Dejarte ir
Dejarte ir es algo en lo que yo había pensado hace mucho, pero ahora que lo he hecho me siento algo…
-Vacía- se escapa la conclusión de mis pensamientos de entre los labios
Todo lo que pasó y el tiempo que nos llevó, todo eso se queda atrás. Todo por cambiar, por seguir, por no olvidar vivir.
Por la puerta blanca de mi cuarto, esa de la salida y no la del baño, entra ella. Ella es mi nuevo objetivo, se llama Celly. Celly es la chica que impulsa a mis labios a querer besar, la que provoca en mis manos las ganas de, no sólo tocar, acariciar. Con sus ojos obscuros y sus modos de niña indiferente que sólo está aquí por casualidad, con los aires tibios y serenos en espera de la mínima provocación, con su esbelto cuerpo adornado con prendas sueltas y brumosas, mismas que quisiera desaparecer. Celly, la misma que, en definitiva, no eres tú.
-Nena, espera, aún no termino aquí
-No me digas nena, por favor
-… claro, lo olvidaba- a ti te decía así, ¿recuerdas? Incluso, cuando se me salió decírtelo frente a las chicas tuve que empezar a usar esa palabra para todas, con tal de que no se notara, pero sabías que era sólo para ti, ¿no? porque siempre fue así.-Aún así, espérame, solo 5 minutos
-Siempre es lo mismo contigo, tardas horas- ella se ha sentado a los pies de mi cama, ignorando mi petición de salir. Tú hacías lo mismo, sólo que en vez de sentarte plácidamente a ver las pelusas bailando un extraño compás a la luz del sol te ponías atrás de mi y me preguntabas si podías ayudarme en algo para que estuviera lista de una buena vez.
-De verdad, solo 5 minutos
-Pues te espero, pero solo 5 minutos, no más
-Bueno, pero… nada, sólo no te muevas de allí
¿Sabes? dejarte ir es y ha sido, desde que lo decidí, la cosa más trabajosa que me he propuesto. Sobre todo porque estabas en todas partes, y porque limpiar mi vida de ti es una tarea magna.
-¿Ya terminas? Te quedan como 40 segundos
-ya voy, ya voy…- me sigo arreglando frente al espejo. No me gusta que me vean maquillarme, es una manía que no puedo abandonar. Cuando estaba contigo debía maquillarme antes que nada, y cuando me quedaba contigo prefería no hacerlo con tal de que no me vieras hacerlo, pero a ti te encantaba hacerlo por mi… ¿Dónde estarás ahora? Tus cálidas y diestras manos que dibujaban sobre mi piel, ¿en qué estarán ocupadas ahora?- listo, vámonos Celly.
Celly es una buena chica, algo reacia a la cercanía, pero así era yo antes de ti, así que tengo fe en que ella cambie ese hecho conmigo. Tampoco es muy comunicativa, pero no es problema si pienso que yo misma soy de esa forma, y que, tanto ella como yo, sabemos ver más allá de las palabras.
Contigo todo era diferente, tú hablabas de manera inoportuna incluso, y yo callaba demasiado para compensar las cosas. Eso definitivamente no funcionó como debía, es por eso que ya no estás aquí.
-Te ves muy alegre hoy, ¿por qué?
-Porque estoy saliendo contigo- su calmada voz es tan agradable y tranquilizadora, no es como tú. Sin embargo creo que no entiende lo que ha significado esas palabras para mí, estoy feliz y mi corazón late alegre y mis labios dibujan una sonrisa que ni yo noto.
-¿De verdad te hago feliz?
-… pues si- su rostro se colorea de un suave rosa que la hace más linda. Camina junto a mi, chocando de vez en cuando conmigo, y entonces voltea a otro lado por un segundo. Creo que tengo una posibilidad con ella.
-Celly, tú eres muy linda, pero quiero… creo que puedes verte aún mejor
-…¿cómo?- de pronto me voltea a ver, interesada y tal vez, siente que es una manera amable de mi parte de sugerir un cambio. No se equivoca, ¡¿pero qué estoy diciendo?!
-tomada de mi mano… tómala- me siento algo tonta diciendo esto, pero me sale natural. Quién lo hubiera dicho, yo diciendo semejantes cosas… Mi pecho sube y baja alterado, quiero escuchar lo que va a decir, quiero, realmente, que tome mi mano. En el sentido de que se una conmigo, como hace mucho yo tomé la tuya, ¿recuerdas cómo fue? Sentíamos miedo y mucha emoción, los sentimientos hacían de nosotras lo que querían y sólo nos dejábamos llevar.
-… je, tú hablas en serio?...- su sonrisa nerviosa me dice que ha entendido, me mira y cambia su expresión para hacer notar una felicidad en espera, ¿puedes entender eso? Extiendo mi mano y espero, ella la ve y después me ve a los ojos, quiere ver de qué va esto. Sabes que soy seria. No mentiría en estas cosas, no he aprendido a hacerlo. Ella toma mi mano, mientras la suya tiembla un poco. Creo que lloraré de alivio y felicidad.
-Así, así te ves hermosa, me pregunto si me veo a la altura.
-Claro que no, pero si me abrazas tal ves…-y no la dejo terminar, la estrecho fuertemente sintiendo sus latidos que son igual de alterados que los míos.-Sí, ahora eres igual de hermosa que yo. Mucho más quizá…- su voz está plagada de emoción, mis lágrimas resbalan sin poderse contener.
Pasó poco tiempo desde que la conocí hasta que noté que me gustaba, y casi el mismo hasta que empezamos a salir, poco más para que tuviera la necesidad de unirme a ella así como ahora, pero en suma total ha pasado mucho tiempo. Ha pasado lo justo para que tú no empañes el momento, pero, como ves, sigues sujeta… ¿o soy yo la que está atado aún cuando ya no hay nudos?
Ella esconde su rostro en mi hombro y su respiración excita mis sentidos. Ya no soy una niña, sé lo que quiero, pero debo ser paciente, una cosa a la vez, no quiero que me pase lo que a nosotras, ¿recuerdas? Nos devoramos muy a prisa y cuando lo notamos apenas y quedaban unas migajas, y quisimos alargarlo pero ya era tan poco lo que sobraba…
-Celly, tu ropa me gusta mucho hoy, pero me agradaría más en otro lugar
-Pensaba… pensaba lo mismo de la tuya, quisiera verla botada sobre el piso de mi habitación… junto a la mía de hoy…-me ha besado, no puedo creerlo, ¡me ha besado! Y además me ha insinuado algo maravilloso.
Nena, te he dejado ir, pero creo que nos hemos ido una con la otra, no te obligo a dónde ir y tú parece que sólo me sigues, tal vez yo hago lo mismo, ¿no es así? Sólo estamos una con la otra mientras vivimos otra vida. Dejándote ir es como me he dado otra oportunidad, lástima que desee que estés aquí en cuerpo y mente.
Hoy estaré con Celly y dejaré que descubra mis miedos, aprenderé de los suyos y me haré de más habilidad en el arte de amar, tú haz lo mismo Nena, hazlo mientras me platicas que nada es igual sin mi.
Vamos a dejarnos ir hacia donde debamos, un poco más hasta que nos alcance la vida. Hasta habernos ido del todo.