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The four season (Las cuatro estaciones) por blackrain

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Notas del fanfic:

Por fin me animé a escribir un ItaSai...Me encanta esa pareja, pero no se porque no lo habia hecho...

Este fic esta basado en la música de las 4 estaciones de Vivaldi (Música que me encanta)...

Bueno, lo actualizare cada mes...cada día 21 de obligación, pero esta vez será la excepción ya que el 21 cae en domingo...

 

Notas del capitulo:

Para los que no conocen a Vivaldi...ésta es la canción que interpreta Itachi, obviamente no suena igual ya que el es un solo violin, pero así es como debe sonar xD...

http://www.4shared.com/file/245676901/15a5c203/01_Vivaldi_-_Spring_-_Allegro.html

El problema de los balcones.

 

 

 

Sai movió con dificultad el sofá por la sala, el delgado chico de cabello corto y oscuro se encontraba bañado en sudor, vestía sólo con un corto short negro, permitiendo ver la blanca piel, su playera negra estaba tiraba en el piso debido a que había empezado a sudar y no quería ensuciarla, el joven no tendría mas de 18 años, estaba a punto de entrar a la universidad y estaba interesado en el área de Artes. Era uno de los estudiantes más sobresalientes de la clase de arte y el próximo candidato para ser aceptado en Konoha una de las universidades más reconocidas por dar grandes compositores y músicos al mundo.

 

-No debí de haberme mudado yo solo-rendido se dejo caer en el piso, había acomodado todos sus muebles en la casa el sólo, se acababa de mudar debido a que estaba a punto de entrar a Konoha.

 

Había pensado que era presuntuoso conseguir una casa cerca antes de recibir la carta de aceptación, pero el precio de la renta de esa casa era una verdadera ganga, si lo dejaba pasar nunca más podría conseguir algo a ese precio.

 

-Y todo es por el problema del balcón…

 

Los oscuros ojos del pelinegro se dirigieron al techo, recordando su conversación con la persona con que cerró el trato.

 

“-¿Pero por qué el precio es tan bajo?-Sai miró desconfiado al dueño.

 

-Bueno, no es una razón terrible-Sonrió entrando a una habitación, a la que Sai le siguió- el problema radica aquí.

 

-¿Aquí?-Sai se asomó al balcón que señalaba el dueño.

 

El balcón pegaba con el de la casa de al lado, sin ningún problema se podría saltar a la del vecino desde ahí, además de que ambas puertas de las casas eran de cristal, permitiendo ver el interior de la otra casa.

 

‘Bueno, puedo hacer aquí mi estudio’

 

-Mmmm, supongo que es un problema, tal vez podría conseguir una casa con más privacidad-Sai puso cara de duda, por lo que recibió otra gran oferta por parte del dueño”

 

Sai tomó la playera y se la puso, ya había oscurecido y empezaba a refrescar, subió con lentitud las escaleras con lentitud rumbo a su estudio, había dejado esa habitación para el final, por lo que entró sin encender la luz, en la habitación de enfrente la luz estaba encendida, por lo que Sai antes de tocar el interruptor se acercó a su enorme puerta de cristal corriéndola con suavidad sin salir al balcón, siendo aún protegido por la oscuridad, miró la habitación de la otra casa, la puerta también estaba abierta, lo cual le permitía oír la música que interpretaba su joven vecino.

 

Sus ojos miraban a un pelinegro de cabello largo atado en una coleta que se encontraba dándole la espalda, vestía con un pantalón de deslavado de mezclilla y una camisa negra de manga larga, y en sus manos traía un violín con el que interpretaba maravillosamente una canción que Sai conocía a la perfección.

 

-Spring en allegro-Sai miraba hipnotizado al músico interpretar perfectamente la canción que él tantas veces había escuchado.

 

El chico se quedo en silencio mirando oculto en la oscuridad, el violinista se dio la vuelta, quedando de frente a Sai, pero en ningún instante volteó a mirar al pelinegro, quien miró sorprendido al joven.

 

Se trataba de un hombre muy atractivo, de no más de 20 años, en su rostro estaba marcada la concentración que ponía en lo que hacía, las manos se movían sublimemente, interpretando perfectamente la canción, cuando terminó levantó por fin la vista.

 

Los oscuros ojos del pelinegro de cabello largo se dirigieron al balcón de enfrente cuando escucharon los aplausos que venían de esa dirección, los oscuros ojos que estaban adornados con unas notables ojeras se entrecerraron ligeramente, muestra clara de su enojo, dio unos rápidos pasos hacia la puerta cerrando con rapidez se alejó, perdiéndose de la vista de Sai, y siendo precedido por la oscuridad.

 

-Bueno, estaba invadiendo su privacidad-Sai no pudo evitar estremecerse, no sólo se había enojado, lo había mirado con odio.

 

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Un chico rubio de 15 años iba caminando por la piscina de su escuela, en sus manos traía una caja con muchos objetos que pertenecían al taller de dibujo de la universidad Konoha, su escuela era una de las conocidas como escuelas elite, sólo ingresaban alumnos de la más alta clase social y tenía acceso automático a la prestigiada universidad Konoha, habían pedido un voluntario para ayudar a llevar los materiales al salón de arte y como él estaba interesado en entrar a ese taller no perdió la oportunidad de ir a conocerlo. El joven iba caminando por la orilla de la alberca olímpica por lo que cuando dos alumnos pasaron corriendo a su lado lo arrempujaron sin querer, ocasionando que resbalara.

 

-¡Lo sentimos!-los chicos no tuvieron tiempo de detenerse, iban muy tarde a clase.

 

Por más que el rubio trató de evitarlo cayó hacia la alberca, golpeando su cabeza con el borde, ocasionado que quedara inconciente dentro del agua, la cual empezó a colorearse roja.

 

Kakashi Hatake se dirigía a la bodega, le habían prometido enviar un alumno con materiales para su clase, pero se había tardado, por lo que decidió ir a  buscar él mismo lo que necesitaba. Cuando el profesor pasó por la alberca sintió su sangre helarse al ver la sangre en la piscina, sin dudarlo se lanzó con todo lo que llevaba encima para sacar al chico rubio del agua. El hombre peligris sacó al chico del agua, colocándolo boca arriba en el piso, se asustó al notar que no estaba respirando.

 

-Por favor, niño-El mayor tomó al rubio por la barbilla con una mano mientras que con su otra mano tapaba su nariz, inclinándose para darle respiración de boca a boca, cuando se separó el rubio seguía sin respirar, por lo que volvió a darle más aire al chico. Cuando se alejó el rubio tosió, expulsando el agua de sus pulmones.

 

-Tranquilo-el profesor lo levantó un poco, siendo sorprendido por unos hermosos ojos azules que lo miraban, analizó el rostro del chico, antes había visto ese cabello rubio, ese rostro bronceado y esos sorprendentes ojos azul claro, la única diferencia con la imagen que tenia en su mente eran esas tres cicatrices en cada mejilla.

 

-Gra…cias-El ojiazul llevó su mano a la cabeza, retirándola con un poco de sangre en ésta.

 

-Te llevare a la enfermería-el profesor tomó en brazos al chico, ocasionando que se sintiera incomodo, los claros ojos del chico analizaron al adulto, era un hombre alto, de cabello gris, pero no aparentaba tener más de 25 años, lo que llamó la atención del rubio fue un parche negro que cubría su ojo izquierdo.

 

-Llegamos-el peligris se veía un poco incomodo por estar siendo analizado por el menor.

 

-Muchas gracias-el rubio le dedico una agradable sonrisa al ser colocado con suavidad en la cama.

 

La enfermera de la escuela se arrimó, siendo Kakashi quien le explicó lo que había sucedido (o al menos lo que él sabía), la enfermera se acercó a Naruto para revisarlo, lo que aprovecharía el profesor para marcharse.

 

-¡Sensei!-el rubio lo llamó antes de que tuviera la oportunidad de retirarse, por lo que se vio obligado a voltear-Muchas gracias, ¿cuál es su nombre?

 

El peligris dudo antes de responder, el ojiazul luchaba un poco con la enfermera quien insistía en acostarlo.

 

-Kakashi Hatake-el mayor se retiró, pero antes el chico de las marquitas le alcanzó a gritar.

 

-¡¡Yo soy Naruto Uzumaki, muchas gracias!!-Naruto por fin obedeció a la orden de la enfermera-Kakashi Hatake-murmuró dejándose revisar por la enfermera.

 

-Naruto Uzumaki-Kakashi iba caminando a pasó rápido por el pasillo-él no es un Uzumaki… ¿Por qué tiene ese apellido?

 

A pesar de que estaba empapado el profesor se dirigió a su salón.

 

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Sai se encontraba sentado en el balcón, la puerta corrediza se encontraba cerrada, y la luz de su propio estudio apagada, a la vista de cualquiera su estudio estaba vacío, gracias a la pared de los balcones Sai se podía sentar a oír a su vecino pelinegro sin que éste lo supiera, había tratado de hablar con el los días anteriores pero él le sacaba la vuelta. Esa era la única manera que encontró de poderlo escuchar.

 

-Ojala estuvieras aquí, Gaa-chan-murmuró en voz baja, cerrando los ojos para disfrutar la música.

 

Había sido aceptado en Konoha, lo cual había sido una verdadera hazaña ya que de 100 que solicitaron, sólo aceptaron 5. Había tratado de llamar a Gaara para contarle, pero le fue imposible localizarlo, estaba en juntas y después tendría otra reunión con varios clientes.

 

La música dejó de escucharse, como siempre, espero un rato antes de retirarse a gatas abriendo con cuidado la puerta de cristal y entrar a su estudio en penumbras.

 

 

 

Sai se encontraba sentado en la clase de pintura del prestigiado profesor Hatake Kakashi, muchos alumnos estaban emocionados porque sería una clase especial, uno de los más renombrados violinistas del colegio iría a interpretar para ellos.

 

-Buenos días jóvenes-El profesor entró al salón, pero lo que de inmediato su atención se enfocó en el joven que venia a su lado, el chico vestía con una pantalón de mezclilla un poco flojo, traía tenis negros de tela, usaba una sudadera roja y por el cuello de esta salía la camisa blanca de vestir que usaba abajo, el suéter le quedaba algo grande, lo que le daba un aire menos formal, el cabello largo y negro lo traía sujeto en una coleta en su nuca, en sus manos traía el estuche de un violín.

 

“¡¡ES MI VECINO!!”

 

Sai tuvo que hacer acopio de toda su fuerza de voluntad para no gritar, el pelinegro violinista era, sin duda, su vecino pelinegro violinista. 

 

-Su nombre es Itachi Uchiha, e interpretara música para ustedes, alguien tiene alguna melodía que desee escuchar.

 

Sai levanto tímidamente la mano, con lo que logro la atención de su profesor, ya que Itachi se encontraba sacando su violín.

 

-Si, dime-Kakashi le sonrió para infundirle confianza.

 

-¿Spring in allegro, de Vivaldi?

 

-Lo lamento-fue su vecino quien le contesto, lo que le permitió descubrir que tenia una voz algo ronca y sumamente sexy-no se tocar nada de ese compositor, a decir verdad lo detesto.

 

Sai no pudo contestar nada, el pelinegro de ojos oscuro clavó sus orbes en las suyas, sin duda lo había reconocido, había sabido que era él y le había negado la canción por eso. Su profesor le otorgó la petición a otro alumno, pero a Sai le fue imposible oír que pidió, pero su vecino apartó su atención de él y con una sonrisa comenzó a interpretar la petición.

 

“Si se lo hubiera pedido alguien más, ¿la habría interpretado?”

 

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Kakashi salió de la clase, la mejor pintura de la clase había sido de un joven llamado Sai, o al menos esa había sido la firma que le había puesto al cuadro, el pelinegro que había pedido a Vivaldi, su imagen reflejaba tristeza, era una tristeza muy profunda, no había tenido que ver con la canción, pero si con el violinista que lo había lastimado.

 

Itachi con su poco interés por las personas, no había notado algo que él no había pasado por alto, que el chico pelinegro se vio dolido por su negación a interpretar su petición.

 

-¿Sensei?-Kakashi volteó cuando fue llamado.

 

-Uzumaki-san.

 

Su respuesta fue fría, frente a él se encontraba el chico rubio que había salvado algunos días atrás, el rubio traía el uniforme de su escuela, un pantalón de mezclilla con un  saco negro y una corbata roja, el rubio le había dado su propio estilo a su uniforme, el pantalón estaba desgarrado de algunas partes, el saco traía algunos pins que lo adornaban, mientras que la corbata un poco desanudada estaba adornada con unos seguros de oro (alfileres, no se como los conozcan, son los de los pañales clásicos de tela que se ven en las caricaturas), sin duda era un chico muy atractivo.

 

-Quería agradecerle, y me preguntaba si hubiera algo que pudiera hacer por usted.

 

-Nada realmente-contestó siguiendo su camino el peligris.

 

-Pero debe de haber algo que pueda hacer.

 

-Ya le dije que no, joven Uzumaki-fue la fría respuesta del peligris, al tiempo de que se perdía entre la gente.

 

-Bueno, pero no por eso me rendiré-Naruto pintó una enorme sonrisa en sus labios-Naruto Uzumaki paga sus deudas.

 

Al darse vuelta el rubio choco con un joven pelinegro de piel blanca, tirando todas las cosas que el joven cargaba en el piso.

 

-Hay no…

 

-¡Lo lamento mucho!-Naruto se apuró a ayudar al chico a recoger sus cosas.

 

-Está bien, fue mi culpa, debí tener más cuidado.

 

Naruto le puso más atención al pelinegro cuando le entregó lo que había juntado, tenía el cabello corto y una piel sumamente blanca, sus ojos eran de un sorprendente negro, era un poco más alto que él y se le veía algo triste.

 

-Lo siento-repitió Naruto preocupado, pensando que tal vez le había hecho daño-¿te pegue muy fuerte?

 

-No, no lo hiciste.

 

-Pero te vez triste.

 

-No es por eso, tuve un mal día, es todo.

 

-Me llamo, Naruto Uzumaki-le sonrió el rubio-¿Y tú?

 

-Sai, un placer-Sai no pudo evitar sonreír, la alegría del rubio era contagiosa.

 

-Sai-kun, ¿quieres ir a comer un helado conmigo?

 

Sai lo dudó un poco, pero ante la mirada esperanzada del menor decidió aceptar.

 

-De acuerdo, Naruto-kun, pero no sabría a donde ir, soy nuevo aquí.

 

-En ese caso yo te muestro-alegre Naruto tomó a Sai de la mano comenzando a correr.

 

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Itachi Uchiha salió del salón, había esperado salir al último con la intención de hablar con el pelinegro que le pidió la canción de Vivaldi, pero fue el primero en salir, evitándolo verlo al rostro o de menos dirigir su vista a él. Lo había visto con anterioridad, era el joven pelinegro que se había mudado a la casa de al lado, un atractivo, pero entrometido chico, lo había escuchado tocar Vivaldi, la prueba más clara era que le había pedido esa canción.

 

-Se fue-Itachi se esforzó por buscar al pelinegro entre la gente, pero no lo encontró por ningún lado.

 

No había nada que pudiera hacer, así que sin más, se retiró a continuar con sus clases normales.

 

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-Yo pagaré-Naruto tomó su copa de helado, sosteniendo la cucharilla de metal con dos de sus dedos, el menor dominaba todas las reglas de etiqueta, se sabía con solo verse.

 

-Eso no me parece justo-comentó Sai clavando sus ojos en la bonita copa alta que estaba frente a él, tenía capas de distintos colores, estaba adornada con crema batida, tenía distintas frutas cortadas en formas de estrellas de colores, y el adorno principal era una hermosa media luna de chocolate-no debe ser nada barato.

 

-No importa-Naruto sonrió, llevando la cucharilla a su boca se estremeció ligeramente al sentir el sabor en sus papilas.

 

-Pero…

 

-Sai-chan, ¿eres nuevo en la universidad?-El pequeño Uzumaki cambió de tema.

 

-Si-Sai sólo miró la copa, no estaba seguro si debía de haber aceptado la invitación del chico.

 

-¿Y cómo es?

 

-¿La universidad?

 

-Si-Naruto sonrió alegre, tomando la copa de Sai se la acercó-come o se derretirá.

 

-Pero…

 

-Sai-kun, que te parece si lo tomas como mi disculpa por tirarte las cosas-La sonrisa del chico realmente era muy bonita-pero cuéntame de la universidad…

 

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Sai llegó a su casa muy tarde, se había preocupado por si regañarían a Naruto, pero el rubio le aseguró que no sería así.

 

Mi mamá no llega a casa hasta la noche, es mejor estar contigo que solo en casa

 

-Ya es tarde-recordó que su vecino ya debería de haber iniciado su practica, por lo que tiró la mochila en la entrada y corrió a su estudio, viendo para su sorpresa que el estudio de Itachi estaba oscuro.

 

Antes de que Sai tuviera la oportunidad de analizar con calma la situación el timbre, siempre silencioso, de su casa se escuchó.

 

“¿Quién será?”

 

-¡Voy!-gritó cuando volvió a escuchar el timbre, bajando corriendo las escaleras abrió la puerta, quedándose de una pieza al ver a la persona que estaba frente a él-I-itachi Uchiha-logró articular con muchos trabajos.

 

-Veo que si recuerdas mi nombre-sonrió el pelinegro de cabello largo, al pie de la puerta.

 

-¿Qué…qué hace aquí?

 

Itachi se encontraba parado en la entrada, el joven pelinegro seguía vistiendo con la misma ropa que en la tarde, guardó silencio analizando a Sai de arriba abajo, el pelinegro de cabello corto vestía con un pantalón de mezclilla, ajustado en su cadera y un poco flojo en sus piernas, usaba una playera negra sin ningún adorno y sobre ésta una camisa a cuadros de manga corta desabrochada, el chico era muy atractivo, de eso no había duda, pero su rostro tenia un aire infantil, incluso un poco aniñado debido a esos grandes ojos negros.

 

-Lo lamento mucho-dejó escapar Sai en voz baja al no recibir respuesta por parte de Itachi-No debí haberlo molestado esa vez, ni tampoco debí de haberle pedido la canción en clase…pero usted realmente conocía la canción...-no pudo evitar agregar.

 

-La detesto…debes conocer mejor de música antes de hablar de ello, pintorcito-Itachi se había molestado de nuevo, incluso Sai se sintió molesto ante ese ofensivo mote burlón.

 

-¡Conozco a Vivaldi!-Sai no pudo controlarse- lo he escuchado desde que era un niño…conozco las 4 estaciones, tú eres de los mejores interpretes que he oído y dices que lo odias. Eres un petulante, quieres decir que si te gustara serías mucho mejor.

 

Itachi tomó a Sai de ambas manos arrempujándolo lo hizo quedar entre él y la pared.

 

-Eres muy atractivo, pintorcito, pero eres un entrometido-en los labios del pelilargo se dibujo una sonrisa cínica.

 

-¡No me vuelvas a llamar pintorcito!- Sai gritó, no sabía si era por el coraje, o por el nerviosismo de que ese joven tan atractivo lo tuviera acorralado contra la pared.

 

Eso sólo logro ampliar más la sonrisa de Itachi, apretando con más fuerza las muñecas de Sai se inclinó dando un feroz beso a sus labios, profanando la boca del pintor, quien sorprendido no pudo hacer nada contra ese beso tan seductor.

 

-Adiós pintorcito-Itachi lo soltó, dando unos rápidos pasos hacía atrás salio de la casa- no seas un entrometido.

 

Sai molesto sólo pudo verlo alejarse, sus mejillas estaban rojas, su respiración agitada, su corazón latía como loco y la furia que no podía soportar lo obligó a sacar un grito para librarse de su frustración.

 

-¡¡MALDITO VIOLINISTA!!

 

 

 

 

Notas finales:

El cápitulo es muy corto, lo se, pero se me vinó el tiempo encima, es culpa de la escuela...el siguiente será mas largo...

Dudas, comentarios...quejas sugerencias DEJEN UN REVIEW Y HAGAN FELIZ A ESTA ESCRITORA!!

"Y mirando al tiempo, maldigo mil y un veces la eternidad que me aleja de ti"


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