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de momento por octavaluna

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Notas del fanfic:

Mi primer intento de lemon. Espero que os guste XD

-UAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAhhhhh!!

No entiendo nada. Estoy sentado en la cama tras pegar un salto al llevarme el susto de mi vida al despertar en los abrazos de este hombre.

-Buenos días, Kuro-pon, que tal has dormido? –él se incorpora también frotándose un ojo y colocándose bien la venda del otro

-Qué demonios estás haciendo en mi cama? Y desnudo! – me mira con una gran sorpresa y confusión sin disimular.
Un momento de silencio, mirándonos a los ojos. Y él se echa a destornillarse de risa. Por lo menos ríe, eso es bueno.
Entre violentas convulsiones da un saltito y se cuelga de mi cuello. Tardo en reaccionar. La sensación es extrañamente conocida.
Pero aunque es cierto que últimamente nuestra relación ha mejorado considerablemente… ¡No hasta este extremo! Habíamos decidido dejarlo de lado de momento…

Entonces me fijo por primera vez en nuestra situación:
Ambos desnudos, por alguna razón pegajosos, en medio del futón, la ropa esparcida por todo el cuarto.
Las sábanas exageradamente arrugadas. Una mancha de sangre en una esquina. Y un olor algo extraño en el ambiente.
Los vagos recuerdos de la noche pasada comenzaron a colarse en mi mente mientras el rubiajo se pone a hacer puchitos con cara de pena




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“ Ya iba a irme a dormir cuando oí unos golpes en la puerta. Sabía quién era de antemano.

-Pasa. –No sé para que se molestó en llamar y yo a responder, iba a entrar igual…
Para justificar mi reacción cabe recalcar que él estaba realmente provocador. Con un fino kimono azul oscuro, atado con una faja granate.
(Evité preguntarle por qué llevaba ropa de chica, lo más seguro es que no sabía que lo era.)
El pelo ligeramente húmedo cayendo sobre sus hombros y las mejillas ligeramente sonrosadas,
igual que un ligero olor a jazmín que capté nada más se acercó a mí, rebelaban que acababa de salir de tomarse un baño.

-¡Vaya! –solté sin quererlo, apreciándolo de arriba hasta abajo con la mirada.

-Qué ocurre kuro-pon? –Me observaba con igual ímpetu mientras se arrodillaba a mi lado.

-Nada, sólo pensé que te quedan bien los colores oscuros.

-Bueno, supongo que ahora que soy un ente de la oscuridad debería de usarlos más. Así iremos emparejados.

-¡Jé! Creo que ahora eres mucho menos oscuro que hasta hace poco. Y no me hace mucha ilusión ir emparejado con un idiota.

-¡Kuro-sama es muy cruel!

-¿Cuándo he sido yo amable contigo?

- Creo que tú mismo no te diste cuenta de esos momentos, ¿verdad? –Y entonces sonrió. Pero no cómo lo ha ideo haciendo desde que nos conocimos.
Aquella máscara hipócrita, sé que delante de mí no la volverá a usar. Demasiado tiempo para seguir haciéndolo,
demasiados años juntos son los que nos esperan. Esta sonrisa era sincera. Mágica, como todo su ser,
a pesar de haber perdido todo lo arcano que le quedaba. Por mí. No solo su boca se curvaba en una mueca ya conocida.
Su ojo estaba riendo también. Estaba feliz, ahora sí. Me miraba con tanta ternura como no me había mirada nunca antes.
No sé qué clase de embrujo nubló mi mente, pero me acerqué a él. Lo cogí del mentón, y sin hacer caso de su reacción de sorpresa… LE BESE.

Un empujón, un grito de negación y me veía estirado en el suelo.
Mi cazador, ahora más bien parecía una presa a la que su agresor acababa de coger desprevenida.

-Kurogane, ¿qué ha sido eso? –su voz es débil, casi inaudible.

-¡Tsk! ¡Y yo qué sé! –Realmente, por qué lo había hecho. Hace tan solo un par de horas ambos habíamos decidido aplazar toda clase de aclaraciones
dudas y declaraciones respecto a nuestra peculiar relación hasta el final del viaje. Y voy yo y le planto un beso. ¡Bien hecho kurogane!

-creo que será mejor que me vaya. –comienza a levantarse, pero lo agarro de la manga del kimono y me alzo también.

-Bueno, perdona, fue por un impulso. –aparto la mirada. Tengo que aprender a comportarme con él. Aunque tiempo para ello no me falta.
Su sangre de vampiro lo ata a mí. Que por cierto…

-Está bien. No estoy para nada disgustado. Pero ya sabes… después de terminar el viaje… esperemos un poco. –“esperemos”, en plural. ¿El también lo desea?

-Sí, sí, lo sé. Pero oye, no tienes hambre? Mañana nos vamos a clow y creo que vas a necesitar energías.

-Pero si acabamos de cenar, kuro-tan.

-Fyeee…

-Vaaaale…, ya lo pillo. Realmente no me vendría mal. Pero…

-Por mí está bien. Y no te cortes tanto, que si cada vez antes de comer me pones esa cara, vas a acabar patentándola. –El se rió por lo bajo.
Sonreí y ya iba a cortarme la muñeca izquierda, como siempre, pero me di cuenta, un poco tarde ya, que la catana sufriría si intentara cortar con ella este extraño acero que tenia por extremidad.

-espera. Voy a probar algo, a ver si funciona. –Rodeó mis hombros con sus brazos y en un momento ya estaba sintiendo su cálida respiración en mi cuello.
La sensación de embriague de antes volvió con más fuerzas, pero me contuve. Un pequeño pinchacito de nada. Casi no lo sentí.
Pero un sutil movimiento en la garganta del vampiro delató que ya estaba bebiendo mi sangre. Si, es cierto, los colmillos en el cuello,
un clásico del vampirismo. Me sentí bien. Era muy agradable, de repente mi cuerpo estaba más ligero, pero a la vez tenía la necesidad de actuar
según mis instintos. Sin pensar rodeé ese cuerpo en un abrazo. Una sensación diferente me hizo estremecerme.

-¡Qué, qué haces?

-te lamo la herida. Debería de sanarse antes. Aunque casi no se nota.


La cabeza me comenzó a dar vueltas. Ya no respondía por mis acciones.
Probé su boca una vez más. Esta vez me dejó que lo atrajera hacia mí. Sentí sus manos en mi espalda. Abrió sus labios dejándome pasar.
Entré en esta deseada cavidad, explorando cada rincón, frotando mi lengua con la suya. Era muy inexperto besando, lo que me traía todavía más placer.
Hubiera sido problemático si este idiota supiera algo más. Metí mi lengua más fondo, hasta la garganta.
El sabia a una mezcla entre sake, sangre y manzana; delicioso. Lo apreté todavía más, su cuerpo al mío.
Soltó un pequeño gemido, y sólo entonces me di cuenta de que a mi también me faltaba aire. Dejé sus labios y miré atentamente su cara.
En su ojo entreabierto, debajo de unas largas pestañas, se leía sumisión y pasión. Estaba jadeando y completamente sonrojado.
Nuestras miradas se encontraron. Me puso la mano en la nuca mientras susurraba en un tono apenas audible con una disimulada sonrisa:

–No sabía que fueras tan apasionado, mi obediente presa. Creo que ahora si me interesa…

– ¡Cállate! –Corté su palabrerío con otro beso, todavía más profundo. ¡Hay que ver! Después de comer está mucho más dispuesto.
Deslicé mi mano derecha, aquella que tenía tacto, en su kimono. Su piel era suave, y estaba muy caliente. El ex-mago estaba ardiendo.
Se excitaba muy rápidamente. Lo comprobé al apretar sus caderas contra las mías. Bueno, de hecho, a mí también ya me estaba molestando la ropa.
Sólo me distraje un momento y ya notaba una lengua húmeda y suave lamiendo detrás de la oreja, bajando hacia el cuello. ¡Estúpido! ¡Ya te di de comer antes!
Ahora déjame disfrutar a mí. Comencé a desatarle la faja con la mano izquierda mientras, encantado por los suaves jadeos que emitía,
le comencé a besar el cuello, alterando suaves mordiscos con pequeños lametones. La temperatura de nuestros cuerpos estaba subiendo,
Por fin conseguí librarme de su ropaje, se nota que se sintió aliviado y más libre. Le arranqué la molesta pieza de las caderas de cuajo y lo empujé contra
el suelo. Se estiró en él en una pose provocadora. Observé su cuerpo bajo la luz de la luna. Su piel blanca cómo el mármol brillaba con una tonalidad azulada,
piernas largas y firmes, torso delicado pero bien formado. Clavícula fina, pezones, ya endurecidos, rosados y ombligo con la forma perfecta.
No había ni una sola, ni la más mínima imperfección en el bello vampiro estirado a mis pies con las piernas cruzadas, mostrando sus tensos muslos,
y los brazos separados, tocando con las palmas de las esbeltas manos el suelo. Su pecho subía y bajaba acompasado por el ritmo del aire que entraba
por una boca húmeda y se escapaba en forma de jadeos. El ojo entreabierto brillaba en la oscuridad con un suave fulgor dorado.
El sonrojo de sus mejillas se hacia posible de ver incluso son la luz de la luna. ¡Que visión tan bella! Que sensual.
Definitivamente ya no me podía contener por mucho más tiempo. Los calzones iban a explotar, y su prisión estaba resultando dolorosa.

–Juuuum… es injusto Kurorin –me miró fingiendo tristeza mientras reía por lo bajo

–¿…l qué? –Observé fascinado cómo, exagerando al máximo sus movimientos se puso de rodillas ante mío y comenzó a desabrocharme el cinturón con los dientes
y la mano derecha, la izquierda la noté deslizándose en mi kimono.

–Jo tamfién giero ver tu cuegpo dejnudo jijiji… –seguía intentando vencer contra mi ropaje. Lo consiguió. Mientras yo mismo me quitaba la pieza interior,
sentí su suavidad… y al instante un impulso feroz. Solté, sin creérmelo ni yo mismo un hondo gemido cuando sus labios tocaron mi miembro.
Comenzó a lamerlo, moviéndose como una serpiente, frotando con su lengua la punta y luego metiéndoselo en la boca, hasta el fondo.
Sus finos dedos comenzaron a juguetear con mis testículos. Al mismo tiempo restregaba su torso con los endurecidos pezones contra mis piernas.
Ya no podía tenerme en pié. Así que lo tumbé de un empujón en la cama y me coloqué encima. Comencé a besar su pecho, probando cada rincón de su piel,
bajando cada vez más abajo. Metí mi lengua en su ombligo mientras él gemía de placer. Ya casi no quedaba tiempo para juegos, además,
los dos lo deseábamos más que nada en el mundo. Metí dos de mis dedos de la mano derecha en su boca. Los lamió provocadoramente untándolos con su saliva.
Cuando ya estaban listos, separé sus piernas, me dio un sí con la cabeza. Introduje primero un dedo. Comprobé lo estrecho que era. Miré su cara.
El ojo cerrado, con unas pequeñas lagrimas brillando entre las pestañas, la venda negra prácticamente arrancada, mordiéndose el labio para no gritar,
respirando frenéticamente, soltando leves gemidos. Encismado con aquella visión mientras lo iba preparando, acerqué mi boca a la suya y lo besé tiernamente.
Hasta yo mismo me sorprendí de que pudiera ser tan cariñoso. Mientras nuestras bocas estaban irremediablemente unidas, en un beso ya pasional,
introduje el otro dedo. Comencé a moverlos ambos allí dentro, intentando ignorar las afiladas uñas que a causa del dolor se clavaban en mis hombros.
No fue posible, este ligero dolor no era nada, y sin embargo me excitó todavía más. No podía seguir esperando. Saqué los dedos y lo levanté colocándome en
la posición adecuada para entrar.

-por favor... hazlo ya…-me miró suplicante

-¡Cállate! Haré lo que me dé la gana- Pero ya estaba entrando. …l soltó un chillido y se tapó la boca con ambas manos, arqueando la espalda cómo si de ello
su dolor fuera menor. Ah no! Tú no te me libras tan fácilmente. Comencé a moverme dentro de él. Caliente, estrecho, virginal…
a este paso me iba a volver loco. Agarré sus manos de la boca con la mano metálica y las coloqué encima de su cabeza mientras con la otra tomé su miembro
erguido y lo comencé a masajear al ritmo de las intromisiones.

_Aaaaaa…h kuro… sí! –Sus gemidos, gritos, jadeos… me estaba volviendo loco. Nunca imaginé que tendría sexo con un hombre.
Y ahora deseaba ese cuerpo por encima de todo. Me vine dentro. Un segundo después sentí el cálido y húmedo líquido en mi mano,
la que seguía sosteniendo su miembro. Me volqué de espaldas a su lado y lamí mis dedos impregnados de su semen. Delicioso.
Así nos quedamos un buen rato. Calientes, sudados, agotados. Hasta que él se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla.
Juguetón. Iba a decirle un par de palabras pero noté la suave y acompasada respiración en mi hombro. Se había quedado dormido. Ese idiota…
Bueno, por una vez, se lo ha ganado. Mis ojos se cerraron involuntariamente. Antes de caer en los sueños lo atraje hacia mí.
No vaya a ser que se le ocurriera escapar. “



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Ya lo recuerdo! Este es el motivo por el que estoy en esta posición ahora.

-Kuro-samaaaaa! No me digas que te has olvidado de lo que pasó ayer.

El ex-mago me mira incrédulo. No! Todo tiene que haber sido un sueño. Observo su cuerpo desnudo lleno de marcas de mordiscos y chupetones que le provocaron
mis toques. Siento como la sangre se me sube a la cabeza (y no sólo a la cabeza), y suspiro resignado antes de sonreír satisfactoriamente.
¿Qué se le va a hacer? Si tengo que pasar toda la eternidad con este tipo, que al menos sea de una manera agradable.
Lo de aclarar nuestros sentimientos tras finalizar el viaje sigue en pie. De momento esto sólo es sexo y nada más.

¿O no?













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no me deja poner notas finales... que raro
Uff!!!
bueno, esto me ha salido un dia que la sobra de imaginación y pereza venció contra el deber,
y en medio de mi trabajo escolar sobre la hemofilia se coló un fanfic kurofye XDD
lo cierto es que la primera parte que escribí fue la del lemon.
Y olvidé de sacarla del archivo del trabajo.
Ahora imaginaos la cara de mi compañera cuando se puso a leer el resumen de nuestro proyecto... -_-U
y ahora agregade a su cara la caracteristica de una anti-yaoista...
XDD
ah! que buenos recuerdos
bueno, espero que os haya gustado.
Es mi primer intento de lemon, asi que practica no me sobra -_-"




gracias por leer !! ^^ para ti solo son unas palabras, para mi, una inmensa alegria, por favor, deja un review y estrecha los lazos del mundo de las fangirls ^0^

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