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La voz de un ángel por SakuraChan

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Notas del fanfic:

También era del evento A&D de SSY

 

Nota: Hikari, solo por ti los publico aquí ^^ 

Notas del capitulo: EL fic fue inspierado en la canción La voz de un ángel de Amistades Peligrosas

La voz de un ángel

 

By SakuraChan

 

 

Durante la batalla de Dios con Luzbel, luego llamado Lucifer, uno de sus ángeles caídos, antes de ser expulsados por Dios, uno de los ángeles rebeldes, escuchó una hermosa voz cantar. ¿Quién podría cantar en estos momentos? Pero sintió, que junto a ese canto, sus deseos de luchar se iban. Así como los de los demás ángeles.  Dios los terminó echando.

 

Habían pasado más de dos mil años y Shaka, un bello ángel caído, recorría la tierra, no había olvidado esa hermosa voz que lo seguía día y noche. Caminaba entre los humanos, tentándolos a caer en una vida llena de excesos. Los humanos eran muy viciosos. Era fácil conseguir sus almas, pensaba el demonio.  Vio a un joven de cabello azul conversar con otro un joven rubio de impresionantes ojos azules. Leyendo la mente de ambos supo que el de cabellos azules se llamaba Milo,  y el joven junto a él era sobrino de su amante. Más el joven Milo había sido un seductor antes de conocer a Camus. Pensó en tentarlo con el joven Hyoga, pero en eso, volvió a escuchar esa voz. Esa misma canción. Contempló el cielo, esperando ver al dueño de esa voz, pero otra voz interrumpió el canto.

 

-          ¡Camus!-gritó el joven Milo corriendo a abrazar a otro muchacho de cabellos  aguamarina.

-          Milo, te he dicho que no me abrases en público-replicó el joven Camus sonrojándose.

 

¿Es este el que cantaba? ¿Un humano? Shaka lo miraba intrigado.  Se acercó a ellos para pedir una dirección y entabló conversación con Milo.

 

Luego de dos meses, Shaka aún seguía obsesionado con esa voz. Se había hecho amigo de Milo y Camus y novio de Hyoga.  En cierta parte, el demonio se sentía un poco triste de mancillar a tan puro joven. Sabía que había otro chico enamorado de él, pero él, egoísta, no dejaría la oportunidad de estar cerca de Camus.  Tenía que volver a escucharlo cantar.

 

Cierto día, el joven Hyoga lo vio en el otro lado de la calle. Sonrió y corrió atravesando la calle para estar con él. El demonio sonrió, ahí venía un auto y daría de lleno en el joven. Justo en ese momento, se escuchó otra vez la misma voz cantar. Hyoga se detuvo en medio de la calle y miró al cielo. Sonrió. Gracias a esto, el auto tuvo tiempo de esquivarlo. Justo del otro lado, el joven Shun corrió a ver si Hyoga no se había echo daño, mientras Shaka miraba hacia todos lados, buscando a Camus. Este no estaba. Al parecer este no era dueño de esa hermosa voz.

 

Después de este incidente, Shaka rompió con Hyoga sin ninguna razón aparente. Cosa que el pequeño Shun aprovecho para sanarle el corazón al rubio.  

 

Meses y meses buscó Shaka al dueño de aquella voz, exponiendo a humanos a peligros, con tal de escucharla. Un día la volvió a escuchar. Cantaba en un hospital.  Entró siguiendo la voz. Se encontró con Milo, Camus y Shun. A Hyoga le habían detectado una enfermedad al pulmón, Neumonía, y estaba internado grave. Shun al verlo se enfadó, Camus exigió una explicación y Milo solo lo miró.  El rubio demonio les explicó que se había dado cuenta de los sentimientos de Shun por Hyoga y viceversa y no quería seguir interrumpiendo el amor de ellos. Todos creyeron la mentira de Shaka, pues eran de sentimientos muy nobles.

 

Shaka pidió permiso para ver a Hyoga y entró. La voz se hacía cada vez más fuerte y más hermosa. Al entrar, vio sobre la cama del rubiecito a un muchacho de piel muy blanca, de largos cabellos lilas. Vestía una túnica blanca y tenía unas hermosas alas blancas. Cantaba para el chico dormido mirándolo con cariño. El rubio demonio contempló aquel ser que no dejaba de mirar al dormido mientras le seguí cantando. Este se veía cada vez más tranquilo.

 

-          Tu eres el que canta…- afirmó Shaka.

-          Te conozco, eras el novio de Hyoga….¿Cómo puedes verme?-dijo con voz dulce el joven que cantaba.

-          Tengo un poder especial…

-          Sólo los que son como nosotros pueden vernos…¿Eres un ángel?

-          ¿Lo parezco?

-          Podría decir que lo eres, pero algo en tus ojos me dice que no eres un ángel…Dime ¿Qué eres?

-          ¿Por qué cantabas aquel día en el paraíso mientras todos peleaban en feroz lucha?

-          Para darle ánimos a mis compañeros.

-          ¿Por qué estas con Hyoga?

-          ¿No es evidente? Soy su ángel de la guarda… él es tan bueno y puro….¿Por qué lo dejaste?

-          No quería mancharlo…

-          ¿Quién eres?

 

 

El demonio lo pensó mucho antes de rebelarle quien era, después de todo, ese pequeño ángel era su enemigo, aunque él no sintiera a ese joven como su Némesis.

 

-          Soy Shaka, ángel de la soberbia.

-          Ya veo, eres un caído…¿Podrías alejarte de Hyoga, por favor?

 

 

El rubio demonio miró al ángel, miró al joven durmiente, que mostraba rostro de inquietud, aún en sueños.

 

-          Con una condición, custodio…

-          Dímela

-          Quiero que te alejes de él y permanezcas a mi lado. Cantarás para mi hasta que me aburra.

 

 

Mu miró a Hyoga dormir con semblante preocupado.  Pensó en lo desprotegido que estaría, pero también pensó en el daño que podía hacerle Shaka.

 

-          Promete que no dañarás a Hyoga ni te le acercarás más.

-          Lo prometo, si quieres te firmo con sangre.

-          ¡No hace falta!

 

El ángel estaba nervioso, no le gustaba ver sangre derramada. Depositó un suave beso en la frente de  Hyoga y salió tras Shaka.

 

Saliendo del hospital, Shaka se montó en un automóvil, un BMW  Serie 3 Coupé 335i de color azul cobalto.  Se subió en asiento del piloto, y le abrió la puerta del copiloto al pequeño ángel. Una vez subido este, el auto puso en marcha. Velozmente se alejaban de la ciudad hasta llegar a una apartada mansión. Se bajaron en la entrada y el demonio condujo de la mano al pelimorado hasta su interior.

 

Una vez dentro Shaka lo subió por la amplia escalera de mármol hasta su habitación, donde lo sentó frente a su cama.

 

-          Hermoso, dime tu nombre.

-          Mi nombre es Mu.

-          Mi hermoso Mu, canta, canta para mi- dijo el ángel caído acostándose frente a él. 

 

 

Mu comenzó  a cantar, rememorando las bellezas del paraíso. Esa canción le trajo nostálgicos recuerdos a Shaka, y sin querer, unas tiernas lágrimas, que fueron a parar a las manos del ángel, que se encontraba dándole un abrazo y lo miraba preocupadamente.

 

-          ¿Por qué te fuiste del cielo? ¿Por qué aceptaste que él te alejará de nuestro Señor?

-          Porque me sentía incompleto.

-          Yo también me sentía así…hasta ahora…pero es tan malo…porque me siento completo, contigo a mi lado….

-          También me siento especial contigo. Cántame más, por favor.

 

 

Mu entonó una bella canción acerca del amor. Canción que Shaka escuchó fascinado.

 

Y así pasaron dos meses. Dos meses encerrados, uno cantando, el otro escuchando.

En el agua,

La noche se balancea

Calmadamente

Permanece inmóvil

Disfrutando de la melancolía del día

En la verde ribera,

El maravilloso amanecer

Solo puedo esperar

Con un corazón puro

Más allá del oscuro mar y cielo,

Existe un lugar lejos del combate

Las cosas que aprendimos

Cuando partimos

Nadie más las puede tocar,

Ni las cosas que existen en nuestros corazones

Vamos a calmar la corriente del río

Y reconstruyamos el mismo paraíso de antes

Aunque no esté en ninguna parte,

Seguramente viajaré

Siempre, algún día, junto a ti.

 

Hasta que el amor golpeó sus corazones. Mu lo expresó en canciones, que cada vez hablaban más de un amor oculto, de un amor secreto, de cómo decir te amo y cosas así. Shaka lo demostraba con miradas. Miradas que iban desde el más tierno y puro amor, hasta la más cálida pasión. Pasión que comenzó a contagiar al angelito y sin darse cuenta terminaron entregándose mutuamente. Al otro día, una sonrisa, un te amo, y huir para preservar su amor.

 

 

Fin.


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