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Autoclave por EijiTonks

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Notas del fanfic:

Los personajes en The Prince of Tennis no me pertenecen, me los a prestado Shin Black por un rato... lastima que tampoco eso sea cierto son propiedad de Konomi.

Bueno este es mi presente para Shin y pues es el primer cute pair que publico, debo decir que esto originalmente iba a ser strongest pair, pero como no se me ocurria nada crei que le quedaba bien a la cute y por cierto tambien es el primer lemon ojala no me haya salido tan mal. Feliz cumplaños Shin!!!

Ahora por primera vez pondre...

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Notas del capitulo: Viva la Cute Pair!!!!!!
Sanada se encontraba sentado en la mesa del profesor del laboratorio de química mientras hojeaba una revista, estaba más que aburrido y decidido a que en cuanto viera a Yagyuu le daría unas buenas bofetadas pues se hallaba en el laboratorio por su culpa, cuidando la autoclave ya que se estaban calentando unos tubos que necesitaban para una cromatografía, y el caballero no supo quedarse calladito cuando el profesor pregunto quién se podía quedar a lo buen Yagyuu dijo que su equipo lo haría. El equipo constaba de dos personas y esas eran Sanada y Yagyuu, este último según era de los más responsables se había ido con la escusa de que tenía cosas más importantes que hacer, como comprar unas revistas para Niou y el chico de la gorra se quedaría en el laboratorio esperando que los tubos estuvieran listos lo cual demoraba tres horas, tres horas que tenía que estar pendiente de que la temperatura no subiera demasiado al igual que la presión pero era de lo más aburrido, se estaba balanceando en la silla, subió los pies a la mesa y la silla estaba apoyada en dos patas, se puso la revista sobre el rostro y descanso los ojos por unos minutos.

-¡LA AUTOCLAVE VA A EXPLOTAR!

Sanada despertó bruscamente y se cayó de la silla, se incorporo inmediatamente para ir corriendo a ver la autoclave, reviso con rapidez la temperatura y la presión de esta pero todo estaba perfectamente normal: 120°C a 15 lb de presión.

-¿Pero qué rayos? –se pregunto Sanada confundido.

-No deberías quedarte dormido.

El moreno volteo a ver quien hablaba pues le había pegado un susto terrible, Yukimura estaba sentado sobre el escritorio sonriendo ante la travesura que le había hecho al fukubuchou, ya que casi nunca se presentaba la oportunidad de jugarle alguna broma a Sanada, este le devolvió la sonrisa.

-Casi me matas del susto –reclamo Sanada recogiendo la gorra del suelo.

-No pude resistirme –se disculpo Yukimura encogiendo los hombros –¿te toco cuidar la autoclave?

-Sí, mi compañero de equipo se ofreció –respondió Sanada con aspereza.

-¿Qué tu compañero no es Yagyuu? –pregunto Yukimura con curiosidad.

-Así es, el muy caballero se largo.

-Pensé que estaba enfermo y no había venido a clases –comento Yukimura disfrutando de la expresión del otro –mando un justificante para sus faltas.

-¿Qué?, ¿cómo que no vino a la escuela?, ¿entonces con quien estuve en el laboratorio?, ¿quién rayos te dio su justificante? –interrogo Sanada histérico.

-Creo que la respuesta a tus dos últimas preguntas es Niou –respondió Yukimura divertido.

-Entonces por su culpa me tengo que tirar tres horas muriendo de aburrimiento… cuando lo vea lo matare –dijo Sanada furioso.

Sanada caminaba de un lado a otro como león enjaulado, realmente estaba furioso pues resultaba que ni siquiera era culpa de su compañero de equipo el que estuviera condenado a pasar tres horas, tres largas y tediosas horas vigilando el aparato ese. El capitán del equipo de tenis seguía sentado sobre el escritorio, solo lo miraba disfrutando de cada una de las expresiones de frustración del moreno; en definitiva había sido muy buena idea pasar al laboratorio de química, para ver quién era el desafortunado que se quedo cuidando el aparato, ya en su grupo habían hecho esa práctica y por fortuna para el no tuvo que quedarse a checar los tubos. El que fuera precisamente Sanada quien estuviera encargado le parecía muy entretenido.

-Solo fue una broma –dijo Yukimura bajando del escritorio.

-Pues gracias a su bromita estoy atrapado aquí por tres horas y solo han pasado… ¡treinta minutos! –exclamo Sanada al ver su reloj –lo matare.

-Creo que yo puedo ayudarte a pasar el tiempo –propuso Yukimura tomándolo de la mano.

Yukimura condujo al chico de pelo negro hasta la silla del profesor donde lo sentó, Sanada miraba un tanto confundido al otro chico, no quería imaginarse como lo ayudaría a pasar el tiempo, realmente Yukimura podía llegar a causarle miedo.

-¿No quieres que te ayude a entretenerte? –pregunto Yukimura sentándose en las piernas del otro chico.

-Yu-Yukimura, ¿qué haces? –dijo Sanada tratando de mantener el control.

-Pues te has estado quejando de que te aburres –contesto Yukimura empezando a besar delicadamente el cuello del moreno –y creí que podría serte de ayuda.

Sanada era incapaz de pronunciar dos palabras que tuvieran coherencia al sentir los labios del capitán sobre su cuello, las manos se abrieron camino entre la bata y la camisa del moreno, este echó la cabeza hacia atrás mientras disfrutaba de la ola de sensaciones que el chico sobre él le ocasionaba. Yukimura reducía cada vez más la distancia entre ellos y rozaba provocativamente una parte sensible de Sanada que comenzaba a despertar, el capitán sonrió con malicia al sentirlo, algo que el moreno no vio, antes de hacer suyos sus labios.

-Gen-chan, creo que necesitas un poco de ayuda –le susurro Yukimura al oído.

-Est… ¡aaahhh!... estamos en la escuela –dijo Sanada a duras penas.

-Entonces me retiro –dijo Yukimura deteniéndose.

-¡No!

-¿No?, pídeme que me quede –ordeno Yukimura con una mirada maliciosa.

Sanada estaba a merced de Yukimura, su corazón latía con fuerza y su razón lo abandonaba, simplemente era incapaz de resistirse a la voluntad del otro, los profundos ojos del capitán estaban sobre él y doblegaban completamente su voluntad, convirtiéndose en no más que un esclavo de Yukimura.

-Por favor… quédate –musito Sanada débilmente.

-Eso quería escuchar.

-Por favor…

Yukimura se levanto de las piernas de Sanada y se puso en cuclillas frente a él, quedando entre la silla y el escritorio, le desabrocho el cinturón y el pantalón, acaricio suavemente sobre los bóxers el miembro del moreno, un gemido ronco escapo de la garganta del chico de gorra, el capitán sonrió nuevamente y bajo un poco más los pantalones de Sanada, el chico de cabellos azules libero la creciente erección del otro, deposito suaves besos sobre este y comenzó a lamer la longitud de este como si se tratara de un dulce caramelo; el moreno no podía más que tratar de ahogar los gemidos que el otro provocaba, con total maestría, y sus manos empezaron a jugar con el cabello de Seiichi. Totalmente ajenos al mundo a su alrededor, Sanada apenas y se dio cuenta que la puerta del laboratorio se abría con un ligero rechinido, el profesor de química ingresaba al aula para supervisar que todo estuviera en orden, el fukubuchou al verlo empujo la silla hacia dentro del escritorio y el capitán quedo atrapado en un mínimo espacio.

-Sanada-kun, ¿todo en orden?

-P-por supuesto –trato de decir Sanada con calma.

El profesor se acerco a la autoclave que estaba en el extremo del laboratorio y reviso que todo estuviera bien, desconecto el aparato, abrió una válvula por donde empezó a salir vapor y se quedo viendo el manómetro. Sanada nervioso se metió mas en el escritorio reduciendo mas el espacio donde se encontraba un muy incomodo Yukimura.

-Tenga más cuidado –pidió el profesor conectando la autoclave otra vez –la temperatura y la presión se estaban elevando.

-Haz que se largue –susurro Yukimura desde abajo del escritorio.

-¿Digo algo Sanada-kun? –pregunto el profesor observando al chico en el escritorio.

-Nada, no volverá a suceder –aseguro Sanada que sudaba del nerviosismo.

-Eso espero –dijo el profesor cerrando la válvula.

-¡Auch!, no me muerdas –pidió Sanada en voz baja, cuando el capitán lo mordió en la rodilla.

-La próxima será en un lugar donde en verdad te dolerá –amenazo Yukimura en un susurro, todo apretujado –haz que se largue.

-¿Sanada-kun puede venir un momento?

El fukubochuo dejo de respirar por un momento, no podía hacerlo de ninguna manera, tenia los pantalones a la altura de las rodillas y bueno cierta parte de su anatomía se hallaba muy despierta; no se le ocurría que hacer, si el profesor lo descubría estaría en serios problemas y no solo él, sino también Yukimura y eso era algo que nunca se perdonaría, lo único que se le vino a la mente fue levantarse y tratar de cubrirse con la bata y luego hacer como que se tropezaba y subirse los pantalones a la velocidad de la luz.

-Sanada-kun.

-Un momento –dijo Sanada haciendo la silla hacia atrás.

Sanada se cubrió lo más posible con la bata blanca y al levantarse lo hizo un poco encorvado para que su estado no fuera evidente para el profesor, este se le quedo observando un tanto confundido y con algo de curiosidad.

-¿Se siente bien?, pareciera que le duele algo –comento el profesor un poco preocupado.

-N-nad… bueno me duele un poco el estomago –mintió Sanada al ver la oportunidad.

-¿Quiere que lo acompañe a la enfermería? –pregunto el profesor dirigiéndose al estudiante.

-¡No!

-¿Disculpe?

-Yo… yo me he tomado una pastilla antes de que usted llegara, seguro eso servirá, solo necesito quedarme aquí –explico Sanada en la misma posición.

-Está bien, siéntese y descanse –pidió el profesor.

-Claro –dijo Sanada sentándose y metiéndose una vez más dentro del escritorio.

-¡Maldición! –se quejo Yukimura en voz baja.

-¿Qué dijo? –pregunto el profesor algo confundido.

-El dolor, pero ya se me está pasando –se excuso Sanada.

-Bueno… vendré cuando los tubos ya estén listos –dijo el profesor abriendo la puerta.

El profesor salió del laboratorio y Sanada suspiro de alivio, pues se había librado de un gran problema, pero una mordida que recibió y que le dolió mucho lo hizo recordar que el capitán aun se encontraba atrapado bajo el escritorio; empujo la silla para atrás para dejar libre a Yukimura y este pudiera salir, mientras él con una velocidad asombrosa se ponía bien los pantalones.

-Ya era hora –dijo Yukimura gateando para salir del hueco donde estaba –ahora sé cómo se siente un ratón en su ratonera.

-Lo siento, no podía hacer nada –se disculpo Sanada ayudando al capitán a levantarse.

Yukimura se estiro para quitarse lo entumido, en verdad que había sido muy incomodo estar atrapado en un espacio tan reducido con una de las rodillas de Sanada clavada en su oreja y además uno de sus pies no sabía cómo estaba apretando sus costillas, lo cual resultaba incomodo y doloroso. El capitán se trono el cuello para relajar sus músculos y poder olvidar su momento de contorsionismo, el chico de la gorra estaba había ido a una de las mesas del laboratorio y estaba apoyado sobre esta dándole la espalda a Yukimura.

-¿Estas enfadado? –pregunto Yukimura abrazándolo por la espalda.

-No… solo pensé que tendríamos problemas –contesto Sanada tras un suspiro –yo no quiero causarte problemas.

-No te preocupes por esas cosas –dijo Yukimura besando el cuello del otro.

-Seiichi, por favor casi nos descubren, no estoy de humor –trato Sanada de negarse.

-Tú siempre estas de humor –respondió Yukimura abriéndose paso por la bata y la camisa del chico de gorra.

-No soy una maquina –reclamo Sanada dándose la vuelta para quedar frente al capitán.

-Si lo eres –continúo Yukimura besando el cuello del fukubochuo.

-No puedes presionar un botón y esperar que lo haga.

-Eso hago siempre y nunca me decepcionas –dijo Yukimura introduciendo una de sus manos en el pantalón del otro.

Un gemido ronco escapo de la boca de Sanada al sentir la mano de Yukimura, en ese momento mando a volar todas sus preocupaciones y reclamo con furia los labios del capitán, empezó a desabrocharle la camisa para poder sentirlo también, a Yukimura le parecía que cada poro de su suave piel reclamaba la atención del moreno y este atendía los mandatos no expresados de su amante, parecía tener un don para saber exactamente como volver loco a Seiichi, pronto el chico de gorra se hallaba sumergido en la desesperación de hacer suyo el cuerpo de Yukimura que correspondía con la misma intensidad a sus caricias. Volteo al capitán para que este quedara apoyado en la mesa, se bajo el pantalón y desabrocho el de Yukimura mientras besaba su cuello, comenzando a estimular el miembro de su amante, los suspiros y gemidos que salían de su boca era música para sus oídos y lo hacían que se excitara mas y lo hacía perder la razón cuando le pedía mas, cuando se lo exigía y se lo ordenaba.

-¡Déjate de juegos y hazlo! –exclamo Yukimura extasiado.

Sanada obediente a las ordenes de su capitán llevo tres de sus dedos a la boca de su amante, este los humedeció en su boca con una increíble sensualidad que estaba por volver loco a Sanada, cuando estuvieron totalmente humedecidos comenzó a prepararlo lentamente, tratando de no sucumbir a sus deseos y poseerlo rudamente, debía ser gentil y no lastimarlo. Yukimura recargo la cabeza en la mesa al sentir el tercer dedo dentro de su cuerpo, estaba desesperado pero a la vez disfrutaba de aquella lenta pero deliciosa tortura.

-¡Hazlo ahora! –ordeno Yukimura entre dientes.

-Lo que ordenes –musito Sanada retirando los dedos su amante.

-¡Aaahhh!

Entro lentamente en Yukimura quien echó la cabeza hacia atrás y dejo escapar un grito ahogado al sentir aquel intruso en su cuerpo, los labios de Sanada aun trabajaban su cuello en un intento de relajarlo. El capitán empezó con el movimiento y pronto los dos se encontraban en un armonioso ritmo, Sanada besaba con una pasión desesperada el cuello de Yukimura, su aliento caliente y entrecortado iba directo al oído de su amante, una de sus manos sujetaba con fuerza las caderas del otro y la otra en el miembro del capitán lo masturbaba en sincronía con sus embestidas.

-¡Mas, mas!... aaahhh… así…

-¡Aaahhh!... Se-Seiichi… uuuhggg.

-Aaahhh… ¡ahí, ahí!...

Sanada había encontrado el punto sensible de Yukimura y lo embestía sin tregua alguna, arrancando mas gemidos incontrolables de la garganta del capitán, la estreches lo hacía perder la razón del placer que experimentaba; mantuvieron todo el tiempo que les fue posible ese ritmo frenético que los estaba por volver locos hasta que alcanzaron su clímax provocando que una descarga eléctrica recurriera sus cuerpos.

El capitán cayó de rodillas al suelo mientras trataba de normalizar su agitada respiración, su rostro se encontraba ruborizado y unas gotas de sudor lo recorrían, mientras el chico de la gorra estaba apoyado en la mesa todavía con la respiración entrecortada y observo de reojo a Yukimura que aun se encontraba en el suelo; volvió la vista a la autoclave y observo el manómetro fue hasta el aparato y abrió la válvula para que el vapor saliera y la presión de la autoclave bajara.

-Deberían dejarte a cargo más a menudo –dijo Yukimura con picardía –creo que te ayude a pasar el tiempo.

-Y todavía quedan cuarenta minutos más –contesto Sanada cerrando la válvula.
Notas finales: Espero les haya gustado y en especial que le haya agradado a Shin mi primer intento de cute, pense que seria mas sencillo pero si me costo un poco, bueno nos vemos tengo que actualizar el otro fic, no olviden dejar reviews!!!

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