juntar, a esperar a sus amores, en el caso de Shun y Shion. A vivir su nueva vida en el caso de Mu, Shaka, Milo, Camus, Seiya e Ikki.
Hyoga, Dohko terminaron sus días apaciblemente. No volvieron a tener pareja, esperando el momento para reunirse con sus amores.
Mientras, Mu y Shaka se convirtieron en ángeles de la guarda, decidiendo ir al cuidado de Kiki, quien tan bien les había hecho cuando estaban vivos.
Fin