- ¡¡YUKI! – fue el fuerte grito que pegó entre sueños - ¡Ayúdame! – volvió a gritar - no me dejes solo – dijo finalmente en un susurro mientras lágrimas caían imparables por sus ojos y se deslizaban por sus sonrojadas mejillas. - ¡¡YUKIII!!... por favor sálvame – volvió a vociferar – no.. no dejes que me toquen... – más lágrimas son derramadas.
- Shuichi... – su voz era de notable preocupación, mientras angustiado intentaba despertar a su pequeño pelirosa. – Shuichi, despierta – aumentó un poco más el volumen de su voz mientras zarandeaba levemente a Shuichi.
- ¿Yuki? – pronunció con un hilo de voz abriendo lentamente sus ojos, hinchados por todas las lágrimas que había derramado. - ¡Yuki! – gritó saltando a los brazos de su amado. - ¡Yuki! Tenía mucho miedo – el pobre pelirrosa hipaba, temblaba y aún sollozaba, escondió su rostro en el pecho de el rubio escritor.
- Tranquilo Shu... ya pasó, fue tan solo un sueño – Eiri Yuki acariciaba con cariño la cabeza de su niño tratando de calmarlo, mientras con su otra mano lo rodeaba en un abrazo protector. En su cara se reflejaba la preocupación y angustia de ver a su pequeño amante así.
Shuichi no paraba de temblar y sollozar.
- tranquilo Shu.. – volvió a decir – ya estoy aquí.. – besa la cabeza del pequeño ángel que en su regazo se encontraba. – no llores más... me que daré aquí contigo – limpió sus lagrimas con su mano.
- Yuki... – Shu se acurrucó más en el pecho de su amado y poco a poco fue cerrando sus ojos – gracias... – dijo ya entre sueños.
Yuki dibujó una sonrisa en sus labios, una que únicamente ese pequeño chico hiperactivo podía sacarle. Besó los labios de su ángel y lo recostó sobre la cama, y tras admirarlo mientras dormía por unos minutos también lo siguió al mundo de los sueños, quedando dormido apresándolo en un abrazo lleno de ternura.
*****
Ya había amanecido y los rayo del sol iluminaban toda la habitación.
Recostado sobre la cama del lugar se podía ver a un lindo pelirosa durmiendo con sus mejillas sonrojadas a causa de la fiebre.
- Shu.. despierta... – Lo zarandea levemente. – Shuichi, despiértate – repite, se inclina y con cariño deposita un cálido beso sobre sus labios.
- Yuki... – la voz de Shuichi era débil y algo ronca y se incorpora con algo de dificultad.
- bueno días baka – acaricia la cabeza de su pequeño con amor. Se separa un poco de la cama y vuelve con una bandeja entre las manos – ten.. – dice dándole la bandeja con su desayuno.
- Yuki... – Dijo sonriendo. Por ese simple gesto Shu se sentía mucho mejor- Gracias Yuki.. – coge la bandeja.
- ¿pasa algo? – Pregunta Yuki con una ceja alzada al ver que su niño no probaba bocado alguno. -¿no te gusta? -
- no, no es eso – se apresuró a decir – me encanta.. pero.. – baja la mirada – lamento causarte tantos problemas.
- baka... – Yuki se le acerca y le planta un beso en su mejilla – no me molesta para nada – susurra cerca de su oído – ahora come – dice y da unos pasos hacia la puerta – por cierto – gira su cabeza – ya llamé a Toma y le dije que estás enfermo y no podrás ir a trabajar por un tiempo – retoma su camino hacia la puerta.
- Gracias Yuki... – le vuelve a decir.
- vendré luego por la bandeja, cómetelo todo – fue todo lo que dijo antes de salir.
*****
Shuichi se encontraba durmiendo placidamente, pero de repente se levantó bruscamente con sus ojos abiertos al máximo.
- hoy es el cumpleaños de Yuki – se dijo casi en pánico - ¿¡cómo pude haberlo olvidado!? Maldito resfriado – se levantó lo mas rápido que pudo, no muy rápido, porque aún seguía con fiebre, caminó con dificultad hasta el closet y de entre sus cosas sacó una cajita envuelta con papel rozado con dibujitos de kumagoro. Salió de la habitación en la búsqueda de su amado.
- Yuki... – su voz apenas y salía se sus labios, sus ojos estaba entrecerrados y sus mejillas adornadas de un lindo color rojizo.
- baka ¿qué haces? – Yuki se paró de su asiento y se le acerca – deberías estar descansando -
es que Yuki... – Shu se acercó más a Yuki – Feliz cumpleaños- le da la cajita.
- ¿eh? – Yuki estaba tan preocupado por su niño que se había olvidado completamente que día era. Sonríe tiernamente – Gracias Shu-chan – toma la cajita.
- de..nada... Yu...ki... – poco a poco sus ojos se van cerrando y finalmente cae sobre los brazos de su escritor.
- debiste hacerte quedado en la cama... – Yuki lo toma en brazos y lo lleva a la habitación que ambos compartían.
- perdón Yuki... – Shuichi estaba casi sin voz – yo quería hacerte una fiesta .. y tú terminaste cuidándome en tu cumpleaños – su semblante mostraba tristeza.
- Baka... no me importa.. con que estés con migo es suficiente para mi, Shuichi – besa su frente.
Era curioso, Yuki nunca era tan atento ni cariñoso con Shu, pero al ver las condiciones en las que estaba su amante, se olvidó de todo su orgullo y la preocupación le ganó.
- Gracias Yuki... – se sentía inmensamente Feliz. – ¿no lo vas a abrir? – dice refiriéndose al regalo.
- si.. – asiente y con cuidado lo desenvuelve, abre la caja y una sonrisa casi imperceptible aparece en su rostro al ver el contenido. No dijo nada más.
Era una linda bufanda amarilla con un dibujo chibi de Yuki y Shuichi juntos dentro de un corazón al extremo. – gracias... Shu -
-que bueno que te gustó... – dijo con su débil voz y una sonrisa.
- muchas gracias, Shuichi – vuelve a decir una ves que el chico quedó completamente dormido. Se quedó unos momentos admirando a su pequeño amante, tenía los cabellos revueltos, la respiración un poco agitada, sus mejillas sonrojadas y la boca entreabierta. Se veía más sexy y apetecible que de lo normal, le gustaba como se veía, pero le disgustaba la causa por la que estabais: estaba enfermo.
Ya había llamado al médico, este le dio algunos medicamentos y solo dejo dicho que descansara hasta que se recupere.
Se levantó de la cama y estaba apunto de irse cuando escuchó la voz de su pequeño.
- ¡¡¡Yuki!!! ¡no me dejes solo! ¡AYUDAME! – Shuichi otra vez estaba delirando – Yu...ki... no..te...vallas... – empezó a derramar lágrimas - ¡YUKI! ALEJALOS DE MI ¡¡¡¡AHH!!!! – sin compasión las lágrimas se deslizaban por sus rojas mejillas.
- Shuichi, ¡Shuichi! – Yuki tomó de los hombros Shu y lo zarandea sueva – estoy aquí Shu, todo está bien., yo estoy contigo – lo abraza. – despierta Shu... solo estás soñando.. -
- Yuki... – abre los ojos y abraza asustado a su novio – YUKI has que de vallan – sollozó.
- ¿quiénes? No hay nadie aquí, Shuichi -
- ¿no, no es así.. están allá parados? ¡Yuki! – Shuichi señalaba a la pared vacía.
- no te preocupes Shuichi, estoy aquí contigo.. – Yuki abraza protectoramente a Shuichi – espérame un momento, traeré agua y hielo para bajarte la fiebre – Yuki se levanta.
- no.... Yuki.. no te vallas... – Shu se aferra al brazo del rubio.
- solo iré aquí a la cocina... – acaricia la mejilla de Shuichi, la cual se encontraba ardiendo.
- está bien... – baja la mirada y suelta el brazo del escritor – pero vuelve pronto... -
Yuki fue por agua y hielo para Shu, este se bebió todo el agua y el hielo le ayudó a calmarse un poco hasta que pudo volverse a dormir. Yuki se cambió de ropas y se echó a dormir al lado de su amante.
*****
- ¡Buenos días Yuki! – Shu se tira encima de su amado escritor y le besa la oreja, provocando un escalofrió en todo el cuerpo de este.
Yuki tras un gruñido se levanta y coloca su mano sobre su oído – ¡Shuichi! ¡No hagas eso! – le vio de frente – ¿Shuichi? ¿Ya te sientes bien? – Yuki lo ve un poco más tranquilo.
- ¡¡Si!! ¡Yuki! ¡me siento perfectamente bien! Y todo gracias a ti ¡Yuki! – lo abraza efusivamente – gracias Yuki -
- no, gracias a ti Shuichi – Yuki cogió a su novio por la cintura y lo apartó un poco , sin perder el contacto de sus cuerpos – nunca antes tuve el valor, pero ahora me siento completamente seguro – Yuki besa a Shuichi – Te amo Shindou Shuichi – le murmura sobre sus labios – gracias por enseñarme el amor, gracias por sacarme de esa oscuridad en la que estaba perdido por mi pasado, gracias por curar todas las heridas de mi corazón, gracias por estar siempre a mi lado.. – dijo quedado frente a frente con Shuichi para poder ver su expresión.
- Yuki.. – Shuichi no cabía en su felicidad.
- aún no acabo – lo interrumpe. Lo coge fuertemente de la cintura – gracias por ser siempre mi pequeño baka – murmura antes de juntar sus labios con los de Shuichi - Gracias por estar siempre cuando te necesito – vuelve a darle un beso – por todo eso y más gracias.. Shu-chan – lo abraza con fuerza, como si fuera posible fundir sus cuerpos.
- Yuki.. Shuichi también lo abraza con fuerza – Yo también te amo, te amo cono toda mi alma, te amo cono todo lo que soy, con cada fibra de mi ser... – en ese momento ambos juntaros sus labios nuevamente en un apasionado beso, beso que solo se disolvió cuando ambos se separaron para respirar.
- Yuki... tengo que ir a trabajar... – Se separa de Yuki, pero este lo detiene.
- ya te había dicho que hable con Tohma, tienes toda la semana libre. – Yuki se para de su cama y camina hacia la puerta- vamos a desayunar -
- ¡Si! – responde entusiasta.
- ah.. es cierto.. – Yuki se encamina hacia el closet y sacó una caja envuelta en un papel color amarillo con dibujitos de estrellas – toma – se lo extienda – ábrelo, es para ti -
- ¿¡Yuki? – Shu no entendía el por qué del regalo
- solo ábrelo –
Shuichi obediente abrió el regalo, sonriendo alegre al ver su contenido.
- ¡¡wah!! ¡Yuki Gracias! – se trataba de una bufanda color rosa, muy parecida a la que lo había regalado a Yuki, solo que a un extremo estaba el dibujo chibi de Yuki y al otro lado el de Yuki. Sacó la bufanda y notó que al fondo de la caja había un sobre – ¿y esto? – preguntó acogiéndolo.
- léelo – simplemente dijo.
Shuichi empezó a leerlo y sus ojos se iluminaron de alegría y fue corriendo a abrazar a Yuki – Eres el mero, Yuki.. yo también, yo también – le da un beso sobre sus labios.
Para mi Shuichi, mi pequeño baka, la persona que cautivó mi corazón, la única razón de mi existir, lo que me motiva a seguir mi día a día.A Ti te debo todo lo que soy, todo lo que tengo; gracias por enseñarme el camino correcto, gracias por estar siempre a mi lado.Eres tú la persona más importante para mí.
Tu amor es el tesoro más grande y valioso que podría desear, gracias por entregármelo, gracias por confiarme tu corazón.
Gracias mi Shu-chan por ser mi ángel guardián.