Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

... Pain... por la-Monge

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

bueeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeno. despues de que haci mil millones de añoshice una promesa.... por fin la cumpli.... digo.. tarde pero seguro.... hace muchisisisisisimo tiempo, cundo los dinosauris dominaban la tierra y la-monge usaba el migrofono de la pc por flojera de esribir, se hizo un trato con KakaIru en el que de la misma cancion (Pain, de Jimy Eat World) cada quien haria su vercion, pues huvo percepciones diferentes... y despues de n monton de cosas que me da flojera contar...se sello dicho trato. aproimadamente dos semanas despues KakaIru publico el fic en *Biiiiiiiiiiiip* y pues.... ahora.... despes de siglos de ausencia, aki les velvo con la promesa... tarde pero seguro... espero que les guste ^///^

 

Durante tanto tiempo...

... tanto tiempo...

Se amaron de una manera tan intensa, que podría decir llegaba a lo enfermizo. Desde hace ya lustros la cercanía era inmensa. Desde niños cada uno conocía bien al otro, de hecho eran vecinos, no muy curiosos, honestamente, pero inevitablemente coincidían con demasiada frecuencia ya fuera en autobuses, en la calle, escuela... siempre.

Con el tiempo y muchas dificultades se hicieron amigos, de los mejores se podría decir, y pasaron por la dependencia mutua, hasta que llegaron el irremediable termino del cual nunca salieron, el amor. A ese que es totalmente puro e intenso, de ese que nació con el tiempo, que evoluciono y que sin darse cuenta siquiera se alojo permanentemente en sus corazones.

...Sin importar que fuera un secreto...

Era, de la manera mas literal del universo, algo solo entre dos... sin siquiera un murmullo que sospechara, una cama que traicionara, ni una multitud que les sorprendiera...solo ellos dos... esperando el momento y lugar preciso para un roce, tomarse de las manos, para un fugaz o apasionado y profundo beso, o en el mejor de los casos amarse fuera de los limites, llegando a extremos impensables.

Ante todo el mundo eran simplemente buenos amigos que iban juntos a la escuela, que el receso lo tomaban solo los dos y a la hora de salir ambos caminaban de regreso a casa lo normal... hasta donde la vista alcanzaba.

Aunque crecieron juntos sus personalidades eran alarmantemente opuestas, tanto, que los hacia embonar perfectamente.

Eran Rock Lee y Sabaku No Gaara.

Dos chicos, de dieciocho y diecisiete años respectivamente.

De ellos, ahora te cuento el rojizo ocaso de su historia.

 Y así como opuestas eran sus formas de ser también lo eran sus familias, porque aunque vivieran una al lado de la otra y ambos carecieran de figura materna, uno, Lee, vivía únicamente con su dedicado padre que trabajaba todo el día fuera de casa para darle lo mejor a su amado hijo,  mientras el otro, Gaara, vivía con su padre, hermana y hermano,  quienes honestamente no le importaban, de echo su relación se basaba en eterno maltrato e indiferencia por parte de ellos, así que mejor prefería pasar la mayor parte de su tiempo fuera de casa, y a veces, con un poco de suerte, resultaba siendo el refugio la casa de Lee.

Era martes, apenas entraba la primavera y todo se regocijaba con el tibio calor que regalaban las caricias del astro rey, las campanas de la escuela sonaban, la hora de salida había llegado, y ambos caminaban fuera del edificio, como siempre. Los dos portaban el uniforme con una camisa blanca desfajada y pantalón negro, y como ya era costumbre en todos lo sentidos de sus vidas... lucían muy distintos. Gaara, como ya era costumbre portaba su cabellera pelirroja totalmente despeinada, solamente inclinada un poco para su lado derecho; su camisa aunque tan blanca como las nubes lucia bastante arrugada, completamente abierta y desfajada, de hecho debia agradecer a Lee que su cuello estuviera correctamente doblado, bajo ella tenia una camiseta negra de cuello en "V" y un poco ajustada, sus pantalones se podría decir que estaban en las mismas condiciones que su camisa, Sin contar que la mochila que colgaba de uno de sus hombros era de color rojo, totalmente rayoneada, estaba sin duda bastante maltratada, y como nota curiosa, en ella se lograban percibir manchas de un rojo mas oscuro... era sangre... y no había porque ocultarlo, constantemente Gaara se veía involucrado en conflictos que generalmente terminaban en los golpes y ya fuera el vencedor o el derrotado era Rock Lee era quien se encargaba de llevarse el maltratado cuerpo a su casa para sanar las heridas, para que después se fuera a su propia casa.

En cambio Lee, con radical diferencia, lucia tan pulcro. Su negro cabello brillante y alineado, a la altura de sus excesivamente gruesas cejas, en un corte de cabello al mas puro estío a lo cazo; su camisa blanca y lisa desabotonada  los primeros tres botones del cuello hacia abajo, dejando ver claramente su camisa verde oscuro  bajo ella, sus pantalones al igual que su camisa planchados y pulcros; en su mochila de color verde había solo un rayón que rezaba la firma de un tal " demonio del desierto", además que en esta un que con un muchísimo mejor estado, se miraba un par de manchas que no se habían podido lavar de sangre... hacerla de héroe a veces tenia sus desventajas, pero nunca se comparaba con la satisfacción de el resultado de sus actos.

Ambos caminaban a paso lento sobre la acera, razonablemente cerca uno de el otro, lo suficiente para no levantar sospechas; además querían durar la mayor cantidad de tiempo juntos. Bien sabían ambos que durante ese lapso no podían siquiera compartir una mirada cariñosa, pero con solo saber cerca la presencia del otro era mas que suficiente para sobrevivir aquellos días en los que por las tardes no se podían encontrar. En este instante platicaban del examen de matemáticas que acababan de terminar; para ninguno de los dos había resultado un problema, pues como buena excusa para que Gaara estuviera en casa de Lee, era eso mismo, estudiar para exámenes próximos y hacer trabajos complicados, así que siempre resultaban ser que tenían las calificaciones mas altas de su clase, aunque realmente a Lee se le dificultaba n poco mas, según en sus propias palabras, lo que pasaba era que Gaara era un genio.

Durante el poco lapso de discusión el pelinegro no le quitaba la mirada de encima al otro.

-" Cada vez me resulta mas difícil "- pensó desviando la mirada; aquel torrente de amor que sentía ya le era casi imposible retenerlo, pero lo haría.... claro que lo haría, por Gaara, mejor no quería ni imaginar todos los problemas que se vendrían sobre ellos si alguien supiera... pero es que sentía que sus manos sangraban al intentar tapar los ojos de todos.

Con toda intención y conocimiento de causa, pero no con demasiada fuerza Gaara le dio un puñetazo en el brazo y sin verle a la cara, de hecho sin inmutar su rostro, dijo:

- Ya cálmate... supéralo-

Lee apenas atino en desviar su rostro tratando de esconder ese maldito sonrrojo que siempre trataba de traicionarlos. Así que mejor siguió con la platica, contestando lo que ya hacia buen tiempo le había cuestionado Gaara y siguieron caminando.

El pelirrojo se encontraba de pie fuera de un establecimiento, Lee había parado un poco para comprar algún material en la papelería, ya que tenia que hacer varios trabajos, que por cierto, Gaara no se preocupaba, porque había exentado la materia, así que ya le había dicho el maestro de antemano que no había necesidad de que las hiciera.

Lee ya estaba pagando la cuenta.... siempre resultaba bastante caro todo el material, asi que sin pensarlo mucho, solo saco su dinero que con tanta dificultad ganaba su padre... pero

... antes de hacer nada... y tomando a todos por sorpresa, se escucho en horrible estruendo que le obligo a cerrar los ojos, chocaron  algunas rocas contra el, pero mas que eso, se dio cuenta que ese estruendo fue exactamente sobre la pared de la papelería donde estaba su chico, sin siquiera reflexionarlo, y sin importarle sus propias heridas corrió hacia fuera esquivando a todas las personas alarmadas y lastimadas que se le atravesaban.

Había sido un auto lo que se estrello contra el local y logro hacer pedazos la pared, pero eso no le importaba en lo absoluto, lo que lo dejo sin aliento fue el chico que se encontraba en medio de la calle, acostado en el suelo, malherido, bañado en sangre.

Ya los curiosos se comenzaban a acercar. Lee corrió a encontrar a ese chico, a su Gaara, quien parecía haber recibido el impacto por completo  y salió proyectado por el. En poco segundos se encontraba al lado del otro, y para su alivio se encontraba semi-conciente, pero con muchísimas heridas profundas... y esa sangre que parecía hacerse cada vez mas oscura, mas en cantidad.

El pelinegro ni siquiera toco al otro, solo se agacho a su lado rápidamente, y en su cara una mueca de desesperación viendo todo el cuerpo del pelirrojo, con la mirada temblorosa, sus manos también, no sabia que hacer, ni siquiera por donde tomarle para no causarle algún daño.

- Gaara-san... Gaara, ¿me escuchas?- dijo con su voz apenas pendiendo de un hilo. Con manos dudosas las dirigió hacia la nuca del mas joven, para levantar su bello rostro, ahora ensangrentado. Apenas con un pequeño sonidito que salió de sus labios, fue mas que suficiente para que Lee diera por sentado que había escuchado, pero además de eso, había sido un gemido de dolor.

Todo su cuerpo dolía, y mucho, aquel impacto lo havia hecho perderse por unos segundos, como si todo se hubiera hecho en cámara lenta... y después el golpe en el suelo, que le dio a conocer todo el daño que había recibido realmente.

Como mero impulso Gaara se aferró con una de sus manos a la blanca camisa del joven que se desvivía frente a el, manchándola así y provocando que el pelinegro se acercase lo mas posible al rostro del otro.

-L... Lee...kun... no lo... no... voy a resistir...- decía apenas con su voz rasposa, pero un tanto apagada, dando así por sentado sus propios pensamientos. Con sus palabras entrecortadas por el dolor... y sus ojos se comenzaban a llenar de lagrimas.

El rostro del pelinegro, no cambo a uno de pena, o de tristeza absoluta, si de lo que se hubiese esperado, si, al principio le sorprendieron un poco las palabras, pero al instante su faz cambio a una totalmente seria y clavo sus ojos en los mas claros.

-No Gaara- comenzó en un tono decidido, como si lo que dijese fuera lo que se haría- tu vas a resistir, esto no va a pasar a mas, Gaara, resiste... por favor- y con esa ultima palabra la desesperación se comenzó a hacer presente, en su rostro se notaba, dejando que de manera abrupta las lagrimas se guardaran en sus ojos haciéndolos ver cristalinos.

Gaara solo negó levemente soltando un suspiro, y dejando una lagrima correr a un lado de unas de sus mejillas, para después esconder su cara en las ropas ya rojizas de Lee; mientras el mismo, sintiendo un nudo en su garganta levanto su rostro... noto que estaba lleno de curiosos, rodeaban todo el área, murmuraban y clavaban miradas en todo lo que fue la escena del choque... parecía haber sido un drogadicto el que provoco todo aquello.... pero nadie hacia nada, solo estaban ahí como estúpidos observando.

- ¡¡ Llamen a un ambulancia!!- grito con desesperación, aferrándose al débil cuerpo que sostenía. Su voz ya estaba quebrada, y a gritos desgarradores repetía lo mismo una y otra vez, volteado para todas direcciones, donde parecía que la gente ni siquiera se movía, o si lo hacia era con una lentitud tremenda... la verdad era que había gran movimiento a su alrededor, pero Lee parecía no percatarse, al contrario, ni siquiera lo notaba.

Pericia que el mundo se había detenido...

Las lagrimas ya se habían echo presentes es en su rostro... y... la sangre parecía no parar, se escurría entre sus dedos cuando tomaba a Gaara, su camisa ya había tomado una totalidad marrón, hora escondía su rostro en el rojizo cabello humedecido.

- Gaara-san, por favor... por favor resiste, resiste un poco mas... - musito apenas audiblemente, pero como una respuesta nada esperada, el aludido negó temblorosa y levemente con la cabeza, y de la misma manera levanto su rostro para encarar al otro... en el también se encontraban lagrimas, que por su camino se combinaban con sangre, regalándole también a Lee un rostro suma mente triste...

- ... te amo...- dijo con su voz ahora también quebrada; miraba directamente a los ojos de Lee, no le entristecía el dolor de él, tampoco el propio, ni siquiera el saber que moría... por que estaba consiente, ya lo sentía venir... lo que en verdad le entristecía de sobremanera era que no volvería a ver esos ojos... nunca pudo imaginar que el beso que a duras penas regalo ayer, fuera el ultimo que habrían de sentir sus labios... no quería irse, por Lee, no quería dejarlo; porque era egoísta, y no quería abandonarlo, no quería perderse de el, no quería dejar de sentir sus besos, sus miradas, esos tiernos "te amo" que cada vez que podía le decía... y el mismo, que lo había hecho tan pocas...no quería dejar sus silencios, su hermosa voz...

no quería...

... pero que podía hacer... en esos instantes ya nada... y no porque quisiera...

El pelinegro también le miraba a los ojos, con los mismos rebosados en lagrimas. Solo negó con la cabeza, él de una manera menos calmada.

- ... n... no... no me digas eso Gaara-san... Yo también te amo, pero... por favor, n-no lo digas ahora... no lo digas... como- soltó un sumamente sonoro sollozo, sus labios temblaban, sus palabras se entrecortaban contra su voluntad, la garganta le ardía, las palabras dolían al salir, de hecho dolía el respirar-... co-como si fuera la ultima vez... por favor no lo hagas...-

Acerco el rostro de Lee tirando suavemente de su camisa, ya las fuerzas parecían nulas...

-... Lee...- Sus ojos claros le dieron un profunda mirada a los que estaban justo enfrente de el, tan cerca...

... Gaara soltó entre sus pálidos labios un suspiro que choco contra la cara de Lee, lo sintió claramente, era tanta la cercanía que percibió como ese respiro resulto sentirse tan cálido, reconfortante, que esa tibia caricia en el rostro le hizo pesar por fragmentos de segundo que lo sucedido había sido un mero susto... pero... al instante se dio cuenta que no... porque el pecho de Gaara no volvió a llenarse de aire... sus ojos se habían vuelto como dos cristales que no reflejaban nada, perdidos, porque su calidez se perdía con los segundos, porque había dejado caer la mano con que sostenía su camisa... porque aquella bella caricia que sintió en su piel había sido Gaara...  despidiéndose...

- ... Gaara... Gaara....- decía en el tono mas bajo posible, moviendo levemente al mencionado, como si intentara despertarlo dulcemente de un sueño; no por esto su voz mejoraba, al contrario- ¿Gaara?... no te vayas... no me dejes... por favor, levántate- seguía diciéndole en susurros... y la realidad por fin le calo hasta los huesos... ya la tranquilidad era letra muerta, pero no dijo nada, solo lloro... lloro a gritos, aferrado a su amor, ahora convertido en el cascaron mas hermoso en la tierra.

A los pocos minutos llegaron los paramédicos, paro ya había sido demasiado tarde, al menos para Gaara. Al final resudaron dos muertos y seis heridos, entre ellos Lee, quien tubo muchas dificultades para dependerse de aquel cuerpo... es que no quería separarse de él... no, no podía separarse, pero al final, resultaron llevándose ambos cuerpos denominados cruelmente cadáveres hacia la morgue, donde se encargarían de buscar familiares, y los enviara a sus respectivas funerarias y allí les harían "lucir mejor" para su funeral.

Y así fue, tardo todo un día... un día en el que Lee lloro ríos enteros, donde nadie supo de él, solo su preocupado padre que nunca le havia visto así y que lo único que pudo hacer fue escuchar el inteligible llanto de su hijo que se desmoronaba en sus manos, que en fuetes barrazos esperara que un poco del dolor que aquejaba a su hijo pasara a él, para que no sufriera así... pero Gai ni siquiera podía imaginar la magnitud de ese dolor, talvez apenas divisaba la punta de la montaña, porque eso seria un dolor que nadie podría soportar.

Durante aquella noche se llevo a cavo el velorio dentro de la funeraria correspondiente, y ahí se encontraban todos los conocidos, familiares de Gaara, compañeros de la escuela; no se podría decir que se encontraban amigos Gaara no acostumbraba formar esas relaciones, pero si se encontraban viejos conocidos, y amigos de Lee que le había prácticamente obligado a conocer.

En esos establecimientos eternamente tristes se encontraban en una de las habitaciones todos reunidos, con murmullos donde fuera, silencios de algunos... pero si se podía escuchar bien sollozos... venían de una esquina de la estancia, donde se encontraba un joven con el rostro desecho de demacrado, rodeado de unos 4 jóvenes y su padre que no se separaba de el.

Lee vestía de negro, como todos en el lugar, pero a diferencia de ellos, parecía que el era el único que sufría de verdad, porque si sus hermanos estaban llorando era por remordimiento, pero no por dolor, a su padre parecía no hacerle ninguna diferencia, como si toda su vida estuviese esperando eso y los compañeros de la escuela se preocupaban mas por Lee que por Gaara, a quien ya no verían... ya su voz se estaba extinguiendo, veinticuatro horas de profundos gritos con la garganta hecha un nudo no era nada sano, ni para tomarse a la ligera, por eso solo se encontraba sollozando, pero las lagrimas seguían en un maratón desesperado de sus ojos a el precipicio de su barbilla, tenia unos cuantos vasos de agua a su lado, todos intactos, sus amigos se los había llevado, pues estaban con miedo de que llegase a pasar algo por toda esa perdida de liquido y sumado a que no había probado bocado desde aquel suceso; y su corazón... ese ya no estaba... solo había un hueco en su pecho, él lo sentía... y todo el mundo lo notaba... ese corazón de oro, invaluable que tenia y esa presencia radiante que siempre portaba habían desaparecido sin rastro.

Nunca nadie pudieron haber imaginado que el Lee que todos conocían desaparecería por un amigo, porque si, se entendía el dolor, y la perdida que podría sentir... pero aquello ya era extremo, al menos cuando se perdería un amigo se sentiría al tiempo la resignación, el pensamiento de que estará mejor en otro lugar y se guardaría un especio en el corazón para su recuerdo, pero en lee no parecía ser nada siquiera similar... Lee sangraba... se podía percibir que no había vuelta atrás, que aquel Lee había cambiado a un ser sin mirada y sin alma...

Si una sonrisa...

-... Quiero ver a Gaara...- dijo con una voz que apenas era entendible y totalmente apagada, realmente de su mirada no se podía decir mucho, era turbia, sus ojos solo se encontraban entreabiertos y era opaca... como si hubiese perdido vida.

- ¿qué dijiste Lee?.. ¿qué dijo?- Pregunto su mas querida compañera de clase Ten Ten volteando a ver a su novio Hyuga Neji, también buen amigo de Lee.

-Que quiere ver a Gaara... mejor dejémoslo hacerlo- Neji consideraba a Lee como su mejor amigo, y la verdad si que le dolía verlo en esta situación, así que mejor estría que aprovecharan a que estaba ya un poco.. definitivamente mucho muy poco calmado para que viera a Gaara por uno corto tiempo y llevárselo de allí, ese lugar le era muy dañino.

Lee apenas se movía a paso fantasmal hacia el féretro... pero ya a unos cuantos pasos de llegar hacia donde podría ver aquel rostro que seguía amando sus pisadas se volvieron titubeantes, pero aún así constantes... tenia que verlo.

Al momento de posicionarse a un lado donde se encontraba aquel pacifico rostro pareció quedar paralizado, un poco encorvado, viendo prácticamente sin parpadear a su chico. Neji y Ten Ten estaban unos cuantos pasos atrás, procurando el bienestar de su amigo, pero completamente silentes, no querían importunarle.

Las lagrimas se hicieron su inevitable aparición dando saltos de caída libre desde sus ojos, o desde su fina nariz hacia lo que fuera que estuviese en su camino... pero el pelinegro ni siquiera se inmutaba, seguía como estatua ahí, admirándole. Sin percatarse siquiera sus manos comenzaron a temblar visiblemente y su bello rostro se vio contraído para soltar después un agudo gemido que resonó por todo el lugar... no quería seguir pensando que aquella cara no le sonreiría de nuevo, que sus ojos ya no le perforarían, que sus labios no le rozarían de nuevo... no.

Solo... no podía ser, debía ser un mal chiste... o... o una cruel broma, pero ya quería que parara, ya había sido suficiente.

Con una de sus temblorosas manos toco el rostro de su pelirrojo tan amado, apenas rozando el costado... se sentía frió... contaba con un maquillaje que le daba ese color rozado que nunca tubo. Esbozo una casi invisible sonrisa... no podía ser creíble que le conocieran tan poco como  para ni siquiera haberse acercado a su color de piel... ese hermoso porcelana, como un fantasma, ese era su color de piel, blanco, empalidecido... ese color que tanto adoraba. Pero esos pequeños detalles no importaban porque ahí le tenia, su mano podía confirmar que Gaara seguía ahí... pero...

No podía cambiar nada...

- Gaara... no pues irte... nunca te pido nada... pero esto tienes que cumplírmelo, por favor...- dijo con una voz gastada, rasposa, triste... no podía evitarlo, lo sabia.... pero no quería aceptarlo...

Sin siquiera pensarlo se agacho, acercándose al rostro del otro, inmutable y serio como siempre... ausente... podía asegurar que Gaara solo le era indiferente, como en a escuela, frente a la gente.

- ... por favor- termino diciendo ya muy cerca de sus labios.

De nuevo probo esos labios, los que solo le pertenecían solo a el, que sabia nunca fueron de nadie mas. Y esperaba encontrar ese sabor tan de Gaara... y si, los labios eran los suyos, pero... ya solo parecía estar besando una piedra.

El lugar se paralizo, un silencio penunbral... casi atemorizante. Todos habían quedado perplejos por esa escena... ¿ Rock Lee besaba a Garara?... ¿ a su cadáver?... ¿a otro chico?...

Si inquiera los rezos hipócritas se escuchaban ya, la pesadez que infringían las miradas era inhumano, el padre de Lee también observaba sorprendido como todos ahí, sus amigos también... y obviamente Lee sentía esas miradas como se cargaban en su espalda... esa era una de las razones por las que nunca revelaron esto.... en vida.

Lee se separo un poco del rostro del pelirrojo, pero sin incorporarse aún, y miro con ojos profundos y acuosos el rostro de su amado, como no reaccionaba... pensó seriamente en dar ese como su ultimo beso, donde se quitara ese yugo del silencio, cosa que.. ahora que lo pensaba, era una completa estupidez, tanto tiempo que pudieron haber pasado juntos, si, con problemas ante la sociedad, pero juntos sin nada que esconder...

Pero era duro el pensar... esa vez seria... seria la ultima vez que le vería, que le sentiría, que le besaría... era tan jodidamente injusto...sin siquiera premeditarse se formo un rictus de dolor en su rostro, una mueca que desfiguraba las finas facciones, pero sus recuerdos llegaban como una cascada, sin piedad volvían al verle... las lagrimas no querían parar, su cabeza parecía explotar, y el silencio seguía sin descansar...

Y en todo ese dolor, donde abrazaba en un silencioso llanto a Gaara llego una idea... un pequeño brillo que haría que todo se esfumara,,,

Gaara, aunque si, era la persona mas indiferente, fría, impersonal, y aunque le pesara hasta lo mas profundo aceptarlo el mismo... no podía evitar como un pequeño brillo en su mirar se apoderaba cuando Lee le besaba con todo el amor que le regalaba desde el primero, hasta el ultimo que se habrían dado. Era esa especie de brillo que iluminaba al mundo, como si millares de velas se encendieran todo alrededor, y lee lo adoraba, Gaara no tanto, pero no lo podía evitar... Esa talvez seria la soluciona todo... como en un cuento fantástico, con un beso de sus labios podría volver ese brillo, debía hacerlo, porque era Gaara, y nunca podría evitarlo, quisiera o no, ya antes había ese mismo resplandor ignorado su voluntad, ahora también podría ignorar todo... eso.

Lee, decidido y un tanto desesperado con una de sus aun titubeantes manos poso sus dedos sobre los párpados de su amado y con la mayor delicadeza que pudo los fue deslizando cual finas cortinas para dar un saludo al sol de un nuevo amanecer a los ojos de Gaara... pero... para los ojos de Lee... fue lo pero que pudo hacer... los ojos de Gaara eran.... opacos... perdidos... secos... y para él fue devastador verle... siempre los ojos de Gaara eran mayormente fríos.. pero ahora, ahora eran hielo puro...no, una roca, eso eran sus ojos... y era frustrante para Lee no poder encontrar nada en ellos, ellos que siempre le dieron algo que buscar.

Sin querer sufrir mucho viendo esa imagen procedió a su plan, que rogaba a dios, o a todos los dioses en cualquier caso, solo entregaba su alma a esa plegaria que funcionara...

Y poso de nuevo sus pálidos labios en los otros... duró así unos segundos apretando con todas sus fuerzas los ojos con miedo a ver cualquier cosa, pero no paro de orar cada uno de esos segundos.

Las demás personas seguían en silencio, nadie se atrevía a decir nada... unos cuantos ya se encontraban de pie, titubeantes en el "que hacer", entre ellos se encontraban los padres de ambos y los hermanos de Gaara, además de las personas mas allegadas a Lee... todo resultaba sumamente confuso e inesperado... y la tensión era... extrema; Lee ya no le tomaba atención, ya no quería ni siquiera seguir estando en ese lugar tan deprimente y mejor ir junto a Gaara a un lugar mucho mas tranquilo, donde no tuvieran todos esas acusadoras miradas sobre ellos.

Con su alma pendiendo de un hilo, corto lentamente con ese beso y dirigió su vista a la del otro, pero nada... esos ojos aguamarina seguían sin ver nada, con dirección al infinito... y ese brillo nunca apareció...y el hilo no soporto... rompiendo inevitablemente... quebrándole, en pedazos pequeños que eran imposible reconstruir... y como muestra de esto se ahogo en un gemido, intentando retener ese llanto que se venia en estampida... no había funcionado...

¿por qué?

Con su rostro contraído se mantuvo viendo temblorosamente los ojos de Gaara, acabando con todas las posibilidades, que si habían brillado sus ojos el no se dio cuenta a tiempo.... pero nada.

De nuevo beso sus labios con la misma cantidad de amor desbordando, de inmediato dirigió su frustrado mirar a la dirección de el otro... y no hubo ninguna variacion... seguían sin brillar... Gaara no podía cambiar así de la noche a la mañana, porque sus ojos no podían mentirle... ellos siempre resplandecían cuando los rozaban sus labios... ¿por qué ahora no?.... ¿ porque es tan difícil de comprender?... tal vez estaba tardado mucho en levantar de nuevo el mirar, talvez los ojos aguamarina si brillaban , pero el era muy torpe para percibirlo.

Esta vez con sus ojos abiertos, chocando directamente con los de Gaara le beso, sin parpadear, sin separarse un segundo... sabia que si Gaara despertaba y le observaba así moriría por mucho el sentimiento romántico... pero no quería descuidarse... para su triste respeta no cambio.... seguía... igual.... de esa manera tan dramática en su inmovilidad...sin siquiera pensarlo de dio otro beso... y otro, y otro, y otro... ya con la desesperación emanando por sus poros.

- Gaara, porque- dijo al fin- como puede ser que no reacciones .. Gaara por favor... ¡Gaara! ¡¡reacciona, ya es suficiente, Gaara!!- tomo el cuerpo y le levanto para poder abrazarle, y lo hacia con fuerza tal... y con un miedo... con cascadas saladas brotando de sus ojos, sin parar... no soportaría la vida sin él, no era concebible... ¿por qué le havia abandonado?.

Las personas alrededor al ver ese acción tan... inesperada.. bueno, la verdad es que desde hace unos momentos ya se podía decir que no podían sorprenderse mas... pero se equivocaron, y apenas salieron de aquella extraña parálisis para detener lo que ocurría ante sus ojos.

El primero en reaccionar fue el padre de Lee, Gai, jalando a su hijo para que soltase el cuerpo entre sus brazos, seguido le ayudo Neji que estaba unos pasos atrás, intentaba desprender a Gaara de esa prensa. Lograron separar a ambos amantes y Lee luchaba con fuerza inhumana para liberarse, y viéndose imposibilitado, pero aun así sin dejar de luchar no pudo mas que gritar... desesperado... con un reclamo entre los labios.

- ¡¡Porque Gaara san!! ¡¡¡No me dejes!!! ¡¡¡Yo te amo!!! ¡¡Por favor, no puedes dejarme aquí solo!! ¡¡No puedes!! ¿¡Recuerdas que nos prometimos estar juntos por siempre!? ¡¿que te pasa no cumples tu palabra?! ¡¿Te gusta verme así?! ¡¿O que?! ¡¡Por favor!! ¡¡Regresa, no me dejes!!!... ¡¡llévame contigo!! ¡¡Por favor, quiero ir contigo a donde vayas!!... ¡Gaara! ¡¡Maldita sea!! ¡No me dejes así! ¡¡¡Respóndeme!!!-

Gai apenas podía contener a su hijo entre brazos, con toda esa energía que estaba sacando de quien sabe donde le estaba haciendo muy difícil controlarle. Neji procedió a colocar con cuidado el cuerpo del pelirrojo, y a esto se quedo unos segundos viéndolo, la verdad... nunca pudo imaginar que él y Lee... talvez Lee se había enamorado de Gaara y hasta ahora exploto, con esa impotencia de no haber podido declarar su amor antes...o talvez se equivocaba... bueno, eso ya no tenia sentido ahora.

Lee no quería que lo tocaran, no quería que lo separaran de Gaara, siempre supo que las personas intentarían separarlos si sabían la verdad, de todas las maneras posibles, e implementaba todas sus fuerzas para sacarse... no quería que lo retuvieran, esa sarta de traidores farsantes, honestamente no se había percatado de quien lo sujetaba..... no le importaba. Pero lo que no pudo soportar que sujetaran a Gaara... que lo tocaran, y esto hizo dar paso a la furia dentro de si. Pero tanto se movía que termino por tumbar a su padre, quien no le soltó, ambos calleron al suelo sentados. Por su vida Gai no soltaría a Lee.

- ¡No lo toques! ¡Desgraciado hipócrita! ¿¡Como diablos te atreves!? ¡¡SUELTALO!! ¡¡SUELTALO TE DIGO!!-

Ya ni siquiera reconocía los rostros, ni a las personas, ni a sus amigos, solo podía ver mancas borrosas que sabia portaban esas caretas de buenas personas, pero él podía jurar eran de lo peor... en estos momentos odiaba a todos, a Neji por tocar a su Gaara y quedársele viendo como si se muriera de lastima... maldito mentiroso; odiaba a quien le sujetaba porque no lo dejaba estar con Gaara, porque no lo soltaba, odiaba a todos los presentes... a todos los que se le quedaban viendo con mal fingida preocupación... y entre esa mancha de personas que odiaba apareció una... sobre todas... y esta si tenia su rostro claro, como si fuera a quien buscaba entre todo su odio y coraje.

El padre de Gaara.. su amado Gaara.

- ¡¡¡TU!!! Maldito!! ¡¡Que haces aquí!! ¡Lárgate maldito miserable! ¡tu eres el culpable! ¡Por tu culpa sufría! ¡Por tu maldita culpa se sentía infeliz! ¡Por tu jodida culpa el murió! ¡¡¡¡Por tu culpa moría en vida!!!! ¡Como te atreves a poner tu cara de imbecil aquí! Ni siquiera en sus... ¡en sus últimos momentos aquí lo pudiste dejas en paz!...-

La respiración de Lee ya era excesivamente agitada y pelear contra él era sumamente difícil, sentía que si enflaquecía un poco su fuerza se iría sobre el padre de Gaara y le golpearía como pudiera... le dolía en el alma ver a su hijo así... la verdad de sus sentimientos sobre el ojiverde le havia sorprendido, pero no era en absoluto comparable con el sufrimiento que tenia al ver a su pequeño deshacerse en sus bazos, apretaba sus ojos, en vano intento de detener sus lagrimas, sintiendo como puñaladas cada palabra de odio que salían entre los labios de su hijo.

Y de pronto Lee comenzó a disminuir la fuerza...

- ... Lo maldigo- dijo con sus ojos ardiendo en fura, chocando con los fríos e indiferentes de el hombre- te maldigo.... ¡¡tu debiste ser quien muriera!! ¡¡Tu lo mereces!! ¡No Gaara! y espero que tu muerte sea larga y lenta... dolorosa ... que ardas en las llamas que tu mismo creaste... que te ahogues en tu propia inmundicia...-

Esas palabras fueron veneno puro y letal, con el odio emanando desde el fondo del alma,  lo había dicho él, quien siempre le decía a Gaara que debía aprender a perdonar, que debía saber que las personas peden cambiar... ahora... ahora no estaba para decírselas mas... y lo único que podía hacer era... lo que sabia, Gaara había necesitado decir... solo... mandar el mensaje. No podía comprender el odio que le tuvo él a su padre... pero ahora podía compartir parte del sentimiento con su difunto.

Lee sin querer rompió en llanto de nuevo... necesitaba a Gaara... de nuevo se volvió débil... la falta de comida y energías le calo de nuevo, haciendo que su única acción podía ser llorar, seguir sufriendo, hundiéndose mas y mas en su desgracia, queriendo no salir ya nunca.

- ... Lee- se escucho en un pequeño susurro quebrado, que no quería decir nada... pero su significado era tremendo.

Sin pensarlo dos veces y reconociendo a la perfección esa voz se volvió, abrasándose a si mismo, refugiándose en los brazos de su padre, desahogando su alma sin decir una palabra, su padre no tardo un segundo en rodearle con sus fuerte brazos, ahora en tierno gesto... era tan doloroso, aunque no comprendía la magnitud de este, y con la inesperada situación... se sentía perturbado, pero muchísimo mas aún, dolido, porque el dolor de su hijo era el suyo... pero en cierto modo le pesaba no poder sufrir igual que él.

Ahí duraron, en el suelo, abrazados padre e hijo, en ese recinto donde reposaba por ultima vez el amor de su vida... y realmente lo era, a fin de cuentas... quien sabe en que punto la conciencia abandono a Lee, dejándolo en un sueño profundo, pero eso no quería decir que fuera pacifico, o menos doloroso... porque solo estaría una persona en esos sueños, e inconscientemente le echaba mas leña al fuego. Gai al darse cuenta, sintiendo la mas calmada pero aun entrecortada respiración de su primogénito lo tomo en brazos, tenia planeado retirarse, ya no había mas que hacer, en unas horas se llevaría el cuerpo para la exhumación... pero antes de hacer nada reflexionando un poco dejo el cuerpo de Lee en uno de los acolchonados asientos que se encontraban cerca del féretro, y se dirigió a ver al muchacho ya sin vida, desde que había llegado al lugar no había tenido oportunidad de verle y ahora que lo hacia... ahora que sus ojos ya no lo miraban igual... porque ya no era el mejor amigo de su hijo... sino su único amor... su perdida dolía mas de lo que debería y solo se le quedo viendo por unos instantes, y como si Gaara escuchara le dijo en muy bajo tono:

- ... Lo siento mucho... Gaara-san... por  favor, no te lleves a Lee... -

No se refería en ningún sentido a que Gaara de alguna manera acecinara a Lee o alguna tontería así, sino algo peor, que se llevara su alma y dejara su triste cuerpo apenas latiendo en la tierra con él... solo quería que su hijo no se fuera... sabia que sufriría... pero no quería quedarse sin él, porque... porque era lo único que tenia.

-... por favor... -

Con triste semblante le hecho una fugaz mirada a su hijo y luego la volvió con el pelirrojo, sin querer torturarse más, suspiro, prosiguiendo a tomar de nuevo a Lee en brazos y llevárselo a casa.

La cremación se llevo a cavo el día siguiente, y sin tardar mucho sus cenizas fueron arrojadas al mar, dejando por completo que al final el mar consumiera todo lo que quedaba de ese bello y amado ser.

Gracias a Kankurou, Gai fue enterado de este hecho, pues, auque la relación con su hermano en ninguna manera fue la mejor, al menos quería informarle a Lee de su destino final. Gai, aunque un tanto preocupado por infórmale de estas cosas a su hijo tuvo que esperar varias horas, pues desde el desmayo del día anterior Lee no había despertado, realmente el impacto había sido mayúsculo, pero ya avanzada la tarde su padre decidió que ya era oportuno que su hijo despertara, pues ya llevaba prácticamente tres días sin comer, y lo último que quería era perderle.

Con movimientos delicados movió al chico con alma en luto, pareció despertar, dejo sus ojos entreabiertos y miraba a la nada; todavía se encontraba en el ensueño, y apenas alcanzo a escuchar:

-... Lee - si, definitivamente ese era su padre, esa mancha que aparecía de colores grisáceos era su padre- ... Lee, ¿cómo te sientes hijo?- no se trataba de que pudiera o no contestar esa pregunta... solamente... no quería hacerle creer a esa mancha que estaba bien, pero tampoco quería quitarle la esperanza de un tajo... no contestaría, no quería hacerlo.

Tras un pequeño silencio y... sabiendo que era lo que debía hacer, el mayor prosiguió a decir las palabras que todo su cuerpo se negaba a expulsar.

-... Apenas hoy, hace unas horas...arrojaron las cenizas de Gaara-san al mar... ahora esta fundido con el mar, Lee. Ahora estará ahí siempre para cada vez que quieras, para ti...- musito, las ultimas palabras en un vano intento por hacer sentir mejor a su querido niño.

Pero en un acto totalmente radical, Lee sonrió tan tristemente, ahogándose en los recuerdos.. se reflejaba en sus ojos...

- ... g... Gaara odiaba el mar- su voz sonaba rasposa, gastada, desecha, hecha un lastimero susurro. Miraba a la nada con ojos aun entreabiertos.- por mas que lo intenté... nunca pude hacer que a Gaara le gustara andar en la playa... de hecho la detestaba...- soltó un pequeño intento de risa- y me detestaba a mi también por siempre insistirle-

Gai sin tener palabras que le pudieran servir de aliento solo le tomo con mucha delicadeza y le ayudo a incorporase quedando sentado en el colchón, en una posición sumamente encorvada... no tenia ganas de nada, Gaara otra vez se había apoderado de su mente... y no podía hacer menos que pensar en todos sus momentos juntos.

-... Ven, Lee, tienes que comer algo- dijo cuidadoso

-... no tengo hambre-

- no te estoy preguntando, Lee, ven, te ayudo- dijo el padre, no quería sonar tan duro en una situación como esta, pero era justamente necesario.

Lee le dirigió simplemente una mirada indescifrable sin levantar el rostro, ciertamente no estaba enojado o molesto, pero siempre le habia incomodado que le obligaran a hacer las cosas así.

Ayudado por Gai fueron saliendo de la habitación, Lee se encontraba sumamente débil y la ayuda, para su desgracia, se había vuelto necesaria. Hoy no iría a la escuela tampoco.

 

Ya  pasaron 4 meses del trágico incidente, y la desdicha no había desapararecido, ni disminuido en el corazón de Lee; aunque recibió gran apoyo por parte de su padre, maestros y su gran cantidad de amigos, no podía reponerse, simple y sencillamente no podía.

Los días se habían vuelto vacíos, las noches mas oscuras, parecía que la luna y estrellas no brillaban igual, ni siquiera cercano a lo que brillaron alguna vez. A Lee ya se le notaba el descuido de sí mismo, estaba muchísimo mas delgado, unas ojeras profundas se alojaron bajo sus ojos, su cabello dejo de brillar...

al igual que sus ojos...

al igual que su sonrisa...

Ya hacia dos meses que dejo de ir a le escuela, no podía ser soportable el estar en un lugar con tantos recuerdos; lloro varias en medio de clases, cuando era la hora de salida aunque siempre le acompañaban amigos a casa, ya no hablaba, su mente se perdía constantemente, la alegría que siempre irradio desapareció sin mas. Por estas razones y mas su rendimiento fue empicada, y no hubo mas remedio que suspenderlo asta que mejorara... ya habían pasado poco mas de dos meses de eso, ya había perdido el año escolar.

Sus amigos, al principio lo visitaban regularmente en casa, Neji y Ten-ten se turnaban  para ayudar y se quedaban a hacer compañía a Lee cuando Gai tenia que trabajar demasiadas horas seguidas. Pero con el paso del tiempo hasta sus dos mejores amigos se alejaron, pues su tiempo también valía, y con el paso del mismo comenzó a llegar a ellos una sensación de que lo perdían al estar con esa persona que solía ser su amigo, pero ahora parecía no estar, como si hubiera desaparecido; las tareas en clase se volvían muchísimo mas pesadas, y su tiempo disminuía de manera alarmante.

Paulatinamente comenzaron con la inconstancia, para después caer inevitablemente en la ausencia, Gai comprendió sus razones y aunque algo inconsciente... Lee también lo hacia. Pues ya le era imposible platicar con sus amigos de toda la vida... simplemente no podía hablar, no podía evitar perderse en la nada, dejarse rodear por los recuerdos... esos recuerdos que hacían de nuevo que su corazón latiera, donde quiera que se encontrara; sus sonrisas ya no eran tales, eran mas una mueca en gesto cortes; que comparado con lo que fueron antes eran una tremenda grosería... mas que nada eran tristes, vacías, obligadas por sí mismo... intentaba con ellas ayudar un poco a quienes estaban a su alrededor... pero eran un tremendo fracaso, pues no lograban mas que preocuparles y entristecerles mas.

... Pero no podía evitarlo, no era algo que él decidiera hacer... y le entristecía ver alejarse a sus amigos... le entristecía ver a su padre con esas ojeras que combinaban con las suyas, él tampoco estaba bien, al verlo sin saber como controlar el trabajo desde su casa, era complicado, definitivamente lo era, pero no podía dejar a su hijo solo.

Por lo general Lee ni siquiera hacia un ruido, ni siquiera salía de su habitación, necesitaba ayuda para casi todo; pero si hubiese sido decisión propia hubiese preferido que lo dejaran en paz, que lo dejaban ser feliz, o al menos la forma mas cercana de serlo... solo... era necesario que no le habaran, que no lo interrumpieran... que lo dejaran consigo mismo y el recuerdo de su amado Gaara... eso era lo único que quería, solo estar en su cama, recostado, mirando a la nada, con ojos vacíos, labios resecos, desalineado... pensando... recordando... no quería superarlo... no quería comenzar de nuevo, porque no quería dejar a Gaara atrás, lo amaba, aun lo amaba, no se podía hacer nada al respecto, los trozos de su corazón se aferraban al recuerdo y su mente no era nada para poder evitarlo.

Fue medicado con antidepresivos... ya era urgente una recuperación, por el bien de Gai, pero mas que nada por el bien de Lee. Precisamente el mayor se las administraba, y muy a su pesar notaba como su hijo ya ni siquiera hablaba; ciertamente sus intentos suicidas gracias al cielo habían sido fallidos, pero el acusar a Gai, su padre, cada vez como el culpable de su infelicidad, culpable de no dejarlo ser feliz con Gaara, dolía, y dolía en lo mas profundo; pero no había que hacer.

Todo el tiempo que pasaba en casa Gai procuraba acompañar a su hijo, platicándole historias y contándole su día...pero a veces... a veces Lee le platicaba a su padre, generalmente le comentaba anegadotas, historias, o momentos con su Gaara... y lo contaba de tal manera.... parecía que sus ojos recobraban el brillo perdido, aquel sentimiento feliz emanaba de su ser como hacia ya meses no lo hacia. Relataba todo con exquisito detalle.. pero siempre... invariablemente, al final, terminaba su rostro inundado en lagrimas... porque... al final entendía... que esas historias no serian más... ya no podrían crear mas juntos... ya no podían hacer realidad ese sueño que nunca se dijeron... el de estar juntos siempre.

La vida no era justa...

Su padre no podía hacer mas que aceptar a su hijo, abrazarlo, reconfortarle lo mas que pudiera, estar con él, procurar su bienestar... sabia que no era suficiente... pero ¿que mas podía hacer?.

 

En cierta ocasión Gai tuvo que salir de casa. Como fue de mañana, no hubo nadie que le pudiera ayudar con el cuidado de Lee, así que hizo lo que debía: despertar, arreglarse, despertar a Lee para darle sus medicinas, hacer desayuno para ambos, llevar a lee a dormir de nuevo, despedirse e ir al trabajo.

No era complicado, sabía que al regresar Lee estaría despierto, en su habitación, recostado... y volvería para escucharlo, para estar con el, porque era su amado hijo después de todo, claro, ahora un poco mas callado, ausente, triste... pero seguía queriéndolo, eso era indudable.

Ya pasadas unas horas desde que su padre se había ido Lee despertó perezosamente, la verdad hubiera preferido no hacerlo porque sabia que por ahora se sentiría bien pero en unos momentos mas volverían esos recuerdos a acosarle... esos hermosos recuerdos que destruirían esa relativa paz que poseía.

No quería levantarse...podría decir que su felicidad estaba en su cuarto gris, apenas iluminado, reinado por el silencio, terminado siendo Lee solo un objeto mas en el, inmutable, prácticamente empolvándose junto con todo.

Tenia sed.

Pero no quería levantarse... pero eso no le quitaba la sed... así que sin no tener muchas soluciones decidió ir a beber un poco de agua.

Con movimientos sumamente lentos se incorporó, caminando con pasos ligeramente torpes salió de su habitación... aunque se percibía el mismo silencio de siempre... se sentía solo... diferente....

Bajo de la misma manera las escaleras, posando su mano izquierda en la pared mientras avanzaba, portaba ese semblante triste de siempre, su cabello un poco desacomodado... pero eso, aunque antes hubiese sido de lo mas extraño ahora era de lo mas normal; portaba su pijama de pantalón verde pastel con camiseta gris, estaba descalzo... la verdad le importaba muy poco ese hecho, total, su padre quien sabe como, siempre mantenía limpia la casa.

Ya en el primer piso se dirigió de la misma manera a la cocina y después de servirse en un vaso agua y beberlo, abrió sus oscuros ojos al máximo... veía a la nada, pero su cabeza comenzó a doler y su pecho a arder...

De nuevo Gaara se había hecho presente de esa manera tan intensa.... insoportable... eternizada en su mente... y dejo caer el vaso en el suelo, dejándolo hecho solo pequeños trozos en un imposible rompecabezas, paso sus delicadas manos a su cabeza y con sus dedos se aferró a su antes brillante cabello... siempre era lo mismo cuando él volvía... apretó sus ojos.

...

Ahí estaba... su hermoso pelirrojo... frente a él... no se podría decir que era una imagen... sino una presencia... era Gaara,  lo podía ver en su cabeza, era nítido.. y era tan bello como siempre, con ese cabello como el fuego, esos labios casi invisibles, con su menudo cuerpo que no se podia decir que se acercaba a lo femenino, pero si era con una espalda no muy gruesa y una complexión no muy grande.. y eso ojos... clavados en el, groseros, como siempre, casi sin parpadear, pareciendo que no miraba nada, pero no se desenfocaban ni un segundo... si... ese era su Gaara... el que parecía que a diario le venia a visitar en sus pensamientos.

Y... y ya no sabia si agradecerlo... lo amaba... en verdad lo hacia... porque se llevo su corazón, dejando solo ese hueco... pero ahí estaba su padre... que moría junto con él viéndolo en ese estado...

Sin pensarlo un segundo mas abrió sus ojos y comenzó a buscar frenéticamente el frasco plástico amarillento, donde se encontraban las pastillas blancas que lograban que el la imagen de su amado se difuminara hasta desaparecer... de alguna manera alejaban el dolor. Sus pies comenzaron a sangrar, pasó varias veces por el vaso quebrado sin siquiera notarlo, ahora las huellas ahí estaban. Hasta que por obra del destino dio con las pastillas.

En la mesita frente al sillón de la sala, se encontraban dos frascos, uno que seguramente era suyo, y el que tristemente dedujo era el de su padre.... talvez él no necesitaría tantas... pero sus efectos se le notaban de vez en cuando... sin tardar un segundo tomo uno de los frascos y sacó una de las pastillas, la introdujo en su boca y espero el efecto...

Durante toda su búsqueda Gaara no desaparecía de su cabeza... era frustrante y tan doloroso. Sentado en el sillón oscuro esperaba el resultado de tomar el fármaco...

... nada..

Ya había pasado un instante y Gaara no desaparecía ¡¡Ahí seguía!! ¡¡Prácticamente frente a sus ojos!! ¡Casi tangible!

No quedo otro remedio, tomaría otra mas, para ver si desaparecía por fin...

Y la tomo... y nada... ahí seguía... sin moverse... y Lee seguía apretando sus ojos esperando que si se concentraba lo suficiente desaparecería.

Pero no pasaba absolutamente nada.... así que tomo otra...

Y otra...

Y otra... y otra...

...

No daban efecto... sin darse cuneta siquiera termino con uno de los frascos... pero no servían de nada.

Y viéndose a si mismo impotente de hacer cualquier cosa, siguió con el siguiente frasco.

Nada nuevo paso...

Seguía tomando las pastillas, una tras otra..  el dolor no desaprecia... ¿por qué ahora no servían? Siempre funcionaban cuando su padre le daba solo una, ¡y ahora no ayudan en nada!

Bueno... si... ahora, algo paso..

Los ojos de Gaara...

En los ojos de Gaara apareció ese brillo que espero durante su funeral... y... no recordaba lo bello que era con ese resplandor en su mirar... era intenso... infinito... sabia que era dirigido solo a él... como hubiera sido feliz si ese resplandor hubiese aparecido cuando lo besó meses atrás... cuando esperaba con el alma verlo... pero ahora lo tenia ahí...

Y Gaara comenzó a formar una de esas pequeñas sonrisas en sus labios... esas tan puras y tiernas... no quería dejar de verlo...

... Cuanto deseaba tocarlo de nuevo... porque de nuevo lo miraba... de nuevo le sonreía... el mismo le devolvió ese sonrisa con también una pequeña... pero esa tersa piel que competía con la blancura de la porcelana.. ahí estaba...

Su Gaara...

Sabiendo en el fondo de su ser que era un intento vano estiro su mano para intentar tocar ese añorado rostro... y ... y su mano choco contra piel... para su completa sorpresa lo había tocado... sus pieles se habían unido después de tanto... no entendía como.. talvez era un sueño de nuevo... eso debía ser... en ningún momento despego su mano del rostro... sus lagrimas comenzaron a correr... pero ahora no de tristeza, todo lo contrario... toco de nuevo a el dueño de su seco corazón...

Y su felicidad aumento en el momento en el que aquel pelirrojo poso su fina mano sobre la que estaba sobre su rostro... y lo miraba... en sus ojos también corrían lagrimas... de ese rostro duro, inmutable, brotaban lagrimas, aquella sonrisa no se borraba por un segundo...

"- perdóname...-" salió de entre los pálidos labios. "- Hubiera preferido que si no estuvieras conmigo...-" dijo la siempre fantasmal voz de Gaara...cerro sus ojos, las lagrimas no dejaron de correr . Lee no entendía absolutamente nada... no intentaba entender, solo se perdió en él... lo amaba...hacia que su pecho se calentara de nuevo..

"Te amo.... no quería que volvieras a mi así... pero te amo-" siguió diciendo Gaara

"- Yo también te amo Gaara-" dijo sin tardar un segundo "- nunca eh dejado de hacerlo-" dijo lee... sus ojos seguían inundados... pero no se movía, sus miradas lograron que se fundieran de nuevo... se amaban...aun entre sombras.. aún entre toda esa oscuridad que les rodeaba...

 

Gai entro a su casa, estaba un poco cansado, había apresurado mucho el trabajo para llegar temprano a casa, pero a fin de cuenta había salido bien. Dejando el maletín de lado se quito sus zapatos mientras con su mano se masajeaba un poco el hombro.

Todo estaba silencioso, como esperaba, pero todo cambio al momento de divisar sobre el suelo una marca de sangre; esto le hizo alterarse de sobremanera y su primer instinto fue ir a buscar a Lee... debía estar en su cuarto... no estaba, de la misma manera corrió desesperado a buscarle siguiendo las manchas de sangre temiendo lo peor, paso por la cocina, donde había partes de un vaso y manchas de rojo carmín que tapizaban el suelo...

Hasta llegar a la sala, donde ahí... en el sillón se encontraba su niño, recostado... en la mesita frente a él se encontraban los frascos de pastillas. Se acerco lentamente, miro un frasco en el suelo con unas pocas pastillas y otro sobre la mesa sin una sola... y Lee... su hermoso niño no hacia su pecho subir y bajar. Ahí quedo paralizado de rodillas frente a él, observando el calmo rostro... y lloro... el llanto mas agridulce, porque ahí estaba su niño, ya sin vida... quien también tenia marcas de lagrimas en el rostro, pero reflejaba en su faz felicidad... una mínima sonrisa se dibujaba...

...

... Y hacia tanto que no lo veía sonreír...

 

 

 

:::::::::::::::     FIN    :::::::::::::::::::
Notas finales:

... amn.... creo k.. talvez... me volvi a alargar con un fic =______=... bueno... espero que les aya gustado.. ya saben.. cosas que no le ayan gustado, fallas en redaccion, errores ortograficos, cosas fuera del personaje, por favor, haganmelas saber, io me sentire muy agradecida, y claro k seran tomadas en cuenta !! Gracias por leer Bye bye !!

 P.D.:Perdon por la tardanza!!!! TT ______ TT


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).