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MOTIVOS por Whisperyuki

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Notas del fanfic:

Bueno, no me pregunten de donde salio esto. pero al ver el anime me pregunte, porque Hasumi le tiene tanta aversión a lo sobrenatural a pesar de ser un flklorista? ademas de serme incomprensible su odio al adorable Kan chan, asi que mi mente voló y el resultado fue esto.

Notas del capitulo:

Como ya habia comentado en  "Brillante"este fic se basa en lo que vi del anime pues no cuento con el manga.

Disclaimer:

Los personajes de Tactics no me pertenecen, hago esto sin fines de lucro.

 

 

Estaba reunido en la casa de té Yumeyakko con su maestro en una fiesta. La celebración  era dirigida a Ichinomiya Kantarou el cual había sido honrado con el premio al mejor escritor del año por su extenso trabajo con temas paranormales y artículos publicados.

 

El porqué él se encontraba  allí era un misterio, sin embargo sentado pacientemente trataba de controlar su creciente malestar.

 

-¡Vamos Youko chan! Una vez más-

 

Esa estúpida voz de nuevo

 

-Muy bien Kan chan ¡Tora, tora, toraa…!- He allí la voz de la sirvienta idiota.

 

Le dio un sorbo a su sake, -Solo un poco más y podre irme- Por respeto a su maestro que  se encontraba presente no se había retirado aun y solo esperaba que transcurrieran las dos horas de rigor para retirarse.

 

-Jajajaja, Haruka chan perdiste, ¡Hora de pagar tu castigo!- la voz extremadamente alegre de Kantarou le crispo el ultimo nervio que había mantenido intacto.

 

-Suficiente-

 

Explotó

 

-¡Ya basta!-

 

-Hasumi san, ¿Qué ocurre?- Su sensei  le pregunto asombrado.

 

-No puedo soportarlo más, me voy- Se levanto y abrió la puerta corrediza.

 

-Cálmate, por favor,-su maestro le rogo desde su lugar.

 

-Es inaceptable que hayan premiado a este tipo por algo que ni siquiera es real- asió la orilla de la mampara furioso.

 

-Los yukais existen- Kantarou como siempre defendió su postura.

 

-Solo los idiotas y los ignorantes crearían en semejantes supersticiones- dijo con veneno.

 

-Lo dice alguien que también estudio mitología japonesa- le reprocho Kantarou.

 

-Eso es porque deseo iluminar las mentes de las personas y no alentar su fanatismo- Se retiro con la última palabra dejando desconcertados a los presentes de la reunión

 

Se calzo sus sandalias y salió a la calle. Al principio su andar era rápido, tratando con todo su esfuerzo alejarse lo más rápido de la casa de té;  a  la mitad del camino paró y comenzó a caminar de manera más pausada propia para meditar. Sacó de entre su manga derecha la cajetilla de cigarros y encendió uno,  aspiro el humo del tabaco y exhalo el aire junto con su frustración y continúo con su camino hacia su casa.

 

Llego a su residencia, tiro la colilla al suelo y la pisó para sofocar la llama. En la entrada se quito sus sandalias, entró sigiloso procurando hacer el menor ruido como si se tratara de un ladrón en su propio hogar y fue a ver como se encontraba su hija adoptiva. La niña dormía profundamente ajena al mundo exterior, a sus preocupaciones y dolor. La dejo continuar con sus sueños y fue a su despacho.

 

En la soledad y oscuridad que le proporcionaba el cuarto saco de una gaveta una cajita oculta  de la cual extrajo una botella de sake. Sin importarle nada le dio un sorbo a la bebida directamente de la botella; un gesto muy impropio de él pero nadie estaba presente para que le pudieran reprochar su falta de modales. Retiro sus lentes y masajeo su entrecejo más que nada para evitar soltar lagrimas de frustración.

 

Ichinomiya, siempre era él el causante de su ira. El muy idiota a pesar del tiempo transcurrido aun seguía proclamando a los cuatro vientos la existencia de seres fantásticos como si fuera un niño pequeño.

 

Le dio otro sorbo al sake y recordó.

 

//RECUERDO//

 

Era su primer día de clases en la universidad de Tokyo. Colmado de ilusiones caminaba con sus brazos cruzados y cubiertos por las mangas de la yukata cuando lo vio.

 

Parado debajo de un árbol floreciente de cerezos se encontraba una delicada figura. Su corto cabello plateado danzaba al compás del viento que mecía las ramas soltando pétalos de flores que llovían sobre su cuerpo.

 

Hasumi se quedo clavado en su lugar. Nunca en su vida había observado tanta belleza y cuando esta lo miro con unos bellos ojos carmesí y le dedico una linda sonrisa que le provoco que se le subieran los colores al rostro, supo que los seres celestiales que tanto había escuchado por parte de su madre en realidad existían y él había sido bendecido por una aparición. Vio como este ser tomaba su camino y se alejaba sin que él se atreviera a acortar la distancia que los separaba y poder conocer su nombre.

 

Apesadumbrado por su cobardía  se dirigió al campo en donde se realizaría la ceremonia de apertura del curso;  esperanzado, buscando  a la belleza entre la muchedumbre pero no pudo encontrarla. El tiempo transcurrió y con ello el fin de la ceremonia llego así que se dirigió a su aula cabizbajo. Al abrir la puerta e ingresar levanto la mirada y su corazón se acelero.

 

En una de las esquinas del aula se encontraba su aparición. Sin dudarlo se acerco al lugar y se presento.

 

-Buenos días. Soy Hasumi y estudio en esta clase. Es un placer conocerte- hizo una reverencia y expectante espero escuchar su voz.

 

-Buenos días. Soy Ichinomiya Kantarou y también tomo esta clase. Espero llevarnos bien- saludo.

 

Tremendo chasco se llevo, su hada era un hombre, hermoso pero un hombre a fin de cuentas algo inadecuado. Se alejo de él no sabiendo cómo proceder.

 

Cada mañana en su asiento esperaba ansioso la aparición de Kantarou que al llegar y descubrirlo observándolo le sonreía provocando que abochornado girara el rostro acto que Ichinomiya tomaba como aversión.

 

En uno de esos tantos días tomo una decisión: se acercaría a él. Lo encontró platicando con otros miembros del grupo, se quedo un poco rezagado escuchando a plática.

 

-Entonces Ichinomiya san ¿Vas a ir a la Okiya?-

 

-Lo lamento pero saldré de la ciudad- se disculpo Kantarou.

 

-De nuevo vas a buscar pistas del Tengu Come demonios ¿Verdad?- se mofo uno de ellos.

 

//FIN DE  RECUERDO//

 

Nunca sospecho que su calvario empezaría en ese momento.

 

Le dio otro sorbo a la botella; del fondo de la caja saco una fotografía, en ella la imagen de un chico delicado a blanco y negro se distinguía. Era su mayor tesoro, el recordatorio mudo del porque odiaba lo sobrenatural.

 

//RECUERDO//

 

Pasó el tiempo, todos sus esfuerzos eran en vano pues  se cortaba al estar solo cerca de peliblanco y cuando el grupo hacia planes de salida siempre se excusaba con que tenía asuntos que atender dejándolo con un palmo de narices.

 

En un viaje de estudio le toco compartir la misma habitación; agradecio a las deidades por semejante oportunidad.

 

En la primera noche no hubo avances pues tras el largo viaje llegaron rendidos a su destino y lo primero que hicieron fue dormir.

 

Hasumi no pudo conciliar el sueño, a su lado yacía plácidamente dormido Kantarou; la luz de la luna le permitía a Hasumi contemplar al durmiente a placer.

 

Tentativo, gateo procurando no hacer ruido y se acerco al pequeño cuerpo; extendió su mano y acaricio suavemente la mejilla del peliblanco que se revolvió entre sueños en respuesta de la caricia. Su mirada se poso en los delgados labios sonrosados, deseaba probarlos tanto. Dominado por su deseo acerco su cara al  rostro  y le beso, efímero, frágil a la vez eterno quedo grabado con fuego el toque en sus labios y en su alma.

 

La mañana llego sin tuviera descanso a comparación de su compañero que durmió profundo sin descubrir los sucesos que sucedieron en sus sueños.

 

La casa tenía aguas termales, todo mundo aprovecho para darse un baño en ellas. Él fue uno de los primeros en entrar para relajar su cuerpo y espero ansioso por la llegada de Kantarou.

 

Kantarou llego silencioso, discretamente se quito la yukata revelando un cuerpo pequeño y andrógino.

 

//FIN DEL RECUERDO//

 

Las pupilas de Hasumi se dilataron por el recuerdo del involuntario espectáculo; esa efigie que lo acompañara siempre, sobre todo en las noches de soledad en donde satisfacía su deseo en forma solitaria, clamando a gritos y gemidos de placer su nombre,  añorando un cuerpo que nunca le perteneció.

 

Llevo su mano a su entrepierna, aparto la yukata y tomo su miembro masajeándolo; cerro los ojos, su mente proyectaba las imágenes que atesorara desde entonces, borrosas pero no a causa del tiempo, más bien por lo corto de su vista y el vapor que pululaba en esa ocasión.

 

Acallo los gemidos que pugnaban por abandonar su boca, el placer expandiéndose en su cuerpo a la vez el dolor que estrujaba su corazón.

 

Fue entonces que sucedió.

 

//RECUERDO//

 

-¿Qué les a parecido el paseo?- pregunto uno de sus compañeros empezando a hacer conversación.

 

-No está mal; aunque Ichinomiya san solo vino para buscar a su yukai- dijo otro tratando de poner en ridículo a Kantarou, este solo sonrió condescendiente y dejo pasar el comentario.

 

En ese momento los celos nublaron el raciocinio de Hasumi.

 

-Dudo que lo encuentre- dijo celoso de ser ignorado por una criatura mistica;  en todas las veces en que el tema salía a relucir el Tengu negro siempre ocupaba un lugar privilegiado provocandole celos enfermizos.

 

-Lo encontrare-  a Kantarou no le gusto el tono que había usado Hasumi.

 

-Solo persigues fantasmas y criaturas inexistentes- refuto.

 

-Eso no es verdad, ellos existen- dijo Kantarou convencido.

 

-Pues eres un imbécil al creer en supercherías- para ser de las pocas conversaciones que tenía con el ojirojo no iba por el camino que él hubiera deseado.

 

-Te demostrare que si existen- Kantaro furioso le increpo.

 

-Adelante, persigue a tus yukais, yo te demostraré que no existen en realidad- Hasumi se paro furioso abandonando el baño zanjando así el tema.

 

//FIN DE RECUERDO//

 

Su recuerdo termino justo en el momento que llego a la culminación. Con un pañuelo limpio la evidencia del orgasmo mientras que en su mejilla una lágrima rodaba.

 

Ese había sido el comienzo de toda esa guerra sin cuartel que había tomado. Decidido a demostrarle a Kantarou que en realidad no existía ningún  Tengu Negro y que no necesitaba a nadie más que él se afano en probar que solo era una quimera todo aquello relacionado con yukais y fantasmas.

 

-.Si tan solo me dedicaras a mí la mitad de tu tiempo y tus pensamientos que le dedicas a esas cosas, todo sería tan distinto- acaricio la imagen de la fotografía- Mi amado Kan chan-poso sus labios en la imagen fervoroso.

 

Poco a poco el alcohol y el cansancio se apoderaron de su cuerpo haciéndolo caer dormido con la botella de sake en una mano y la fotografía en la otra; entre sueños solo musitaba

 

-Algun día…algún día-

 

Fin.

 

 

Notas finales:

Ok, pues no se que decir más que gracias por leer y agradeceria más que comentaran, me despido, besos.


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