Capitulo 1: la fiesta, el rechazo
Un claro día se acentuaba en el inicio de la jornada, todos en Shin Makoku hablaban alegres sobre lo que ocurriría esa misma tarde, después de unos años de fuertes desafíos al fin todo se mantenía en paz, los acuerdos humano-Mazoku Iban de viento en popa y con ello ya no habían mayores problemas, con todo tranquilo se podían dedicar a celebrar el cumpleaños número 18 de nuestro querido rey Yuuri Shibuya.
Ahora el pelinegro iba y venía desde su mundo a este gracias a su propio poder, por lo que no tenía problema con gobernar un reino y mantener las tan preciadas relaciones familiares.
En este tiempo Yuuri había gobernado y estudiado a la vez- gracias a las tan regulares clases de Günter-Sensei- y ahora se mantenía al tanto de casi todas las extrañas costumbres de este mundo, y que valga el casi, pues de este exótico mundo se puede esperar cualquier cosa.
Si bien Yuuri seguía tan amable e irresponsable, en cuanto a decisiones se trata, que siempre. Como cuando un aldeano llegaba con un problema, él le prometía darle arreglo y así comprometiendo a todos sus súbditos y amigos, quienes preocupados por él partían en una nueva y loca aventura, pero gracias a ello el pelinegro mantenía la absoluta confianza de todo el mundo, sin duda se podía confiar en el Maou.
Por ello, mucha gente quería darle sus felicitaciones en un día tan especial como su cumpleaños, en modo, también, agradeciendo su arduo y duro trabajo.
Ese día nuestro querido Maou se había levantado bastante temprano, ya que esa mañana recibiría a los pueblerinos que encantados le llevaban sus regalos, que por demás también eran extraños, sentado en la gran silla real se encontraba y junto a él, a un lado se encontraba Konrad con su infaltable sonrisa y al otro costado se encontraba nuestro queridisisisisisisimo rubio dorado, más bello que el sol, el lindo Wolfram.
Este por su parte, al igual que Yuuri se había desarrollado como cualquier joven normal, poseía un cuerpo de infarto cubierto por su típico traje azul, un buen porte y su cabello un poco más largo amarrado a un costado por una cinta azul (imagínense a Shinou con el cabello más largo, y claro, con los ojos verdes).
Por otra parte por Konrad los años no habían pasado, él simplemente se mantenía tan guapo como siempre, por algo se sabe que los habitantes de Shin Makoku tienes una vida mucho más extensa de lo normal. Lo mismo pasaba en cuanto a los demás, Günter se mantenía con su mismo extraño temperamento, Annissina aun tenía la manía de hacer experimentos con todos, Gwendal era el más perjudicado en ellos y aun hacia muñequitos que al final nunca se parecían a la idea original, Greta, por otra parte tenía mucha habilidad para lo manual, por lo que le ganaba sustantivamente a su TIO Gwen, la pequeña había crecido para convertirse en una muy linda jovencita, su piel acaramelada se veía perfecto con ese cabello ondulado y largo, al igual que su padre wólfram ella tenía interés en la pintura, aunque sin duda que ella era mucho mejor que el rubio, y al gustarle también el manga, últimamente inclinada hacía el yaoi, por lo que se dedicaba, en su tiempo libre a ello, Cheri-sama debe de encontrase en un confín del mundo aun buscando el amor, Murata ken-kun, más conocido como el gran sabio, se encontraba usualmente junto a Ulrike en el templo de Shinou.
Después de muchos regalos de parte de los aldeanos, entre ellos huevos de especies extrañas que quien sabe a donde los colocaría, animales que NO deberían vivir en un castillo, como un pequeño dragón que Yuuri pensó dejar en manos de Pochi. O extrañas cosas como ropa intima por si el Maou tuviese interés en aquel/la joven que la usase. Enojando, como siempre, al susceptible Wolf, quien no paraba de llamar a el Maou con palabras como ``traidor´´ o ``infiel´´ y enviando miradas asesinas a los pobladores que tuviesen la idea de ``tentar´´ a su prometido, algunas cosas no cambian.
Luego de ello todos se marcharon a sus labores, Yuuri se fue a el despacho, pues ni el día de su cumpleaños podía tenerlo libre, según Gwen con los días que se fuera a su mundo le bastaba, lo malo es que esos días eran solo horas en su mundo y lo peor que el mayor lo sabía, pues ya había viajado una vez a allí y sabia lo de los horarios, según el Maou lo hacía por ``malvado, cruel y extorsionador ´´, y para más mal no podía demandar a nadie pues ahí no existían leyes para los trabajadores ya que mayores problemas no habían y si creara una seria en lo que ahí llaman ``usar el poder con razones personales´´ y eso SI que estaba prohibido, y a ese punto de Yuuri solo podía maldecir a esa ley.
Durante la tarde en el castillo pacto de sangre ya estaba todo listo y lentamente comenzaban a llegar las importantes personas invitadas a la importante ocasión, entre ellas iban las 10 importantes familias de Shin Makoku, y reyes junto a sus reinas de diferentes reinos humanos con los que se mantenían buenos tratos, o sea la mayoría de todos los países ya que en esos años los tratados de paz habían aumentado, algunos por que de verdad creían en la ideología del país, otros por estar pegados al más fuerte o por la gran cantidad de beneficios hacía ambas partes (económicas más que nada).
Muchos países iban, junto con celebrar, a mostrar futuras espesas al Maou, después de todo se hablaba que el compromiso con el joven von Bielefeld no iba según lo acordado y como nunca se había puesto ante los mandatarios como algo formal y además nunca se había consumado lo veían como algo inestable, además al ser humanos no estaban interesados en las costumbres por muy sagradas que fuesen.
Diferentes muchachas de 16 a 17 años fueron mostradas, disimuladamente, a Yuuri, quien se encontraba ya muy nervioso, él tenía solo 18 años, aun ni pensaba en casarse y por supuesto, tampoco lo pensaba con wolfram, él era su amigo. El compromiso entre ambos fue algo de hace ya mucho tiempo, acordado más por respetar las costumbres, al menos él creía que wolfram también pensaba así y si lo celaba y perseguía era solo para no ver dañada su imagen y honor.
Ya en la comida el Maou se sentó en una de las muchas mesas dispuestas para los invitados, a su lado estaba importantes personas, como el rey de Silis-(n/a: país humano inventado por mí)- y su hija, una joven de unos 16 años, pelo largo, rubia, que mostraba una enorme sonrisa y se pegaba mucho a Yuuri- según este mismo. Wólfram quien lo miraba de lejos ya no se acercaba, quizás porque después de tanto tiempo persiguiendo de él, se sentía ya cansado de ello, si bien Yuuri nunca se acercaba a él, si recibía a veces muestras de cariño, como un abrazo. Gracias a esas leves muestras de esperanza Wolf mantenía el compromiso, porque lo quisiera o no, estaba enamorado del Maou y no quería alejarse de él. Cansado de eso se fue un momento al balcón, desde ahí se veían incontables luces del pueblo que resaltaban, seguramente ellos también celebrarían, pensó que eso sería mucho más entretenido que están ahí, quien sabe cuando las malas costumbres de el pelinegro se le pegaron, pensó que quizás era una enfermedad contagiosa o algo, sonrió ante ese pensamiento.
Tan sumido estaba en sus pensamientos que no vio cuando alguien se acerco y se puso a su lado hasta que este le hablo.
¿Qué ves?- pregunta un bello chico de cabello largo con unos extraños lentes y mirada gatuna.
¡Sara! ¡Me asustaste!- dijo el de orbes esmeraldas, exaltado por la repentina aparición del otro.
Oh! Yo que pensé que no te asustabas con nada- se burlo el pelilargo
¡Idiota!- dijo y se volvió a la posición anterior, levemente inclinado sobre el barandal, mirando había el colorido pueblo, mientras que Sara miraba hacia el interior, apoyando sus brazos, también en el barandal.
¿Qué hacías aquí afuera? Si no vigilas a Yuuri te lo van a quitar- dijo nuevamente burlón el de mirada amarilla.
Sí, bueno, es que había mucha gente allá adentro y tengo que confiar en mi prometido ¿no? es lo que hacen los prometidos- dijo muy seguro, aunque claramente no creía en lo que pregonaba.
Si tú lo dices…- dijo haciendo una leve pausa. Sara y Wolf en un principio se llevaban bastante mal, pero con el pasar del tiempo se fueron llevando mejor y Sara era ahora lo que Wolf consideraría su mejor amigo, sabía también que estaba con su tio-guardaespaldas y muy enamorado. (n/a: aunque es incesto, amo esta pareja)
La fiesta fue llevada normal hasta que llego el baile, Yuuri tuvo que bailar con la mayoría de las señoritas por cortesía. Hasta que una la muy atrevida jovencita que estaba a su lado en la mesa le planto un beso muy apasionado a el Maou, todos se quedaron viendo la imagen, la jovencita totalmente entregada y pasando de un Yuuri sorprendido a uno tratando de apartarla con sutileza, no quería crear ya más problemas y habladurías. Wolfram lo vio todo desde primera fila, se iba acercando a Yuuri con la esperanza de que también bailara con él cuando sucedió, la joven sonreía con los labios pegados a los del pelinegro. Wolfram la apartó bruscamente del moreno con los ojos desorbitados de irá, sus mejillas estaban rojas, como si fuera a estallar en cualquier momento.
¿Cómo te atreves?- le dijo a la joven- ¡Yuuri es mío!- grito capturando aun más la atención de la mucha gente ahí reunida, y los pocos países que aun no sabían del compromiso del Maou, pues se enteraron de golpe.
Los únicos comentarios escuchados en la habitación eran los que había propiciado wolfram, Yuuri muy avergonzado intentaba calmar los ánimos, cuando vio que eso no sucedía los murmullos no cesaban.
¿El Maou está con un hombre?- se oía a lo lejos, seguramente humao, las relaciones homosexuales no eran bien vistas en ese mundo
¿Ese es su prometido?- dijo otro horrorizado.
¡Qué joven tan vulgar! Mira que estar dando estos espectáculos- dijo una señora bastante estrafalaria.
Mientras eso sucedía Yuuri decía cosas en voz baja como: no es lo que creen, no es así, esperen un momento.
Hasta que la paciencia del Maou se vio muy sobrepasada y él también grito: ¡él no es mi prometido! ¡El no es nada mío!- el rubio se quedo mirándolo con el corazón oprimido por la angustia de no ser amado por la persona que se ama.