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Crimson Legacy. por Darkness Light

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Notas del fanfic:

Saludos.

Este one-shot es la primera historia que publico aqui, espero que sea de su agrado.

Crimson Legacy

 

Cada copo de nieve se acomodaba delicadamente sobre la blanca capa de escarcha, incluso en el desorden existía un orden. Tanto tiempo le había costado aceptar eso: las coincidencias no existen en este mundo; lamentablemente siempre cometía el mismo error pese a haber tenido cientos de oportunidades.

 

-Y por ello, ambos atados a este circulo vicioso. Nos despreciamos, odiamos, amamos y gustamos al mismo tiempo... pero, destinados a matarnos mutuamente hasta que así sea decidido.

 

A cada paso la luna le abría camino entre las sombras del bosque. El crujir de sus pasos la melodía que lo acompañaba, su respiración el compás y sus pensamientos la letra de una canción eterna. Un claro se asomaba cerca, allí sería su reencuentro y fin para iniciar un nuevo camino. Lo único seguro de todo era que se volverían a ver, no en esta vida pero si en otra, y la parte oscura de ese encuentro era la tentación del carmín entre los dedos de uno o de otro.

 

Todo por un pecado.

 

Una pequeña elevación adornaba el final del páramo. Allí lo esperaba un joven, de unos veinticinco tal vez, su cabello era del color de las castañas y sus ojos de un azul celeste; como él llevaba ropa abrigada y un largo paquete atado a su espalda. Se decepciono un poco, no era exactamente la apariencia y esencia que deseaba pese a que esta última era más notoria conforme el paso de los segundos.

 

-Majordhan, llegas tarde.

 

El recién llegado sonrió, con cierta altanería, mientras sus oscuros cabellos se tornaban largos hilos dorados que caían hasta su cintura y sus ojos ocres adquirieron el color del ámbar dejando ver a una persona de unos diecinueve. Su aspecto cambio al igual que el del otro, ahora lucia la misma edad del llamado Majordhan solo que su cabellera se torno oscura y levemente mas larga de su otra apariencia acompañado de unos ojos vino dejando resaltar su piel nívea con un brillo especial gracias a los plateados rayos.

 

-Ihlien...

 

-Es hora, sabes que no hay marcha atrás... es destino.

 

Como difamaba y elogiaba a esa palabra. El de oscuros cabellos retiro la manta que ocultaba una funda, desenvaino su espada con cierto pesar, el rubio lo imito dando un suspiro. La última vez fue él quien acabo con la llama del otro, ¿esta vez Ihlien lo derrotaría? Eso le gustaría a su curioso modo, hacia tiempo que no veía las lagrimas del moreno. Ambos se alistaron.

 

El de iris vino fue el primero en blandir la espada, deslizándose ágilmente entre la escarcha. Los recuerdos en la mente de Majordhan volvieron en una explosión. Él caminaba por un lugar desértico, con algunos cuerpos de seres angelicales y demoníacos, extendió sus alas oscuras, todo aquello no era por la eterna guerra que desde eones mantenía el cielo y el inframundo. Solo era un soldado más unido por conveniencia a las filas de los demonios, un ángel caído.

 

Tranquilamente arrastraba la punta de su espada contra el suelo dejando un camino entre el polvo, borrado con cada soplar de viento. Entonces distinguió unas alas, tan blancas como las nubes pero en ese momento manchadas con el escarlata de la sangre, lo que llamo su atención fue que no eran las de un ángel si no las de un demonio; uno albino.

 

Aquellos demonios puros que eran arrancados de las llamas del inframundo para ser llevados a los cielos, aliados de Dios. No pudo evitar soltar una risita, el otro ser volteo. Sus ojos reflejaban cierta tristeza, el demonio blanco lanzo su espada a unos centímetros delante de Majordhan, incrustándose la punta en el suelo.

 

-¡Es nuestra culpa! -dijo el de cabellos oscuros, estaba molesto.

 

-Fue accidente, nosotros rompimos el sello por error no por que quisiéramos, aunque igual los resultados serían los mismos -encogió los hombros, la verdad no le importaba demasiado-. No varían nada -aceptó con cinismo.

 

-Solo el tiempo ¿verdad? -El caído lo miro- ¡maldición! ¡Deshicimos el sello! ¡El prohibido tanto para ángeles como para demonios! ¡Y tú tan tranquilo!

 

Era verdad, a él no le interesaba si no le convenía, lo hecho simplemente hecho estaba y no había marcha atrás. El sello creado en el mundo de los humanos, aquel que guardaba el verdadero mal y que incluso el primer ángel caído, Lucifer, se había abstenido de tocar. Y ellos por tan solo derramar su propia sangre sobre su superficie habían deshecho las ataduras, sin embargo debía admitir que fue culpa de ellos acercarse a esa área para pelear.

 

Las condiciones para que se deshiciera eran dos: la sangre de un caído y un albino, junto con otros ingredientes que curiosamente se presentaron al mismo tiempo bajo la luz de una luna carmesí; la otra condición les era desconocidas. Pese a que el cielo y el infierno cooperaron para sellar aquello las bajas fueron innumerables. Las almas de los caídos en batalla volvieron a sus lugares respectivos pero una vida era una vida al fin y al cabo.

 

Ambos se enterarían después de la segunda condición: amarse y odiarse mutuamente. Sin darse cuenta ellos dos terminaron de ese modo, al menos Majordhan había descubierto antes esa sensación y por ello gustaba de pelear contra Ihlien cada que podía sin mencionar las pequeñas insinuaciones que solía mostrarle. A veces indirectas como el ponerse un poco celoso y en ocasiones explicitas como el intento de un leve contacto entre los labios; aunque seguramente el demonio albino lo tomaba como un juego para desquiciarlo tal vez termino por gustarle.

 

¿Cuándo ocurrió? Con el primer choque de espadas, no pudo evitar sentir una corriente de electricidad recorrer su piel, pero seguramente el momento en el que se dio cuenta de que realmente sentía aquello fue cuando lo vio bañado en carmesí, no era que realmente le gustara demasiado la sangre pero ver como contrastaba bajo la luna le dio el ultimo flechazo. 

 

Y por eso terminaron rompiendo aquel sello, uno de los pecados mas graves para ambos lados. Su castigo fue renacer en el mundo de los humanos pero, debido a que la sangre de ambos fue el detonante al menos en cada nueva vida uno de ellos debía morir; cuando el momento llegase y fuera anunciado el suelo se bañaría de carmín bajo una luna azulada, con el precioso liquido de uno de los dos el cual se usaría para mantener latente el conjuro.

 

Nuevamente en esa situación, el destino era cruel, en sus nuevas vidas sus partes humanas se enamoraban, habían logrado reencontrarse pero aquella maldición bajo la luna los hacia moverse al son de un baile interminable. El chocar de sus espadas resonaba en los alrededores, ni un sonido se atrevía a interrumpir aquel momento.

 

Cada uno esquivaba un golpe que podría ser mortal, atacaban, retenían. Parecían realmente estarse moviendo al ritmo de una música invisible. Algo corto el viento acompañado del ruido de algo incrustándose. La escarcha se volvía roja mientras el sonido hueco de algo al caer liberaba los sonidos nocturnos del invierno.

 

-¡Ihlien! ¡Maldito bastardo! -el ambarino se apresuro a tomar entre sus brazos al de iris vino- ¡Se supone que seria yo esta vez!

 

-No... -el rubio abrió más los ojos- me... de-debes aún... fuiste quien... empe-empezó -sonrió sujetando con sus manos las mejillas del ángel caído- hasta pronto -le murmuro al cerrar con pesadez sus ojos, su apariencia volvía a cambiar a la anterior pero él aun no se iba, solo se adentraba en un profundo sueño en el que no notaría el dolor ni a su propia vida desaparecer.

 

Majordhan no pudo evitar reír con pena. Se aferro a aquel cuerpo mientras sentía como poco a poco la llama de vida de esa persona se escurría entre sus dedos, se quedaría así hasta que se extinguiera por completo; no supo cuanto espero para poder dejar a su debilidad salir en un leve sollozo.

 

Lo coloco con cuidado en la nieve tintada de rojo. Permaneció unos minutos allí, admirando la sonrisa tranquila de aquella persona, pese a que su aspecto era diferente ahora no dejaba de verlo como el ser que tanto amaba. Sabía que su parte humana en esa época lloraría, lo suyo no era consolar pero si le daría fortaleza para superarlo mientras volvía a dormir, palpitante en el interior de esa alma hasta que esta volviera a donde pertenecía y él estuviera en espera del siguiente sendero al que lo conduciría su maldición esta vez en otra era con otra alma y en otro cuerpo.

 

-Hasta que el destino nos una de nuevo... -susurro al viento mientras las aperladas lágrimas recorrían sus mejillas bajo la luz de la luna, silenciosa testigo de la maldición realizada bajo su luz.

 

 

Fin.

Notas finales:

Eso seria todo de momento.

Pienso continuar la historia en dos partes... una saga del pasado y lo que seria la continuacion de Crimson Legacy, pero me agradaria saber que opinan -pese a que no doy muchas explicaciones por el momento-.

Gracias por leer.


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