¿Quién eres en mi menté?...
Se que existe… me estas buscado, logras encontrarme y sabes todos mis pasares de la vida misma… algunas veces tu mirada me intimida… lastima y mata suave, pausadamente.
Sentado enfrente de mí… tus labios han pronunciado palabras en secreto, sobre mis oídos que son perforados, al compás de un sutil movimiento… levantas y mueves tus manos en un agite las apoyas sobre tu cabeza las deslizas hasta que toman posesión en la nuca del cuello… mientras bajas y cierras de a poco los ojos, pero que pasa… tu respiración… es lenta yendo en aumento, tus labios los presionas fuertemente con el inferior… vuelves tus manos contra tu frente…¿Por qué las contraes fuertemente? ¿Te duele? –Responde… gritas despacio, no puedo oírte que dices… tu respiración es descontrolada, tu estómago agitado fuertemente baja y sube haciendo fuertes movimientos… no puedo comprender que te sucede.
Me miras… bajas tus manos a un nivel en cual no alcanzo a ver… en tu rostro pequeñas gotitas de sudor me muestran un recorrido hacia tu pecho desnudo… ¿Por qué sin camisa?... la ropa está a un lado -Veo como esa gotita sigue el recorrido, en pausado cae en vertical pasando por tus labios, a tu vez te percatas y arrasas con aquella gota de sudor… de ves sentir el salado gusto, como una lagrima entrando en tu boca, chocando contra tu paladar… pero, no puedo quedarme con esa imágen, porque un gotita más viva sigue por tu garganta hasta toparse con tu propia nuez de Adán, para así caer en pica rápida hacia tu desnudo cuerpo… se pierde, ya no logro verla más.
No entiendo o estoy muy perdido, pero realmente no sé hacia donde diriges tu mirada… está perdida, desorbitada enfocada y distorsionada, parece tener un éxtasis acompañada por tus movimientos… ¡Aaah! -No los comprendo no te estoy comprendiendo te juro que lo intento, pero no hallo respuesta, quiero poder hacer algo por ti… la pregunta ¿Me dejaras?
Siento un aliento caliente y húmedo… te pertenece, pero estas tan cerca de mi oído que tus palabras se hacen a la larga suplicantes y en mi boca se halla un sabor agriodulce, para mi experto paladar que hace de mi sed necesaria… tu voz cortada me susurra en mis oídos:
Ven… a-acercate… -Escucho las palabras que tanto necesito.
Mis manos se comienzan a movilizar lentamente, suben por tus rodillas alcanzando tu parte dorsal, nuestros cuerpos conectados en mente y alma como solo uno, parecen saber más que nosotros.
Me duelen las piernas por tomar mucho la misma postura, en cuclillas, necesitan de un apoyo más cómodo… Mi mirada por fin ha de chocar contra la tuya haciendo un contraste entre tono y color… que fácil, en muchas ocasiones es como si fuéramos a hablar con ella sin necesidad de las palabras, tantos años ya nos hacen idénticos y a la vez diferentes, mi otra cara la veo en ti… mi otra personalidad, mi indirecta personalidad… mi otra mitad.
Un simple gesto de tu mano posada sobre tu rodilla derecha dice:
Aquí… sobre mi -No se si lo entiendo o solo lo hago… me gustaría ver lo que ves, lo que puedes y quieres saber… lo que te hago sentir cuando rozo con una mi pierna tu costado, me acomodo con la restante y recargo mi peso en ti… ¿Qué se siente? ¿Peso o Calor? –Dime algo.
El mínimo roce de tu virilidad despierta contra la mía hace de nuestros cuerpos desnudos un mundo de sensaciones ¿Dónde ha caído mi ropa?, ¿Por qué estamos desnudos? -Seré ignorante pero no lose, ni me importa… siento una mezcla de suspiros, gemidos y de una leve vibración… que son tapados por nuestros labios en un beso poco común, porque conllevan ese algo que cuando están distantes les falta será difícil de explicar… cuando choca contra el aire caliente del otro para volver a repetir la acción tomada anteriormente, pero ahora en un juego de lenguas… ¿Dime quién quieres que gane?... es un juego y está llegando a su fin.
Puedo ver como dejas el control a un lado, para que yo lo utilice a mi antojo… porque sabes perfectamente que puedo hacerlo y aunque tus manos viajen por mi espalda y tocan sutilmente mis caderas… juegas haciendo círculos y formas complicadas… tallas palabras que puedo oír “Te Amo. Te Quiero, Te Necesito Uruha…” con ello puedo comprender las formas y círculos, un corazón en mi espalda.
¿Realmente has dejado el control? ¿Me mientes o solo provocas?
Puedo ahora copiar la misma acción y recorrer desde tu cuello hasta llegar a tus muslos, pero en verdad solo me estas tentando tomando mis manos y alejándolas... se que puedes llegar más halla de tus metas y tus manos me lo demuestran, tomando en su poder mi miembro erecto, suplicante y caliente al contactó de tus manos en el rápido movimiento de un sube y baja, de esas caricias mientras me masturbas… ataste mis manos con la tuya, no tengo manera de movilizarme, pero quiero marcarte y eso es lo que hago al no poder evitar morder fuertemente tu cuello… con mis dientes apretando tu piel logrando sacar unas cuantas gotitas de sangre mezcladas con el sudor, esparciendo con mis labios para luego darte de probar… aunque al principio la rechaces luego te acostumbras, porque sabes perfectamente que me gustan este tipo de juegos ¿Quién juega y toma el control ahora? -Ese pequeño dolor provocado, me hace saber que estas vivo, que respiras pronunciando con un leve susurro mi nombre, me excita.
Levemente mueves tu cuerpo señal de cansado… respondo levantando el mío quedando parado frente al tuyo, y aunque todavía no he acabado, ando cerca, pero tu mano ya ha cesado el movimiento… tu cuerpo abandona la cruel silla que te ha sostenido todo este tiempo… para tomar mi cuerpo, todavía no comprendo cuando perdí el control.
Algo pesa, es mi cuerpo que te cuesta sujetar… pero sabes que no opongo resistencia y tus suaves manos acercan mis caderas a tu cuerpo… siento que me tratas de ese material frágil como están hechas la rosas y lo ODIO, si es necesario me puedes tomar por la fuerza que así me harías sentir vivo y no un pedazo de cristal, somos pocos y nos conocemos mucho, pero al parecer no lo comprendes… sigues empeñado en hacer todo tan despacio, todo a tu ritmo, tengo la maldita debilidad que no me hace protestar… cuando medas la vuelta y quedo sumergido en la nada, ya no logro ver tu rostro, ni tu cuerpo solo la oscuridad que reina en esta habitación…
Solo puedo sentir la leve respiración chocando contra mi espalda te mantienes detrás y llevas mi cuerpo poco a poco contra el tuyo… siento tu miembro erecto, en cualquier momento caeré de lleno al suelo, pero estarán tu manos para sujetarme, tus delicadas manos como las admiro recorren cuerdas y sacan sonidos maravillosos de un instrumento que no conozco… me sujetas y comienzas a danzar con tus brazos firmes alrededor de mi cuerpo, tus labios pretenden engañar posados en mi cuello que luego desaparecen… me conduces hacia un lugar que espera por nosotros ¿Estará dispuesto a albergar a dos bandidos del amor? -Aquella cama tan fina, dulcemente preparada, con las mejores sabanas de rasó blanco, aunque estas no tengan nada de pureza ya que mil y una ves nos ha tenido de invitados, ya contiene nuestros perfumes impregnados en todas sus esquinas.
Oíamos la respiración acompasada del uno del otro, si yo giraba mi cabeza hacia tu lado podía sentir el fuerte aroma que desprendía tu cuerpo, mezclado con el tabaco, alcohol, sudor y perfume. Un fuerte cóctel para los sentidos.
Sin querer… por un leve empujón caí sobre aquella cama, me removí un poco para adoptar mi posición de dormir… me miraste con lujuria, para comenzar tu avance sobre mi cuerpo, hasta llegar a una posición adecuada, quise acomodarme aunque se me hizo un poco dificultoso tener ahora tu peso sobre mi, es realmente imposible movilizarse, por trata y no darme por vencido, rocé sutilmente con el dorso de mi mano tu entrepierna provocando el agitar de tu respiración junto a un leve gemido… posicionaste tu cuerpo de lado al mío y haciendo que te tocara el dorso de tu pectoral, la sensación… una de tus tetillas rosas tornándose más dura y erecta… Aparté la mano.
Al momento sentí tu propia respiración cerca de mi oído.
Uruhaa~ -Me llama en un susurro.
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