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Encuentros navideños por Pink_Spider1998

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Notas del capitulo: Dedicado a todos los conejos de peluche rosa y a Machi-chan, musuko te quiero *O*
Se retiró tras el concierto con rapidez, estaba muy cansado y no tenía ganas de celebrar a pesar de que era nochebuena pues no podía olvidar que solo celebraban cuatro, aun estaba muy afectado y prácticamente corrió hasta su habitación del hotel. Al llegar a la puerta sacó la tarjeta y la introdujo en la cerradura electrónica, dejó su ramo de rosas, cortesía de la organización por la exitosa actuación, y se quitó el detallado vestido, luego deshizo el elaborado moño y se metió al baño, una vez allí preparó la bañera mientras se desmaquillaba de tal forma que luego pudo disfrutar de una relajante limpieza. Cuando terminó se puso un simple camisón de rayas rojas y blancas con el dibujo de un gato jugando con una madeja de lana en color gris y rosa, después recordó que no había cenado y tras peinar su largo cabello dorado liso se calzó sus pantuflas de peluche rojo con forma de dos pequeños conejitos de nariz, cola y orejas rosas. Después de superar satisfactoriamente la prueba del espejo salió del cuarto y cogió el ascensor hasta el primer piso, el de la cafetería ignorando las miradas de los demás ocupantes del elevador que se deleitaban con la visión de sus piernas delgadas y estilizadas.

Se retiró el cabello de la cara para poder sorber poco a poco su soba, a su lado el resto de su grupo reía y hacía bromas emborrachándose alegremente con tres versallitos que sin embargo a él no le interesaban, por desgracia el guitarrista rubio había desaparecido antes de su llegada tal y como un ebrio Yuki le había gritado prácticamente al oído, dio un pequeño sorbo de su vino francés observando con vergüenza ajena a K besar descaradamente a Hayato ante la mirada ligeramente avergonzada del guitarrista de cabellos bicolor. A Seth lo había perdido de vista. Se levantó de la mesa y tras esquivar a Sugiya que lloraba en el hombro de Kamijo toda su borrachera decidió dirigirse a la cafetería a tomar un chocolate caliente antes de acostarse pero antes subió a su cuarto a tomar una ducha, después del concierto estaba sudoroso y lo odiaba. Se quitó la ropa y lavo en muy poco tiempo, luego escogió un conjunto de dormir azul oscuro, su color favorito, que constaba de un camisón de seda semitransparente de tiras y una bata del mismo color de encaje, nada de ello cubría mucho, luego se calzó unas zapatillas negras de tela, mirándose al espejo pudo constatar que probablemente nadie que no le conociera estrechamente podría reconocerle. Bajó al primer piso y entró en la cafetería viendo enfrente de él unas preciosas piernas y una larga cabellera rubia.

Terminó su baño y salió de la enorme tina cogiendo la ropa de dormir que había preparado sobre la cama, había pensado en celebrar con Kamijo-san y Hizaki-san pero este último se había retirado rápidamente y el primero se había dedicado a beber sin prestarle la más mínima atención por lo que había decidido retirarse y tomar un baño, sin embargo tras ponerse su pijama de Mumin con —aña estampado se le antojó una taza de café con extra de crema por lo que salió de su cuarto, se montó en el ascensor y fue a la cafetería, allí reconoció para su sorpresa a dos hombres con camisón, uno rubio que era uno de sus mejores amigos, Hizaki-hime y el otro su antiguo jefe, el presidente de Midi: Nette, creador de Moi Memme Moitie y líder de Moi dix Mois, Mana-sama. Se acercó algo sorprendido hasta llegar a la altura de la mesa donde la princesa, que cenaba una sopa, hablaba con el otro guitarrista, al llegar le fue imposible pasar desapercibido y por primera vez en su vida deseó ser más silencioso al oír la invitación de Mana-sama para que se sentara a su lado, así lo hizo sin poder dejar de maldecir la manía del moreno por seguir llamándole hime-chan como cuando estaba en Rudolf Steiner. Al posar su trasero sobre el cuero negro el corto pantalón de pijama se subió mostrando sus muslos por completo que casi de inmediato fueron acariciados por la mano blanca de largos dedos del guitarrista de cabellos azabache para sorpresa del cantante de cabello castaño que trató de retirarse sin éxito mientras la mano subía hasta casi rozar su miembro por encima de la ropa, cuando se echó hacia atrás abrumado y avergonzado por las sensaciones pudo ver que la otra mano de Mana-sama se encontraba en los muslos de Hizaki-hime que se dejaba tocar mientras terminaba de engullir su sopa, cuando terminó se levantó siendo seguido por el mayor que antes de perseguir al rubio se giró hacia él –Vamos hime-chan tenemos asuntos que compartir los tres- No supo qué le impulsó a levantarse, pero lo hizo y siguió a los dos guitarristas que subieron hasta el piso en que estaba la habitación de Hizaki-hime, entraron en ella descubriendo la magnífica decoración palaciega, cuyo mayor exponente era a cama redonda de dosel cuyas cortinas rojas caían sobre el suelo de una forma casi lujuriosa, en el cuarto había también velas azules marino con esencia de rosas y un delicado aroma llegaba desde el baño, parecía todo preparado para una velada romántica, lo que Kaya no entendía era por qué estaba él allí puesto que de pronto el moreno y el rubio comenzaron a abrazarse besándose con pasión sin fijarse en él mientras se acariciaban entre gemidos, por lo que consideró más oportuno retirarse poco a poco, sin embargo pese a su impresión los otros dos hombre si que se habían fijado en él y ambos se separaron para impedir que se marchara tomándolo por los brazos aunque fue el rubio el primero en hablar –Tranquilo Kaya-chan, no te haremos daño…- pero fue Mana-sama el que completó al frase -…A menos que nos lo pidas.- Se asustó, aquello no tenía ni pies ni cabeza aunque también notó un ramalazo de excitación recorrer su cuerpo -¿Qué…qué está ocurriendo? ¿Por qué os comportáis de ese modo?-

Hizaki le mirando como si tratara de evaluar su inteligencia –Mana-chan y yo salimos desde hace unos meses, aunque habíamos discutido, pero como puedes ver nos estamos reconciliando.- De nuevo Mana completó la frase de su pareja –Pero no tengas miedo, por qué no tomas un baño relajante con nosotros.- Trató de alejarse sin éxito –Ya me he bañado antes.- Pero eran aún más persistentes de lo habitual cuando estaban juntos –Vamos, ¿qué te puede ocurrir por tomar dos baños en un mismo día?- Finalmente asintió poco convencido y cuando llegaron al borde de la tina ya estaban completamente desnudos, se introdujeron en el agua cálida de la mano, aún sujetaban al joven vocalista para que no huyera, mientras —aña yacía olvidado en el suelo junto con el resto de prendas. Al cabo de un rato le soltaron para besarse de nuevo y se apresuró a ir al otro lado de la bañera sin darse cuenta de que había dejado expuesta su retaguardia, casi de inmediato fue asaltado por los dos guitarristas que comenzaron a besar su espalda, nuca y hombros mientras una mano se colaba hábilmente acariciando su miembro a la vez que otra comenzaba a adentrarse en su cuerpo, gimió cohibido, bien era sabido por todos que él era una criatura sexual, sin embargo le avergonzaba que le atraparan de esa forma dos de los hombres que más le excitaban en el mundo, entonces en ese instante comenzó a notar como un objeto se adentraba en su cuerpo y fue obligado a reclinarse sobre el borde de la piscina, entonces notó un susurro en su oído y la masculina pero suave voz de Mana-sama –Relájate, es de látex, pronto te acostumbraras- que hizo que su erección se endureciera más si cabe en las manos de la princesa –Llevamos deseándote muchos años neko-chan, y esta noche por fin vas a ser nuestro.-

Gimió de nuevo al sentir como el consolador lo llenaba por completo y era retirado suavemente, vuelto a introducir una y otra vez sin pausa haciendo que sus piernas temblaran con fuerza, dio gracias de encontrarse en una bañera para así poder evitar caer al suelo. Al cabo de un rato sintió el objeto abandonarle por completo mientras era instado a salir de la tina, Mana-sama lo tendió desnudo y mojado en la cama, le ató las manos con unas esposas recubiertas de acolchado e hizo que abriera sus piernas por completo atando sus tobillos a las columnas del dosel, después le mostró un pene de gelatina que lamió obscenamente antes de que Hizaki-hime dejara gotear sobre su cuerpo unas gotas de lubricante con efecto hielo que le hicieron temblar, poco a poco fue bajando la botella hasta llegar a su ano donde vertió más cantidad para facilitar la penetración por parte del consolador. Luego, cuando tuvo todo dentro ambos se retiraron dejándole indefenso y solo, no sabía a donde habían ido porque se habían asegurado de inmovilizar también su cuello con un collar ancho y de cuero unido a una cadena cuyo extremo también se amarraba en el cabecero de la cama.

Oyó ruidos en la habitación contigua pero su desesperación era demasiada por lo que trató de ignorarlos concentrándose en el dolor que provocaba no poder liberarse. Sin embargo al cabo de un rato volvió a estar acompañado, ante él estaban los dos guitarristas ataviados de una manera que solo había imaginado en sus más salvajes sueños, Hizaki-hime llevaba un conjunto de corsé y medias rosa pálido, una gargantilla también rosa y unas botas negras de cuero con mucha plataforma que llegaban casi hasta la rodilla, sus manos y una parte de los brazos estaban cubiertas con unos guantes de encaje del mismo tono que la gargantilla, se había recogido el cabello en dos pequeños moños que le hacían ver inocente y angelical, a su lado Mana-sama parecía un súcubo, su traje era muy parecido al de la princesa solo que todo de cuero negro, las medias de red semirota y las botas hasta por encima de la rodilla con más tacón incluso que las del rubio, junto con un collar de cuero con pinchos y unos brazaletes con cadenas completaban el atuendo. Kaya jadeó ante la visión y su miembro se sacudió ante la mirada divertida de los dos dominatrix que comenzaron a acercarse con movimientos sensuales lentamente, de pronto uno le enseñó un mando a distancia que apretó, el consolador que tenía en su ano comenzó a vibrar emitiendo el clásico zumbido al que ya esta acostumbrado, gritó de placer cerrando los ojos pero los abrió al cabo de un rato cuando notó una especie de cuerda flexible rodear su pene y sus testículos apretándolos dolorosamente, miró suplicante a la princesa que era el que le había aprisionado pero este no le prestó atención, simplemente se apartó dejando que Mana se montara sobre su cuerpo para besar su cuello y hombros causándole más escalofríos a la vez que Hizaki recorría sus piernas y muslos con los labios, atendiendo también la erección del moreno que gemía suavemente tratando de conservar su mutismo característico. Para Kaya era toda una locura mientras para los otros dos era sumamente placentero, la culminación de varias semanas de planificación para hacer caer a aquel erótico gatito. Después de unos momentos se cambiaron las posiciones sobre su cuerpo y extrajeron el objeto de su ano que estaba húmedo, palpitante y rosado, entonces Mana-sama movió a Hizaki-hime hasta que el miembro duro del rubio quedó a la altura de la entrada de Kaya, luego empujó suavemente las caderas para comenzar la penetración mientras la princesa rubia lamía los pezones erectos del sometido y besaba sus voluptuosos labios acallando los gemidos que eran tanto del uke como suyos. Se sentía en la gloria, poder notar la deliciosa estrechez de kaya entorno a su pene, apretándolo de una forma enloquecedora, aunque lo que le hizo perder completamente la cabeza fue notar la lengua de Mana lamer su entrada introduciendo la punta húmeda poco a poco, el hombre comúnmente conocido como la princesa abandonó los labios de su presa para gritar fuertemente al sentir como la legua era sustituida por el pene que se adentró en su interior con dureza haciéndole gritar de nuevo por la brusquedad no solo de la penetración sino también de las envestidas que pronto comenzaron, Mana-chan ni siquiera le había dado un segundo para recuperarse de la invasión.

El moreno continuó entrando y saliendo del cuerpo sin piedad forzando a Hizaki a incrementar el ritmo de los empujes que proporcionaba al indefenso sometido. Kaya sentía la fuerza de los dos hombres directamente en su próstata haciendo que su pene doliera cada vez más, finalmente comenzó a llorar necesitando correrse y finalmente la princesa cedió soltando la cuerda y dejando que el semen de Kaya llenara su mano, sin embargo continuó envistiendo mientras lamía la semilla sin dejar de mirar fijamente a los ojos entrecerrados castaños de su uke hasta que el propio rubio llenó su interior a notar el líquido cálido de Mana recorrer sus entrañas.

Después el moreno abandonó su interior y lo volteó con brusquedad –Princesa, te has vuelto demasiado blando, creo que has de aprender a ser malo de nuevo- acarició magistralmente el pene de su pareja haciéndole soltar un fuerte gemido y provocando que abriera sus piernas ofreciéndose descaradamente, entonces Mana extrajo una tira de bolas chinas de una pequeña bolsa que había a los pies de la cama y las introdujo una a una en a entrada de Hizaki que gemía con cada intrusión, pero que comenzó a gritar al notar como vibraban. Fue apartado por el moreno que se dirigió hasta Kaya y separó sus nalgas de tal forma que parte del semen de Hizaki goteó de ellas –Mira como estás, todo sucio, habrá que limpiarte para que no des mala impresión- una vez dicho eso se inclinó y lamió completamente el ano justo antes de penetrarle a las bravas, acarició su pecho y se recostó sobre él –Mi princesa es más cuidadoso, pero yo juego fuerte- pronunció esas palabras justo antes de subir el volumen de las vibraciones del rubio que se acariciaba lentamente tratando de ralentizar su liberación para poder perpetuar su placer un poco más, aunque lo cierto es que no duró mucho, sobre todo a ver el placer de su pareja y el joven cantante. Mana notó su pene aprisionado terriblemente mientras la humedad cubría su vientre y estómago, y su propio orgasmo lo abromó dejándolo agotado, y sin que el se diera cuenta, en manos de su rubio novio que estaba más que dispuesto a cobrarse la dura penetración anterior. Hizaki-hime se retiró la tira de bolas chinas y extrajo un gran pene de gelatina negro y apenas derramó unas gotas de lubricante antes de embutirlo en la cavidad del guitarrista de cabello negro que gritó, para sorpresa de sus acompañantes, en una mezcla de placer y dolor, sin embargo su princesa no lo movió, solo lo dejó bien metido y desató a Kaya con cuidado masajeando sus adoloridos músculos poco antes de sentarlo sobre su miembro nuevamente duro, después é mismo rodeó con sus piernas la cadera de Mana que se había sentado sobre el enorme objeto, y se penetró haciendo que los tres cuerpos pálidos y sudorosos se movieran a la par, para Mana era una sensación indescriptible notar aquel dildo en su ano y la estrechez del recto de Hizaki aprisionar a su mini amigo, no tan mini, para el joven rubio era una auténtica maravillas sentir los movimientos contra su próstata y su miembro duramente estrangulado por al ano de Kaya, mientras que este último notando de nuevo las dobles envestidas se aferraba a los hombros de su amigo para evitar desmayarse por el placer, sobre todo cuando sintió su propio miembro masturbado por la mano de su antiguo jefe que lo frotó tan fuerte que se corrió con un chillido dejando casi sordos a sus acompañantes.
Cuando finalmente los guitarristas alcanzaron el orgasmo también salieron y el de cabello negro extrajo el objeto de su interior, lo tiró hacia un lado y cerró los ojos antes abrazar a sus dos princesas –Buenas noches hime-chan y hime-neko, feliz navidad- Los dos jóvenes se recostaron y acurrucaron contra él y frotaron sus caras en su cuello a modo de contestación mientras poco a poco caían dormidos.

A la mañana siguiente Kamijo despertó en una posición sumamente incómoda abrazando con un brazo a Sugiya y con otro una botella de sake, miró a su alrededor maldiciendo por su dolor de cuello y descubrió a K tirado encima de Teru y Hayato que dormían semiasfixiados por el gran cuerpo del segundo guitarrista de Moi dix Mois, a su lado yacía Yuki con un aspecto tan lamentable que daban ganas de llevarle a un hospital, a Seth no lo vio por ninguna parte, se levantó como pudo y decidió buscar a Hizaki que si no recordaba mal se había abstenido de celebrar, subió por la escalera para despejarse, pero al legar al séptimo piso se arrepintió profundamente y cogió el ascensor hasta el octavo, una vez allí entró sin llamar en la habitación pues había pedido una tarjeta a los recepcionistas para no despertar a su compañero, caminó tratando de hacer ruido pero falló miserablemente al tropezar con las pantuflas de conejito que pude reconocer como las de su amigo, se levantó agradeciendo que el bulto de la cama, mucho más grande de lo normal, no se moviera, se puso en pie de nuevo, pero a los pocos pasos volvió a tropezar, esta vez como una zapatilla de fieltro rosa que si no recordaba mal, había regalado a Kaya por su cumpleaños, se preguntó que hacía allí justo antes de pisar la otra y caerse al suelo de nuevo maldiciendo a la princesa por no tener abiertas las cortinas, sin embargo cuando abrió los ojos encontró frente a su nariz un tercer par de zapatillas, esta vez azules, se levanto de nuevo y caminó hasta la cama dando gracias de no caerse de nuevo sin embargo lo que vio cuando llegó casi hizo que esa vez tocara el suelo por una buena razón, y es que el lecho estaba ocupado no solo por su dueño, sino también por Kaya-chan y Mana-san, los miró asombrado hasta que la princesa rubia comenzó a abrir sus ojos negros mirándole –Hola Kami, ¿qué tal has dormido? Por cierto feliz navidad.-
Notas finales: Creo que —aña es el nombre del personaje de Mumin favorito de Kaya, pero no estoy muy segura, si alguien sabe que me diga porfa

Dejad revs si?? no os cuesta nada y es un regalo de navidad hermoso para mi ^^

Feliz Navidad a tod@s

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