Era un día como cualquier otro, Yuki dormía placidamente en su cama después de haber pasado la noche terminando su novela, siendo hoy su fecha limite, estaba tan cansado que no se dio cuenta que cierto pelirosa no se encontraba en la cama, ni siquiera cuestionó dónde se podría encontrar su koi a esa hora, solo quería descansar y eso fue lo que hizo, se tiró a la cama y dejo que su conciencia se fuera lejos.
Mientras el cantante se encontraba en una habitación de hotel, acostado en el suelo, mirando el techo, el que por cierto no tenía nada interesante. No había recibido ni una llamada, ni un mensaje, ni una señal de su rubio amante… En un momento le bajo la inspiración y se puso a escribir rápida y fuertemente en el pobre cuaderno que siempre lo acompañaba, cuando al fin terminó la canción, la leyó una vez más y fue a hablar con Hiro y Suguru, necesitaba tener esa canción lista para hoy, no importaba si no tenían el tiempo suficiente para practicarla, citaría al rubio a su concierto y se la cantaría, sabía que este no era idiota así que entendería inmediatamente que no era una canción tonta más entre sus muchas canciones, esta era precisamente escrita para y por él, nunca se había sentido así en toda su vida y la verdad ya no podía seguir aguantándolo más.
Además de la alegría de su manager al ver la nueva canción todos lo miraron extrañados, pero como era de esperarse lo apoyaron y le hicieron los arreglos a la canción, en un momento de descanso Shuichi le manda un mensaje de texto a Yuki y vuelve al ensayo.
Era pasado el mediodía cuando abrió los ojos, lentamente, se levantó con su ya común jaqueca, por lo que fue a la cocina a buscar una cerveza y una aspirina, se sentó en su cómodo sillón, mirando la nada, no quería ningún ruido a su alrededor, pero como era costumbre, lo que deseaba no se podía lograr. Su celular comenzó a sonar estrepitosamente, el baka de Shuichi tenía la manía de cambiarle el ringtone, contestó de mala forma, siendo su editora la que llamaba, por lo que quedaron en reunirse en un pequeño café, no lejos del departamento del rubio, en una hora, así que en cuanto corto la llamada se fue a bañar y a cambiar de ropa. Salió vestido elegantemente como era su costumbre, asegurándose de tener una cajetilla entera de cigarrillos y sus preciados lentes oscuros. La reunión fue tediosa, por lo que todo era más llamativo que lo que decía su editora, incluso la única alerta de su celular que anunciaba que le había llegado un mensaje de texto, lentamente lo desbloqueó y leyó el mensaje:
“Yuki, ven al concierto que daré hoy en Tokyo Zepp te estaré esperando. Shuichi”
Cualquier excusa era buena con tal de zafarse de la loca de su editora, tomó su chaqueta y se paro diciendo un seco: “Tengo cosas que hacer”, dejando a la mujer sentada, sola, con la palabra en la boca. Fue a su departamento, tomó las llaves y salió camino al lugar donde se suponía se encontraría con Shu, mientras conducía recordó que la noche anterior este no había dormido a su lado y pronto sabría el porqué.
Por fin estaba lista la canción, estaba orgulloso, aunque un poco triste, era su única forma de mostrarle como se sentía y que realmente lo escuchara, así que ahora a prepararse para el espectaculo.
El rubio escritor se encontró con su cuñado justo a las afueras de gran domo, así que no tubo problemas para entrar, se sentaron en unos asientos reservados del lugar junto a otra gente de gran poder político y comercial con sus hijas la gran mayoría de ellos, lo que no paso desapercibido para el más joven de los rubios.
El show comenzó a los pocos minutos, comenzaron con un repertorio muy conocido por todos los presentes ahí, con algunas excepciones (entre ellas Yuki), de un momento a otro, las luces bajan de intensidad, dejando a penas iluminado a los tres componentes de la banda, mientras Shuichi toma un poco de agua, se seca un poco el rostro y toma el micrófono.
- Espero que lo estén pasando bien esta noche- a lo que un gran SI se escucha de todo el público.
- Esta es una canción completamente nueva y quiero que la escuchen atentamente… aquí vamos.- para este entonces Shuichi ya sabía donde se encontraba su amante sentado y con quién, la suave melodía comenzó a sonar entre el silencio sepulcral del domo.
Muchas veces me pregunto
porque pasa todo esto,
porque tus mil te quiero
siempre se los lleva el viento,
no entiendo para que me besas
para que me llamas
si cuando yo te necesito faltas.
No se que buscas
y no quiero pensar que es un juego
prefiero creer que muchas veces
no te queda tiempo
para que me respondas
y aparezcas en mi vida
en cuerpo y alma
y no en mis pensamientos
Y ahora yo me entero por tercero
que cuando estas ausente
en realidad estas con él
que te hace mal,
ya no te entiendo.
¿Qué estas buscando de mi?
dime que puedo darte
que no te haya dado,
no creo merecer todo esto
¿qué esta pasando?
y que no te vuelva
lo que estas dando
y que estas buscando de mi
dime si te hice mal
dime en que te he fallado
yo siempre puse el corazón
en cada paso
y no te das cuenta
me estas matando.
No se que buscas
y no quiero pensar que es un juego
prefiero creer que muchas veces
no te queda tiempo
para que me respondas
y aparezcas en mi vida
en cuerpo y alma
y no en mis pensamientos
Y ahora yo me entero por tercero
que cuando estas ausente
en realidad estas con él
que te hace mal,
ya no te entiendo
¿Qué estas buscando de mi?
dime que puedo darte
que no te haya dado,
no creo merecer todo esto
¿qué esta pasando?
y que no te vuelva
lo que estas dando
y que estas buscando de mi
dime si te hice mal
dime en que te he fallado
yo siempre puse el corazón
en cada paso
y no te das cuenta
me estas matando.
Al terminar la canción la gran mayoría de las jóvenes lloraba desconsoladamente, mientras el cantante tenía los ojos llorosos, aun no derramaba ni una sola lágrima, miró fijamente al joven con quién compartía su vida, para luego mirar a su lado. Sonrió casi sarcásticamente, caminó hacia sus amigos, les susurró un lo siento y tomo nuevamente el micrófono.
- Quiero decirles que este es mi último concierto en un buen tiempo, espero que al volver podamos reunirnos otra vez, gracias a todos por su apoyo, los quiero, adiós.
A esto todas las personas presentes comenzaron a gritar, llorar y saltar en forma de protesta, menos dos rubios, quienes estaban tan fríos por el mensaje en la canción que más claro echarle agua, vieron salir al pelirosa del escenario junto a sus compañeros de banda…
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