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Amor Inmortal por Zafira

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Notas del fanfic:

** Los personajes pues, me pertenecen a mí y a Hator jejejeje

Notas del capitulo:

Es una historia dedicada a Hator, la escribí por el 14 de febrero... tiene mucha relación con la trama de nuestro foro que lleva el mismo nombre de este fic.

Capítulo 1º: Cuando Nuestros Caminos se Cruzan.


 


Podía recordarlo todo como si no hubiera pasado el tiempo… y cómo iba a olvidarlo, no le había concedido la inmortalidad por nada… aunque ahora estaba sola, sin su creador…


 


Su historia era muy sencilla de contar, aunque muy difícil de creer, sin embargo, sus memorias le decían que todo era verdad… ella había nacido en una época de naciente prosperidad, no tan populoso como actualmente es el mundo, más bien, cuando este se estaba comenzando a descubrir, como única hija de una acaudalada familia, no conoció jamás las privaciones, tenía todo lo que se pudiera desear en aquella época, todo, salvo la libertad de escoger su propio camino.


 


Quizás su problema en esa vida era simplemente su género, pues haber nacido mujer la limitaba para todo aquello que deseaba, pues ella conocía desde muy joven, que su alma no tenía la misma edad que su cuerpo… sonrió ante el recuerdo… era como si hubiera sido ayer…


 


Flash Back


 


No podía comprender por qué, una vez más, despertaba totalmente empapada en sudor después de aquel sueño… miró a través del cristal, era una madrugada lluviosa y calurosa, no había nada raro a simple vista, aunque la vista era un sentido en el que muy difícilmente confiaba…


 


A pesar del tiempo transcurrido sus memorias permanecían invariables, eso era una peor broma aún del destino, recordaba con exactitud todas sus reencarnaciones, aunque sabía que probablemente, aquella persona,  había olvidado todo, pues así fue en el pasado… aunque quizás, solo quizás,  recordaba algo en sueños… 


 


En esta ocasión había nacido nuevamente como un ser humano… ¡cuanto los menospreciaba por sus debilidades, y ahora, era víctima de ellas!… aunque a decir verdad, comprendió por qué su padre, había decidido esto… a pesar de sus grandes defectos, los hombres y mujeres, tienen una gran capacidad para luchar… y para amar…


 


¡Si lo hubiese entendido antes… pero no… cada vez que estabas cerca, volvía a perderte… es a esto a lo que los humanos llaman crueldad… nuestro padre fue muy cruel!... “Te extraño tanto… vuelve…”…


 


Suspiró sonoramente divagando en sus bastas memorias… en su última reencarnación se habían encontrado en el campo de batalla, ambos de bandos diferentes… si cerraba sus ojos aún podía percibir la agitación y la adrenalina del enfrentamiento… al abrir nuevamente sus profundos ojos cafés, se vio a si misma como el comandante de una legión, fuerte y audaz, las guerras siempre habían sido sus predilectas, no por nada su alma le pertenecía a una deidad belicosa y poderosa.


 


Frente a frente se encontró con su enemigo, su expresión no le decía nada, pero al tiempo que él, empuñó su espada y se encontraron luchando por sus vidas de manera desesperada, ríos de sangre a su alrededor, y entonces lo sintió… ese latido en su pecho, justo cuando tenía todas las de ganar, casi podía sentir como aquel órgano en su pecho golpeaba tan fuerte, que incluso lo sentía vibrar en sus oídos…


 


Los ojos de su enemigo eran de un azul oscuro, se fijaron en los de él… ahí lo supo, y por eso no supo como reaccionar… deseaba estirar sus manos y tomarlo, pero la calamidad había llegado antes que él, y su poder no pudo evitar la desgracia… cuan cruel era el destino, si hubiera accedido a conversar con su par del ejército enemigo, lo habría sabido antes, y no estaría viendo como su alma gemela huía nuevamente de su lado, hacia otro camino, hacia una nueva reencarnación…


 


Volteó su rostro hacia un espejo… su figura distaba mucho de aquella reencarnación, no era imponente y poderoso… pero tampoco se podía decir que era frágil… acomodó su larga cabellera antes de volver a su cama… esta vez el sueño llegó sin ninguna imagen, sin ninguna voz…


 


Fin del Flash Back


 


De aquel tiempo habían trascurrido unos cuantos siglos, su belleza no había mermado, pues el destino quiso que así fuera… miró a su alrededor, pues sintió la presencia de algunos de sus no muy deseados compañeros…


 


¿Sola nuevamente?… ¡se te irá la eternidad llorando por su muerte!… ¿acaso esperas que renazca? – la figura de un hombre se apareció justo a su lado, aunque eso no logró intimidarla, percibir lo hediondo de su aliento si lo hizo…


 


¿Sigues comiendo ratas, mí querido Lucius… o es un olor característico tuyo nada más? – sin que él pudiera hacer nada para evitarlo, ella ya lo había tomado de la muñeca y lo sujetaba en una posición nada agradable para él - ¡Sabes que me disgusta tu cercanía… no te me vuelvas a acercar!


 


Soltó rápidamente el agarre, de las sombras iban haciéndose notar otros iguales a ella, pero no tan poderosos… también sintió la presencia de él… su auto proclamado líder, un vampiro más antiguo que ella, el padre de su padre… y también, su verdugo…


 


¡Hator… el comienzo de este nuevo siglo nos obliga a reunirnos con nuestros pares… espero que estés lista… quizás puedas tomar un compañero o dos en la maravillosa luna sangrienta! – esa voz podía helar la sangre de cualquier ser vivo… pero como ese no era su caso, no le presto la menor atención.


 


¡Tomaré un compañero cuando así lo desee… ni antes ni después! – habló con soberbia… al final ella si esperaba a alguien, tarde o temprano volvería… y cuando eso sucediera, nada ni nadie impediría que ella lo reclamase como suyo…


 


.-.-.-.-.-.-.


 


Para ella los días eran las noches, y las noches sus días, poseía demasiados recuerdos de amaneceres como para otra eternidad de tinieblas… era eterna nuevamente, como cuando poseía el rango de un dios…  si solo tuviera el poder de su abuelo y pudiera retroceder el tiempo evitaría todo aquello… su error, entregar su corazón, y el de aquel ser que lo hechizo, fue el aceptarlo… los celos fueron los desencadenantes de la tragedia, su padre también compartía los mismos sentimientos, de hecho se había comprometido con ella… y al costo de su inmortalidad, ella decidió rechazarlo... solo necesito una mirada para saber la causa, y solo fue suficiente una mirada para huir juntos… pero no se puede huir de un dios supremo…


 


Ambos habían sido castigados... perdieron su inmortalidad… fueron separados… y cada vez que morían volvían a reencarnar, solo para encontrarse en la vida en bandos diferentes… o para que la historia volviera a repetirse, como había sido la última vez…


 


Cuando cerraba los ojos aún podía sentir la sensación de sus labios… como siempre, los recuerdos habían sido borrados de su mente, cuando él la encontró en aquella noche de baile, no supo quien era… pero ella supo de inmediato quién era él… jamás lo rechazó y acepto gustosa su beso inmortal, si eso le garantizaba que al fin sus almas descansarían juntas… pero…


 


Abrió los ojos intentando contener las emociones que aún le embargaban ante la siempre memoria de lo ocurrido… “Los celos… siempre los celos”… una extraña opresión en el pecho le arrebató el aire, el dolor volvía a colarse entre sus poros, y frías lagrimas que asemejaban al más puro escarlata en color, bajaban por sus mejillas…


 


“¡Si no eres mío… no serás de nadie…!”… aquella nueva imagen lo inquietaba cada minuto del día en que le sueño la embargaba… y es que la frustración de no  haber podido tomar venganza era muy fuerte… pero no tenía la fuerza para conseguirlo, ahora seguía bajo las órdenes de quien le dio fin a su existencia, la dejó vivir simplemente por memoria a él… la adoptó como hija, aunque ella siempre supo que solo era culpa… “Marius lo amaba tanto como yo…  pero no más que yo”…


 


-.-.-.-.-.-


 


La maravillosa noche cubrió toda la ciudad con su manto… había gran algarabía por doquier, el nuevo año se celebraba al igual que el nuevo siglo, no prestaba verdadero interés en nada, los jóvenes se volteaban a mirarla, y le coqueteaban, ninguno de ellos le resultó lo suficientemente apetitoso como para que se convirtiera en su víctima… un frío escalofrío recorrió su espalda, inmediatamente dirigió su mirada hacia atrás… se ocultó tras unos árboles y busco  a aquel inmortal que la había estado siguiendo…


 


¡Vamos no seas aguafiestas… dime que es lo que ocultas! – maldijo internamente la aparición de aquella pareja, debido a ellos, aquel ser estaba alejándose… suspiró antes de observar a los responsables de evitar un enfrentamiento tan postergado… - ¡Dime, sentiste algo… tal vez deberíamos volver!


 


¿Asustada? – el joven que la acompañaba la rodeó con sus brazos, y cuando parecía que aquello que la inquietó logró borrársele de los pensamiento, su compañero se alejó un poco de ella y le mostró un anillo…


 


Observó la escena con una mezcla de pena… definitivamente ellos no serian su presa, estaba a punto de retirarse cuando…


 


¡Lo sentiste…! – la joven se alejó de su compañero y pareció ponerse en guardia. Eso le intrigó bastante por lo que permaneció en su lugar… - ¡Debemos irnos… estoy casi segura de que aquí hay un inmortal!


 


¡Una cazadora…! – no podía creer en su suerte, eso explicaba por que Marius había huido, al parecer la presencia de tantas personas por doquier impidió que él decidiera seguirla… pero eso no impidió, que ella decidiera seguirla… “Hace tanto, que no me divertido con un cazador… será divertido saber quien eres…”


 


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No podía creer que nuevamente iba a las corridas, por qué a pesar de todas sus precauciones, volvía a ganarle la hora. Miró nuevamente su reloj, solo cinco minutos le separaban de la hora indicada de entrada… no sería muy bien visto que en el primer día llegara tarde… “Por favor, hermano tiempo… necesito llegar”… llegó justo en el momento indicado, miró al supervisor que parecía estarle esperando, sonrió con nerviosismo antes de presentarse…


 


Como todos estaban muy ocupados, en especial el hombre, simplemente le dio las recomendaciones generales para el trabajo, y le indicó como llegar al departamento en donde ahora brindaría sus servicios… le habían dicho que hablara con la encargada del lugar, una jefa… suspiró con cierta resignación, nunca se había llevado bien con las jefas… pero ya estaba indicado, solo le quedaba rogar por que aquella persona tenga mejor carácter que la Señora Antonia, o definitivamente iba a durar en ese trabajo, menos que en el anterior…


 


Ser una cazadora era algo que amaba, pero como le había dicho a su padre, si quería tener una vida normal, debía empezar por lo obvio, un trabajo normal, con personas normales… y muy lejos de los seres sobrenaturales que ella solía enfrentar.


 


Golpeó débilmente la puerta, y aprovechando que ya estaba abierta, se decidió a entrar… la única persona que se veía en el lugar parecía estar teniendo una acalorada discusión por el celular, se mantuvo en silencio esperando que acabara, aunque no pudo evitar escuchar pequeñas frases de aquella conversación… apartó la mirada de aquella persona, y se concentró en la decoración, por lo que podía entender era la típica pelea de pareja…  cuando la cosa parecía que ya iba a acabar, volvía a ponerse seria, y la discusión, por que definitivamente eso era, se volvía más encendida… no se sentía muy agradable el ambiente, aunque la decoración era muy fresca… “Trágame tierra… seguro se enoja porque estoy aquí escuchando”… no se dio cuenta el momento exacto en que la conversación terminó, sus pensamientos volaban por la inmensidad del cielo y una extraña calma apaciguó su nerviosismo… fue justo cuando sintió que le colocaban una mano en el hombro que se despertó de su ensoñación, y casi brinca hacia un lado… posa su mirada en quien no había sentido, ya estaba justo a lado suyo…


 


¡Disculpe! – susurró al detener su retroceso, una vez que se percató que tenía la clara intención de huir…


 


:-:-:-:-:-:


 


Como era de esperarse, simplemente la odio por andar de metida, por ser testigo de sus problemas sentimentales, y lo que le había ganado la cruz sobre su tumba, era la supuesta lástima con la que la miraba, nada sabía la supervisora de que más que nada en la tierra, Zafira deseaba que un rayo le cayera encima, simplemente por haberla enviado a investigar, el día de su cumpleaños, en medio del terreno boscoso de la ciudad, según la pelirroja mujer, para descubrir quienes son los miembros de la banda Colmillo Blanco…


 


Si sólo esa amargada y frustrada mujer supiera, que la había mandado a investigar en tierra de vampiros… sin embargo,  no podía decir que estuviera asustada, pues aprendió a cazar vampiros incluso antes de lo que aprendió a conducir…


 


¡Tal vez la idea de trabajar de reportera no era muy buena…! – pensó con cierta ironía… su prometido le había sugerido que buscara un empleo de secretaria o docente… sin embargo, cambiar la cacería por algo tan… tan sedentario y a su parecer aburrido, no era lo que le haría feliz…


 


Posó su mano sobre el tronco de un antiguo árbol, sentía muchas vibraciones de aquella planta, incluso el viento parecía susurrarle la situación, alguien estaba muy cerca de ella… aunque no podía asegurar con qué intensiones…


 


¡Así que una cazadora! – la burlona voz que llegó a sus oídos le obligó a ponerse alerta…


 


¿Y yo que pensé que sería una noche aburrida? – lentamente se puso en guardia, sin fijar su atención a ningún punto en específico, después de todo, ella sabía perfectamente que los vampiros no eran predecibles, sin embargo, para su sorpresa este ser parecía no tener intensión de atacarle.


 


¡Eso dependería de lo que tú consideres aburrido! – una joven apareció de entre las sombras, su apariencia y belleza le dieron la certeza de que se trataba de un ser sobrenatural… aquella piel pálida le quitaba toda duda de que esa mujer no fuera una vampira…


 


¡Así que eras tú, quien me ha estado siguiendo! – habló con soberbia, aunque algo no le gustaba de la presencia de esa vampira… pues por el brillo de su mirada, pudo notar que pertenecía a los antiguos…


 


¡Entonces no me estaba engañando…! – murmuró desde las sombras la recién llegada, rápidamente se ubicó justo enfrente de Zafira, observó con interés todas sus facciones… pareció pensar un poco, pero al final dijo - ¡Te he espera siglos… al fin ha llegado nuestra hora!


 


Aquellas palabras la dejaron desconcertada, más con un ágil movimiento se alejó… era extraño… pero aquella mujer la hacía sentir incómoda…


 


¡Querrás decir tú hora… por que si intentas algo, no dudaré en destruirte… ¡Ahora dime… ¿Cómo te llamas?!! – su voz sonó firme, y su expresión era totalmente indescifrable…


 


¡Hator… mi querida Zafira… como te dije, te he esperado durante siglos!


 


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Evitó el golpe con gran agilidad, y el contragolpe también… por sus ágiles movimientos ya no le cupo la menor duda de que se trataba de un antiguo, pero no uno común… era la primera vez en su vida que se sentía realmente nerviosa… se quedó en guardia mirando fijamente la sonrisa altanera de la mujer.


 


Los vampiros tienen las ventajas dadas por su raza, la fuerza, agilidad y velocidad eran armas que los ayudaban en contra de sus enemigos… los cazadores por su parte, carecían de esas ventajas, más ellos tenían armas que les hacían más fácil el enfrentamiento en igualdad de condiciones con sus enemigos jurados.


 


Pero en esta ocasión las cosas no habían salido como de costumbre para la cazadora, había algo que estaba nublándole el juicio, y la estaba convirtiendo en presa fácil de la más experimentada, era una sensación extraña, rápidamente sus sentidos le alertaron de que otros inmortales estaban al acecho, en esas circunstancias, ella llevaba las de perder…


 


¡No temas… no dejaré que vuelvan a lastimarte!


 


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Realmente no entendía por qué lo había hecho… lo lógico hubiera sido que la convirtiera en su compañera… pero no pudo, nuevamente volvía a pasar…  los recuerdos de su antigua compañera estaban mas que ocultos en su inconsciencia, mientras que los suyos eran totalmente nítidos… la había sacado de aquel lugar, y llevado a través del río para que sus pares no pudieran seguir su rastro… su intensión era transformarla esa misma noche, pero no pudo…


 


El motivo era tan simple, aquella sortija era muy notoria, recordó haber notado un sentimiento al que podía asociar con amor hacia aquel hombre. No quería eso, imponerse, aunque estaba en su derecho… podía notar un nuevo obstáculo en sus planes, entre las leyes de los cazadores rezaba, dar muerte a aquel que haya sido maldito por un vampiro… apretó el puño con rabia, el destino era muy cruel…


 


Si no eran los de su raza, los que las alejaran, serían los cazadores. Debía planear bien lo que iba a hacer. Lo primero era conseguir que la recuerde, su corazón había sido suyo desde hacía decenios, simplemente debía despertarlo y lo recuperaría. Lo segundo, era desaparecer… sabía que si Marius se enteraba de quien era ella en realidad, la reclamaría como suya. Y aquel hombre, su prometido, sabía que aquel hombre no se rendiría tan fácilmente.


 


¡Cuando te conviertas… será por tú voluntad… ya no dejaré que nadie nos separe! - Observó como los ojos se abrían perezosamente, cuando se acostumbraron a la oscuridad del lugar, se encontraron sus miradas…


 


¿Quién eres? – escucho un susurro, y hasta su posición pudo escuchar el latido violento en el corazón de la cazadora - ¿Quién eres en realidad?


 


¡Aunque  lo explicara, no me creería… sin embargo, solo debes saber… que entre los vivos y muertos… y por más de que hayas sido educada para creer lo contrario, solamente tú… puedes confiar en mi! – se sorprendió por la sonrisa que sus palabras habían sacado. En lo profundo de su mirar, vio un vestigio de aquella alma que seguiría hasta el fin de la eternidad.


 


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Un cazador en deuda, era mucho mejor que tener un compromiso de cese de hostilidad firmado… sabía que ahora a pesar de que eran enemigas, habría un cierto trato pacífico entre ellas, después de todo la dejó entrar a su apartamento, y una vez que un vampiro era invitado a un lugar, siempre podía entrar.


 


Por ahora debía pensar en muchas cosas, la primera era en como hacer que Marius no interviniera de ninguna forma… ella sabía que él sabía lo de las reencarnaciones, lo supo justo antes de darle fin a su vástago y amante, por eso él la mantenía a su lado, miró el cielo estrellado… lo mejor era refugiarse ya de la proximidad del amanecer.  Sabía que la noche siguiente iba a ser interesante… así serían sus noches, hasta tenerla…


 


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Abrió sus ojos cuando los rayos de sol le dieron de lleno en el rostro… sabía que no había sido un sueño. Ahora le debía algo a un vampiro… le resultaba extraño, pero por raro que parezca, se sintió como si estuviera en donde pertenecía al estar con ella… su corazón se había inquietado tanto…


 


¡Esa mirada… ya la había soñado!...


 


El sonido de su teléfono móvil la llevó nuevamente a la realidad, lo tomó y leyó el mensaje de texto que había llegado, él siempre se acordaba un día tarde de los eventos importantes, aunque un “Felicidades” atrasado, era mejor que ningún “Felicidades”. Se puso de pie y se acercó a la ventana… alguna vez su maestro le había dicho que jamás dejara entrar a un vampiro en el lugar en dónde vivía, a pesar de su cansancio de anoche, ella sabía que bien podía haber llegado sola, pero… la verdad es que no quería alejarse, suspiró con ironía… había caído probablemente en el hechizo de un vampiro. Posó su mano en su cuello, era una verdadera suerte no haber sido mordida por ella.


 


Como siempre le pasaba cuando algo fuera de lo común le ocurría, volvía a cuestionar su destino. Ser una cazadora, poseer el extraño don que tenía… y morir, todos los sueños que tenía le mostraba todas las maneras en que perdía la vida, siempre que renacía en este mundo. Aquello, siempre era a manos de un extraño personaje al que ella parecía conocer bien, se preguntó cuando sería que ese ser, con su nuevo rostro, vendría tras ella, para arrebatarle la vida.


 


¡Esta vez… no dejaré que te salgas con la tuya… no seré quien muera!… - rodeó su cuerpo con sus brazos, pronto comenzaría un nuevo siglo, y ella pensaba vivirlo.


 

Notas finales:

Y bueno, no se que tal me vaya en este nuevo género... pero me gusta escribirlo... creo que incursionaré un poco más en los originales... me da más libertades...


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