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Chocolate por Henta_Hime

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Notas del capitulo:

 

Hi hi Minna-san! Bueno, como ya dije este fic lo tengo planeado hace muuucho tiempo, pero muchos bloqueos no me dejaron subirlo TwT ademas de que se me borró en una ocasión,por lo que tuve que empezar a hacerlo todo de vuelta T-T 

Bueno, espero que no se hayan dejado guiar mucho por mi resumen, y disfruten la historia ^^

Matta-ne! ^^

 

 

Ding-Dong

 

-¡Yuki por favor abre tú!-Gritó el pelirosa desde la cocina.

 

-Sí, si…

 

El rubio caminó con pesadez hacia la puerta recibiendo a un joven muy apuesto de larga cabellera pelirroja, que lo saludó con un simple “Hola” y a un hombre de figura imponente con una mágnum en su cintura y quien sabrá cuantas armas más ocultas.

 

-“Good afternoong Mr. Yuki”-Exclamó con alegría. - Where’s a pink boy?

 

-Mhm-Gruñó- Está en la cocina.- Se hizo a un lado dándoles el paso a Nakano y K. El primero dejó un paquete envuelto en vivaz color verde con un llamativo moño rojo en la mesilla de la sala, antes de aparecerse en la cocina detrás del menor quien se encontraba guardando un delicioso pastel en el refrigerador.

 

-¡¡Shu!! ¡¡Felicidades!!.- Exclamó con suma alegría abrazando a su amigo.

 

-¡Hiro! ¡Muchas gracias!- Sonrió el ojiamatista respondiendo el abrazo con una gran sonrisa en su cara.

 

-¿Cómo estás?-Sonrió mientras se separaba del menor y se acomodaba en una banqueta del desayunador.

 

-Muy bien. ¿Y tú?

 

-Bien, algo cansado, pero nada que no pueda soportar.-Sonrisa- ¿Y dime cómo te sientes ya con tus veintiún años cumplidos?

 

-A decir verdad, me siento igual que siempre, no le siento diferencia alguna.-Respondió inocentemente mientras guardaba unos platos.

 

-Ya veo. ¿Y qué tal Yuki-san? ¿Qué te ha regalado este año?

 

Ante la pregunta Shuichi solo atinó  a ponerse rojo hasta la cabeza dejando caer todos los platos que tenía en la mano, haciéndose añicos por el impacto, jugando con sus deditos.

 

-B-bueno… Y-Yuki… ya sabes… él… bueno…-El menor no podía articular palabra coherente al recordar cual fue el regalo de su sexy escritor.

 

Una sonora carcajada se dejó oír entre los rincones de la cocina retumbando en los oídos de los dos allí presentes. A decir verdad, él ya se esperaba una reacción así del pelirosa respecto a Eiri, pero no imaginaba que fuese tanto como para romper una vajilla de porcelana completa. Ese chico sí que podía sorprenderlo cada vez más. Era increíble.

 

-Ya, ya  Shu. No pienses tanto, no queremos que te mueras desangrado por una hemorragia nasal justo el día de tu cumpleaños ¿verdad?-Rió con burla al ver la cara de Shuichi.

 

-Ja, ja. Muy gracioso, y ¿Qué me dices de ti? ¿A caso K-san es la causa de que estés tan cansado?-Contraatacó el menor algo picado pero en tono de burla, sabiendo que su amigo estaba enamorado del americano hace ya bastante tiempo.

 

-…- Silencio.

 

-Hiro… No me digas que…-Se atrevió a hablar el pelirosa algo asombrado. ¿A quién engaño? Totalmente asombrado con los ojos abiertos de par en par.

 

-Sí. Pero no te hagas la idea. No todo el cansancio se debe a él. Sólo lo hicimos tres veces.-Aclaró Nakano tranquilamente ante la atónita mirada de su amigo.

 

-¡¡Kya!! ¡Hiro está creciendo! Parece como si hubiese sido ayer cuando nos peleábamos por ver quien podía robarle la ropa interior a Maiko.-Dramatizó Shuichi con lágrimas de actor surcando sus mejillas.

 

-No exageres Shu, además, comparados con Yuki-san y tú, sólo somos simples niños jugando a ser adultos por primera vez.-Recalcó burlonamente para sorpresa del cantante quien solo empezó a balbucear palabras inteligibles.

 

-¡Hiro! No es para tanto… lo máximo que hemos llegado en una noche ha sido solo de seis veces.-Intentó excusarse muy nerviosamente, aunque después de terminar su frase comprendió lo que dijo.

 

Una nueva carcajada aún más fuerte que la anterior hizo estruendo en la cocina.

 

-¿Fue acaso ese día en el que insististe en quedarte parado todo el día para ensayar y que además tuviste una sonrisa de oreja a oreja como colegiala enamorada? ¿Lo ves Shu? Tú mismo te has delatado.- Reía Nakano, a lo que el menor solo pudo unírsele.

 

Ding-Dong

 

-¡Yo voy!- Dio saltitos hasta la puerta.- ¿Sí?

 

-¡Cuñadín!- Un atractivo pelinegro se lanzó hacia el pelirosa en un fuerte abrazo que lo dejó tumbado en el piso.- ¡Felicidades! ¿Cómo la estás pasando? ¿Mi hermano no te hizo llorar otra vez no?- Mirando acusadoramente a Yuki quien sólo lo observaba dándole otra calada a su cigarrillo.

 

-Tatsuha, muchas gracias.-Sonreía algo nervioso el cantante al sentir una profunda mirada clavada en su cuerpecito… ya sabiendo a quién le pertenecía.

 

-¿Quién diría que ya se cumplirán casi cuatro años desde que estás viviendo con mi torpe aniki? ¡Y mira que eso ya es decir mucho! ¡Yo no podía ni soportarlo dos horas seguidas sin querer cometer homicidio!- Tatsuha hablaba de corrido obviando el echo de que estaba encima del cantante, abrazándolo con demasiada fuerza, en el medio de la sala, con la muy atenta mirada del rubio puesta sobre él y en una pose… un poco comprometedora.

 

-Tat…Su…Ha… no puedo… respirar…- El rostro de Shuichi se había puesto acorde con sus ojos, dándole a entender al moreno que había estado abrazándolo con mucho entusiasmo, por lo que se levantó.

 

-Je Je, Gomen, es que no celebro muchos cumpleaños, Yuki es un amargado de primera, Thoma siempre está ocupado, mi padre es un anticuado, y Mika, cumple solo una vez al año.- Confesó mientras le tendía una mano a Shuichi para que se levantara.

 

-Je je… no te preocupes, no fue nad…- No pudo terminar la oración debido a un segundo abrazo que lo tumbó nuevamente.

 

-¡Shu-chan! ¡Feliz cumpleaños! Kuma-chan quiso venir a saludarte.- Exclamó con notable alegría en su voz, un hombre peliverde agitando frente a su cara un simpático conejito rosado.

 

-Sakuma-san… muchas gracias por venir.-Agradeció mientras intentaba levantarse, cosa que no logró por tener encima a su ídolo.- ¿Le molestaría quitarse por favor?-Pidió amablemente.

 

-¡No! Ryu-chan quiere abrazar más a Shu-chan.-Se quejó como niño pequeño mientras se apegaba más al pelirosa, pero no le duró mucho ya que una mano le tomó del cuello de la camisa y lo lanzó hacia Tatsuha quien amortiguó el impacto.

 

-Ve a acosar a tu koibito.- Ordenó fríamente Yuki mientras levantaba al pelirosa, quien estaba muy sonrojado.

 

-A-Adelante, no se queden ahí parados, sólo faltan llegar Thoma-san y Mika-san.- Dijo el cantante mientras se acomodaba más entre los brazos del escritor.

 

-Oh es cierto, ten Shu, este es nuestro regalo.- Le dijo el monje mientras de una fina bolsa con tres cajas, sacaba una de terciopelo rojo y se la tendía al cumpleañero.

 

-¡Chocolate! Muchas gracias Tatsuha, estoy seguro que será delicioso.-Sonrió a modo de agradecimiento mientras colocaba la delicada cajita junto al regalo de su mejor amigo.

 

Sin hacerse de rogar, la pareja se adentró en el departamento. Pasaron unas horas y con la llegada de Thoma, Mika y el alcohol –por insistencia de la mujer- la verdadera fiesta comenzó.

 

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La música sonaba en todos los recovecos del departamento dándole un toque más divertido a la pequeña fiesta acorde con las risas. Los únicos que hasta el momento se mantenían sobrios eran Yuki, Shuichi y Hiro. Los demás se habían descontrolado totalmente; K disparaba su mágnum como loco hacia el techo, Tatsuha le estaba metiendo mano al peliverde mientras se fundían en un beso muy fogoso que estaba encendiendo a más de uno en la habitación.

 

Mika se encontraba arriba de la mesa bailando y cantando, y, para sorpresa de todos los allí conscientes, Thoma estaba a su lado también pasado de copas y diciendo cosas que ni él mismo debía entenderse. Eiri ya estaba listo para echar a todos a patadas de su casa luego de terminar el pastel. Ya de por sí el solo hecho de ver al americano destruyendo su techo no le hacía ninguna gracia, y por si fuera poco ahora parecía que Nakano también estaba ebrio y besaba nada inocentemente a K.

 

-Bola de anormales pervertidos.-Pensó el rubio mientras le daba otro sorbo a su siempre fiel cerveza y veía como su hermana se caía de la mesa y Seguchi corría a ayudarla, a lo que sólo pudo esbozar una discreta sonrisa de diversión.

 

Shuichi viendo que todo se estaba yendo al caño cuando notó que las manos de su cuñado estaban deslizándose hacia el pantalón del peliverde, decidió ir a por los dulces para que al fin ya pudiesen marcharse todos. Y no es que le molestase ver como sus mejores amigos ya prácticamente estaban follando en su propio cumpleaños frente a él, sino que la mirada de su koi no era precisamente amigable.

 

-Etto… Yuki… iré a buscar el postre.-Avisó mientras se levantaba del sofá y se encaminaba hacia la cocina pasando por una casi inconsciente Mika tirada en el suelo.

 

.¡¡Sí!! Ryu-chan quiere pastel.-Gritó en su modo chibi olvidando el hecho de que hace solo unos segundos estaba dando un show erótico en público.- Ne, Tat-chan, a que tú también quieres.- Le dijo mientras se abrazaba a su cuello.

 

-Claro que si Honey, aunque el verdadero postre llegará cuando estemos solos en la casa.-Susurró sensualmente en su oído devolviéndole su figura  adulta por unos minutos.

 

El mayor de los Uesugi sin ganas de soportarlos más caminó hacia la cocina para alcanzar a Shu.

 

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-Veamos… aquí estaba el café… pero Sakuma-san no toma café… entonces será té para él. El pastel ya está ahí, los dulces allí y…- El rubio veía como el menor se movía de un lado a otro buscando a medida que hablaba. Le parecía tan tierno que no se resistió a abrazarlo, después de todo… nadie los estaba observando…

 

El de iris amatista se sobresaltó un poco al sentir unos fuertes brazos rodear su estrecha cintura, pero se tranquilizó al reconocer a quien le pertenecían, por lo cual simplemente sonrió mientras cerraba sus ojos.

 

-¿No crees que ya es hora de que se vayan?-Preguntó más que nada como una orden, a lo que el otro simplemente soltó una risilla.

 

-Ne, Eiri, solo aguanta un poco más, luego de cortar el pastel se irán y tendremos el resto de la noche para nosotros solos…-Susurró de forma muy sugestiva logrando que el mayor esbozara una sonrisa.

 

-Tú pequeño pervertido. Deberías dejar de juntarte tanto con Tatsuha.- Besó sensualmente el cuello del cantante quien solo gimió muy levemente ante el contacto.- ¿No te bastó con lo de la mañana?-Volvió a inquirir logrando su propósito. Un sonrojo muy notoriamente notorio en su koibito.

 

-Siempre que venga de ti jamás me cansaré Eiri.- Enfatizó la última palabra haciendo que Yuki le diese vuelta y lo besara muy apasionadamente siendo correspondido al instante.-Eres mío.-Concretó en tono firme una vez terminado el beso, al mismo tiempo en que comenzaba a hacer danzar sus manos por el esbelto cuerpo de su esposo.

 

Una suave risita escapó de los labios de Shuichi.

 

-Lo sé.-Sonrió de oreja a oreja mientras lo abrazaba con un bello sonrojo en sus mejillas.- Te amo.- Un nuevo contacto de labios hizo presencia, esta vez acompañadas de sus lenguas quien traviesas se peleaban entre ellas por un ganador que, sabían, no habría. Lentamente se separaron y el mayor pudo ver un hermoso tinte carmín en las mejillas del cantante, que lo hacían ver aún más tierno de lo que era.

 

-Shu, yo…-

 

-¡¡Na no da!! Ryu-chan quiere pastel ¿dónde está Shu-chan con el pastel?-Lloriqueó Sakuma mientras aparecía colgado del cuello de Tatsuha, cortando la escena de la pareja haciéndose acreedor de una mirada avergonzada por parte del pelirosa y una fulminante, cortesía de Yuki.- Oh… ¿interrumpo algo?-Preguntó en su forma chibi mientras mordía la oreja de su peluche y hacía un puchero.

 

-Aniki, eres un depravado haciendo esta clase de cosas cuando todavía hay gente en tu departamento.-Reprochó el moreno viendo como una bonita aura del color de la noche rodeaba al escritor quién giraba  su cabeza en dirección a él.

 

-¿Yo soy el depravado? Por favor, no era yo quién recién parecía que me iba a follar a mi pareja en el medio de la sala.- Acotó dejando muy sonrojado a los recién llegados, mientras se encaminaba hacia los demás.

 

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Ya servido el pastel, el grupo comenzó a reaccionar gracias al café dejando a su alcoholismo rezagado. El primero fue Hiro quién no estaba tan bebido pero igual tenía una resaca de los mil demonios al igual que K. Thoma, a pesar de que intentaba disimular, se estaba partiendo de la cruda que tenía del mismo modo que Mika quien fue la última en apaciguar su ebriedad.

 

Shuichi pensó que sería un buen momento para abrir el regalo de Tatsuha, ya que conociéndose luego lo olvidaría y se echarían a perder. Se levantó y fue a buscar aquella delicada caja de chocolates y ponerla en el centro de la mesa.

 

La primera que tomó uno fue Mika, y Yuki viendo que no tenía ningún tóxico decidió imitarla.

 

-Mmm… está delicioso Tatsuha.- Saboreó el dulce un poco más mientras tomaba otro.-

 

-Es cierto.-Apoyó su esposo.-

 

El moreno solo sonrió haciendo buenas críticas acerca de esa dulcería y de cómo había llegado a ser su favorita.

 

El resto de la velada pasó entre risas y viejas historias que animaban a todos.

 

Shuichi giró su cabeza para observar a Yuki quién estaba muy cayado desde hace un buen rato. Prestó atención a su cara, estaba algo sonrojada y había un brillo extraño en sus ojos. A su lado estaba Thoma quién estaba en un estado muy similar y, por si fuera poco, Hiro, K y Mika también.

 

-Etto… ¿estás bien?-Posó suavemente una de sus manos en el hombro del ojidorado, pero sólo logró que este se removiera un poco incómodo, lo que llamó su atención.- ¿Yuki?

 

El escritor no respondió, simplemente cubrió su cara con ambas manos. Shuichi, aunque estaba preocupado pensó que se debía a que ya estaba cansado y se decidió por agarrar un chocolate, que todavía no había probado.

 

Mientras pasaban los minutos, los únicos que aún entablaban conversación eran Ryuichi, Tatsuha y el pelirosa, quién cabe decir estaba algo acalorado, por lo que había encendido el aire. Hiro a penas participaba, y cuando lo hacía era con simples monosílabos.

 

De repente Yuki se levantó bruscamente, abrió la puerta y sacó a todos de su casa de una patada. Para el de iris amatista todo pasó muy rápidamente, un segundo estaba hablando con Tatsuha de las mejores canciones del vocalista de NG, y al otro había sólo un sillón vacío.

 

El rubio se acercó a su, ahora esposo, y sin darle tiempo de nada le plantó un apasionado beso. A pesar de que lo tomó por sorpresa le correspondió al instante sintiendo el dulce sabor del chocolate en su boca.

 

-Ya no puedo más…-Articuló con una voz cargada de lujuria una vez separaron sus caras.-

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, intentaré no tardar demasiado con la conti ^^ Se aceptan quejas, sugerencias, tomatasos =D, y todo tipo de comentario que quieran hacer, si quiern que introduzca algo en específico, ya sea una pareja en especial o una situacion con "X" persona, solo diganlo y veré si puedo hacerlo ^^ Se me cuidan mucho! 

Matta-ne! ^^


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