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Dr. Feelgood por Aluminia

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Notas del fanfic:

No se me ocurrió u título mejor xD, es mi primer fan fic de esta serie, asi que teganme paciencia si a veces les parece que escribo incongruencias :3

Notas del capitulo:

Espero empezar con el pie derecho :3

Hacía diez años que la guerra había terminado, el maldito psicópata de Riddle estaba mas que muerto, y por fin respiré tranquilo, bueno, solo a medias, el problema principal estaba eliminado, ya no tenía a un hombre-serpiente pisándome los talones para asesinarme, pero si creía que después de aquello yo iba a ser feliz, Por Merlín que estaba equivocado.

 

Años después de aquello, me casé con la hermosa Ginerva Weasley, la hermana de mi mejor amigo, y todo era perfecto, tenía una casa aseada, una mujer esperándome al llegar de mi trabajo, un par de hermosos hijos y una nena en camino, era tan feliz que no cabía en mi mismo, y tal vez por eso pasó lo que pasó. Fue una tarde de febrero, helada, afuera nevaba y yo solo añoraba ver los ojos de mis preciosos hijos y de mi querida esposa, la pequeña Lily ya tenía unos pocos meses, el torbellino llamado James tenía ya 4, y mi pequeño Albus contaba con 3, mi esposa hacia lo que podía para cuidarlos, y yo me sentía un bastardo encerrado en esa oficina, sin poder ayudarla.

Para mi “suerte” no se presentó nada de trabajo, y pude marcharme a casa a las 4, mi salida habitual era a las 9, estaba emocionado, podría cuidar a mi pequeña y jugar con mis enanos, todo parecía miel sobre hojuelas.

 

Cuando llegue a casa, la encontré extrañamente vacía, solo escuchaba un golpeteo de la habitación superior, el miedo me invadió, a pesar de los años, aún había locos seguidores del Lord oscuro, corrí imaginando lo peor, casi pude ver a Ginny cubierta de sangre y a mis hijos a su lado, muertos…subí las escaleras, y lo que vi…lo que vi no se pareció para nada a lo que tenía en mente; mi mujer, mi esposa, mi Ginny, mi amiga…estaba con otro tipo, en la cama, en MI cama, con decir aquello ya se imaginarán que no estaban jugando a la casita, la sangre se me fue a los pies…para después regresar enfurecida a mi cabeza, y teñir mis mejillas de un rojo digno de la cabellera de los Weasley.

 

-Ha… ¡Harry!, pensé que tenías trabajo- dice mi sorprendida “esposa”, enseguida sale de la cama, cubriéndose con la sabana, tan tontamente, tan ingenua…como la primera vez que estuvimos juntos…

 

La furia se convierte en tristeza, y luego en furia de nuevo, la miro con los ojos vidriosos y no se que decir.

 

-Nunca estas en casa- Gimotea ella, y el fulano que se estaba follando a mi Ginny se desaparece como un cobarde –Estoy sola todo el tiempo con los niños, y cuando llegas estas tan cansado…ni siquiera me tocas, yo…-

 

Se calla al ver las lágrimas en mis ojos, la veo temblar, como a punto de llorar ella también, le busco la mirada pero agacha el rostro, como si mirarme fuera doloroso, como si mirarme la fuera a destrozar…así como ella me ha destrozado a mi.

-¿Dónde están mis hijos?, ¿te revolcabas con ese idiota en su presencia?- le pregunto, mientras me acerco a recoger mis cosas, tal vez lo mas correcto hubiera sido echarla de casa como a una rata, como a una maldita comadreja, pero esta casa era también de mis hijos.

 

-No…- habla con la voz quebrada – claro que no, ellos son sagrados para mi, Harry-

 

-No- digo, cortante –no soy Harry para ti, soy Potter, y si nuestros hijos son tan sagrados… ¿Cómo te atreviste a ensuciar su casa de esta manera, Weasley?-

 

Ella se queda inmóvil, mientras yo recojo todas mis cosas, no podía soportar ese ambiente tan envenenado, no podía ni pensar como mis retoños podrían entender esto, pero ya no importaba, solo debía huir, por primera vez en mi puta vida, me iba a dar el lujo de huir.

 

Termino de empacar y la miro, aun cubierta por esa sabana, con las mejillas bañadas de agua salada, sus hombros hermosos cubiertos de pecas, esas que yo besaba, mordía y lamía con lascivia, otro recuerdo me abordó, negué con la cabeza, como tratando de disiparlo, y me acerqué a ella, dejé mi equipaje en el piso por un momento y le descubrí el cuerpo, quitándole la sábana que la tapaba, la vi por última vez, contemplé lo que perdía, el asco se apoderó de mi cuando vi marcas e su cuerpo, mordidas, arañazos, y algunos rastros de saliva del hijo de puta que me la quitó, las nauseas me invadieron y retrocedí, sentí como si me fuera a dar un síncope.

 

-Harry…tranquilo, siéntate- me ruega, y me toma por los hombros, su tacto me quema y me suelto de su agarre.

 

-no me toques, Weasley, me das asco- le digo, arrastrando las palabras.

 

Salgo de ahí como alma que lleva el diablo, sin mirar atrás, sin escuchar sus suplicas, haciendo caso omiso a su llanto y a sus gritos, no pensaba volver, nunca…la familia Potter-Weasley había acabado para siempre.

 

 

Un par de meses habían transcurrido de aquello, un divorcio “express” en donde acordamos compartir la custodia de los niños y miles de lagrimas derramadas, yo no veía a Ginny, no podía, era demasiado doloroso ver las fotos de nuestra boda, no quise ni imaginar como me pondría si esos ojos marrones y dulces se posaban en los míos, probablemente, lloraría como una quinceañera por su novio Bobby que la acaba de dejar, así que evité escenas, ella dejaba a mis muchachitos en casa de mis ex-suegros y yo los iba a recoger, los llevaba a tomar helado, a comer, a divertirnos, los tenía los martes y los fines de semana, un trato justo.

Cuando los señores Weasley se enteraron de la “situación” que provocó nuestro divorcio, apenas y me veían sin sonrojarse, lo mismo había pasado con Ronald por un tiempo, mas bien dicho, una semana, pero dejó esa actitud muy pronto.

 

Pero aquí estoy ahora, en una sala de espera, junto al hermano de mi ex esposa y mi mejor amiga, mi embarazada mejor amiga, esperando que nos llamaran a la cita de control prenatal de Hermione que estaba –como decía Ron- a punto de reventar.

 

¿Por qué estaba yo ahí?, pues muy sencillo, Hermi me había arrastrado, ¿la razón?, pues la parafrasearé, ella dijo “¡No puedes dejarme sola con Ronald!, ¡en el primer parto se desmayó!, y como nuestro mejor amigo es tu RESPONSABILIDAD acompañarnos”, y pues no me había quedado de otra.

 

Ron, con mucho esfuerzo y peleas, había logrado convencer a Hermione de atender su embarazo en San Mungo, argumentando que “un pequeño mago en camino merece ser atendido por magos expertos en la materia”

 

-El doctor los recibirá en su oficina- dijo una mujer bastante mayor, interrumpiendo mis pensamientos –sigan por ese pasillo, la primera puerta a la derecha- agregó, dedicándonos una cálida sonrisa.

 

Seguimos sus indicaciones al pie de la letra, entramos en una oficina amplia y bonita, pintada de blanco y con algunos cuadros en la pared, reconocí varios de Alphonse Mucha, y lo que parecía una acuarela de Jackson Pollock, pero nada del doctorcito.

 

- ¿Y este baboso cree que tenemos todo el día?- se quejó Ron.

 

-Fuiste tu el que insistió en venir aquí, querido, así que no te quejes- agregó Hermione, supe que dio en el blanco cuando mi pelirrojo amigo gruñó y posó sus ojos en un cuadro.

 

En ese momento la puerta se abrió, y un ajetreado y visiblemente cansado doctor entró, si dejar de ver su tabla con notas, se apresuró al escritorio de madera de ébano, yo estaba petrificado ante tal imagen, y supuse que mis dos amigos también, el doctor siguió sin levantar la mirada de sus hojas.

 

-Siento haberlos hecho esperar, se presentó una emergencia y…bueno, gajes del oficio, ustedes comprenderán señores… ¿Weasley?-  dijo el doctor, y reaccioné, no era broma, no era una ilusión óptica, realmente Draco Malfoy era el doctor, y a juzgar por la manera en que pronunció el apellido de mis amigos, el también estaba sorprendido de vernos.

 

Vi a Malfoy rebuscar algo en sus hojas, como si les buscara error, volvió a mirarnos incrédulo, pero al fin cedió.

-Buenas tardes señores Weasley, señor Potter- dijo, en un tono amable –por favor, tomen asiento- agregó, señalandonos las sillas que estaban frente a su escritorio.

 

Ni tardos ni presurosos nos sentamos como Malfoy nos indicó, me dediqué a analizar su rostro…había cambiado con el paso de los años, pero aun conservaba sus rastros juveniles, la nariz respingada, los ojos grises de mercurio, los labios finos y perfectamente formados, solo que su cabello caía ligeramente en su frente, ya no usaba gel, y sinceramente le iba mejor ese peinado.

 

-Señora Weasley, como veo que no se estaba atendiendo aquí, tendré que hacerle unas preguntas de rutina, para llenar la ficha de admisión, seré breve- continuó usando ese…extraño tono de cortesía, Hermione asintió, y Malfoy sacó una pluma y unos papeles de su escritorio.

 

-¿Ha estado antes embarazada?- preguntó Malfoy

 

-Si- respondió Hermi

 

-¿su embarazo llego a término?-

 

-si-

 

-¿su anterior producto nació vivo?-

 

-si, vaya que si- contesto Mione, sonriéndole a su Doctor, que le correspondió con una leve mueca de sonrisa.

 

-¿Fue parto natural o cesárea?-

 

-Natural-

 

-¿hubo alguna complicación en el parto?, quiero decir, ¿se usaron fórceps*?, ¿se le practico episiotomía*?-

 

-No, todo fue normal y salió muy bien-

 

-eso es bueno- esta vez, la sonrisa de Malfoy fue completa, - ¿hay antecedentes de diabetes estacional* o preclampsia* en su familia o en la de su esposo?-

 

-para nada-

 

-Muy bien, señora Weasley, acabé con las preguntas de rutina, ahora le voy a pedir que…-Malfoy se detuvo un momento para buscar una bata azul en su escritorio- le pediré que vaya al baño, se quite el sujetador y la blusa y se cubra con eso (acto seguido le tendió la bata a Hermione, quien la tomó de inmediato) tengo que hacerle un chequeo para ver el estado de salud de su bebé y suyo-

 

Hermione se dirigió al baño sin protestar, y cuando estuvimos Malfoy, Ron y yo solos, el primero nos ignoró para sacar de una gaveta una silla que agrandó con magia, también sacó unos aparatos y se dispuso a arreglar todo para recibir a Hermione que se demoraba en el baño.

 

-Lo planeaste, ¿verdad, Malfoy?- le acusó Ron, levantándose bruscamente de la silla, le imité pero no dije nada.

 

Malfoy no lo miró, siguió con su quehacer pero habló –Claro, Weasley, me moría de ganas de verte a ti y a tu señora, también tenía muchísimas ganas de verle la cara  Potter, los extrañaba tanto que planee un encuentro fraternal, ¿no me das un abrazo, amigo del alma?- dijo con sarcasmo, y yo contuve una risa frenética que quería salir, pero la acallé bajo la mirada acusadora de mi amigo pelirrojo.

 

-No le veo otra explicación a esto, coincidencia no puede ser- insistió Ron.

 

El doctor se volvió hacia Ron algo fastidiado –Mira, Weasley, para tu información, yo no escojo a mis pacientes, para eso tengo a mi enfermera y secretaria, ella se encarga de todo esto, y créeme, la despediría si no fuera por que ella no esta enterada de la relación tan “bonita” que tuvimos en Hogwarts-

 

La discusión entre Malfoy y Ron se vio interrumpida por la entrada de Hermione.

 

-Lo siento- dijo la recién llegada

 

-no se disculpe, por favor siéntese aquí- Pidió Malfoy, de nuevo con ese tonito que le quedaba tan extraño.

 

Una vez sentada en esa especie de silla reclinable, Malfoy empezó su tarea, midió el prominente estómago de mi mejor amiga, revisó su piel, y para molestia de Ron y mi inevitable sonrojo, le revisó también ambos senos.

 

-Bueno, todo esta muy bien, ahora…-Malfoy buscó en su bolsillo una botella con un gel azul- va a sentirlo frío- agregó, esparciendo el gel en el abdomen de Hermione, encendió el aparato que había sacado, y recorrió el estomago de Mione con otro artefacto, en la pantalla del otro cacharro apareció una imagen borrosa, mientras Malfoy seguía explorando.

 

-Vaya…las cosas no son tan distintas de los hospitales muggles- comentó la embarazada, dirigiéndose al doctor.

 

-Pues…los aparatos son casi idénticos, ya verá- contestó Malfoy, afanado en su tarea.

 

Vi a Hermione titubear un poco, luego abrió la boca para hablar -¿Usted tiene hijos, doctor Malfoy?-

 

El aludido detuvo su tarea para mirar a su paciente con sorpresa, luego continuó con su trabajo – si, tengo un pequeño monstruo- comento divertido, con una sonrisa enorme en el rostro.

 

-Oh, pero son una bendición- comentó mi amiga, aunque su esposo no estaba muy contento de que socializara con el doctor.

 

-Si lo son… ¡lo encontré!- celebró Malfoy, y en la pantalla, muy claramente, se apreciaba una pequeña figurita, a diferencia de los aparatos muggles, la imagen que nosotros veíamos estaba muy clara, en tonos rosados y cremas, Malfoy movió unos botones y congeló la pantalla.

 

-Les presento a su pequeño, señores Weasley- les dijo.

 

-¿Entonces es niño?- preguntó Mione emocionada, su doctor solo asintió con la cabeza, los ojos de la castaña se llenaron de lagrimas.

 

-Bueno…-dijo Malfoy, interrumpiendo el momento tan emotivo- eso ha sido todo por hoy, la próxima vez que nos veamos será en su parto…por cierto, ¿le gustaría conocer las instalaciones del hospital?, yo se lo recomiendo mucho, así no se sentirá tan desorientada cuando llegue el feliz momento-

 

-Claro- contestó Mione –nos encantaría, ¿me puede acompañar mi esposo y mi amigo?-

 

-Por supuesto, como usted prefiera, solo permítame llamar a mi enfermera- Después de decir eso, Malfoy hizo un ligero movimiento de varita y de esta brotó una luz ambarina, muy parecido al Lumus.

 

Enseguida entró la enfermera, tenía el cabello negro hasta la mitad de la espalda recogido por una coleta, la piel bronceada y los ojos café oscuro, el uniforme que portaba era un vestido blanco característico, medias blancas y zapatos blancos, pero no llevaba cofia, un fleco recto le cubría la frente, analicé su figura de pies a cabeza y le sonreí instintivamente, ella respondió mi gesto.

 

-Dígame, Doctor Malfoy- la muchacha se acercó a su superior y se puso a sus ordenes, cual elfo doméstico.

 

-Muéstrales las instalaciones del ala de maternidad-

 

-Claro Doctor, como ordene, pasen por aquí- nos indicó con una sonrisa en los labios, Malfoy la retuvo unos segundos.

 

-Wotton- le dijo, ella asintió con un poco de temor ante el tono severo de su jefe –por poco te despido hoy, querida-

 

La muchacha continuó extrañada, pero al vernos de nuev sonrió, caminamos un largo pasillo y comenzó a hablarnos.

 

-Muy bien, del lado derecho (señalo co su brazo) esta la sala de admisión, solo le pedirán su nombre y este automáticamente aparecerá en mi tabla- dijo, mostrado una tablilla como la que Malfoy traía –así sabré que ha llegado y yo misma la recibiré, luego…- La guapa enfermera caminó un poco mas, siendo seguida por nosotros, abrió una de las muchas puertas del pasillo y nos pidió pasar

 

-Aquí es donde le realizaremos la tricotomía* y le aremos el aseo, le administraremos oxitocina*, luego le daremos unas pociones para relajarla… ¿prefiere el bloqueo epidural* o  se sentiría mas cómoda con la poción anestésica? –

 

La cara de Hermione se desfiguró en un gesto de terror al escuchar “bloqueo epidural”.

 

-prefiero la poción- contestó, recuperando el color que se le había ido del rostro.

 

-ok…que falta… ¡ah!, Si me siguen por aquí…- agregó la muchacha, conduciéndonos a otra sala, los cuneros.

 

-El señor podrá venir a ver a su retoño aquí si lo desea- cometo la chica sonriendo.

 

Vi a Malfoy entre los pequeños recién nacidos, tenía a un niñito en sus brazos y le alimentaba, después lo dejó y se dirigió a una nena cubierta con ropita rosa, hizo unos sencillos movimientos con su varita y de esta brotaron figuritas de unicornios y flores, todas parecían hechas de una luz rosa, la bebita le reía con ganas, y el le correspondía, me quedé tan atontado viéndole que no me di cuenta de que mis amigos de habian ido y la enfermera también, les alcancé apenado.

-Lo siento- dije, recuperando el aliento que se me había ido corriendo tras de ellos-es que…me resulta tan extraño ver a Malfoy así tan…paternal-

 

-y que lo digas, hermano- me apoyó Ron

 

-¿Conocen los señores al Doctor?- preguntó la enfermera

 

-si, algo- contestó Hermi.

 

-Oh, de haberlo sabido…al doctor Malfoy no le gusta atender a sus conocidos, es por ética profesional… ¡pero que torpe!- se quejó la muchacha, con la mirada visiblemente angustiada.

 

-no, no te preocupes, no sabías nada- le disculpé y ella me sonrió

 

-Bueno, solo me resta decirle, Señora Weasley que esta usted en buenas manos, el doctor Malfoy es un gran mago, fue el mejor de su clase y es el jefe del ala de maternidad, además cuenta con los estudios muggles de pediatría-

 

La idea de Malfoy en una universidad muggle me hizo sonreír de buena gana, imaginármelo con cara de asco en un salón rodeado de humanos sin magia…le alegraba el día a cualquiera.

 

-¡Que tonta soy!- dijo la enfermera, sacándome de mis pensamientos –No me he presentado, mi nombre es Saphir Meissa Wotton, asistente, secretaria y enfermera personal del doctor Malfoy- se detuvo para volverse hacia Hermione –El medimago Malfoy y yo le atenderemos en su parto.

 

 

 

Notas finales:

*Forceps: pinzas especiales para ayudar a salir al producto de la madre

*Episiotomía: corte quirúrgico que se le practica a la paciente en la zona del perineo para facilitar el parto.

*Diabetes estacional: un tipo de diabetes que se presenta en el embarazo, y al finalizar este la enfermedad desaparece

*Preclampsia: problema el cual se manifiesta con alta presión durante el embarazo.

*Tricotomía: limpieza de vello púbico del area genital

*Oxitocina: hormona que facilita las contracciones vaginales, ayuda durante el embarazo

*Bloqueo epidural: anestesia que se pone en la espalda baja, bloquendo las señales de dolor de la espina dorsal.

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Bueno, espero que lo encontraran entretenido, espero continuarlo muy pronto

 

saludos y espero reviews :3

 


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