-lo siento yo... me he enamorado de alguien más...-
Near abre los ojos sorprendido, aquel pequeño robot cae de sus manos y al llegar al piso, se rompe en pequeños pedazos.
-Tú dijiste que te dijera cuando pasara y... lo estoy haciendo.-
En silencio, Near se sienta en el piso y recoge las piezas, una a una, colocándolas en un pliegue de su pijama.
-Near, dime algo por favor-
El pequeño albino se levanta del piso sosteniendo el pijama y lo observa con la misma frialdad de siempre, llevando un dedo a su cabello y enrulando un pequeño mechón.
-No hay nada que decir, solo espero que te haga feliz...-
En su rostro se forma una rara mueca parecida a una sonrisa y se da la vuelta, dándole la espalda.
-Near...-
El pelirrojo se acerca a él y lo abraza por la espalda, dejando al más pequeño inmóvil.
-Te quiero, siempre te he querido...-
-Lo sé...-
-Pero...él es parte de mi...yo...-
-Lo entiendo...-
-Nunca te olvidare-
-Ni yo Matt...nunca podría-
El pelirrojo intenta besar su mejilla pero Near es más rápido zafándose de sus brazos y camina hacia la puerta y se detiene.
-Pero nunca podremos ser amigos...- Cruza la puerta, se pierde en el pasillo y a Matt se le rompe el corazón. Quiere remediar lo que ha hecho pero sabe que no hay opción. Aun así está feliz, escucha su nombre desde el patio, se asoma por la ventana y su rostro se ilumina al contemplar aquellos ojos azules.
-Mello...- Entonces Matt, corre feliz escaleras abajo
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Un pequeño tan blanco como la nieve entra a su habitación a tropezones, colocando su mano en la pared, sus lágrimas se deslizan por sus suaves mejillas y los pequeños pedazos de metal que carga en su pijama caen al piso nuevamente. El dolor le oprime el pecho, siente como si su corazón ya no quisiera bombear sangre al resto de su cuerpo, sin remedio cae al piso sobre sus rodillas. Un sollozo seco sale de sus labios y su pequeña mano se torna roja al serrarla fuertemente sobre una dura pieza de metal.
No puede odiar al causante de su dolor, no tiene la fuerza suficiente. Dentro de sí mismo está convencido de que él tiene la culpa. Y se recrimina por no haber podido decirle lo que él siempre quiso escuchar. Aun ahora esa pequeña frase que golpea su mente no sale de sus pequeños labios y su tortura crese con cada lágrima que cae y se estrella con el mosaico marrón del piso.
-Quería aprender de ti...aprender a decirlo, a demostrarlo-
La suave piel de su mano se rompe levemente a causa de del filo del pedazo de metal y pequeñas gotas de sangre se mesclan con sus lagrimas. Pero la pequeña herida en su mano, no se compara con el dolor de su corazón.
-Pensé que tus golpes serian, lo único que podría lastimarme...Mello-
FIN
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Esto que estoy poniendo es solo para que me dejen agregar el fic, por si atencion muchas gracias ^^