Capitulo 1
Tezuka se sentía fatal, se odiaba si mismo por su indecisión, se confió y perdió a la persona que mas amaba, de una forma que no se imaginaba…
Hace unas horas al despertarse en la mañana, el gran Tezuka Kunimitsu estaba decidido a darle la carta ese día, la carta donde confesaba su amor a un chico muy especial, Fuji Syusuke, el tensai de Seigaku, ya que no podía decírselo frente a frente como hubiera querido, por temor a que sus nervios lo traicionaran y parecer un estúpido, así que se convenció de que un carta era la mejor forma de declararse al chico de la eterna sonrisa, aquel por el que desde hace mucho tiempo no podía sacar de sus pensamientos.
Arreglado con gran esmero ese día, se había perfumado y con la carta lista, salió de su casa un tanto presuroso y muy intranquilo, que ocultaba tras su siempre rostro sereno, se apresuro tanto que llego mucho más temprano que sus demás compañeros. Sin embargo no se podía estar quieto así que opto por jugar un poco mientras esperaba a los demás y se dirigió a los vestidores, quizás ese fue su gran error o quizás ya estaba destinado a que sucediera y simplemente no lo podía evitar, ya que al estar a punto de tocar la puerta para abrirla, escucho unos extraños ruidos que indicaba que alguien estaba dentro, eran ruidos raros mezcladas con palabras que no lograba captar muy bien, entre los cuales pudo escuchar te amo.
Eso lo desconcertó bastante ya que la voz que había pronunciado esas palabras era la de su amado Syusuke, que reconoció de inmediato por que no había noche que no soñara que el castaño le decía estas misma palabras. Pero por lo visto no estaban dirigidas a el, así que de inmediato dio la vuelta al pequeño edificio y se apresuro a subirse en un bote que estaba cerca de ahí para asomarse por una de las ventanas que daban al interior de los vestidores, a pesar de que espiar a otras personas iba en contra de lo que él creía correcto, quería saber las razón tras aquellas palabras, la escena que se desarrollo enfrente de el era impactante, en el interior Syusuke, su querido Syusuke, estaba besando a Ryoma.
Era un beso apasionado de sobremanera, que solo era el preámbulo para continuar ese acto de amor salvaje, de un momento a otro vio como se separaron un poco para despojarse de sus ropas , o mejor dicho el mayor se las arrancaba al pequeño tenista , el cual no oponía resistencia alguna a lo que hacia su sempai , incluso lo incitaba dando suaves gemidos, lo que provocaron que el tensai se alejara poco a poco de la boca e iniciara un recorrido por todo el dulce cuerpo de Ryoma, intercalando besos y mordiscos, seguidos otras cosas que creía muy obscenas todo con una lujuria y bestialidad tal que Tezuka no pensaba que tenia cabida en su ángel, pero el verlo de esa manera hacia que algo dentro de si, se rompiera, la imagen que de el tenia.
…l que nunca perdía su compostura, en estos momentos su cuerpo estaba lleno de sangre hirviente y a pesar de eso un frio le envolvía corazón, sus puños se cerraron con tal fuerza que temblaban y su mirada estaba perdida en medio del encuentro de esos dos amantes, le dolía sobremanera verlos así, pero no podía apartar la vista de ahí quizás por que todavía no lo asimilaba y simplemente esperaba el momento en que esa visión desapareciera , tan concentrado estaba viéndolos que no se había percatado que el bote donde estaba subido se empezó a tambalear fuertemente y final mente se cayo produciendo en ruido metálico , la oír el escándalo, los chicos que se encontraban adentro detuvieron sus caricias, y arreglaron sus ropas lo mejor que pudieron, el menor que se arreglo mas rápido que su sempai se asomo por la puerta, pero afuera no se encontraba nadie.
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Tezuka se alejo corriendo de ahí y se dirigió a los edificios de la escuela, iba corriendo triste por un lado, por haberse enterado de una forma muy cruel que no era correspondido y por otro estaba muy decepcionado al ver como la imagen que tenia del Syusuke, se había roto, creyéndolo hasta ese entonces un chico amable, puro y sin malicia, pero el solo hecho de recordar cada una de las cosas que le había visto hacer con Echizen, era demasiado. No detuvo su carrera hasta llegar a un salón prácticamente al fondo del edificio, al cual se metió a llorar amargamente su pena, sin que nadie lo viera, en ese estado tan lastimero.
Media hora después el timbre que marcaba el inicio de clases sonó y a pesar de cómo se sentía no tuvo mas opción que levantarse e irse, ya que pronto iba a llegar los demás alumnos, se seco las lagrimas con la mangas del uniforme y lavo la cara, como deseo que en ese momento el agua se llevara todas sus penas; al momento de levantarse donde estaba no se había dado cuenta de que algo se le había caído, ni mucho menos que alguien si lo había visto salir de ahí.
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Ya habían pasado varios días desde ese incidente, nada parecía haber cambiado la rutina, al terminar las clases de ese día como tantos otros los chicos del club , se pusieron a practicar, sin embargo parecían mas bulliciosos de lo normal o al menos así lo veía Tezuka, que desde la ventana que le servía de puesto de vigía, veía como Eiji se la pasaba colgado de los hombros de Oishi, y como por el peso de más se tambaleo empujando a Kaidoh, que sin querer tiro la bebida de Momoshiro, y empezaban una de sus ya típicas peleas, intentado ser detenidos por un siempre preocupado subcapitan y un amable Taka-san, para que apareciera por ultimo un Inui que tenia en la mano uno de sus terroríficos jugos, dando así por terminada la situación, con Momo y Kaidoh corriendo como desesperados, después de beber ese veneno, mientras que los demás reían; y un poco apartados se encontraban Fuji y Echizen platicando animadamente, parecían que se burlaban de él y de su tristeza ,pensó Tezuka, que lo que mas quería en esos momentos era que todos se callaran o que desaparecieran. Conforme iba bajando hacia las canchas, mas dolor sentía, claro que esto no se vería reflejado en su rostro, el cual permanecía inmutable y serio como de costumbre, y solo de vez en cuando mirando a la parejita con una dura mirada, era la única seña que daba para mostrar su disgusto y pesar.
Conforme se iba haciendo tarde las canchas se iban vaciando de los estudiantes que se iban a sus casas, hasta que solo se había quedado él nada mas, practicando sin cesar en las canchas, algo que se había acostumbrado a hacer después de lo sucedido, ya que era un buen método con el que alejaba todo pensamiento referente al tema, sin embargo en las noches no podía alejar las imágenes de Ryoma y Syusuke en los vestidores, así que en su mayoría se pasaba las noches despierto.
Empezaba a caer la noche y el viento enfriaba, ya tenia que irse, pero antes tenia que pasar por unos papeles en la oficina de Ryusaki-sensei, por lo que se fue directo sin ni siquiera darse un ducha primero, mientras caminaba no dejaba de pensar en Fuji y en lo tonto que había sido en creer que el aquel chico sentía algo por el.
Recordaba como se iban juntos después de clases, como a veces incluso se quedaba a esperarlo en lo que terminaba sus labores del capitán del club, lo recibía siempre con esa sonrisa y a pesar de que nunca se lo había dicho a nadie, un sentimiento de alegría lo envolvía cuando estaban juntos y creía que el otro sentía lo mismo, que esa era la razón de sus acciones , por eso en su mente se preguntaba en que momento el castaño se fijo en Echizen, como había sido, ¿fue durante los entrenamientos o de camino a casa donde se dio? ,¿acaso había sido culpa suya por no decirle que lo amaba?¿por no decidirse pronto? ¿Porque?
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A unas puertas de donde se encontraba había otro chico que también se había quedado tarde en la escuela, que alistando sus cosas para marcharse, sus ojos se cruzaron con la pequeña carta que estaba al lado, sabiendo que se la tenia que devolver a su dueño, a pesar de no tener el nombre, sabia perfectamente que la carta le pertenecía a Tezuka, ya que en ese día cuando la recogió, lo vio salir de es mismo lugar donde ahora el estaba, además de que reconocía la perfecta caligrafía del capitán en esas en esas dos palabras
-Para Fuji…- leyó por decima vez y dejo escapar un leve suspiro – que es lo que te habrá pasado ese día, Tezuka
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Era una calurosa tarde de verano y el aire era tan sofocante, Tezuka estaba ya estaba un poco lejos de la escuela, sentía mal, su cuerpo le pesaba y parecía no responderle, le dolía su cabeza, todo le daba vueltas y de pronto todo se empezó a poner oscuro y sentía como iba a caer sin que nada el pudiera hacer, de pronto unos fuertes brazos lo sostuvieron y amortiguaron su caída y un aroma de una loción cítrica y embriagante lo envolvió cayendo inconsciente.
Cuando pudo volver a abrir un poco los ojos se dio cuenta que se movía, alguien lo llevaba en la espalda, y se preguntaba quien seria, sin embargo no tenia ninguna prisa por saberlo, se sentía muy bien, no sabia quien era y aun así no estaba asustado, ni desconfiaba, por alguna razón se sentía tan reconfortante y seguro; aunque el siempre era tan independiente, el dejarse llevar así sin mas no era propio de el, pero se sentía tan bien que inconscientemente lo abrazo con fuerza y acomodo su cabeza en el hombro del otro. Este gesto no paso desapercibido por el otro chico que se detuvo por un momento
-Tranquilo, no te preocupes, pronto llegaremos a tu casa- dijo una varonil voz con un sexy tono neutro, que se le hacia muy familiar, sin embargo no supo reconocer de inmediato- descansa y estarás bien Tezuka aun débil no pudo más y se quedo dormido otra vez
Continuara….
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