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Recuerdos en noches de desvelo por Koroshi_Death

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Notas del fanfic:

Lo escribí en tres días, estaba aburridita así que me encaminé en escribir algo que no fuera tan OOC como lo último que había escrito.
Espero les guste, son sólo dos episodios.

Notas del capitulo: Espero les agrade, tiene lemon por montón xDDDD
Recuerdos en noches de orgasmos
Primera parte


Las tardes eran solitarias desde aquel día… ¿Cómo pudo cambiar tanto?

Abandonarlo fue uno de sus peores errores, pero como buen demonio, no lo admitiría jamás… Y para qué hablar del conde.

El saberse invencible no es una muy buena cualidad, llama a la arrogancia y egocentrismo que te obliga a vivir como tu quieres, a hacer lo que tu quieras sin importar lo que los demás sientan… ¿Cuándo ha importado?

El jardín se sentía tan solo… Era su culpa… Su maldita culpa…

Tuvo el orgullo suficiente como para siempre fingir no amarlo y que todas sus acciones giraban entorno al placer… Ordenando sexo, pidiendo cariño mientras dormía ¿Qué pretendía? ¿Ocultar lo evidente? Aún así dejó ir a quien quería… Por orgullo, ese orgullo que mantendría y que se quedaría con el hasta la tumba…

De algún modo su vida se vio salvada, al no tener pacto, no habría que devorar su alma, pero…

Tampoco habría nadie para protegerle.

¿Qué era más importante? Tantas dudas… Tantas… Maldita sea… Como esta inspiración que te obliga a relatar lo que en verdad está en el fondo de ti mismo y no quieres reflexionar…

La soledad te abandona… Si… Hasta la soledad lo había abandonado ¿Qué más quedaba? Esperar… Esperar un eterno regreso que nunca volverá…

Siempre me pregunto el por qué de salvar lo insalvable, por qué limpiar lo sucio… ¿Para qué mantienes con vida a un enfermo terminal? Aquello era lo que se preguntaba, nada valía la pena… Nada… Desde esa noche…

Flash Back


“La luna estaba alta” Aseguraba Sebastián mientras arropaba al menor entre sus cobijas, debajo de aquella almohada se albergaba uno de sus libros de terror y una pistola, desde hace tiempo, eso era una obsesión, debía sentirse protegido aunque Sebastián no estuviera allí, nunca sería débil ni dependiente… Aunque ambos como pareja eran un excelente complemento, Sebastián era su fuerza, Ciel era el cerebro, obviamente sin descartar las habilidades psicológicas de ese mayordomo que lo ayudaba día a día con sus tareas, de la más simple y estúpida, hasta la más dificultosa y descabellada.

Era tan perfecto, que casi era evidente que humano no era, y como una vez muy bien dijo:

“Y ese perfecto demonio es mío”

Ahora podía darse la atribución de admitir lo estúpido que era tras dejarlo ir, pero no, como siempre, no lo haría…

-Quédate conmigo.

¿Aquella era una muestra de debilidad? Últimamente lo hacía más seguido.

-¿Tiene pesadillas de nuevo, Bocchan? – Sin permiso de el, lo toma un poco, levantándolo y moviendo un poco la almohada – Como pensé, usted está leyendo esos libros de nuevo, y esa pistola… ¿Para qué? – La cercanía de sus rostros incomodaba un tanto al caprichoso y orgulloso conde, que desvía su mirada hacia la ventana.

-Esa es mí orden, y debes cumplirla sin cuestionarme – Se limita a responder, ante esto, Sebastián sonríe, le gustaba el orgullo casi estúpido de su amo, acomodando la almohada nuevamente y quedándose de pie, como una perfecta estatua y candelabro en mano, esperando que el muchacho se durmiera profundamente – Dime, Sebastián… - Dice tomando la pistola, mirándola detenidamente y jugueteando con ella – Los demonios no duermen ¿Verdad? – Sebastián sonríe estéticamente, como siempre.

-Es un lujo que no nos otorgamos, es una necesidad simple de humanos… - Responde – Aún así, podría quedarme observando el sueño del joven amo toda la noche.

-Como siempre… - Deja la pistola a un lado y se acomoda mirando el techo – Su estética es siempre más fuerte… ¿Acaso no tienen deseos o inspiraciones?

-No comprendo por qué el Bocchan me hace estas preguntas.

-Por nada – Cierra sus ojos y le da la espalda – Entonces te quedarás parado allí toda la noche.

-¿Es esa una orden? Sí lo es, lo haré.

-Es una orden… - Se acurruca un poco, ocultando su rostro entre las almohadas finas y la seda de sus sábanas – En el mismo cuarto… Compartiendo el mismo aire… Y acostados en la misma cama.

Sabía que aunque diera la orden de una forma muy distorsionada, Sebastián, como perfecto demonio que era, sería capaz de comprenderla y acatarla inmediatamente a lo recién pedido, el problema era ahora que… ¿Cómo lo obedecería? El mejor que nadie conocía en profundidad a su joven amo, lo caprichoso y preciso que era para todas sus cosas… ¿Qué pretendía? Simplemente reía, era cómico ver como un niño, sin desmerecerlo en lo absoluto, independiente a sus habilidades intelectuales y lo sádico que podría llegar a ser en ocasiones, disfrazaba su miedo, su soledad y su necesidad por amor en ordenes crudas, mal fundadas e indirectas.

A pesar de todo, era un niño, y uno muy traumado, por cierto.

¿Esos traumas serían los culpables de la no heterosexualidad del menor que trataba siempre de ocultar ante su prometida, ante gestos crueles, varoniles, decididos y fuertes? Puede ser… Es una idea que no se puede descartar, al menos no tan fácilmente, aquel niño era víctima de su pasado aunque no lo admitiera, Sebastián sabía perfectamente eso.

-¿Te harás el sordo con lo que acabo de decir? – Pregunta en tono frío y decidido, Sebastián cierra sus ojos con una sonrisa algo forzada, aquello era indudablemente desagradable.

-Lo haré, my lord… - Quita su corbata y sus finos zapatos de cuero, también se despoja de sus pantalones, sólo su camisa conservó el lugar que corresponde en el cuerpo del hombre, que entraba lentamente a la cama.

Luego de entrar, se queda estático, ciertamente, no había dado ninguna orden más aparte de compartir cuarto, aire y cama.

No entendía nada, a pesar de ser un demonio – Y de los mejores – No entendía por qué su amo lo hacía ingresar a su cama, si le daba la espalda…

Sentía la pistola debajo de la almohada, sus ojos abiertos de par en par observando hacia la ventana y sintiendo ese cuerpo grande, cálido y tieso junto a el, no reconfortaba…

La luna estaba llena, se veía hermosa, en su ojo azul se reflejaba, mientras el otro permanecía opacado por el sello que sólo emitía luz al hacer una orden al demonio.

Odiaba admitirlo, y de hecho, no lo hizo, pero estaba nervioso, sus manos sudaban y su respiración era agitada, pero lo disimularía hasta el final.

-Sebastián – Dice manteniendo su tono autónomo y fuerte – Hazlo.

¿“Hazlo”? Eso no decía mucho en lo absoluto, sin duda el podía hacer muchas cosas, aunque en una cama… Sólo se podía traducir a una cosa.

-¿Hacer qué? – Pregunta burlándose del niño, sabiendo lo que quería, aún así se comportaba como el demonio que era.

-Déjate de bromas – Gruñó.

Se acomodó y movió el cuerpo de Ciel, para que quedara bocarriba, lo miro detenidamente unos segundos ¿Qué pretendía?

-¿Sólo eso harás? – Dijo, desafiándolo, el demonio sonrió y se acercó a dar un primer y corto beso, rozando sus labios, posicionándose sobre el.

Sus demoniacos y perfectos labios se preparaban para comenzar un recorrido por el pequeño y frágil cuerpo, a la vez que los labios del menor eran torturados en forma masoquista, todo por reprimir gemidos que simplemente NO demostraría… Aunque pensándolo mejor… ¿Para qué aguantar gemidos que tu mismo pediste que te provocaran? ¿Acaso era eso un desafío para que se esforzara más en darle placer, hasta hacerlo salir de sus cabales? Si, probablemente eso era.

Sebastián, tratando de hacer sentir a Ciel más cómodo, tomó su mano entrelazando sus dedos con los de el.

-No es necesario que me trates como a una niña – Dice soltándose de la mano de Sebastián – No necesito que… Ah… Me… Hagas esto con cariño… - Decía, o intentaba decir con dificultad, claro, y como no, intentaba hablar y pensar cuerdamente mientras el mayor ya había llegado a su entrepierna, besándola, lamiéndola, succionándola.

El mensaje era uno solo: “No necesito tú amor, sólo necesito tú sexo”

¿Era eso cierto? Obviamente no… Claro… Si ese era el culpable de su desgracia…

Fin Flash Back


-Amo Ciel – Habla Maylene – He traído su cena – La muchacha miope dejó la bandeja en la cómoda del conde, este no se había levantado en todo el día, permanecía junto a su pistola y su libro, el libro que fue testigo de lo que pasó… Aquella noche de “Primera vez”

Flash Back


-No tienes que ser… Tan amable conmigo… Sebastián… Ah… - Se retorcía el pequeño tratando de mantener su independencia, orgullo y autonomía.

-Si usted lo dice así…

Terminó de lubricar la entrada para ingresar a el de una sola estocada, claro, debía ser suave, cariñoso, pero el niño se negaba a aceptarlo, por lo cual cumplió su pedido, y se sintió alegre al ver las lágrimas en los ojos de Ciel, que secaba una tras una apenas se asomaban siquiera en sus ojos.

Quería abrazar a Sebastián… Si… Quería… Pero no lo haría, en este momento ese cuerpo perfecto era reemplazado por las sábanas y almohadas que amortiguaban sus gemidos, que calmaban la fuerza de su brazo que querían ser utilizados para aferrarse al cuerpo más grande.

¿Qué haría? Simple: No sabe.

En ese momento no podía disfrutar del todo, obvio, su cuerpo era víctima del desenfrenado placer que le otorgaba el otro cuerpo, pero su mente y sus impulsos lo afligían, no podía entregarse por completo a aquel momento, ya que estaba no sólo pendiente de no gemir, sino de aguantar las ganas de abrazar a Sebastián, aguantar las ganas de gemir su nombre, y secar sus lágrimas para que este no las viera.

Pudo sentir su cuerpo lleno por dentro cuando el demonio se corrió en el, pero no se corrió solo, aquella había sido una primera vez con dignidad, o mejor dicho con “Lo que creía ser dignidad” para el joven Ciel, que para el más que nada, su dignidad era su orgullo y autonomía, aunque puede admitir que no lo disfrutó al 100% por tanta preocupación y limitación en las reacciones naturales de su cuerpo ante su primer sexo placentero.

-Al parecer fue algo doloroso, a pesar de que esta no sea su primera vez ¿Por eso mismo me pidió que no fuera cuidadoso?

-Cállate – Reprochó – No necesito cariño – Se acurruca, tapándose con las sábanas y cerrando sus ojos – Tampoco es necesario que me recuerdes que no es mí primera vez – Agrega – Sabes que no me es grato el recordarlo.

El moreno sonrió, felizmente no fue percibido por el menor que probablemente, al verlo sonreír después de decir esto, lo hubiera golpeado o algo.

Se incorporó lentamente, recogiendo sus ropas sin pudor alguno.

-¿Te irás? – Pregunta el menor con una voz fuerte, pero que en el fondo escondía un dolor indescriptible.

-Supongo que ya cumplí mí misión por esta noche, pero sí el joven amo desea que me quede, lo haré.

-No, puedes irte – Responde después de algunos segundos de pensarlo.

Escucha la puerta cerrarse tras de el ¿Por qué no lo detuvo? Aquello no era más que un presagio de lo que venía producto de las consecuencias.

Fin Flash Back


Comenzó a comer con desagrado la cena preparada por Bard, que extrañamente, debido al estado de su amo, no había encendido dinamita ni provocado algún desastre en su mansión.

Cada mordida se le hacía tan amarga…

“Uno nunca valora lo que tiene… Hasta que lo pierde…”

Si, y eso fue lo que le pasó a el… Continuó comiendo y recordando… Recordando su verdadera primera vez…

Flash Back


-Mira, así te ves aún más lindo – Dice la voz de uno de los tipos que estaban allí, esa noche en aquel lugar tan específico, con sus túnicas, encadenado en una especie de altar, siendo retenido por numerosas manos que le impedían su movimiento e intento de arranque.

Pero un par de manos se destacaba del resto, al parecer era el líder de los tipos, quienes se dedicaban a reprimir sus movimientos, había uno que nada más recorría su cuerpo lentamente para sentir esa piel tan fina, tan característica de un noble ingles.

-Estoy sucio, estoy herido, quiero irme a casa – Pedía el niño.

A sus diez años y rasgos muy mal definidos, tenía el cuerpo de una bella dama, a excepción de un pequeño miembro infantil en su parte inferior, nada más lograba causar excitación para el enfermo, psicópata y pedófilo que había pedido a sus compañeros que lo ayudaran a hacer más fácil la posesión del cuerpo que lo enloquecía…

Aquellos llantos, más que darle lastima y sentimiento de culpabilidad, le daban impulso para aumentar su velocidad, si, aquello era simplemente placentero, pero no dejaría más que huellas, si… Las huellas que harían al menor, años después, confundirse con un hombre mayor tras serle arrebatada su débil hombría de niño de diez años.

Fin Flash Back


-Que irónico… - Susurró dejando el plato a un lado – El acontecimiento que marcó mí vida y por el que sufrí tantos años, fue el culpable después de tanto placer que recibí en manos de Sebastián…

Flash Back


Aquello ya era una costumbre, como todas las noches, ahora comprendía el habla no verbal de su amo, cuando lo desvestía:

Si este lo miraba de reojo, tímidamente sin querer admitir lo que deseaba, era que no quería que siguiera abotonando su pijama. La razón era obvia ¿No?

Y así mismo, cuando se mostraba malhumorado y aburrido, apenas terminaba de abotonar su camisa, le daba la espalda para meterse a la cama… Hasta que esa noche después de varios meses de sexo carnal… Llegó:

-Sebastián, quiero que esta noche sea diferente – Ciel había tomado bastante personalidad en el sentido sexual después de tantos meses de mantener a su demonio como amante – Nunca he dado oportunidad a sentir amor… Tal vez sea una experiencia grata, así que te ordeno que esta noche no sea igual, que me complazcas de manera diferente.

Comprendió la orden indirecta nuevamente, el “Que esta noche no sea igual” significaba “Complacer ahora no sólo físicamente, sino que también psicológica” ósea, darle amor. Y aquello era “Amor” ya que todos sabemos claramente que los demonios otorgan lo que les pidas a cambio de tú alma, pueden entregarte el cariño más perfecto y falso que exista, pero tan, tan perfecto, al punto de parecer real y casi creértelo tu mismo. Si, ese era el cariño que le entregaría esa noche, el cariño falso que le pidió, el cariño de “querer” su alma. Sólo ese cariño le tenía.

Tantos años aparentando ser propiedad de aquel niño, no, la verdad era una sola y era simple: Nunca le perteneció.

Eso era todo, desde siempre, desde el inicio, desde que lo invocó, el cuerpo y la alma del niño le pertenecería durante toda la eternidad, ese niño era propiedad del demonio, y no al revés.

-¿Entonces me permitirá esta noche tomar su mano? – Cuestionó el demonio tomando lugar encima de el, había notado en todos esos meses, que al menor le gustaba tener a ese firme y cálido cuerpo sobre el, aprisionándolo, protegiéndolo.

-Si… Sólo… Por esta noche… Ah… Sebastián…

Exacto, sólo por esa noche no se reprimiría, gritaría que lo amaba al llegar al orgasmo si ganas le daban, lo abrazaría, haría todas las posiciones que al mayor le antojaran, lo besaría como nunca lo hizo, se daría los minutos que fueran necesarios para jugar con el y también rebajarse y otorgarle placer al cuerpo que por tantas noches lo ha extasiado entre besos, caricias y orgasmos.

Y allí estaba, el líder de la familia Phantomhive y de las fabricas Funtom, con la cabeza entre las piernas del mayordomo ¿Qué dirían sus empleados, su prometida, o peor aún… La reina si lo viera así?

Con su pequeña mano derecha se encargaba de masturbar mientras que su boquita saboreaba el glande, el demonio emitía gemidos roncos y excitantes… Eso era demasiado placentero.

-¿Por qué lo hace, Bocchan? – Cuestiona Sebastián cuando se corrió en la boca del menor que saboreaba el semen del hombre.

-No lo sé… - Responde abalanzándose sobre el, abrazando su cuello, reteniéndolo, mientras con su mano derecha jugaba con el suave pezón del adulto, sus labios lamian los de Sebastián y abría su boca para darle más cabida dentro de el, intercambiando fluidos, jugando con sus lenguas y acariciando sus cuerpos desnudos, uno sobre el otro.

Gemía sin importar el ser escuchado, esa sería la noche en la cual disfrutaría de todo al máximo, no reprimiría lágrimas, gemidos ni gritos…

Lo abraza sintiendo el pene erecto de su compañero acercándose a su destino, lo mira a los ojos sin importar parecer un estúpido preadolescente enamorado, besa delicadamente sus labios y susurra a su oído un casi inaudible “Te amo” ¿Eso había sido acaso una declaración? Después de tres meses de mantener relaciones sexuales con el demonio, recién ahora era capaz de aceptarlo ¿No?

Pero como dijo antes que todo el pequeño Phantomhive: “Sólo sería por esta noche”

Gimió el nombre del culpable de su placer incontables veces, sentía la mano de Sebastián masturbando su pequeño miembro, mientras lo penetraba, aquella era la sensación perfecta, Sebastián era simplemente un experto en sexo…

Aquella noche para el fue especial… Aunque después pensó… ¿Por qué había sido tan especial? Sebastián fue exactamente igual que en las otras noches… Entonces ¿Por qué? La respuesta era simple: Sintió amor.

-Espera… - Susurra Ciel con una voz fina y delicada – Es una orden… Esta noche… Dormirás conmigo…

Ciertamente, nunca le había pedido pasar la noche completa con el, esta era la primera.

-Como ordene – Responde Sebastián, volviendo a acostarse y correspondiendo con desagrado el abrazo del menor que mantenía sus ojos cerrados y una envidiable sonrisa.

-Sebastián… - Susurra Ciel, sonriendo felizmente, hundiendo su cabeza en el hueco del cuello de Sebastián – Te amo… - Vuelve a repetir, tampoco recibió respuesta, no, no la recibiría a menos que Ciel le ordenara que lo hiciera.

Fin Flash Back
Notas finales: Dejenme sus reviews porfiiis!!!
xDD Las amaré, enserio


The Koroshi Death's End

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