Obsesión
“Obsesión…” eso es lo que tu cuerpo me hace sentir, esa piel tan suave, esos labios tan hermosos, tus ojos esmeraldas… ¿que puedo decir? Eres como una droga para mí, no me imagino un día sin ti… Me encanta como gritas mi nombre pidiendo por más y yo sin hacerte sufrir te doy lo que pides, en esta noche tan especial para los dos te daré la mejor cogida de tu vida….
25 de Septiembre
-Ya…no…soporto…más…- un chico de cabellos rizados respiraba dificultosamente, las gotas de sudor resbalaban por su rostro haciendo notar su cansancio
-Vamos Akachin, esto no es nada con lo que te espera jajaja…-
-Es… en serio, no soportare…-
-¡AKAYA! ¿¡QUE ESPERAS PARA SEGUIR CORRIENDO!?-Un joven alto, bien formado y con una gorra negra en su cabeza le gritaba desde las gradas, junto a el se encontraba otro de aspecto femenino, cabellos azulados y una tierna sonrisa adornaba su rostro, un ángel para cualquiera.
-¿¡EH!? Nooo…-
-¡AKAYA!- El enojo se mostraba en el chico de gorra
- Esta bien…- el menor se alejo de las gradas refunfuñando
-Genichirou…- le llamo el de sonrisa angelical- no seas tan duro con él…-
-Yukimura, sabes que no permitiré que este chico vuelva a perder…- le dijo seriamente
-Siéntate…- le ordeno y el otro sin rechistar le obedeció si alguien conocía el lado “malo” de Yukimura, ese era sin duda Genichirou-
Mientras los dos chicos platicaban de cualquier cosa sin importancia para nosotros, los demás titulares se encontraban entrenando el las canchas de tenis a excepción de Kirihara y Nioh quienes se encontraban corriendo alrededor de estas, si preguntan el porque, esa seria una anécdota que Akaya debería contar, pero eso es lo menos que importaba.
Después del entrenamiento demasiado agotador para el menor de los titulares, estos se dirigieron a los vestidores para que después de una refrescante ducha se vistieran y se retiraran a casa. Comenzaron saliendo en pares, eso era raro, pero no para ellos ya que cada uno sabia de que la relación que tenían cada pareja iba mas allá de la amistad, como Nioh con Yagyuu o Yukimura con Sanada, aunque aparentaban no tener nada con solo mirarlos a los ojos se notaba aquel brillo especial. Después de unos cuantos minutos los únicos que quedaban en aquella habitación eran Yanagi y Kirihara.
-Akaya… ¿que harás esta noche?- el mayor tomo a Kirihara de la cintura acercándolo a su cuerpo y haciéndolo retroceder poco a poco hasta hacerlo chocar con los casilleros
-Mmm… creo que nada…- le dijo inocentemente mientras se acercaba más y mas a su superior rozando sus labios con el otro
-Bien, ¿que te parece si te invito a dormir en mi casa? No hay nadie, todos salieron de viaje…- le dio un ligero beso y enseguida se dirigió hacia la oreja del ojiverde lamiendo el lóbulo de esta -¿Sabes que día es hoy?-
-Como…ahh… olvidarlo…- el mayor unió sus labios una vez más en un beso más profundo y fogoso explorando con ganas esa cavidad a su merced
-Recuérdame que día es hoy…- poco a poco la boca del castaño comenzó a descender hacia el cuello del menor dejando pequeñas marcas en esté.
-Cumplimos 6 meses de novios y es mi cumpleaños…- el castaño sonrió satisfecho y le tomo de la mano
-Vamos, te tengo una sorpresa…- Sin mas, tomaron sus cosas y se retiraron del lugar en dirección de la casa del mayor.
*****
-Espero que te guste- le dijo mientras entraban a la residencia Yanagi y dejaban sus zapatos en el recibidor- pero antes que nada cierra los ojos…-
El menor ansioso por la sorpresa cerro los ojos y tomo la mano de su novio mientras tanto este le guiaba por la casa, cuando llegaron a la sala, el mayor le dijo que le esperara ahí y que no abriera los ojos por nada del mundo, el ojiverde obedeció y se quedo ahí paradito, después de unos cuantos segundos, volvió a sentir la mano del castaño y le indico que abriera los ojos.
-Ábrelos…- le susurro al oído, el pequeño abrió lentamente los ojos y grande fue su sorpresa al encontrar frente a él una mesa especialmente arreglada, dos platos se encontraban servidos, uno a cada lado de la mesa, los cubiertos y el vaso se encontraban bien colocados, en el centro de la mesa se encontraba un pequeño florero con rosas rojas y acompañado de este un candelabro con tres velas encendidas, el mayor le invito a sentarse ayudándolo con la silla como todo un caballero.
Después de una deliciosa cena acompañada de una charla dedicada solo a los recuerdos de aquel día hace seis meses subieron a la habitación de Renji para supuestamente dormir, sin embargo otra sorpresita le esperaba al pequeño demonio del Rikkai.
-Akaya, toma…ponte esto y no te quejes, ahora viene la mejor parte, pero para eso necesito que te pongas lo que ahora esta en tus manos…lo disfrutaras al máximo- esto ultimo se lo susurro al menor entregándole una caja para después meterse al baño.
El menor abrió esta y se encontró con unas orejas de conejo, Kirihara las miro extrañado y las puso en la cama, después saco algo que en verdad lo dejo perplejo, un traje al estilo conejita playboy ahora entendía el porque de las orejas, se imagino las cosas que provocaría aquel trajecillo sonrojándose al máximo y sin pensarlo dos veces se lo puso, cuando termino se miro al espejo que se encontraba en el cuarto de Yanagi, se veía extremadamente sexy (N/A: *p*) después de examinarse bien en el espejo se asomo de nueva cuenta a la caja y saco un par de zapatillas rojas.
-Ay no inventes…- pero con tal de hacer feliz a su Yanagi se las coloco y volvió a posar frente al espejo, estaba tan entretenido que no se dio cuenta que el mayor ya había salido del baño, este se acerco con sigilo y le toco el trasero para después dirigir su mano a la esponjada colita del traje.
-¿Qué haces?- le dijo sonrojado por la acción del castaño.
-Por favor Akaya… te he hecho cosas mas pervertidas que esta…- siguió acariciando el trasero del menor mientras se colocaba detrás de el para comenzar a lamer su cuello.
-Ya…nagi…ahh… - los gemidos de parte del mayor se comenzaron a escuchar por aquella habitación
-Te ves extremadamente violable…- al mayor de un ágil movimiento lo volteo para toparse con esos ojos esmeraldas y comenzar a besarlo salvajemente, al cabo de unos cuantos segundos se separaron y el mayor se sentó en la cama – ahora es tu turno de hacerme sentir como nunca…-
El menor sonrió pervertidamente y con movimientos muy sexys se acerco al mayor, comenzó a besarle el cuello para después pasar a lamerlo y darle pequeños mordiscos, mientras que el castaño se dejaba hacer, Kirihara siguió con el juego y comenzó a desvestir a Renji dejando al descubierto su bien formado pecho, lo lleno de besos y caricias y bajo hasta el pantalón, seductoramente se deshizo del botón y con la boca bajo el cierre, le quito los pantalones dejándolos tirados por ahí, y rápidamente libero el miembro palpitante de su novio lo tomo con delicadeza y lo lamio desde la base hasta la punta deteniéndose en esta.
-Haz…lo Akaya… ahh…-
Sin chistar, el menor comenzó a masturbar al castaño con la boca tan seductoramente que al cabo de unos minutos, Renji se vino en la boca del menor y este no desaprovecho ni gota.
-Es… mi turno…- Lo jalo del brazo he hizo que el demonio cayera sobre él en una pose muy comprometedora, acaricio una vez mas su trasero y lo beso apasionadamente en un movimiento el ojiverde se encontraba bajo el mayor, este sin esperar mucho comenzó a deshacerse del traje de conejita playboy y sin mas se dirigió a el miembro de su koi, le hizo lo mismo haciendo que este gimiera lo mas alto posible, esto excitaba a Yanagi cada vez mas haciendo que su miembro volviera a despertar, después de que Kirihara se había corrido manchando la cara de Renji con el mismo liquido espeso se dedico a dilatar la entrada del pequeño que ya había sido suya mas de 20 veces.
Una vez dilatada, comenzó a penetrarlo arrancándole sonoros gemidos al más pequeño, pronto el vaivén se hizo presente a medida que pasaba el tiempo las embestidas se volvían mas fuertes y mas rápidas haciendo derramar lagrimas al menor pero no solo de dolor, el placer que los inundaba era inmenso una ultima embestida y tocaron la gloria, literalmente.
Un ronco gemido acompañado de uno agudo se escucho en toda la casa, los dos habían alcanzado su máximo nivel uno corriéndose dentro del más pequeño y el otro entre sus vientres, el mayor salió del interior del demonio y se dejo caer sobre este el cual se dedico a acariciar los castaños cabellos.
-Sabes Akaya… eres una obsesión para mi…-
-¿En serio?- pregunto alegremente el menor.
-Si… no me imagino un día sin ti…-
-Renji, te amo…-
-Y yo a ti…más que a nada en este mundo- sellaron sus palabras en un profundo beso y se dispusieron a dormir abrazados.
FIN