Él lo veía, veía a su vecino cada noche, en el balcón de su casa
Él lo veía admirar cada estrella de la noche
Era una costumbre, una muy rara costumbre
Él lo veía, veía a ese sujeto ensimismado mirar al cielo estrellado
El conocía a su vecino, si bien sabía que ese sujeto casi no dormía en la noche por asomarse al balcón a observar…cada estrella
Aparte de ser su vecino era nada más ni menos que su propio compañero
Solo él lo sabía y lo tenía claro, ya que su vecino, no tenía la más remota idea de saber de su existencia
Compañero de clases…así es.
-lo siento profesor, no dormí bien anoche-se excuso
“¡claro que no! Ni siquiera bostezo en toda la noche”
Ya era pan de cada día
Aun así sus notas eran admirable
En la noche, cuando ya todos descansaban en los cálidos brazos de Morfeo, estaba ese extraño sujeto y más extraño aun, era él, que lo observaba, muy extraño
Pero nunca podría alcanzar a verlo por completo, a ver qué hacia ¿solo pasarte la noche en vela con las latentes estrellas? ¿O cansarse e irse a dormir?
No tenía idea, cuanto pagaría por saber el porqué de aquello, también estaba dispuesto a contratar detectives para descubrir los golpes, hematomas, incluso rasguños que tenía su “vecino” al presentarse en ese estado a clases, siempre indiferente
“estúpido antisocial masoquista"
Pero un día, más bien, esa noche…espero en vela a ver qué hacia aquel sujeto
Era luna llena, las estrellas brillaban con más intensidad que de costumbre
Pareciera que la luna orgullosa estaba por aquel esplendor que hacían ver con ilusión a las estrellas bailar con cada débil parpadeo
Sintió sus parpados pesados cada vez más, Morfeo lo estaba invitando, pero el chico se resistía.
“maldito Morfeo, siempre en momentos inoportunos”
Pensamientos como este y mas inundaban su cabeza a rápida velocidad mientras apoyaba su cabeza en el cristal de su ventanal
Pero no supo bien si fue el destino o sus fuertes y tercos pensamientos que hizo q un enorme e impotente aullido lo despertara por completo
Abriendo sus ojos…estaba el chico, compañero y vecino, con unas alas tan hermosas, cada pluma, cada una de ellas se veían tan suave, ¿Cómo sería si las tocara…? Y q decir de su cabello, ¡era blanco! Pero… ¡antes era negro!
“pero… ¿Cómo?”
Eso no era todo, sus ojos, estaban rojos, ¡él lo veía desde allí! Un rojo intenso…y pensaba que los tenia marrones, su piel…su piel lucia perfecta, aun mas que ante, que incluso frente a la luna, brillaba....
Su vestimenta pega da su esbelto cuerpo que lucía la ropa más fina que antes haya visto, era como si estuviera echa de hilo delicadamente tejida a mano. A su simple y detallista vista lucia hermoso, la vestimenta tenía detalles de…oro, llevaba botas mosqueteras blancas, no tenia como decirle de otra forma a esas botas que daban por encima de la rodilla. Pero no era todo, sujeto firmemente en su mano tenía una poderosa y destructiva arma dorada juraría que de oro puro, esa “cosa” era enorme, casi como las el par de alas juntas, y eso era mucho.
¿Era su vecino ese hermoso ser…que se encontraba ahora sobre el techo?
“¿vecino? Pero si parece un... ¡es un ángel!”
Asombrado, tallo sus ojos pensando o pidiendo que sea un sueño, producto de su imaginación
Lo último que vio fue a ese…espectacular ser extender sus alas y…volar, volar en dirección a la luna
Raro…no, grandioso
Nunca se lo imagino, o tal vez si
Tal vez esa idea pasó fugaz por su extensa mente
Decidido, corrió hacia la cocina a prepararse un cargado café, muchos cafés
Y no fue fácil
Transcurrieron minutos, horas, pero no parecía haber señales de él
No sabía si darse por vencido o no
Cargo su cabeza en sus brazos y espero
Sintió algo hacer ruido
Rápidamente levanto su vista y…
No era nada, solo un gato
Un gato que caminaba erguido orgullosamente en sus patas, caminando con elegancia, incapaz de demostrar debilidad ante nadie, como su vecino.
Los fuertes y numerosos ladridos, inclusive aullidos, lo sacaron de su pequeño ensimismamiento
Ahí estaba, ese ángel, pero herido
Rostro mostraba una sonrisa, de victoria, de seguro peleo contra alguien
Lo vio ‘transformarse’ en su faceta normal.
Vio un enorme brillo rodear su cuerpo y dirigirse a un extraño crucifijo colgado de su mano empuñado para luego colgárselo de su cuello
Ese arma tan letal que se veía, se convirtió en un anillo
Ese anillo que siempre cargaba consigo, especial
Lo último que vio fue la espalda de su vecino mientras se adentraba a su habitación, seguía herido
Por más que intentó dormir no podía
Moría de preocupación…dejo de ser social, sus notas bajaron, casi solo se alimentaba de café. Su estado anímico –que por cierto, estaba más abajo que el subsuelo- era lo que menos le importaba. Su vecino, cada día lucia terrible con más y más profundas heridas pero esa sonrisa de victoria jamás se le quitaba.
Lo admiraba, si pero su preocupación, era mucho más fuerte, un día decidido investigo en internet, bibliotecas, libros iban y libros venían, pero nada, pensaba que se estaba volviendo loco, porque de ser así: pensaba “por lo menos ya lo estoy aceptando”, pero no.
-¿Por qué tiene tantas heridas?-escucho decir a uno de sus compañeros, al lo que otro respondió-peleas callejeras, debe ser un busca pleito o…un puto al que le va el sado.
Ya no tenía paciencia, siempre era lo mismo, pero el siempre nombrado, indiferente, como un gato, no se defendía ni nada siendo que obviamente era muy fuerte, era como si los demás fueran inferiores a él, y así era, eso lo colmo mas, de un certero golpe en la cara al compañero que había “ofendido” a su vecino, y eso fue suficiente para que ahora él, lo mirara impresionado
-tú no sabes nada de él-y lo golpeo con más fuerza
Daba gracias por ser “popular”
Nadie lo molestaba, ya nadie le importaba, excepto él
Cada noche, su angustia era más, no quería verlo así, esas heridas llegaban ciegamente a él.
Tenía claro que no tenia limite y lo supo mas cuando una noche, al terminar de “transformarse” su vecino. No supo cómo pero salto desde su ventana y corrió por el techo para llegar al balcón de su vecino
Aferrado a su ángel, le sollozo:
-no vallas-
El ángel no salía de su estupefacción, pero era el mismo chico de su clase que golpeo para defenderlo “¿pero cómo?”
-es mi deber-
-solo por hoy-
-si no me sueltas te matare-
-si con eso estarás bien, hazlo, solo no vallas, por favor-
El ángel lo encaro, era sorprendente ese chico ¿le estaba diciendo que no quería verlo herido? Sonrió dulcemente al chico que sollozaba aferrado a su pecho
Le beso sus cabellos y dijo-volveré-
-pero…-
-¿acaso no es así siempre? ¿Crees que soy débil?
-¡no! Claro que no-dijo el más bajo
-volveré espérame-
-¿aquí?-dijo bajito y temeroso
-aquí-tomo su rostro suavemente y lo beso-espérame-
Se abrazaron y él… se fue, con esas enormes alas
¡Lo había besado! Palpo sus labios con su dedo índice y sintió el corazón latir fuertemente
Entro a la habitación ajena, y busco, pero no encontró nada parecido a un botiquín, corrió a su casa, sigilosamente fue por el suyo, el que había comprado solo para él, también aprendió de su hermana como utilizarlo, solo para él.
Volvió al balcón y lo espero, arrinconado entre la pieza y el balcón, con el botiquín en sus piernas. Se durmió.
El ángel llego antes, solo minutos antes que él solo empezara a asomarse.
Como atesoraría a ese muchacho que se preocupo por él y lo defendió. Lo abrazo, ya convertido en humano, lo abrazo tan fuerte que sus heridas lo hicieron gruñir bajito, dejando al cuerpo apresado manchado levemente con su sangre, como le dolía.
-llegaste-dijo tallándose los ojos ya casi despierto-oh tu cuerpo, por dios, déjame ayudarte-lo dirigió a la cama, lo desvistió tan suavemente, y lo curó, lo arropo y lo abrazo-que descanses-le beso la frente, él pensaba ir a su casa a dormir, pero esa idea no era compartida, ya que l otro lo detuvo
-quédate conmigo-
-¿por siempre?-
-por siempre
* * *
Era de noche ambos estaban en la casa del ángel, el cielo ya acostumbrado a estar estrellado, y la luna, redonda y blanca, se veía enorme desde allí
-¿Qué haces?-pregunto el más bajo
-le pido a la Luna quedarme aunque sea solo por hoy-dijo con los ojos cerrados y las manos juntas
-¿y qué te dice?-
-que aun no está convencida-dijo soltando un sonoro suspiro
-¿puedo ayudar en algo?
-claro-lo agarro de la cintura y lo beso-ya está convencida
-¡qué bien! ¿Y qué haremos? Ehhhhhh….¿ Por qué me miras así?
escrito hace dias pero subido 10/02/2010