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Susurro de la noche por Hashiba_Sora

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Notas del fanfic:

wolaz!!!! aka vengo kon un nuevo fik, zpero lez guzthe, originalmenthe lo zubi n otra pag, loz perzonajez no me perthenezen pro la izthoria siiiii!!!!!!!!!!! me konztha!!! asta reprobe lengua x eztho!!!! jejeje

Notas del capitulo: wow mi muza d la inzpirazion grax a lichtgestalt d lacrimosa jeje
Susurro de la noche
Hashiba Sora

Su cabeza dolía, abrió los ojos pesadamente al sentir la brisa fría rozar sus mejillas, no sabia que estaba pasando, se encontró en el bosque, solo, en medio de la nada, se levanto del suelo frio, pero no lograba recordar absolutamente, ni siquiera quien era.
Su cabeza comenzó a punzar nuevamente, se llevo una mano a la frente, sangraba, pero no sabia el porque.
Camino sin saber ni la mínima idea de lo que haría en esos momentos, los arboles jamás le hubieran parecido mas lúgubres que en ese momento.
Un grito agudo lo hizo volver a la realidad, topándose con lo que parecía ser un chico de cabellos castaños.
-¿Se encuentra bien señorita? – pregunto temeroso al ver la herida, y a pesar de saber que era un chico.
¿Señorita? De todas formas, ni el mismo sabia nada sobre el.
-…
-Ven conmigo o se infectara tu herida.
-…- el retrocedió unos pasos temiendo por su integridad física.
-No te preocupes, no te hare daño – dijo mostrándole la mejor de sus sonrisas –Soy Nanami, Kai Nanami
-…- no supo que responder ya que ni siquiera recordaba su propio nombre –yo…
Nanami solo sonrió, siendo que ya sabia lo que le había ocurrido a aquel chico, y solo por eso quería ayudarlo…

o-o-o-o-o-o-o-o-o

-¡Demonios! ¡Como se pudo salir de control! ¡Eres un imbécil! – los gritos se escuchaban desde el pasillo, dejando escuchar la ardiente discusión que tenia Nagase con uno de sus subordinados, que al parecer, no lo tenia muy contento.
Los gritos cesaron y el auricular fue colocado en su lugar.
Sora esperaba pacientemente fuera del estudio ya que Nagase le había llamado, para algún encargo “especial”.
Si bien, odiaba todo esto, amenazar gente, torturarla, matarle, todo para que Nagase cumpliera sus objetivos.
Pero no podía evitarlo, por algún motivo, Nagase era el mejor en cuanto a experimentos se tratase, y el era una prueba viviente de ello.
Con la manipulación individual, controlaba sus sentidos, su cuerpo, su mente, su conciencia, lo controlaba en total plenitud, sin poder poner resistencia.
Co necesitaba palabras para hacerlo, solo con que lo pensara, Sora se movería sin poder evitarlo.
Aunque escapase, una y mil veces, volvería solo por no poder controlar sus impulsos.
Lo único terrible de eso, era que podía ver cada movimiento que hacia, sin poder evitarlo, era diferente que cuando Yoru tomaba su cuerpo, ya que esto parecía un sueño, no, mas bien una pesadilla, y de las mas horrendas.
-Pasa…- grito en seco desde el interior de la habitación, viéndolo sentado con las manos cruzadas, recargando su frente en ellas.
-Nagase-san ¿Deseaba verme?
-Claro, si no porque estas aquí- respondió, esta vez su humor estaba denso, eso solo quería decir algo: lo que fuera que haya planeado, habría salido mal.- He cambiado de planes, no iras a la otra misión que te había encargado, esta vez, si es importante, así, que como eres mi mejor arma…
Arma…le chocaba esa palabra, resonaba diario sobre su mente, en realidad, no podía considerarse una persona normal con ese “estilo de vida”
-Harás algo especial…- dijo finalmente
-…- se quedo callado esperando a que detallara la información.
-Por el momento solo estarás en Karuizawa esperando que yo te diga lo que tengas que hacer ¿Entendido?
-Si, Nagase-san- hizo una pequeña reverencia, saliendo por la puerta, dirigiéndose a preparar todo lo necesario para su viaje.

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Algunos días habían pasado desde que llego ahí, su estancia era tranquila, y hasta era cómodo estar ahí.
-Nao-chan…- dijo Nanami al chico que estaba sentado en la sala de su hogar – la comida esta lista
Sunao había sido el nombre con el que Nanami le nombro al no saber el verdadero, o si algún día tuvo.
-Si, enseguida voy –respondió el chico –Nanami-chan ¿Puedo salir fuera un momento?
Nanami no supo que decir, ya que sabia que corría peligro por esos momentos, ya que esa herida en la frente, no solo hubiera sido eso, si no mortal.
Se tranquilizo un poco al saber que la persona que le quería hacer daño al pequeño, se había ido al no poder terminar con su trabajo, al ser herido por el, la noche anterior a la que encontró a Sunao.
-Si, pero no tardes.

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Su viaje había sido muy cansado, y por única vez en la vida, por el momento no tendría trabajo, hasta que le dieran instrucciones.
El paisaje era terriblemente hermoso, el atardecer se veía desde ese lugar, iluminando con su luz bondadosa luz tenue.
Camino un poco mas perdiéndose en sus pensamientos, los arboles de cerezos abundaban por el lugar, estaba cansado después de su larga caminata, vio un tronco que le invitaba a sentarse y así lo hizo, perdiendo su mirada en las nubes del cielo azul.
Un sonido detrás de el le hizo voltear alarmado.
-¿Quién esta ahí? – pregunto desenfundando su katana al instante
El chico que estaba detrás de el, se escondió detrás de un árbol, temeroso.
Sora vio sus ojos, bajo el arma, los segundos parecían eternos, no podía dejar de verle, esos ojos tan bellos, tan puros, eran más hermosos que el océano, y reflejaban millones de cosas a la vez, confundiéndolo un poco.
-Lo siento, yo solo…, disculpa si te moleste – dijo agachando la mirada
-No importa, no has hecho nada malo
Camino hacia el un poco, pasando cerca de el, y sentándose en el mismo tronco donde Sora antes estaba sentado.
-La vista desde aquí es bellísima ¿No lo crees? – pregunto Nao sacándolo de sus pensamientos.
-Si que lo es
Pero en su interior, el sabia, que el paisaje se quedaba cortó con la infinita belleza del chico, su cabello por alguna extraña razón era rosa, parecía ser sedoso, su silueta era esbelta y muy fina, y su rostro, era lo más perfecto que pudo haber visto en toda su vida.
Sin duda alguna, era una creación divina…

o-o-o-o-o-o-o-o-o

El humo del tabaco forma pequeños círculos en el aire, Nagase estaba sentado en su oficina esperando a que le entregaran el resultado de las investigaciones.
-Señor, todo fue obra de su socio Nanami Kai. – dijo aventando un sobre encima del flamante escritorio.
Sus ojos se abrieron ante tal sorpresa, ya que Nanami se suponía “estar aliado con el” ¿En que demonios pensaba ese estúpido?
-Creemos que ayudo al escape del experimento 405, la noche que iba a ser asesinado.
-Si tan solo el hubiera hecho lo que le pedí, esto no hubiera pasado
-¿Quiere que lo traiga de vuelta señor?
-No, se atrevió a rechazarme – dijo con una sonrisa enferma en el rostro – personas como esa, deben morir.
-Hasta el momento no se sabe exactamente su paradero, solamente que es en Karuizawa
-¿Eso es todo?
-Si, es todo lo que hemos encontrado
-Mantenme al pendiente de los informes
-Como usted diga, Nagase-sama
Su sonrisa estaba mas distorsionada que de costumbre. Miro la foto de Nao en los informes, pensando que hubiera sido bueno hacerlo su amante, claro, si el no se hubiera negado, ese fue el mas estúpido erros que pudo haber cometido. Tarde o temprano, lo pagaría el doble de caro.

o-o-o-o-o-o-o-o-o

La luna era bellísima en lo alto, disfrutaba de su compañía a cada instante, quería tomar su mano, pero quizás por timidez o por orgullo, cual fuera la razón no se atrevía a hacerlo.
Sus ojos reflejaban la luz de la velada, volviéndose más hermosos de lo común, estaba sentado a unos escasos centímetros de el, pero parecía tan lejano a la vez, quería tenerlo cerca, abrazarlo, protegerlo, besar esos apetecibles labios.
¿Por qué estas cosas le sucedían a el?
¿Era bueno pensar en ello?
¿Era lo correcto tener esas emociones?
No sabía la respuesta a ninguna pregunta ni alguna razón por la que pasara esto, todo era inevitable, era un impulso demasiado fuerte, tanto para ser incapaz de detenerlo.
-Nao…- susurro casi inaudible
El chico volteo al ser nombrado, tomándolo por sorpresa, Sora puso sus manos en las mejillas ya sonrojadas de Nao, quien no hacia nada por evitar, lo que creía pasaría.
Acerco sus labios a los de el, uniéndolos en un cálido y profundo beso, no apasionado, ni con intenciones de llegar a nada mas, simplemente, eran dulces, llenos de un sentimiento inexplicable, simplemente, no podría expresarse con palabras.
La falta de aire les obligo a separarse, Nao alzo los brazos posándolos sobre el cuello de Sora, y este, con sus manos en la cintura, logrando acercar cada vez más sus cuerpos.
Quizás eso no bastaba, quería sentirlo mas cerca, siendo casi imposible.
Pero esa palabra no existía para ellos.
Sora recostó a Nao sobre el pasto que a la vez no era cómodo, pero no fastidiaba demasiado, susurraba su nombre, veía sus ojos, quería abrazarle, estar junto a el por siempre.
Siempre se había preguntado la razón por la cual aun seguía vivo, ¿Seria que acaso su suerte comenzaría a cambiar? ¿Era verdad que el podía confiar en la felicidad? ¿En el amor? ¿Cómo saberlo? Si era la primera vez que se sentía tan seguro, tranquilo, podría decirse que…feliz, después de tanto esperarlo…
Nao gemía delicadamente ante las caricias de Sora, sus manos eran frías, sus besos eran cálidos, cerro los ojos, temiendo que solo fuera un sueño, y que esto no estaría sucediendo al despertar, unos labios se posicionaron sobre los suyos, haciéndole volver a la realidad, la cual daba miedo, pero aunque fuera por poco tiempo, el estaría junto a el, aunque el desearía quedar toda la eternidad en su compañía.
El viento emitía un débil susurro al chocar con las ramas de los arboles, las hojas de cerezo caían sobre sus cuerpos, mientras que a ellos no les importaba lo que pasara alrededor, solo existía el otro en ese momento, nadie mas.
Las embestidas eran rápidas, las lágrimas de Nao corrían deliberadamente por sus mejillas, dándole un aspecto adorable, sus respiraciones eran agitadas, Nao se aferraba a la espalda de Sora, pegando mas su cuerpo al suyo, sintiendo su pecho cálido.
Un grito por parte de ambos les hizo saber que habían llegado al climax juntos, regularon su respiración, Sora beso la frente de Nao bañada por el sudor, lo abrazo mas hacia el, dejando que el otro se acomodara en su pecho y así quedar profundamente dormidos

o-o-o-o-o-o-o-o-o

-Encontramos la ubicación exacta de donde se encuentran, Nagase-sama
-Perfecto
-¿Desea que asista a terminar con el encargo?
-No te preocupes imbécil, la vez pasada la arruinaste
-Mis disculpas Nagase-sama – dijo con una ligera inclinación – Si me lo permite, deseo remediar mis errores
-Tarde, ya escogí al instrumento perfecto para esto
-¿Se puede saber quien es?
-Sora Hashiba, mi arma favorita
-Buena elección Nagase, ¿Desea que vaya a informarle de la decisión?
-No. El ya la sabe, de hecho, usare mi más fiel experimento, mi mas querido orgullo, no es necesario viajar tan lejos, así que déjame solo
-Como usted desee, con su permiso – dijo dándole la espalda y caminando hacia la puerta
El humo del cigarro llenaba toda la habitación, Nagase trataba de concentrarse y pensar como se desenvolverían las cosas, para no fallar esta vez.

o-o-o-o-o-o-o-o-o

Los rayos del atardecer caían sobre un pequeño riachuelo, donde ambos jugaban como niños pequeños.
-¡Detente! – decía el mas pequeño tratando de taparse con los antebrazos la cabeza y así no mojarse mas – Ya es muy tarde, debo irme o Nanami se enfadara conmigo, además, no quiero que se preocupe por mi.
-Esta bien – suspiro resignado
El chico de cabellos rosas salió del agua, tratando de andar por aquellas puntiagudas y traicioneras rocas.
-Ten cuidado – musito Sora viendo a su compañero tratar de subir.
-Si
Nao se distrajo al ver que su compañero estaba preocupado por el, causándole un ligero sonrojo, no dándose cuenta por donde caminaba, resbalo, cayendo de espalda.
-¡Nao! ¡¿Estas bien?!
-Si – dijo tratando de pararse, lo que fue prácticamente imposible
-Ven.. – en ese instante el chico cargo a un asombrado Nao, con un intenso rubor cubriendo sus mejillas.
-No tienes que hacer eso
-No seas testarudo, ¿Podrías caminar tu solo?
-¡Por lo menos no me cargues así!
-¡De otra forma te lastimarías mas!
-¡No me importa!
-¡Que necio eres!
-¡No me importa!
Al parecer las peleas no eran nuevas entre ellos, pero a pesar de todo, y fingir estar enojado, Nao disfrutaba los gestos que hacia Sora cuando lo insultaba.
-Aquí es…- murmuro el pequeño cabizbajo al comprender que ya no estaría en brazos de Sora -¡Nanami! ¡He vuelto!- grito el chico adentrándose en la cabaña siendo imitado por Sora
-Bienve…- Nanami salió a recibir a Nao, viendo petrificado al chico que estaba detrás de el, reconociéndolo al instante
-Nanami…- musito Sora al ver a quien había sido su cuidador por mucho tiempo
-¡¿Hashiba?! ¡¿Que haces aquí?! ¡El te ha mandado! – soltó histérico Nanami
-Nanami, ¿Qué ocurre? – pregunto temeroso Nao al ver las reacciones de ambos al encontrarse
-¡Vete! ¡Largo de aquí! – grito corriendo al joven, desenfundando un arma que escondía en el bolsillo de su delantal.
-¡Nanami! ¡Espera! – Sora estaba confundido y a la vez, un gran miedo recorría todo su cuerpo
Dio unos pasos hacia atrás, dándose la vuelta, y comenzando a correr, corrió demasiado, tanto como pudo, hasta quedar exhausto, dándose cuenta de que estaba en el mismo lugar en el que había conocido a Nao.
No quería imaginarse nada, ni las razones por las que el estaba ahí…
…Acaso…
….¿Nanami estaba solo por “coincidencia” en ese lugar?
…O peor aun…
…¿Nao estaba involucrado con el hecho de que estuviera ahí?

o-o-o-o-o-o-o-o-o

-Hashiba…Hashiba….- susurraba sentado de espaldas a su escritorio, viendo el magnifico panorama del cielo nocturno.
A varios kilómetros de ahí, Sora caminaba al llegar al lugar donde lo había conocido, estremeciéndose de momento al escuchar que susurraban su nombre dentro de su cabeza, sabia que era Nagase, pero cada vez que lo llamaba de esa forma, sus sentidos se disolvían y no podía hacer nada por el mismo.
-Hashiba…tu no debes defraudarme… - una sonrisa se dibujaba en su rostro al saber que sus planes saldrían a la perfección.
Nao, o también llamado, experimento 405 se había atrevido a rechazarlo al declararlo su amante, ¿Creería estar vivo después de eso? Sobre todas las cosas, a pesar de ser vanidoso, soberbio, era sumamente orgulloso.
Se dejo caer de rodillas cubriendo sus rodillas, y mentirse a si mismo de que Nao no estaba involucrado con el hecho de que lo hayan mandado ahí.
No podría ser
No ahora
No el…

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-¡Jamás lo volverás a ver! – Nanami tomaba por los hombros a Nao, gritándole y mirándole directamente a los ojos que parecían confundidos
-¿Por qué? ¡No te entiendo!
-¡No lo vuelvas a ver nunca!
-¡No puedes pedirme eso!
-¡Debes de hacerlo!
-¡No! ¡Tú no puedes decidir sobre mí!
-¡Es por tu seguridad!
-¡El no es peligroso! Además, ¡Lo amo!
Nanami soltó al chico, sorprendido por esta reacción, las cosas se habían salido de control, el le había ayudado a escapar y ser libre, no ser torturado por los experimentos de Nagase, ahora, por un descuido, todo había resultado peor.
Sabia la razón por la que Hashiba estaba ahí, era el que mejor había reaccionado ante la manipulación individual, por eso era de los favoritos de Nagase, capaz de cumplir cualquier capricho, Sora era el mejor asesino.

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Trataba de controlar su cuerpo, irse de ese lugar, amaba a Nao, no quería lastimarlo, pero seria mas doloroso para ambos si el lo mataba, eso jamás se lo perdonaría, su cuerpo se volvió pesado, no podía dar un paso mas, pareciese que esta vez, el efecto del experimento era mas profundo.
-¡Búscalo! ¡Búscalo! – un susurro se escuchaba dentro de su mente, destrozando internamente sus oídos.
Estaba claro, no podría detenerse, no podría detener el destino.

o-o-o-o-o-o-o-o-o

La almohada estaba húmeda, sus ojos estaban rojos por tanto llorar, no dejaría solo a Sora, sabia que era incapaz de hacerle daño, ya que se amaban.
Quizás Nanami no lo comprendería, pero mientras su corazón se lo dictase, el lo haría.
Nanami había cerrado con llave la puerta de la habitación, pero eso no le importo, tenia que ver a Sora, a como de lugar, tenia que verlo.
No hizo el intento de abrir la puerta, la ventana estaba abierta, dejándole ver las estrellas que brillaban con intensidad en esa noche fría y con un viento gélido que se azotaba contra las hojas de los arboles, haciendo estremecer su piel.
Salto un poco para bajar, no era muy alto el lugar, así que no le costo trabajo, se dispuso a hacer el mínimo ruido, al estar unos metros alejados de la cabaña comenzó a correr, tanto como sus piernas se lo podían permitir, no sabia donde estaba Sora, pero tenia el presentimiento de que lo encontraría pronto.
No le pediría explicaciones, era mejor no saberlas, quizás no era tan grave y estaban exagerando las cosas…
Si… eso era lo que quería creer…

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No pudo resistirlo, se paro erguido sin rumbo fijo, dispuesto a hacer lo que Nagase ordenaba, no podía hacer nada, su cuerpo se movía, pero el quería parar.
Creía que todo saldría bien, que Nanami le advertiría de la situación.
Pero ahí, a unos cuantos metros de el, estaba ese pequeño, viéndolo, suplicándole con la mirada una explicación.
-¡Sora! – el chico corrió hacia el, estando frente a Sora, lo abrazo y comenzó a sollozar en forma débil pero audible – Quiero estar contigo, siempre contigo, por favor, se que jamás me harías daño, ¿Verdad? – su rostro se alzo para verlo y esperar su respuesta, deseaba con toda su alma que fuera lo mismo que el sentía…
-N..no…v..ve..vete..ahora –las palabras no salían ya que no podía controlar nada de si, quiso un vano intento de aventarlo, pero no fue así, Nao se apego mas a el.
-Sora, no me digas eso, yo te amo, - las lágrimas fluían rápido por sus mejillas, haciendo que Sora se sintiera miserable por ese simple hecho.
-¡Mátalo! ¡Mátalo! – ese susurro aparecía de nuevo, quitando todo el equilibrio que había tratado de conseguir- ¡Ahora!
Con un ágil movimiento Sora saco su katana, haciendo que Nao retrocediera, temeroso.
-¿Qué pasa? ¿Por qué me haces esto?
-Hu..ye..- Sora lo miraba fijamente, esperando que el chico reaccionara y salvara su vida – por..fa..vor…
-No te dejare solo, quiero estar contigo, pase lo que pase
-Idiota…h..huye…
Sora se acercaba peligrosamente con el arma a Nao, pero este no se movía ni un centímetro, alzo el arma, que estaba lista para atacar.
-N..no..
No quería hacerle daño, a pesar de todo, lo amaba, y no podía hacerlo.
Con un esfuerzo sobrehumano, Sora trato de baja r el arma, al ver que era imposible, reunió toda su fuerza para cambiar drásticamente de opción.
Sora agito bruscamente el arma, clavándola en su pecho, siendo observado por Nao horrorizado ante tal escena.
-¡Sora! ¡¿Qué estas haciendo?! ¡Detente!
Se acerco a Sora, quien cayó de rodillas, siendo rodeado por los brazos de Nao, la sangre fluía, cayendo sobre ambos.
-Por favor, huye, el quiere hacerte daño, por favor… - sus ojos se cerraban involuntariamente ante cada palabra.
-Sora, estarás bien, no hagas esto,
-Solo promételo…- dijo con un gran esfuerzo
-Esta bien, lo hare
Sora sonreía complacido al escuchar tales palabras
-Te amo Sora…
Sus ojos se cerraron completamente.
-¡No! –Nao gritaba desesperado, su llanto se volvió más desgarrador al saber que Sora se había ido, para siempre.
La sangre aun corría por sus manos, su llanto caía sutilmente por su rostro, no era una pesadilla, era la cruel realidad.
El cielo era intenso ante aquella velada, las estrellas brillaban en lo más alto del firmamento, y la luna, era la fiel testigo de todo lo que les había acontecido.
Las nubes escondían la tristeza.
El viento disfrazaba el llanto.
El intenso frio se llevaba consigo el destino…

o-o-o-o-o-o-o-o-o

El sol brillaba en lo más alto del cielo azul. Era claro en su totalidad, el campo estaba lleno de un pasto verde y fresco, era extenso y no se podía ver mas allá de lo que estaba frente a el.
Un chico de cabellos rosas, extensamente largos, sujetados por una coleta, estaba sentado bajo un inmenso árbol admirando el panorama.
-La vista desde aquí también es bellísima ¿No lo crees? –susurro para si mismo acariciando un leve bulto que se asomaba en su vientre. –Esto es lo que querías ¿No es así?
Notas finales: grax x leer!!!!

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