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Aceptandolo por yuhakira

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Notas del fanfic:

Personajes de Masashi Kishimoto,que se luce con la historia que escribe, yo solo tomo sus personajes y hago el intento.

El sol se colaba entre las cortinas de la habitación… tengo ese tipo de cortinas que parecen ser pesadas y oscuras, de noche en ocasiones no ves ni tu propia mano frente a ti, eso me ayuda a dormir tan profundamente, lo ideal para un cuerpo cansado. Pero en días como estos donde el sol busca cualquier espacio para colarse se vuelve realmente incomodo, y mas cuando ese estupido espacio apunta a tu rostro.

 

Son alrededor de las siete de la mañana, hoy no hay misión y no quiero levantarme, doy media vuelta dándole la espalda al pequeño rayo de sol y vuelvo a cerrar los ojos, respiro hondo y el sueño vuelve a mí, afuera se escuchan los pájaros cantando, es como si pudiera sentir el olor fresco de la hierba, pero mis ojos no se abren, no quiero abrirlos. La ventana está abierta, cuando entra la brisa mueve la cortina y el rayo de luz aumenta, de nuevo me da en el rostro, hago sonidos de disgusto y jalo la cobija, me cubro todo, vuelvo a cerrar los ojos.

 

Cuando me estaba quedando dormido, mentiras, creo que ya estaba dormido la puerta empezó a sonar. Cuando tienes que levantarte tienes que hacerlo, el sol lo intento, pero un golpe en la puerta le ganó.

 

Respiro hondo y abro los ojos pesadamente, miro el reloj y tan solo han pasado diez minutos, bostezo y me levanto, ha dejado de golpear pero seguramente sigue en la puerta. Alcance a cepillarme los dientes antes de que golpeara de nuevo. Me desespera que impaciente, más cuando no me ha dicho antes que vendría

 

Me paro frente a la puerta y respiró hondo otra vez, después de una manotada de agua en la cara me siento un poco más despierto, es solo cuestión de tiempo para estar saltando por ahí. Ha esta hora de la mañana hace frío, mucho frío, en casi todas las épocas del año pasa eso. Tomo la perilla y antes de girarla vuelve a golpear. Abro de un solo golpe, se queda mirándome, en mi rostro no hay otra expresión que no sea de disgusto.

 

- Tardaste demasiado.

- ¿Se supone que debo correr cada vez que golpeas?

- No, pero deberías intentar atender más rápido.

- Estaba durmiendo.

- Si.

 

Sin siquiera ser invitado entró en la casa, se sentó en el comedor y miró alrededor, luego, muy amablemente me invitó a sentarme, continúe en la puerta observándo, solo por unos segundos, ¿Por qué siempre hace esto? Viene y se invita y luego se va, para que, tampoco es que me interese.

 

Al fin me senté al otro lado de la mesa, estire los brazos sobre la mesa y me recosté en ellos, sin quererlo se me cerraron los ojos, luego escuche que se levantaba, pensé “se va a ir” pero luego sonó el sonido metálico de los enganches de la cortina sobre el tubo, no era un buen momento para abrir los ojos, luego se escucho como abrió la nevera.

 

- ¿Quieres algo de desayunar? – dije tratando de averiguar por que fisgonea en mis cosas.

-  Ya desayune, solo miro si tienes algo de comer.

- ¿Jumm porque te preocupa?

 

Fue un pensamiento en voz alta al que él no contestó, intente abrir los ojos, pero el resplandor era realmente fuerte, así que los cerré de nuevo y gire la cabeza. No había cerrado la puerta. Me pregunto por qué no lo hice. Cuando mis ojos se sintieron mejor levanté la cabeza y lo mire, sus ojos negros me vieron también, hice una mueca de disgusto y me levanté caminando hacia mi cuarto. Deje la puerta abierta.

 

Cuando entre en la habitación esta se encontraba un poco oscura, luego de entrar cerré la puerta tras de mí, me acerque a la cortina y la abrí de par en par, me recosté en la ventana, respire hondo hasta que mis pulmones estuvieron completamente llenos, luego exhale y no pude evitar sonreír al final. Es un día hermoso, un día de esos en los que todo parece brillar, me aleje de la ventana y busque en el armario algo de ropa, luego salí de la habitación. Sasuke aun se encontraba en el comedor mirando en la ventana hacia fuera. Me detuve observando por un rato, la puerta estaba cerrada, lo que significaba que no se iría. Tal vez me quedé demasiado tiempo viéndolo, debí haber alejado mi mirada en cuanto giró la cabeza, pero cuando sus ojos se pusieron sobre los míos, fue casi mágico; tal vez fueron los rayos de luz que entraban por la ventana, lo que hizo que su rostro se viera tan claro, el detalle de sus labios y ojos parecía resaltado de sobremanera. Sentí como si no pudiera dejar de mirarlo. Entonces sonrió, salí de esa especie de trance y entre en el baño.

 

No se cuanto tiempo paso entre el giro de su cabeza y mi entrada al baño, pero fueron una cantidad de segundos. He respirado hondo unas cuantas veces, luego de desnudarme me pare frente al espejo, vi mi rostro enrojecido y me asuste; sin pensarlo dos veces entré en la ducha, cancele el agua caliente y gire el grifo. Como una cascada cayó el agua sobre mí, el sueño había desaparecido, y lo único que sentía era el agua recorriendo cada centímetro de mi piel, que sensación más inmensa, no importa que tan fría o que tan caliente este, es superior la sensación del agua sobre cualquier cosa.

 

Cuando termine de bañarme salí, no estaba en el comedor. Había dejado mi ropa sobre la cama. Estaba en toalla. Solo espero se alla ido. Pero claro, aun no lo ha hecho. Está en la habitación mirando por la ventana, sentado en mi cama.

 

- Que haces?

- Te espero.

- ¿Para que?

- No lo se – hizo un gesto de enojo y volvió a decir – solo te espero, así que muévete.

- Je.

 

Remilgue, y lo hice con ganas, se podría decir que me tome siglos en vestirme. Casi hice maromas con la toalla para ponerme la ropa interior. Por supuesto en la habitación, donde mas. No, no se movió, ni un centímetro. Cuando me iba a poner el pantalón lo jalo, mirándome a los ojos se levanto, se acerco; lo mire seriamente, mas eso no lo detuvo, se acercó más, hasta quedar a pocos centímetros, tenía el pantalón en la mano. Continuó mirándome y luego se acerco a mis labios, no me moví, no hasta que logre quitarle el pantalón. Me los puse a un costado de él, antes de que volviera a la ventana.

 

- ¿Qué fue eso? – le pregunté mientras me ponía la camisa.

- Nada que te importe usuratonkachi – respondió sin siquiera mirarme.

- No importa, simplemente no lo vuelvas a hacer, violas mi espacio personal.

 

Se levanto enojado y salio de la casa, claro no sin antes dar un portazo, como si la puerta fuera de acero y no se rompiera, ¡Ey aquí todo está hecho de madera bueno! Yo no voy por su casa rompiendo puertas. Al fin termine de ponerme la chaqueta, como ya dije en la mañana por lo general hace frió. Mientras llegaba a la puerta pensé a donde ir, Sakura aun debe estar acostada, Kakashi sensei continua de misión, Sai, podría ver a Sai, seguro está en su casa, pero si Sasuke permanece conmigo, no le gustara ir allá um..... Veré a quien me encuentro en el camino.

 

Cuando abrí la puerta estaba allí, bueno sentado al frente con las piernas hacia fuera por las rendijas de la reja del pasillo. Cuando sintió que abrí la puerta, se echó hacia atrás y me vio desde abajo, lo mire riéndome, no pude soportarlo, cómo era posible que siquiera allí. De un solo movimiento se levanto y quedo frente a mí.

 

- Entra.

- No – y continúe riéndome.

- Hazlo.

- Me hiciste levantar, ahora no quiero quedarme en casa, iré a entrenar, recuerda que seré hokage.

 

Me tomó del hombro y me empujo contra la puerta.

 

- Entra.

- ¿Por qué actúas así?

 

Sin poderlo evitar terminamos entrando de nuevo a la casa, volvió a sentarse en el comedor y yo ocupe el antiguo lugar de la mañana. No podía dejar de reírme, era una sensación extraña, teniendo en cuenta que en vez de reírme debería estar enojado con él, por varias cosas. Pero siempre es divertido verlo tan fuera de lugar.

 

Sus pies se movían debajo de la mesa incesantemente, tenía la cabeza agachada y las manos juntas sobre la mesa, deje de reírme, creyendo que eso pudiera estarlo molestando, pero siguió sin decir nada, al final me aburrí de mirarlo. Me levanté y fui a la nevera que se encontraba detrás de él, saqué una botella de leche y la destape, en cima de la nevera había una bolsa con pan del día anterior. Luego de la espera me dio hambre, volví a mi asiento y empecé a comer.

 

No demoró en levantar la mirada de nuevo, no voy a negarlo tiene una mirada un tanto curiosa cuando hace ese tipo de movimientos, se ve hasta lindo.

 

- Hay algo que quiero decirte.

- Lo se desde que entraste, pero no imaginó que, suéltalo.

 

Me miró y sonrió, le devolví la sonrisa, me gusta que haga eso, que sonría sin que se lo pida, y más que esa sonrisa parezca sincera, eso me gusta mucho más. Volvió la mirada a la ventana y negó varias veces, me reí por lo bajo y volví a decirle que dijera lo que tenía por decir, a veces su indecisión es tan clara. Estaba a punto de terminar la leche y el pan, hay si le costaba trabajo mantenerse aquí sentado prestando atención, estando ya las baterías recargadas eso sería algo casi imposible.

 

- Te je`… - y volvió a quedar en silencio, me miró y de nuevo sonrío, es lindo verlo sonreír, igual hice gesto de que estaba esperando que terminara, y antes de continuar respiro hondo y agacho el rostro - ¿de verdad te molesta que invada tu espacio?

 

Me puso nervioso, no levantó la mirada, me alegra que no lo allá hecho, hubiera notado el sonrojo en mis mejillas; eso le hubiera dado mucho que entender, sacudí la cabeza y busqué algo con qué contestarle rápido, algo que no lo afirmara pero que tampoco lo negara.

 

- Depende que tanto lo hagas.

 

Dije con una carcajada, a lo que él respondió levantando la mirada, en trance otra vez. Por eso detesto que venga, porque cada vez que lo miro siento como si se robara un pedacito de mí, quedándose para siempre, sin embargo me gusta que venga, me gusta sentir su aroma cerca, que me perturbe cada vez que se acerca demasiado, je eso también me gusta, aunque parezca lo contrario, aunque lo insulte en ocasiones, incluso cuando logró que se vaya.

 

Me levanté y él lo hizo detrás de mí, lo espere en la puerta y luego que salió la cerré, camino frente a mí, cuando estuvimos fuera del edificio me pare a su lado y caminamos, sin rumbo fijo.

 

No dijo nada más del tema, simplemente permaneció callado a mi lado, mientras tanto yo iba saludando a todo aquel que me encontraba, incluso pasamos por la casa de Sakura, pero como había imaginado, continuaba durmiendo, cosa que debería estar haciendo yo también, la última misión se complicó al punto en que debieron traerme a cargas. Je. Al final había decidido ir a donde Sai pero antes de voltear por la cuadra de su casa, Sasuke me tomo por el brazo y me jalo hacia el otro lado, sabía que le molestaría ir allá, sin embargo alcancé a saludar a Sai que justo allí se asomaba por la ventana, el solo sonrío al ver a Sasuke, a veces parece entenderlo mejor que yo.

 

Al final nos sentamos sobre la grama verde, en un claro qué está en los límites de la aldea, me acosté en el y deje que el sol me cubriera con su cálida manta, él se sentó a mi lado, se distrajo arrancando el pasto del suelo.

 

- ¿Qué tanto espacio puedo… hasta que punto te molesta?

 

No dije ni hice nada, la pregunta me tomó distraído, sinceramente no sabia que contestar, casi pasó desapercibido el sonido de sus palabras y la clara indecisión en ellas. Luego de unos minutos voltio a verme, aun esperaba una respuesta. Me senté a su lado, y puse mi frente sobre la suya, sus ojos se clavaron a los míos, todo mi cuerpo parecía temblar, y lo único que quería era que sucediera pronto, puso su mano sobre mi rostro y mis ojos se cerraron instintivamente, suavemente movió ambos rostro hasta juntar nuestros labios, solo los junto suavemente. Mi corazón empezó a latir más suave, era como si los segundos se hicieran más largos, levante mi mano y la coloque sobre su hombro y suavemente lo aleje sin levantar mi rostro, su mano se alejó de mí, cayendo sobre la hierba, me levanté y me aleje, mi sonrisa se había borrado, el cielo pareció oscurecer, solo continúe caminando, luego de unos cuantos minutos mire atrás y el ya no estaba conmigo, se quedó allí.

 

Respire hondo y continúe, se ha robado algo mas, llegará el día en que me deje vacío, espero vaya a casa más tarde y se lleve otro pedazo de mi, al final creo, siempre tendré algo para él, así no quiera decírselo, así no quiera admitirlo, Te amo Sasuke, gracias por darme otro y aguantar que te deje así, no pude evitar sonreír, tocar mis labios y sentirlo de nuevo, no me dirás lo que sientes, yo no te diré lo que siento, ninguno de los dos podrá hacerlo, actuaremos normal, como si no hubiera pasado, aun si te doy todo de mi, como ya lo he hecho, actuare como si no fuera así, y tú lo harás igual, porque al final no podemos aceptarlo.

 

Fin

 

Notas finales:

Gracias por Leer


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