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La venganza de Yukimura por Shin Black

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Notas del fanfic:

Este fic es la continuación de "Marilyn" y lo hago yo porque en general fui uno de los que dio origen a ese fic, además Kimiko me obligó a hacer continuación (si, lo sé, no tengo voluntad propia -.¬). Así que aquí esta.

NINGUN PERSONAJE ME PERTENECE.

 

La venganza de Yukimura

 

 

 

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Aun se podía oír el grito a lo lejos de Tezuka Kunimitsu. Fuji y Yukimura se rieron, el aura de maldad que tenían esos dos era aun peor que la de Hittler y Musollini juntos, eran realmente unos potenciales asesinos seriales y ahora con la muerte de aquella planta que volvía loco a Syusuke, empezaba una larga lista de personas que caerían en los próximos días. Como bien decía Yukimura: "Una vez que agarras el gusto a matar, no paras", pero digamos que es una frase que muy pocos conocían, entre ellos Syusuke, que nadie sabe porque pero últimamente se llevaba muy bien con Seiichi.

 

Caminaron unas cuadras más, riéndose de las desgracias ajenas mientras Yukimura se quitaba el gorro negro de la cabeza. Enseguida el castaño miró hacia una cafetería y le señaló al muchacho de cabello largo y azulado de entrar a tomar un café y festejar la muerte del condenado árbol, a lo que Yukimura aceptó gustoso.

 

 

-Toma asiento -dijo Fuji mientras se sentaba. Yukimura cedió y se sentó justo frente al castaño-. Al fin nos deshicimos de ese intento de árbol.

 

-Jajajaja, veo que estás muy contento -dijo con una sonrisa Yukimura mientras tomaba la carta para ordenar algo-. Ese veneno ha acabado con más vidas que Melody (1) cantando.

 

-Jajaja ya lo creo -miró la botellita negra que aun llevaba en las manos y se bajó el gorro de su playera-. Es efectivo.

 

-Claro que si, antes de ir al hospital a internarme, yo era bueno en química....y hacía ese tipo de venenos en mis ratos libres. Luego con todo lo que me pasó le empecé a tener una fobia al laboratorio, pero aun me quedan muchos frascos de venenos.

 

-¿Y para qué hacías venenos? -preguntó preocupado Fuji.

 

-Al principio fue por diversión, luego empecé a hacer remedios para inhibir los deseos sexuales en Sanada, pero creo que me equivoque un poco -dijo recordando aquel día en que le dio uno de sus experimentos a Sanada y este más bien empezó a tener más deseos sexuales-. Creo que debí ponerle menos de ese polvo negro.

 

-Ya, nunca confiaré en ti si me invitas a cenar -dijo con algo de temor Fuji. Ambos le pidieron a la mesera que les traiga un café con leche y dos medialunas a cada uno, la chica se fue a pedir la orden y los muchachos siguieron hablando-. En fin, te debo una ¿cómo quieres cobrártela?

 

-Bueno, hace tiempo he estado pensando en deshacerme de algo que me ha estado molestando mucho -dijo con cierto enojo y su mirada filosa y punzante que da miedo a cualquier ser que lo rodean, excepto a Fuji quien poseía la misma mirada.

 

-¿Quién? -preguntó curioso.

 

-Ella -susurró en maldad y juntó sus dedos entrelazándolos entre si, como quien reza-. Ella....el ser más espeluznante de mi vida. Que se lleva la atención de Sanada.

 

-¿Una mujer? -preguntó.

 

-¿Eres tonto o te haces? ¡Sanada no tiene ojos para una persona que no sea yo! Es más, a veces dudo que tenga espacio en ese cráneo tan pequeño -dijo Yukimura de manera autosuficiente-. Hablo de su katana.

 

-¿Su katana?

 

-Estoy pensando que su katana le da poderes sexuales o algo así, por eso necesito deshacerme de ella lo antes posible -sonrió con malicia-. ¿Me ayudarías?

 

-¡Claro! ¿Qué debo hacer? -dijo con la misma malicia que Yukimura. Una extraña aura negra los rodeó a ambos y la gente que estaba alrededor empezó a temblar sin siquiera notarlo.

 

-Pues yo distraeré a Sanada, como siempre lo hago, y tú le robas la katana. Sólo serán unos segundos en los que debes tomar esa cosa y robársela -dijo mientras la chica les entregaba el pedido-. Así que ¿estas conmigo?

 

-Claro...-toma su taza-. Por la maldad.

 

-Y la venganza -toma también su taza y lo chocan.

 

Ambos ríen maquiavélicamente.

 

 

 

:::::::::::::::::::::::::::::::

 

 

Tezuka se encontraba caminando en la calle, traía a su planta Marilyn en las manos y se encontraba de muy mal humor. En aquel momento logra ver a Sanada, quien supuestamente vive en otro distrito pero no sabe porqué esta allí y tampoco le importa. Ve que el muchacho tiene en sus manos su katana y una idea loca se le cruza por la cabeza, también pensando que debe pasar menos tiempo con Fuji ya que le hace tener pensamientos sádicos cada veinte minutos. Tezuka se acerca a Sanada que parece estar buscando algo o a alguien, por lo tanto le toca el hombro y el muchacho se da vuelta quedando los dos frente a frente.

 

-Hola Sanada -saludó Tezuka y antes que este pudiera apenas hablar, Tezuka siguió-. Necesito tu ayuda para buscar al asesino de Marilyn.

 

-¿Marilyn? -preguntó Sanada dudoso y Tezuka señaló su bonsái. Genichiro estaba apunto de largarse a reír pero sabía que no podía estar mucho tiempo parado allí perdiendo el tiempo, quien sabe que estaría pasando por la psicótica cabeza de su novio en estos momentos, además que fue a su casa hacía unos minutos y no lo había encontrado-. No puedo quedarme a buscar al "asesino" de tu estúpida planta. Tengo un novio psicótico que anda suelto por ahí y necesito buscarlo.

 

-No pedí que estuvieras de acuerdo conmigo, fue una orden -dijo Tezuka, al parecer no aceptaría un no.

 

-¿Y si no lo hago, qué me vas a hacer? -musitó desafiante el muchacho. Tezuka sacó de su bolsillo unas fotos-. ¿Qué es eso?

 

-Son fotos muy comprometedoras de tu noviecito y tú teniendo relaciones sexuales en varias partes de la escuela y también en una iglesia. Sino quieres que las calles amanezcan empapeladas con estas fotos, más te vale ayudarme.

 

A Sanada no le quedó otra que aceptar, y ambos caminaron juntos mientras Tezuka le explicaba el plan. Por otro lado, Yukimura y Fuji habían terminado su café y luego de pagar salieron muy contentos del lugar. Habían planeado el final de la katana de Sanada la cual seguramente la llevaría el basurero o el arrollo más cercano, quien sea que se la lleve primero esa cosa desaparecería de la vida de Yukimura para siempre. No era que Yukimura se sintiera celoso de un arma de doble filo, más bien era que podía intuir que esa cosa generaba en Sanada un brote sexual y por ello no podía dormir por las noches, ni siquiera sentarse y debía huir cada vez que podía de su mejor amigo y también amante incondicional, por lo cual, Yukimura decidió deshacerse lo más rápido posible de esa porquería de arma así sea lo último que haga.

 

Una música sonó y Yukimura sacó su celular del bolsillo.

 

-¿Hola? ¿Eh? Hola Sanada -risa nerviosa-. Em, si estoy....em....cerca de tu casa -le hace señales a Fuji-. Es que ahora estoy con Fuji ¿él puede venir? -sigue escuchando lo que le dice su novio y sonríe-. Entonces estaré allí rápidamente -cuelga.

 

-¿Sanada te invitó a tomar el té? -preguntó Fuji entre risas.

 

-Que gracioso eres, deberías recibirte de comediante -dijo con ironía-. Sanada quiere verme, y ya sabes como es, sino voy yo me viene a buscar y seguro me alza colocándome sobre su hombro y me lleva arrastrando a su casa. (2)

 

-Veo que es muy fuerte jejeje -rió en voz baja.

 

-Anda, vamos.

 

Yukimura tomó del brazo a Fuji y lo arrastró hasta el dojo de los Sanada. Allí se podía entrar muy fácil, sólo corrías la puerta de entrada que estaba abierta y entrabas al dojo que era muy amplio y tenía varios objetos para entrenar. A Sanada le encantaba pasarse el día allí entrenando para gastar parte de las energías, pero según Yukimura siempre le quedaba de reserva para venir y darle un hermoso sacudón que terminaba con la integridad física de Seiichi. A veces agradecía a la enfermedad que tuvo alguna vez porque gracias a ella pudo descansar en paz unos meses.

 

-Llegaste -dijo Sanada saliendo con su ropa de entrenamiento y su katana-. ¿Y Fuji?

 

-Está afuera -mintió, ya que Fuji se había escondido-. ¿Para qué querías verme?

 

-Se que tienes algo que ver con la muerte de esa planta de Tezuka -dijo Sanada con los brazos cruzados.

 

-¿Yoooo? -dijo casi con inocencia mientras se señalaba-. ¿Cómo puedes dudar de mí?

 

-Pues, nadie tiene la capacidad craneal de un homicida en potencia aparte de ti....-dijo Sanada, levantó la ceja-. Además, debe ser igual que cuando el entrenador fue encontrado muerto en un MUY CUESTIONABLE accidente.

 

-¡Yo no tuve la culpa de ello! Tengo pruebas -dijo mientras de su bolsillo sacaba fotos donde estaba él con su hermanita en un parque de diversiones en la misma fecha y hora en que se diagnosticó la muerte del entrenador.

 

-Claro, yo me chupo el dedo -dijo Sanada aun más enojado-. Ese veneno tuyo que andas preparado desde que empezaste a tener esa psicótica mente retorcida tuya. ¿Cómo se llamaba?

 

-¿Yukimura's Veneno efect? Pero es inofensivo -dijo Yukimura poniendo su mejor cara-. Además, tú sabes que yo no mato, sólo adelanto la fecha de defunción.

 

-Aja, claro, es casi lo mismo -dijo Sanada-. Ahora bien, ¿vas a confesar?

 

-Yo no maté a ninguna planta. Tal vez si, adelanté la fecha de muerte del entrenador, de la cocinera, de esa chica que te envió chocolates en san Valentín, de la mujer esa que te miraba provocativamente, y dos o cuatros chicos más que me molestaban, pero ¡nunca mataría a una inocente planta!

 

-....mmm....-Sanada no parecía creerle pero no iba a discutir más con Yukimura, además, se veía condenadamente sexy con esa ropa negra-. Esta bien, te creo.

 

-Gracias Geni-chan -sonrió provocativamente-. Oye, Genichan.

 

-¿S-si? -tartamudeo, esa voz que usaba Yukimura le causaba escalofríos.

 

-Genichan....deja esa Katana...y ven aquí -susurró mientras con su dedito le hacía señal.

 

Genichiro dejó la kanata a un lado, dando la posibilidad a Fuji de tomarla, y lo hizo tan rápidamente que ni Yukimura se había dado cuenta. Según el plan, Yukimura besaría a Sanada y lo calentaría un poco mientras Fuji huía, y luego trataría de huir él. Pero apenas Genichiro se le acercó para darle un beso, un golpe certero en la mejilla derecha del chico de gorra hizo que cayera inconciente al piso.

 

-No era necesario golpearlo -dijo Syusuke con la katana en las manos.

 

-No iba a arriesgarme de nuevo a no poder sentarme por una maldita katana -dijo Yukimura y tomó la katana con las manos. Le dio un poco de pena y besó los labios de su amado novio para luego salir corriendo.

 

-¿No era más efectivo el cloroformo? -preguntó Fuji corriendo.

 

-No, me gustó más darle un puñetazo -sonrió Yukimura, realmente el muchacho no tenía división del bien y el mal.

 

Momentos después la katana de Sanada estaba lista para su viaje submarino a dios sabe donde, y Yukimura se encontraba feliz de la vida caminando tranquilamente por las calles.

 

-Hoy nos deshicimos de dos cosas molestas -Dijo Fuji.

 

-Si, pero aun hay más.....-susurró Yukimura, ambos miraron a Ryoma, quien se encontraba tomando una lata de ponta.

 

-¿Sería lo indicado? -preguntó Fuji.

 

-No creo que nadie lo extrañe....jejejejeje

 

 

 

Y así, Yukimura y Fuji siguieron haciendo sus maldades. Con respecto a Sanada, volvió a recuperar la conciencia pero no recordó quien lo había golpeado. Y con respecto a Tezuka, jamás supo quien mató a Marilyn, pero empezó a darle más importancia a su novio y al tenis que a su bonsái. Así que todos fueron felices para siempre.

 

-Yukimura....-sonrió Sanada caminando por la casa del muchacho, éste se encontraba encerrado en un armario.

 

-Que no me encuentre, por favor, que no me encuentre -rezándole a su papá (él es el hijo de dios XD)

 

Bueno, al menos....casi todos fueron felices.

 

 

FIN

Notas finales:  

(1) No sé si alguien recuerda pero era una chica que en vez de cantar gritaba, y creo era española.

 (2) Foto descriptiva (gracias mitsusuke por la foto)


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