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Inesperado por MadLilum

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Notas del capitulo:

Mi primer fic. Espero qe les guste y dejen comentarios.

Ah y Aya es mio.

Una mañana más en el koneko-house; Aya siempre era el primero en despertar, porque aunque Omi estubiera desde hace buen rato despierto, el no contaba entre los que despertaban, se desvelaba; y así había sido la noche anterior. Aya lo encontró cabeceando mientras volvía a teclear quien sabe cuantos códigos en el teclado; pasó de largo a la cocina y preparó café para cuatro, luego salió y dejó uno enfrente del chico, quien se alarmó al no haberlo notado.

-Ah...Aya, eres tu, me asustaste.-dijo mientras tomaba un sorbo del café.

- ¿Tuviste suerte?

- ¿Eh?...Ahh. No, son como una especie de fantasmas, nadie los conoce más que por el nombre general y el negocio en si, pero ninguna pista de quien lo maneja. No me gustan las misiones donde no sabemos quienes son los objetivos.

- Ni a mi. Será mejor que duermas un poco, después le seguirás, y yo la apagó. Anda, vete.-dijo mientras apartaba al chico de la máquina.

Casi inmediatamente después de que Omi saliera de la sala, entró Youji, quien, pensando que el ocupante de aquel escritorio era Omi, lo saludó con su típico "buenos días, sexiboy". Para Aya no fue muy gracioso, y sólo lo miró con cara de fastidio, pero Youji prosiguió, aún sabiendo como era el pelirrojo:

-Perdón, yo creía que eras Omi, aunque también eres sexi. ¿Y qué haces aquí?¿Ahora eres tú el que anda viendo páginas indebidas hasta la madrugada?

El pelirrojo negó con la cabeza y salió hacia la florería avisando que ya era hora de abrir; sin embargo, Youji no tenía planeado trabajar sin haber desayunado y no le prestó la más mínima atención.

No había mucho con que iniciar la mañana ese día, los pedidos del día anterior habían sido pocos y las plantas se veían en perfectas condiciones; Ran sólo pasó una barrida al establecimiento para luego abrir. Para su sorpresa, detras de la puerta había una muchacha de, quizás, quinto de prepa, agachada acariciando a un gatito rojizo. Esta, al notar que la miraban se levantó sobresaltada. Tenía el cabello negro y recogido en media cola, los ojos verdes y una expresión de miedo al tener a Aya enfrente.

-¿Vas a compra...?-antes de que pudiera terminar la frase, la chica había negado con fuerza y sido disparada a trompicones lejos de la calle.

Ran quedó perplejo, ¿que había dicho? o ¿hecho?. Hasta donde él sabía no era un mounstruo, si era grocero y trataba a las chicas con algo de fastidio, pero sólo si lo volvían loco rodeandole sin poder trabajar o respirar; fuera de eso, era bastante tranquilo.

-¿Qué le hiciste Aya?- la voz de Ken lo sacó de su sorpresa; el moreno lo miraba con duda mientras se ponía el delantal para arreglar las flores.

Aya no pudo responder, ni él lo sabía; giró y se dirigió al almacen para sacar algunos arreglos. Poco después se les unieron al trabajo Youiji y los clientes, sin mencionar también al burullo de adolescentes que no tenían nada mejor que hacer. Si, fue un típico día de trabajo.

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Igual que siempre Youji simplemente se arregló, tomó sus cosas y avisó que llegaría tarde esa noche. Le encantaba estar en las afueras visitando antros y bares para conocer chicas. En ese momento le tocaba a un nuevo antro de hacía dos semanas que le había llamado la atención. Se llamaba RedLight y, a pesar del poco tiempo que llevaba, tenía ya a su buena clientela, desde pubertos pasándose por adultos hasta los ya pasados de adultos.

Youji se dirigió directo a la barra y pidió un en las rocas; luego notó que a su lado una linda chica le sonreía con malicia y, como buen caballero correspondío la sonrisa:

-Hola, este lugar está increíble, ¿cierto?, ¿Cómo te la estas pasando?

-Bien, aunque ahora mucho mejor. ¿Un en las rocas? Por aquí no he escuchado a muchos pedir eso, o tal vez estoy algo sorda. Tal vez a propósito.

Era un coqueteo, no había duda; y la chica no estaba nada mal, pensó Youji. Traía un vestido color rojo que le cubría la mitad de la antepierna, y un escote bastante provocativo, sus ojos eran claros, del color de la miel, los labios, llamativos y humedecidos con un brillo labial transparente. Volvieron a sonreirse, sería una buena noche, pensó Youji.

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Después de haber cenado, subió a su cuarto y abrió el libro en el último capítulo, terminaría de leer antes de dormir. El sabor del último episodio de aquél libro apenas lo encapsulaba cuando la voz de Omi gritó con júbilo "bingo". No había remedio. Cerró el libro y bajó corriendo las escaleras.

Omi estaba parado frente al ordenador mientras su silla reposaba acostada en el suelo; giró la cabeza y al encontrar a sus compañeros, comenzó a explicar.

-Son una familia de políticos, de Alemania; vinieron a Japón como refugiados durante la segunda guerra mundial, su descendencia se ha establecido, parte en Japón, parte en Alemania, y muchos otros lugares del mundo. A pesar del gran tamaño de la familia, todos siguen en contacto; y más siendo una ventaja tener contactos en los otros países. Cada país tiene una sede, sin edificio existente que consigua clientes, cada quien tiene sus gustos, y llegan a pedir de otros países; entonces, contactan a su familiar de tal lado, le piden la persona como tal y el otro arregla todo para mandarsela lo antes posible. Es toda una red de mafiosos, por eso fue tan dificil de detectar.

-Bien hecho Omi, ahora solamente hay que averiguar...-exclamó Ken alegre, mas Omi continúo.

- Si, pero lo malo es que viene en camino un portaviones con más de mil personas para un señuelo en el puerto.

-Eh?

-Si, quieren cubrir a un asesino que va a escapar, fingiendo un suicidio en masa por la ruta del barco de salida. Yo diría que los detuvieramos.

- Vamos.-declaró Aya con firmeza.

-Pero, y ¿Youji?- interrumpió el moreno.

- Ya le avisaremos de camino.

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-Listo, ¿lo vez?, si me preocupo por mostrar interés desde la primera cita.- dijo Youji al tiempo que apagaba el celular y lo colocaba en la mesa.

Llevaban horas hablando muy a gusto, cuando a la chica se le ocurrió que el otro sólo estaba jugando con ella.Youji, se pusó a la ofensiva y cayó en el truco para que apagará el celular. La chica mostró levemente sus dientes blancos.

-Bueno, supongo que te has ganado mi nombre. Me llamo Sara Natzumen.

- Ah bueno, ahora si nos conocemos oficialmente; ahora ¿Puedo invitarte a una cita formalmente?

-Mmmm...No lo creo.

-Pero ¿Por qué?

-Porque tú ya pareces muy enamorado de alguien más, pareciera que sólo viniste aquí para buscar como desahogar tus abandonos.

-¿Eh? No he tenido interés en nadie hasta esta noche.

-¿A si?. Entonces ¿Eres un gigolo?

-Por supuesto que no.-reclamó sorprendido por la pregunta.

-Yo creo que si, o me dices de quién estas enamorado, o te trato como un gigolo- la última frase la dijo de tal forma, que Youji supo que no debía dejar que se quedará con esa impresión; pero ¿De quién podría estar enamorado? Alguien que fuera creíble que era imposible de ser correspondido; miró el vestido rojo de la chica y se le ocurrió.

-Si te lo digo ¿Me darás una cita?

-Talvés...

-Pues es de un pelirrojo, vive conmigo y unos amigos y trabajamos juntos...

...

Notas finales:

Al fin termine. De nuevo espero que les guste y tengan paciencia para el lemon. Prometo actualizar pronto.

Shao

MadLilum


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