Quizá no había sido la mejor idea salir así de improvisto, pero una advertencia es una advertencia. Y el se lo habia dicho: "No mas"
-Buenas noches, señorita, me podría rentar una habitación- muy probablemente no lo dejaría sacar su ropa, pensaba mientras era atendido.
-Claro, joven, solo per.. Permítame un momento en lo que lleno los papeles- una linda joven pelirroja sonreía mientras hacia todo el papeleo.
Después de unos minutos haciendo el check in del joven que escribió el peculiar nombre de Mu en los papeles de ingreso, solo quedaba entregarle la tarjeta de acceso.
-En un momento se la entrego, solo tengo que activarla, ya regreso- dijo la joven empleada antes de desaparecer tras la puerta de una oficina.
Solo, se quedo, por primera vez en años se sentía libre de moverse a su antojo si sentirse observado. Se permitió admirar el cómodo Lobby de aquel Hotel, silencioso, amplio pero sumamente confortable con aquellos colores madera, vino y pequeños detalles en arena; algunos floreros alargados con rosas de distintos tonos. Todo armonizaba, parecía la foto de alguna revista de arquitectura. Se sentía sumamente cómodo…
Así era hasta que se percato de la presencia de otro joven en la habitación. Se dio cuenta de que lo observaba intermitentemente mientras apreciaba unas hermosas rosas en un florero cerca de las puertas de cristal de la salida.
Pronto en su faz apareció una expresión de disgusto, y en esos ojos de un verde hermoso se leía una expresión de fiera al sentirse expuesto en un momento como ese.
Pronto el joven de cabellos azul claro y facciones finas giro su rostro para afrontar esa mirada acusadora, se quedo encantado, si bien a primera vista se había sorprendido ante ese rostro, ahora que lo apreciaba bien era imposible no quedar impactado, y a pesar de esa mirada acusadora el no le rehuyó la mantuvo.
Esta bien, el hecho de que el tipo delante del jarrón con rosas fuera impresionantemente hermoso, de manera casi intimidante con esos expresivos ojos claro y esa melena ligeramente en risotada y de un azul a juego con sus ojos, no le daba derecho a observarlo con esa desafiante mirada.
Detestaba sentirse observado, se sentida preso, y de eso huía.
-Su tarjeta de acceso esta lista señor- la dulce y amable voz de la chica tras el mostrador lo saco de sus recuerdos y de esa batalla de miradas.
-Gracias- dijo con voz educada mientras el joven de cabellos azul claro se retiraba después de oler esas rosas del jarrón y cruzar por el umbral de cristal.
Cuando miro hacia el lugar en donde estaba el otro joven se percato de que ya no estaba, quizá exageraba, quizá el peliazul solo lo miro y ya, y el lo hizo algo mas personal, quizá hasta lo incomodo. Suspiro cansado antes de retirarse a descansar, o intentar hacerlo. Tenía mucho que pensar.
A la mañana siguiente Mu se levanto con el propósito de arreglar todos los asuntos pendientes, uno en particular: buscar casa. Había pasado horas en la noche y madrugada pensando en que lugar estaría lo suficientemente lejos como para evitarlo, y después de mucho pensar decidió que no importaba en que lugar decidiera vivir, si no lo enfrentaba siempre lo iba a seguir, a vigilar.
Flas Back
-Estoy arto!!! No era necesario que ellos me estuvieran siguiendo como si fuera un delincuente al que deban controlar, y el que intervinieran en mi platica fue el colmo!!- decía exasperado Mu mientras tomaba algunas cosa básicas, su cartera, las llaves de su carro un abrigo del armario, abrigo que un rubio trato de arrebatarle- Suéltalo Shaka, esto es en serio-
-Solo te protegen, si intervinieron es porque-
-Porque tu y tus enormes celos creen que te voy engañar con el primero que pase frente a mi, o peor aun con mi mejor amigo, casi hermano Aioria!- lo interrumpió con ira, para después terminar con la voz en un susurro-.
-¡No es eso! No son celos, ¡son verdades! ¡Ese gato desde hace años pretendo algo mas contigo!, crees que no noto como se encela cuando estamos juntos! o como te mira!
-Eres un tonto dijo antes de dar media vuelta y salir, sin abrigo y con un ultimo susurro- no se como el te quiere aun.
End Flas Back
Suspiro pesadamente antes de salir de la ducha. No había cargado ni con un cambio de ropa así que tendría que ir a comprar algo para ir a ver casas y departamentos, aun no se sentía con fuerza como para enfrentarlo, quizá Aio lo acompañaría, siempre tenían tiempo para ellos, no por nada eran grandes amigos.
Cuando iba bajando las escaleras pensó que seria mejor tomar el elevador, por mas que le gustara eso de aprovechar cualquier oportunidad de ejercitar sus pulmones y pensar, recordó que ya iba tarde para encontrase con el gato en el centro comercial. Y por mas olvidadizo que fuera, el gato era puntual.
Decidió tomar el elevador, mientras esperaba observo uno de los tantos floreros que adornaban el lugar, rosas, y su mente voló hasta el recuerdo de aquel rostro de ojos azul claro… ojos que en ese mismo momento veía al abrirse el elevador.
-Buenos días- dijo como un autómata mientras de igual forma subía al elevador-
-Buen día- escucho secamente de una educada voz mientras se cerraban las puertas.
Silencio, incomodo silencios que había durado dos pisos y aun faltaban nueve pisos más. Si no fuera porque la gustaban los pisos altos juraría que una siguiente vez en un hotel pediría los primeros pisos.
-Siento lo de noche- el silencio término de una manera sorprendente a su parecer- creo que te incomode con mi poco discreta mirada- dijo a la par de girarse a verlo y sonreír-
Eso era lo que le mismo había pensado.
-Si era discreta, es solo que ya estoy demasiado acostumbrado a ser vigilado- de donde había salido eso, no tenia idea pero el otro lo escucho atentamente-
-Aun que fuera discreta, creo que te incomode y me disculpo por eso- cambio evidentemente el tema- aunque tu dura mirada no me la esperaba- se acerco.
-Si, perdón, no lo pude evitar- se había puesto nervioso, por su cercanía, solo faltaban dos pisos.
-Si no fuera por esa hermosa sonrisa de anoche mientras mirabas el lobby no me habrías llamado tanto la intención, bueno quizá si- se acerco mas- eres hermoso- después de ese susurro lo beso-
Un pequeño timbre avisando que ya había llagado al piso deseado fue lo que puso fin a ese fugaz beso.
-Tómalo como mi disculpa- ya antes de que pudiera responder a eso, se encontró con Aioria lo había ido a buscar.
-Cordero!! Pensé que seria mejor venir directamente por ti, así no llegarías tarde- decía mientras lo abrasaba efusivamente.
-Hola gato- dijo buscando con la mirada al peliazul, no lo encontró- me ofende tu idea, yo soy puntual. Dijo al ver que no lo encontraría y concentrándose en su amigo.
-Nos veri amos a las nueve de la mañana, faltan diez minutos, no habrías llegado- dijo con una sonrisa-
-Tu ganas- dijo sonriendo también- dime algún lugar pensado para ir a ver casas y departamentos-
-Tu déjame eso a mi, y cuéntame, ¿como estas?- pregunto mientras se dirigían a las puertas del hotel.
-Estoy bien gato, fue lo mejor, se que fue lo mejor- dijo con una sonrisa triste- nunca fuimos el uno para el otro, tu lo sabes- paro en seco ante las puertas de cristal- tu la quieres.
Aioria pasó su brazo alrededor de los hombros de su amigo abrasándolo en señal de que todo estaría bien, y así, juntos cruzaron esas puertas ante la mirada de una joven pelirroja que registraba su salida.
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