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De nuevo estoy parado delante de su puerta indeciso, preparándome para lo que vendrá. Todo ha cambiado demasiado desde aquel incidente en Tokio. El estúpido mago parece otra persona. Se niega a hablarme y se pasa los días encerrado en su cuarto. No quiere comer nada, creo que tampoco duerme. Aunque hace falta reconocer que el resto del grupo no está mejor él es mi responsabilidad, yo mismo lo decidí así. No me queda opción… me dispongo a llamar, pero me detengo en el último momento, voy hasta la cocina, cojo una botella y dos copas… ¿me pregunto si será más fácil tratarlo estando él ebrio? ¿O era yo quien necesitaba emborracharse? Aunque para asegurarse…
Toco a la puerta, y sin esperar una respuesta la abro.
Trato de armarme de paciencia antes de entrar en la sala
Como siempre estas asustado y confundido
Sé que no me esperabas
-¿Kurogane? ¿Qué quieres?-En su rostro se revela un gran disgusto, está todavía más pálido de lo habitual, muy despeinado y bajo el ojo las ojeras que revelan la falta de descanso. Una ligera brisa proveniente de la ventana abierta sacude el aire de la habitación. Se sobresalta y se tapa la nariz y la boca dándome la espalda. –¡VETE! –me ordena en voz alta.
Aprende sin histeria a desafiarte a ti mismo
Pero yo no me muevo de mi sitio. Levanto la botella.
-¿Bebemos? –me siento en el sofá y dejo el vino y las copas encima de la pequeña mesita.
-Si quieres emborracharte, ¿por qué tiene que ser aquí?
-Supuse que antes de hacer eso estaría bien beber juntos, como en los viejos tiempos.
-No quiero ni uno ni lo otro. –Se sienta en el costado opuesto del sofá, sin girar la cara para mirarme. Pero me acerco y agarro su rostro con una mano, le obligo a enfrentar mi mirada. Puedo leer el odio, el miedo y la decepción en aquel zafiro. Pero lo aguanto. Me doy cuenta de una brillante línea que atraviesa su mejilla, un camino ya seco pero reciente.
-¿Has estado llorando otra vez?
-No es asunto tuyo… ¡Y suéltame ya! –aparta mi mano bruscamente.
-No puedes seguir así, acabarás destrozándote, y por supuesto que has de comer…
-Tsk!
-dales un respiro a tu cuerpo y a tus nervios. ¿Qué me dices?
Yo nombro: sangre o lágrimas
Pero tú has de elegir
-¿Cuando dejarás de meterte en mi vida, Kurogane?
-Ahora tu vida no es sólo tuya, ¿recuerdas? Tengo derecho a meterme en ella.
-¡Eso es algo que decidiste tu solito! ¿Acaso me preguntaste mi opinión? –mi comentario le altera hasta el estado de furia. Creo que dije algo que no debía.
-Porque no quería perderte… Pero mira, ahora si te doy la opción de elegir. O comes ahora o seguirás llorando aquí y forzándote hasta el límite. Si lo haces al final el instinto vencerá y vendrás a mi igual. ¿Y bien?
Yo nombro: sangre o lágrimas
Pero tú has de elegir
Me calva una mirada furiosa y llena de deprecio mientras trata de no respirar el aire que me rodea. ¿Por qué siempre ha de ponerse tan borde y terco cuando le vence el hambre?
-Te odio Kurogane! Dices que no querías perderme, pero lo conseguiste más incluso si me hubieras dejado morir. Eres despreciable.
-Sí, sí, pero todo lo que hago es por tu bien.
Un golpe rastrero de nuevo
Quizás es más fácil enseñarte a no culpar a nadie
-Y para que lo sepas… no tengo hambre… y lo último que deseo ahora es verte aquí. Por eso, si te vas a largar…
Ya que las mentiras son de hecho,
Tu escudo más fiable
-Fye no quiero que lo hagas solo para librarte de mí. Lo único que deseo es que vuelvas a ser el de siempre. –No sé porque dije eso, y creo que mi mirada se volvió algo triste, porque el mago se sobresalta y puedo ver un cambio en la suya ¿Sorpresa?
-¿No vas a abrirla? –se tranquiliza un poco y suaviza su tono de voz. Desvía la vista hasta la botella. Yo la cojo y sonrió para mis adentros. Hay que ver lo indeciso que es. Y por si fuera poco, tan asustadizo como un pequeño animal encerrado.
Lleno las copas de dolor sin amenazar
Bebe conmigo hasta el fondo
¿De qué tienes miedo? Sangre o lágrimas…
Esa bebida es muy fuerte, sobre todo para el poco aguante del vampiro. Deja de beber y se gira hacia mí. Su mirada ha perdido la máscara de odio que seguramente tanto le costó formar. Ahora sólo se refleja en ella tristeza y cansancio. Se arrastra lentamente en el sofá hasta mí y se sube a mis rodillas.
Sólo es el vino
-¿Está bien si lo hago ahora? –apenas susurra, pero yo le oigo perfectamente.
-Por supuesto, para eso me he tomado la molestia de emborracharte. –Siento un escalofrío cuando sus brazos rodean mis hombros y unos delgados y fríos dedos rozan mi espalda.
-Sé sincero, ¿qué le echaste al vino?
-este secreto déjamelo a mí.
-¿Cuándo dejarás ya tus experimentos para domarme? –me estremezco al sentir un cálido aliento en mi cuello. Cierro los ojos al sentir sus colmillos penetrar en mi piel. Así está bien… no es doloroso ni desagradable, al revés, es cálido, y siento como si estuviera cumpliendo con mi propósito para la vida.
Sangre y lágrimas, todo como siempre
Quemaremos todos los puentes*
Rodeo con mis manos su cintura y lo atraigo hacia mí. El se acomoda encima de mí y fortalece su agarre. Ojalá pudiera detener el tiempo en este momento. Disfruto hasta el último segundo de nuestro contacto, hasta que siento que sus colmillos abandonan mi cuerpo. Pero lo sigo sujetando. Nos miramos a los ojos. Sé que después de su dosis de sangre el mago suele estar especialmente afable. Y además el alcohol lo tiene aturdido, en el la dorada brillantez de su ojo por primera vez en la noche no hay veneno, sólo veo la verdad. Me da rabia no ser capaz de hacer nada en esos momentos.
Si te he de decir la verdad no me es indiferente con que te atragantarás
Pero no estoy acostumbrado a tener piedad de las serpientes venenosas.
El baja de mí y se tumba a lo largo del sofá. Su ojo se cierra, la luz de la luna se filtra por la ventana y cae sobre un rostro apaciguado ligeramente tapado por un brillante cabello rubio. En esos momentos vuelve a parecer el ángel que era antes, o al menos el que aparentaba ser. Medio dormido consigue susurrar en voz baja.
-Dime, Kurogane. ¿Por qué haces todo eso por mí?
-Ya lo sabes… -susurro mientras le acaricio la frente.
No tengo que explicarte nada
Sólo que estoy envenenado.
-gracias.
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*Quemar los puentes: expresión rusa equivalente a tachar el pasado, comenzar una nueva vida desechando todo lo que ocurrió en el pasado, olvidándolo.
Hola a todos!!!!
No suelo hacer dedicatorias, pero este fic lo quiero dedicar a Yaiza (AkiraChieko) porqué le encanta esta pareja y por ser una gran amiga!!!
Este fanfic está hecho a basa de la canción “sangre o lágrimas” cuya letra original está en ruso. (Pero he hecho la traducción lo más fiel posible), yo solo alucino con lo bien que les pega a estos dos esa canción. Así que el fic fue hecho de manera que se adapte a ella, no al revés.
Y he de confesar que este es mi primer songfic.
para ti solo son unas palabras, para mi, una inmensa alegria, por favor, deja un review y estrecha los lazos del mundo de las fangirls ^0^
Amor Yaoi
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