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¡¡Piratas!! por Pink_Spider1998

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Notas del fanfic:

A ver qué os parece mi nueva locura.

Para Honey, te dije que haría uno de estos dos.

http://freeyaoiloveforever.blogspot.com/

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Aviso: He editado la clasificación, porque en los capítulos anteriores he descrito situaciones que, a mi entender, no concuerdan con la clasificación de +13. Gracias.

Notas del capitulo: http://freeyaoiloveforever.blogspot.com/
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Caminaba por la bella playa de ensueño, la arena blanca acariciaba sus pies en uno de los pocos momentos de libertad que podía encontrar, ser el hijo menor y menos querido de una familia noble inglesa te libraba de percibir la herencia, pero no del protocolo ni de la etiqueta, su largo y sencillo vestido blanco se agitaba igual que su cabello rubio claro, su fragil figura era otro de los inconvenientes que tenía ser hermafrodita y tener ya dieciséis años, la edad según su madre, ideal para casarse.

Realmente hasta que se completó su desarrollo no había sido consciente de que su futuro era convertirse en el insatisfecho esposo de algún almirante de la marina Real veinte años mayor que él, deseaba por encima de todo poder huir, pero se sabía demasiado cobarde como para siquiera intentarlo.

Suspiró profundamente cuando vio aparecer a uno de los sirvientes de su familia que le buscaba, miró una última vez hacia el horizonte y vio por un segundo lo que parecían las velas de un navío, pero cuando volvió a mirar ya no estaban por lo que no le volvió a dar importancia y se dirigió a la mansión sin prestar ni la más mínima atención al sirviente.

Cuando llegó lo primero que notó fue la mirada furibunda de su progenitor, lo siguiente fue un bofetón que lo tiró al suelo.

Oyó los gritos de su padre pero estaba tan aturdido por el golpe que no entendió nada, entonces se levantó y el hombre alzó la mano de nuevo siendo, para su sorpresa, detenido por su madre.

Era la primera vez que intercedía por él.
-Querido, no le pegues en la cara que si no tendrá marcas en la fiesta de esta noche y nadie se fijará en el.-

Kaya resopló por lo bajo, ya le parecía extraño que su madre se preocupara por él.

-Tu madre tiene razón, ahora vete a arreglar, que pareces un pordiosero.-

La voz imperiosa d su padre resonó por toda la casa mientras subía por las escaleras, diciéndole que más cosas además de un pordiosero parecía.

Estuvo dudando si contestarle, pero al final solo susurró para si mismo.

-Con esas cosas tan bonitas que me dices, me subes la moral.-

Entró en la hermosa habitación cuyas vistas, por otra parte no eran las mejores, puesto que daban al puerto, otra demostración de afecto paterno.
No obstante él prefería observar a los rudos marineros antes que pasarse la tarde cosiendo, como se suponía que una señorita de su posición social debía hacer.

Se dirigió al enorme armario blanco que de no ser por los tiradores dorados se mimetizaría perfectamente con la pared, y lo abrió.
Rebuscó en su interior repleto de elaborados vestidos, cintas de colores y diversos tipos de calzado, hasta que encontró un bello vestido de color rojo y granate con dos rosas del mismo color en el pecho, tenía un escote recatado y un elaborado cuello de color plata al igual que las dobles mangas, que en la parte de arriba, de color rojo tenía una versión más pequeña de las rosas del pecho y por abajo eran ajustadas hasta el dedo corazón al que iban sujetas.

Sus padres odiaban ese vestido, y no podía precisar si era por eso que lo amaba o por la propia belleza del traje.

Tras vestirse se arregló el pelo que llegaba hasta la barbilla con un peine plateado mirándose en el espejo de marco dorado colocado sobre el tocador blanco, a la derecha de la enorme, pero incomoda cama de dosel rosa pálido.

Optó por un tocado sencillo que contrastara con lo elaborado del vestido, por lo que cogió dos pequeñas rosas, una negra y otra rojo pasión y las colocó sobre la oreja derecha.

Tras ver en el espejo el resultado satisfactorio miró por la ventana, descubriendo para su sorpresa un barco que no conocía de nada, cogió un pequeño catalejo nacarado que guardaba en el primer cajón del tocador y buscó el nombre, pero para su sorpresa no estaba ni a un lado ni a otro de la proa como solía ser lo habitual, por lo que supuso que debía estar escrito en la popa que por desgracia no alcanzaba a ver.

En ese instante comenzaron a descender los tripulantes, y lo primero que vio fue un atractivo hombre de larga cabellera rizada y castaña con toques rubios, que tendió una mano a un ser de belleza increíble, tenía el pelo rizado de color castaño oscuro, aunque en el flequillo se le aclaraba ligeramente, llevaba un vestido tan sumamente elaborado que parecía salido de una novela de fantasía.

Tampoco se habría podido distinguir la falda, el corpiño y las mangas de no ser por los diferentes colores, entre negro y granate, pasando por todas las gamas de violeta que conocía, y algunas que acababa de descubrir.

A pesar de lo impresionante que resultaba el traje, el tocado aún sorprendía más, pues estaba construido de un modo sumamente exótico, en el centro había una rosa con diamantes cosidos, que en vez de los pétalos centros tenía un diamante aún más grande engastado, y lo más impresionante eran las plumas de pavo real que parecían brotar de la rosa.

Por desgracia debido a la distancia no podía apreciar bien su cara.

El hombre que le tendía la mano se movió ágilmente haciendo que la ornamentada tela de su larga chaqueta y capa revoloteara alrededor de sus piernas revelando unas altas botas de cuero con tacón según la moda y un pantalón negro del mismo material.

De pronto el hombre giró la cabeza y tuvo el tiempo justo para girarse y esconderse apoyando la espalda en la columna que separaba los dos ventanales respirando agitadamente.

En ese instante tocaron a la puerta, por lo que se vio obligado a bajar, la fiesta ya había comenzado y le esperaban.

Sonrió mentalmente al observar la cara de disgusto que habían puesto sus padres al ver el vestido y comenzó a bajar las escaleras, la falda se levantó suavemente dejando ver sus botas que le convirtieron en la envidia del resto de casaderos, eran de cuero, pero sobre este había una capa de encaje rojo cosido y unos altos tacones acababan de realzar y estilizar su figura.
Notas finales: El ser de increible belleza es, por si no os habeis dado cuenta, Jasmine, y el vestido de Kaya es el de Carmilla, por si quereis buscarlo.

Comentarios porfa.

Hasta otra

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