A new felling
Hoy es 14 de febrero… uno de los días que más odio, no sé cómo es posible que este día sea tan importante para la gente, lo único que veo es parejitas agarradas de las manos caminando tranquilamente por el parque comiendo un helado u otras más besándose descaradamente sin importarles que tienen publico de primera fila.
Como todas las mañanas, me levanto de mi cama y tomo una ducha para despertar por completo, el entrenamiento de hoy ha sido suspendido a petición de la persona que menos esperaba, si, esa persona es el grandioso, esplendido y maravilloso capitán del equipo, Atobe-sama, que por cierto se ha mostrado muy diferente desde hace ya unos cuantos días, me pregunto que mosca le habrá picado. Salgo del baño con solo una toalla alrededor de mi cintura y me dispongo a vestirme con el aburrido uniforme de mi escuela, una vez ya vestido guardo mis cuadernos en mi maleta y salgo de mi habitación directo al comedor.
Entro a la habitación y ahí se encuentra mi desayuno ya preparado invitándome prácticamente a devorarlo, me siento frente a la mesa y comienzo a saborear mi comida, después de unos cuantos minutos baja mi padre para igualmente desayunar.
-Buenos días- me dice con su típico tono indiferente y yo le devuelvo el saludo de igual manera.
Termino de comer y sin hacerle mucho caso a mi padre me levanto de mi silla, tomo mi maleta y me dirijo al recibidor -¡Me voy!- grito para después ponerme mis zapatos y escuchar a mi madre desde la cocina –“¡Que te vaya bien!”- Abro la puerta y salgo de mi casa.
*****
Y aquí estoy, frente a mi escuela, la verdad no quiero entrar a ese lugar porque de tan solo recordar lo que sucedió el año pasado se me erizan hasta los cabellos de la nuca, respiro profundamente y me armo de valor para entrar al edificio, veo que ya la mayoría de los alumnos se encuentran en este lugar, pero poco a poco se van dirigiendo a lo que serian sus respectivos salones.
-¡Shishido-sempai!- escucho a lo lejos y ahí viene muy contento el adorable de mi “kohai” espera un momento, ¿adorable? Bueno es imposible negarlo, es una persona muy buena y amable, no es presumido y se preocupa por todos, digamos que es un ángel.
-¡Hola Ootori!- le saludo con una de mis mejores sonrisas que solo puedo mostrarles a las personas a las cuales de verdad aprecio.
-Buenos días, ¿está listo para este día especial?-
-¿Especial? Para mí es un día como todos los demás, común y corriente…-
-¿Acaso no le gusta el día del amor y la amistad?-
-No, siento que es algo para personas cursis…- le respondo mientras veo como aquella agradable sonrisa que tiene Ootori se borra por completo, ¿Acaso dije algo indebido?
-Oh… ya veo… – dice algo ¿desilusionado? Creo que ya alucino.
-En serio que no tengo nada en contra de este día, solo no me gusta…- Veo que mi amigo vuelve a sonreír pero no como hace un rato, me acerco a mi casillero y lo abro para que en segundos me caiga una avalancha de cartas y regalos. ¡AH COMO ME FASTIDIA ESTO!
-¡Shishido-san! ¿Está bien?- Ootori me pregunta preocupado mientras me quita unas cuantas cartas que cubrían mi rostro, lo miro fastidiado y trato de incorporarme y sentarme en el piso alrededor de muchas cartas y regalos.
-¿Ahora entiendes porque no me gusta este día?- mi amigo sonríe mientras noto como una gotita de sudor baja por su cabeza al más puro estilo anime. Definitivamente ya alucino.
-“A todo el alumnado, se les informa que durante las dos primeras horas de clases no habrá lecciones por junta de profesores, repito, a todo el alumnado se les informa que las dos primeras horas de clases no habrá lecciones, por su atención gracias”- Los demás comienzan a gritar y a festejar esto, ya tiene meses que no se suspendían las clases por juntas directivas.
-¡Qué bien! – exclama contento mi amigo.
-Choutarou, ¿podrías ayudarme con todo esto por favor?- le pregunto mientras comienzo a separar cartas de regalos.
-Claro- y se inca frente a mí para comenzar a separar las cartas, una vez que terminamos de clasificar todo aquello, le pedí a mi kohai que fuera por unas cajas para todo lo que había en el piso, y después de unos cuantos minutos apareció con estas metimos todo en ellas y las dejamos frente a mi casillero. –Shishido-san iré a dejar unos cuantos cuadernos a mi casillero, no tardo.-
-Si- mi amigo dio media vuelta y se fue alejando para doblar a la izquierda, donde se encontraban los casilleros de los segundos años, mientras tanto yo me preguntaba, ¿Qué iba a hacer con todo aquello?, de seguro la mayoría eran chocolates o dulces, no es que no me gusten solo que no pienso comerme tantos, tal vez mi madre quiera algo de chocolate.
-¡Waaahhh!- escucho un grito y después de eso como algo cae contra el piso, creo que ese grito es de Choutarou. -¡Ootori-kun!- Me espantó al haber escuchado el grito de aquella chica, corro y doy vuelta a la izquierda y lo veo ahí bajo muchas cartas y regalos, creo que son lo triple de lo que había en mi casillero. Se sienta en el piso y veo que se agarra la cabeza.
-Choutarou- se quita la mano de la frente y me sonríe tontamente y puedo notar un golpe arriba de su ceja. – Por Dios, ¿estás bien?-
-Si, no es nada…- se soba con los dedos y comienza a quitarse las tantas cartas que tiene sobre él. -¿Me ayudara a agrupar esto? Jejeje-
Le sonrío y comienzo a ayudarle, después de cómo unos 20 minutos terminamos de clasificar los regalos y suspiro aliviado de ya no ver más cartas y regalos. No me sorprende mucho que mi mejor amigo haya recibido tantas cosas, después de todo es tan popular por su forma de ser. Creo que la mitad de la escuela, incluyendo a algunos hombres babean por él. Me molesta que todos aquellos arrastrados andén tras los huesitos del pequeño Choutarou, espera, eso quiere decir que ¿estoy celoso? No, no, no jajaja no lo creo… o ¿sí? Supongo que es normal, es mi amigo, mi mejor amigo y claro que me pondría celoso si alguna otra persona quisiera separarlo de mí.
-Shishido-san ¿está bien?-
-¿eh?-
-No nada, solo quería decirle que vayamos a dejar estas cosas a los vestidores-
-Oh, claro…- me pongo de pie, y tomo las cajas con todas mis cosas y junto a Ootori vamos a los vestidores, en el camino nos encontramos con Gakuto, el cual llevaba como cuatro o cinco bolsas infestadas de cartas y chocolates, y nos comento que el también llevaría esas cosas a los vestidores para que una vez terminado el día los llevara a su casa.
Desde lejos divisamos a Oshitari quien se encontraba de igual forma con muchos regalos pero este aun no entraba a los vestidores y en vez de eso parecía estar viendo algo a escondidas por la ventana.
-Yuushi… ¿Qué haces?- vi como dio un saltito para después voltearse y hacernos una señal para que no hiciéramos ruido.
-¿Qué sucede?- le dije extrañado.
-Miren ustedes mismos- nos señalo la ventana y nos asomamos para ver que era aquello que estaba viendo Oshitari hace unos momentos y lo que vimos fue sorprendente, dentro de los vestidores estaba Atobe acorralando a Jiroh contra la pared y al parecer el dormilón no hacía nada para evitarlo y lo que hizo unos segundos después nos dejo a todos con la boca abierta, Atobe, si Atobe tomo el rostro del más bajo y le planto un beso que no tardo en ser correspondido.
-¿Qué demo…?- nos agachamos y nos miramos entre todos, eso fue impactante.
-Ya decía yo que algo se traían esos dos…-
-¿En serio? Yo no vi nada extraño entre ellos- comento Gakuto completamente desconcertado.
-Sí, ya hace unos cuantos días el capitán a estado actuando muy extraño o me dirás que tu tampoco lo habías notado Shishido- me pregunto Oshitari y yo solo le respondí que si lo había notado.
-Pensé que Atobe no tenia corazón, solo se preocupa por él y por nadie más- comento Oshitari
-Pues ahora sabemos que si lo tiene y que Jiroh es el dueño de él jajaja-
-Bueno ya, quiero dejar esto ahí dentro y perderme para no recibir más cosas- Me levante y toque la puerta por si las dudas y entre a los vestidores y lo único que vi fue a un Jiroh muy sonrojado y a un Atobe aparentemente muy enojado, sin previo aviso vi como Atobe tomo la mano de Akutagawa y salían del lugar.
Después de este suceso en todo el día me la pase recibiendo cartas y regalos estaba cansado, y eso que no hacía más que decir “Gracias” tomar los regalos y guardarlos en una bolsa, al final del día tuve que tomar un taxi para llevar tantas cosas, y es que ser del club de tenis te hace muy popular, pero no me quiero imaginar cómo se fue Atobe del lugar, de seguro con unas 20 bolsas con cosas “inservibles” como él les llamaba.
*****
Aproximadamente eran las 7 de la noche, ya se había obscurecido y me dedicaba a pasar canal por canal encontrando únicamente especiales de amor y amistad, puras películas de amor, cursis y empalagosas. De pronto mi celular comenzó a sonar, lo tome y vi que era un mensaje de parte de Choutarou “Shishido-san espero no molestarle pero… ¿podría venir al parque que está cerca de su casa? Necesito decirle algo muy importante y no puede esperar” Me extraño demasiado eso, pensé que algo le había pasado, así que tome un abrigo y salí de mi casa avisando que volvería pronto.
Camine rápido, quería llegar rápido con Choutarou, ¿Qué será tan urgente? ¿Sera algo muy grave? ¿Le paso algo? ¿él hizo algo? Comencé a imaginarme cosas que me asustaron demasiado, que tal si le habían robado o lo habían… no, no, no, no hay que pensar negativamente, al fin llegue al parque y busque a Choutarou con la mirada y ahí estaba, sentado en una banca mirando el cielo, me acerque a él y me senté a su lado.
-¿Por qué tanta urgencia?- le cuestione obviamente preocupado, no se veía golpeado ni triste más bien se veía contento y creo que tenía algo escondido a un lado de él.
-Me alegra mucho que haya podido venir- me dijo con una mega sonrisa – ¿Sabe Shishido-san? Desde ya hace tiempo he comenzado a sentir algo muy extraño y eso sucede solo cuando estoy junto a una persona, me pongo celoso de verle con otras personas y pues… no sé qué es lo que de verdad siento-
Me quede algo desilusionado, había una persona que le gustaba a Choutarou, pero espera, ¿Por qué desilusionado? Bah, ya basta de negarlo, lo admito, me gusta Choutarou, su forma de ser me encanta y qué decir de su físico, es todo un angelito perdido en la tierra.
-Supongo que es… amor…- le dije algo triste
-Yo también pienso lo mismo…
-Y ¿Quién esa persona? Si se puede saber claro…- lo mire directamente a los ojos y por alguna razón una chispa de esperanza nació en mi.
-Pues…esa persona es…
No sé en qué momento Choutarou tomo mi barbilla y junto sus labios con los míos, sentí como mis mejillas se pusieron rojas y como mi corazón latía rápidamente, todo fue tan rápido pero… no puedo negar que me sentí tan feliz de saber que aquella persona que tenía toda la atención de Choutarou era yo, acepte su beso junto a su sentimiento. Nos separamos y me miro muy contento y juntó nuestras frentes.
-¿Shishido-san, quieres ser mi novio?- Ok, eso sonó extraño, un hombre pidiéndole a otro ser su pareja no es algo que se ve diario pero a mí me parece que es la cosa más especial que pudieron haberme dicho.
-Yo…yo…- baje mi mirada, estaba avergonzado –si quiero…- Choutarou tomó mi rostro y me volvió a besar, debo admitir que este día es el mejor de mi vida.
-Toma esto, es un regalo…- me dio una caja envuelta en papel color azul con un moño rojo decorándola, la tome en mis manos y mire a mi ahora novio.
-Ah, lo siento… yo no tengo nada para ti… pero yo podría…- Choutarou me silencio con sus labios.
-No es necesario… ya me has dado el mejor regalo…-
-¿Ah sí? ¿Qué fue lo que te di?-
-Tu amor…te amo, Shishido-san-
-Y yo…yo a ti Choutarou- una vez más me beso pero esta vez me abrazo tiernamente.
-¿Quieres tomar un chocolate caliente?-
-Por supuesto- nos levantamos de la banca y comenzamos a caminar hacía un café, Choutarou me tomo de la mano y me puse a pensar, ¿Qué acaso yo no odiaba esto? Pero creo que después de esto el 14 de febrero será mi día favorito del año.
FIN