Duple vita
Por: Gaa (OdiumAmoris)
Capítulo I: Cognoscĕre
Su vida era normal hasta que los conoció. No pudo decir que uno entró primero en su vida y después el otro, sería mentir porque fue el mismo día y las horas poco importaban. Mientras que con Naruto discutió tras una pelea por chocar en una de las esquinas de la facultad; con Gaara fue porque al despejarse de semejante encuentro entró a una cafetería donde el pelirrojo atendía, y no le molestó para nada su silenciosa compañía en los minutos que estuvo allí.
Mientras que con Naruto discutía días y días hasta consolidar su amistad; con Gaara era todo lo contrario, debatían de la vida y pasaba tiempo de calidad en silencio apreciando lo hermoso y desdeñoso de la existencia, aquello que nadie se detenía a admirar por estar enfrascados en la rutina. Sabaku no Gaara era alguien especial para él, disfrutaba con su sola presencia y se admiraba con su exótica belleza. Con Naruto las cosas eran distintas, era extrovertido y algo alocado por lo cual eran las cosas que carecían y lo hacían sentir completo. Con Gaara reafirmaba su manera de ser y ambos le daban aquella seguridad que nunca buscó, pero que irónicamente encontró sólo en ellos, y hoy estaba entremedio de algo de lo cual nunca se arrepentiría.
—¡Sasuke-teme! —llevaba saliendo con Naruto alrededor de tres meses, y lo disfrutaba a su manera. Observó al rubio desde la lejanía quien agitaba su brazo y corría hasta él hasta lanzarse sobre su persona logrando hacerlo trastabillar.
—Dobe —su vida no era para nada normal. Todos los días soportaba a su rubio amante en la Universidad, mientras él estudiaba política Sasuke hacía lo suyo con administración de empresas algo que le dejaba mucho tiempo libre.
Los lunes, miércoles y viernes salía con Naruto donde él quisiera, hacía lo que quería y gustaba de darle sorpresa uno que otro fin de semana cuando tenía espacio libre, ya que a pesar de estar todo el día juntos en la Universidad él siempre salía a eso de las dos quedando desocupado.
Como siempre el rubio tras no verlo el fin de semana lo acorraló en la pared más próxima sin importarle los demás y comenzó a besarlo vorazmente siendo correspondido por el Uchiha que tras unos minutos decidió cambiar de posición y afianzar aquel morboso agarre.
—H-hola —saludó agitado el poseedor de las orbes claras tras aquel beso. Le sonrió con aquella mueca de inusitada felicidad y tras decirle —aun acorralado en la pared— lo que había hecho el fin de semana sin él le dijo que este fin de semana tenían fiesta por lo cual tendrían que ir y luego se marchó tras insultarlo y golpearle un poco para no perder la costumbre: allí comezaba su día y eso que sólo era martes.
La clase comenzó a ser tediosa cuando sólo le faltaban quince minutos para terminar, y como él ya estaba lo suficientemente avanzado salió sin importarle mucho perderse los últimos minutos de la charla que Kakashi le daba. Tras despedirse de su rubio novio con el cual se había encontrado en el patio se dirigió a su vehículo el cual montó tomando dirección a una cafetería muy conocida para él.
Cuando el poseedor de los orbes aguamarina vio un deportivo negro estacionarse a las afueras de su local su corazón se aceleró un tanto aderezando sus mejillas de un nimio carmín para volver a su expresión normal. Siguió atendiendo las mesas como sólo él sabía: de manera superficial y grácil, y tras terminar de hacer todo aquello se sentó en las áreas reservadas ocupando la más privada de todas esperando a que aquel muchacho de cabellos azabaches se acercara a él como cada martes.
—Llegas temprano —murmuró tosco como solía hacerlo y alzando su mano para que la servidumbre de su local lo atendieran rápidamente como estaba acostumbrado.
—Me salí de clases antes, Kakashi estaba siendo tedioso —el pelirrojo asintió y ambos pidieron un café bien cargado con galletas holandesas, las favoritas desde que se habían conocido —. ¿Cómo estuvo tu día Gaara? —el aludido alzó los hombros en un gesto menor y continuaron con su ‘platica’ que sólo abarcaba sus irregulares días.
Estuvieron así el tiempo suficiente como para volver a romper aquella máscara de indiferencia que ambos traían para pasar a la pasional que a ambos los caracterizaba cuando estaban solos ante su presencia. Tras dejar todo botado a pasos apresurados Sasuke abrió su vehículo a lo que el pelirrojo subió con el mismo ritmo yendo a la casa del segundo la cual quedaba más cerca cuando estaban en esa fase de desesperación.
—Eres un hedonista.
—Y tú un desesperado —concluyó el menor cuando sintió las manos contrarias abarcar terreno no precisamente amistoso en esos momentos.
Los martes, jueves y fines de semana completos —dependiendo de la agenda de su pelirrojo— se los dedicaba a aquella persona tan jodidamente atractiva a su vista. Su cuerpo no podía evitar gravitar hasta él cuando su mirada desdeñosa, aquella actitud borde hacía el resto y esos orbes que tanto expresaban a pesar de ser frívolos le dirigían la mirada, o sencillamente estaban a pasos… Gaara era como la tentación en vida, mientras que Naruto era como los sueños de infancia con aquella fiereza en su mirada ambos tan atractivos y letales para él.
Trastabillando se adentró al departamento teniendo sus labios fijos en los otros, olvidándose por un momento que sus mismos labios habían besado a otros más infantiles y voraces.
Eran tan parecidos y diferentes a la vez… quería intoxicarse en ellos y hacerlos perecer ante su sola presencia y no pudo evitar sentirse egoísta al pensar que él tenía a dos personas sólo para él, que sólo lo querían a él.
Era un maldito desgraciado… pero enormemente satisfecho.