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Beso de Luna… por Aries Shade

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Notas del fanfic:

umm... es un AU, desierto, OCC, arena, y un poco de Chan, ¬¬ bueno mucho Chan.

Beso de Luna…

La luz apenas y se filtraba por aquella pequeña y abarrotada ventana, el aire era pesado, hacia mucho calor, aunque en la oscuridad de aquella prisión el calor disminuía aunque no así la sed, las cadenas le mallugaban las muñecas y los tobillos, jamás en su vida había pensado que siendo quien era aun algún momento de su vida terminaría así, en una horrible prisión como rehén de esos malditos Ninjas, tan solo tenia 16 años, él era un príncipe maldita sea!!! No tenia por que estar allí!!!


Esos malditos Kaseiyo’s!!! Esos Ninjas del desierto, ladrones, asesinos, malditos hombres!!! Él, Uchiha Itachi, uno de los príncipes de los Uchiha’s, el segundo heredero del trono de la tierra del fuego no tenia que estar como prisionero de es maldito de Kaseiyo!!!


Esos lo habían capturado en una emboscada a su caravana, la caravana que lo trasportaba a Konoha, la cuidad imperial de la tierra del fuego, habían matado a todos y a él lo había capturado, de eso ya casi un mes, un mes en el que lo  había tenido encerrado en aquella prisión sin siquiera saber donde rayos estaba. Unos pasos cortaron sus pensamiento, era pasos corto y suaves si no estuviera seguro de quien se tratara tal ves pensaría que solo era un ilusión pues era sonido era casi nulo.


La única puerta de aquella prisión se abrió y entonces él entro, un pequeño y rubio niño, su rubio carcelero, Dei-chan era un niño de aproximados doce años o al menos eso era lo que él calculaba nunca le había pregunta, como tampoco le había preguntado que hacia allí. Solo sabia que ese pequeño con semejante raro color de cabellos y ojos era quien lo alimentaba y de vez en cuando le lleva agua para asearse y ropa para cambiarse, le había conocido poco después que le llevaran allí, ese pequeño había curado sus heridas.


-           Itachi-koi te he traído el desayuno – sonrió el rubito acercándose a él y dejando una bandeja con comida cerca de él para luego acercarse directamente y con una pequeña llave soltar las cadenas que lo aprisionaban.


Sus ropas eran sencilla como la que cualquier otro niño, su piel era dorada, era pequeño y menudo, las únicas características que lo volvía un espécimen raro era ese extraño color de cabello y ojos, pues el pequeño tenia el cabello amarillo, dorado a decir verdad y los ojos de un intenso color azul extremadamente inocente. Nunca antes ni por error había visto algo ni siquiera parecido. Había conocido personas con el cabello plateado, para no ir muy lejos su primo mayor tenía el cabello plateado y su tío, el padre de este, también lo había tenido al igual que el hermano de este. Pero nunca había visto alguien con un cabello como este niño, jamás lo había contemplado a la luz del sol pero estaba seguro que este destellaría como si oro se tratase.


En cuanto las cadenas le liberaron tomo con una mano el mentón del pequeño y con la otra la pequeña cintura, con movimientos suaves le planto un beso que dejo sin respiración al niño. Ciertamente era apenas un crio, pero ese niño lo sacaría de allí, no había desperdiciado su tiempo al enamorarlo por nada y siendo tan ingenuo como era lo sacaría de allí. Bien había visto como el pequeño niño había conseguido las llaves para quitarle las cadenas, además ya lo había convencido para que lo ayudara a escapar con la promesa de llevárselo con él. Le había prometido además que se casarían cuando ya estuviera en su palacio, claro que él lo aria con tal que lo ayudara a escapar pues estaba muy seguro que el Kaseiyo lo mataría dentro de poco tiempo. Además el niño no estaba tan mal, bueno no que a él le gustase pero tenia que hacerlo para salir vivo de allí.


-           Mi pequeño Dei-chan, - le susurro entre besos – tengo mucha hambre pero… se me antoja algo mejor que el desayuno… - sonrió le moreno mientras metía las manos dentro del pequeño pantalón del pequeño, él ya no era virgen, hacia mucho lo había dejado de ser además ya le había quitado la virginidad al pequeño no hacia mucho.


No tardo demasiado en tener al pequeño en el suelo bajo su cuerpo y un rato más en estar dentro de él, la primera vez no había eyaculado en su interior pero ahora si lo hizo pues estaba tan excitado que no pudo contenerse… pero que mas daba era un niño ¿no? No es como si hubiera algún riesgo, después de todo era un varón y lo sabía, además era muy pequeño.  


-           Dei bebé, tenemos que huir cuanto antes… van a matarme dentro de poco y tú… no quieres eso verdad?… - dijo en un susurro, le urgía salir de allí.


El pequeño recostado sobre su pecho lo miraba con mucha atención, era verdad mataría a Itachi dentro de poco, pero aun así tenia miedo…


-           Pero Ita-koi… estoy asustado… - dijo en su susurro.


-           Amor… tú no quiere que me maten y no separen verdad? –dijo besando sus dorados cabellos.


-           No… yo te amo Itachi…


-           Entonces debemos escapar de aquí… junto, nos casaremos y seremos muy felices Dei solo confía en mi –dijo con fingida ternura.


-           Yo… - cerro los ojos apretando las lágrimas – está bien… nos iremos esta… esta noche como… como… como habías planeado…  - dijo casi en un susurro…


-           Te amo Dei- dijo con una sonrisa cínica, saldría de hay y luego ya vería como deshacerse del mocoso.


El pequeño se retiro poco después de haberle colocado nuevamente las cadenas, era horribles pero necesaria para evitar que alguien sospechara…


Cuando la luna estuvo en su punto mas alto la puerta de la celda se abrió silenciosamente y por ella paso un pequeño rubio con ropas de viaje, el joven moreno lo espera impaciente pues se había enterado en la tarde que seria muerto dentro de dos días, el pequeño le quito las cadenas y luego le dio ropas de viaje, claro que no eran como las que él acostumbraba pero ya eran algo. Ambos salieron de la guariada, el azabache se sorprendió mucho al descubrir que desde fuera o a la distancia era imposible descubrir el lugar. Ambos avanzaron rápidamente hasta estar completamente fuera de los límites de la guarida de los Ninjas.


Era muy probable que los descubrieran dentro de unos momentos por lo que era mejor separarse, si solo era dos, pero por separado era aun menos probable que lo capturaran…


-           Dei amor, tenemos que separarnos – dijo deteniendo al niño, los ojos azules le vieron con inocente confusión – separados es menos probable que nos descubran…


-           Pero Ita-koi…


-           No te preocupes amor… tú ve por el camino de los oasis y yo iré por le de la montaña de rocas… estarás mas seguro en los oasis… siempre hacia el norte… nos vemos dentro de algunos días en el oasis Akatsuki… yo tardare mas en llegar pues mi camino es mas largo pero te juro que iré por ti… ve tú primero, yo que iré dentro de un rato para asegurar que me sigan a mi… tu mi vida ya has arriesgado demasiado al liberarme… - dijo acariciando su mejilla y dándole un suave beso.


 


El pequeño partió con lagrimas en los ojos, a pesar de todo si ira por él y honraría su palabra, sabia bien que si era descubierto lo matarían por traicionar a los Ninjas de mierda, además él era mayor y mas fuerte por lo que resistiría mejor el viaje y la persecución de esos desgraciados.


 


Además irse por el camino de las montañas de convenía por allí tendría la ventaja, después de todo él tenia el Sharingan y en las montañas no podrían capturarlo y como bonus podía sentir a uno de sus primos cerca, eso significaría su victoria.


 


El camino fue difícil y peligroso, sentía a los ninjas en sus talones pero también sabia y sentía cada ves se acercaba mas a lugar donde seguro se encontraba Obito, su primo, la persecución había sido extrema aunque creía firmemente que ellos solo lo había seguido a él, por lo que el mocoso rubio estaría a salvo había pensado seriamente en entregarlo a uno de los generales de su tío para compensarlo sin embargo lo idea de las manos de algún tipo sobre esa dorada piel le revolvía le estomago, tal ves pudiera mantenerlo como uno de sus amantes, eso seria lo mejor de todas maneras él no podía casarse con un hombre, necesariamente tenia que dar herederos a su familia por lo que se casaría con una bella mujer.


 


Aunque pensándolo mejor en ese preciso momento no era el mejor para reflexionar sobre tales cosas.


 


Al tercer día de persecución por fin fue alcanzado y alcanzo, fue alcanzado por lo ninjas casi al mismo tiempo que alcanzo el campamento de su primo, y se desato la pelea, lo soldados intentaban repeler a los ninjas, en una casi maratónica batalla los lograron repeler, él estaba muy herido y su primo junto a todos lo sobreviviente empezaron el viaje de regreso al Konoha, estado herido como estaba estuvo inconsciente muchas lunas.


 


Habían pasado mas de tres meses desde que había escapado de los ninjas y dejado atrás a un rubio niño, se encontraba en el palacio de su familia mientras se recuperaba y la culpa lo carcomía, su querido tío lo había estado cuidando pero no había tenido cara para contarle a nadie acerca de Dei-chan, no quería hablar de eso sin embargo a cada momento que pasaba en su corazón el deseo de ir a buscarlo se hacia mas grande, mas cuando recordaba aquellos ojos azules como zafiros o esos cabellos de oro, cuando veía la arena del desierto atrayendo sin poder evitarlo esa piel bronceada.


 


Finalmente había conseguido salir del palacio en compañía de su primo mayor, el peliplanta había aceptado llevarlo sin preguntar nada, sabia que este sospechaba que él no se recuperaba totalmente por el asunto pendiente que no había confesado con nadie y por ello lo llevo al oasis Akatsuki.


 


Aquel era uno de los oasis mas bellos de reino, la verde vegetación se extendía casi llevándote a un lugar lejano y mágico, camino por todo este intentando encontrarlo con la vista, casi podía verlo sentado al pie de uno de esas palmeras sonriendo y soltando destellos de oro por doquier. Pero no esta.


 


Consiguió convencer a Kakashi de permanecer un para días allí, las aguas así como el cielo parecieran verlo recriminantes con los ojos del pequeño, no estaba allí lo sabia, lo sentía. Pero al segundo día por fin se topo con lo que buscaba, moradores de las arenas, aquellos era lo que habitaban en el oasis estaba por fin frente a sus ojos y por ellos los obligo a responderle, esos ojos cuyo poder aterrorizaba.


 


-           Dei-chan, si lo vimos… la pobrecita criatura estuvo aquí por varias semanas, una criaturita hermosa… - dijo al final un vieja mujer que al parecer había tenido contacto con su pequeño rubio – esperaba a su esposo según dijo… que él nunca vino por Dei-chan… nosotros le regalábamos leche o cosas por el estilo, era un buen cazador, una lastima total… - susurro la mujer…


-           ¿lastima? ¿Por qué?... ¿Dónde esta el niño anciana? – pregunte impaciente algo no le daba buena espina en aquella conversación, algo le decía esta muy mal… algo esta realmente mal.


-           Supongo que muerto y si no… deseara estarlo… - dijo sombría la anciana…


-           ¿Q… qué? ¿A qué se refiere? – pregunto temeroso por oír la respuesta que se negaba a aceptar.


-           Los ka… kase… Kaseiyo’s se lo llevaron, el líder lo atrapo mientras el rubito gritaba e intentaba huir, lo cogió y se lo llevo, seguro paso por todos los hombres de la banda antes que lo mataran… pobrecito niño, violado, humillado y maltratado de lo peor antes de morir cuando apenas y acaba de cumplir los doce años…


 


Murió… dei-cha murió por mi culpa, por mi cobardía han no querer decir de que me valí para salir de la guarida de los kaseiyo’s, con lagrimas, las cuales fueron vistas por su asombrado primo Kakashi, él juro venzarse, el niño no había tenido la culpa, el niño solo le había entregado su amor… lo vengarían y en su nombre cortaría la cabeza del Kaseiyo.   

Notas finales:

besosos y espero que les haya gustado, de corazon.


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