Capitulo 1
Colinas de Pandora, al este de Zithel
Una mujer entraba al cuarto de su hijo con mucha prisa y cuando lo encuentra durmiendo profundamente, decide no despertarlo pero…la situación era seria, por lo que comienza a moverlo suavemente.
-Toma, despierta- le dice la mujer al oído.
-Que sucede mami- dice el pequeño con su infantil voz de 5 años, mientras se levanta.
-¿Recuerdas el ducto del aire que hay en la casa?- le dice mirando fijamente a los ojos, que eran, rojo el derecho y azul el izquierdo.- ve y no salgas por nada del mundo-.
-Pero…que sucede mami…donde esta papi-.
-El…está bien…tu ve y haz lo que te digo- mirando hacia la salida de la habitación.- Cuando veas que no hay nadie en la casa…vete a la casa de tu tío, ¿entendiste, mi cielo?- agrega sonriéndole cálidamente.
-Si mami- dice el niño corriendo hacia donde le han habían dicho.
En ese mismo momento un hombre entra a la habitación y ve que su esposa a cumplido con su misión, para luego mirarla y enfrentarse a unas figuras encapuchadas que subían por las gradas.
-Donde esta el hijo de Eva- dice una fantasmagórica voz.- Si no lo hacen morirán aquí mismo-.
-Jamás les diremos, pierden su tiempo- dice el sujeto sacando una espada con empuñadura de plata y extraños símbolos grabados en la hoja, que era muy filosa.
-¿El hijo de Eva? Que es eso- piensa Toma mientras observaba todo desde una de las salidas del aire.
-Entonces…mueran- dice la voz, al tiempo que las otras 2 figuras encapuchadas arremeten contra el joven, el cual maneja la espada con maestría, pero no era suficiente ya que los individuos los esquivaban con facilidad.
-Maldición… si supiera utilizar esta espada…yo podría…- de repente una estacas de color negro atraviesan el cuerpo del hombre, provocándole heridas que comenzaban a sangrar rápidamente.
-¡Rubeus!- grita la mujer corriendo a auxiliar a su esposo, que había soltado la espada mientras se desplomaba el suelo.
-Pa-dre…- exclama el pequeño con los ojos llenos de lágrimas. – Mataron…a… mi Padre…- su ojo izquierdo comienza a cambiar del azul claro al mismo color de su ojo derecho, de un rojo como la sangre. – Los matare a…todos-.
-Es tu última oportunidad mujer…habla o muere como tu esposo-.
-Nunca diré nada- responde con lágrimas en los ojos y mirada retadora.
-Así sea- el sujeto alza su mano y una ráfaga de viento atraviesa a la joven cortándole la cabeza.
-¡Mama!-.
10 años después, ciudad Panela, suroeste de Speria
Toma, despierta o llegaremos tarde el primer día- exclama un chico de cabello rubio corto, ojos azules y buen físico, frente una puerta de madera.
-UMMMM, ya voy- responde otro joven de entre las cobijas. – Espera…no me tardo- agrega mientras se va levantando para después encontrarse con una mirada impaciente al abrir la puerta.
-Tienes 10 minutos para arreglarte o me iré sin ti-dice el rubio bajando las gradas con molestia.
-Si, solo no te enojes Kyle- responde Toma entrando en el baño- finalmente voy a entrar a la Academia Longdsville, cada vez estoy más cerca de mi meta- piensa mirándose al espejo con sus curiosos ojos, uno rojo y otro azul y su cabello negro parado- seguramente seré la sensación cuando vean mis ojos, a mi que no me gusta llamar la atención-.
En la cocina
-¿Toma ya se levanto, hijo?-.
-Si padre, le dije que se apresurara o iba a dejarlo- responde Kyle tomando café.
-Ese muchacho…nunca cambiara- exclama un hombre de gruesa complexión, cabello y barba negra y ojos azules.
-Es una lastima, ya tiene 15 años y no es tan maduro como yo-.
-Por favor Kyle, no digas eso, al contrario me alegra que sea un chico con esa personalidad, no me gustaría que el recordara…-.
-Que cosa padre, es cierto, siempre he querido saber que paso con los padres de Toma y como es que llego tan sucio y con sangre en sus ropas…-
-Ya te lo dije kyle, no voy a decirte nada- exclama el hombre golpeando la mesa.
-De acuerdo padre, pero no te enojes-.
-Ya estoy listo- dice el peli negro luciendo el uniforme, que consistía en un pantalón café, una chaqueta roja con el escudo de Longsville, zapatos de cuero, una camisa blanca y una corbata azul claro.
-Te ves bien primo-.
-Oye…gracias, tu también te ves genial, estoy seguro que llamaras la atención-.
-Pero tu no te quedas atrás, tenemos la misma estatura y la misma musculatura vas a ser una dura competencia- dice Kyle cogiendo su morral. – Ya nos vamos padre-.
-Suerte a los 2- abrazándolos.
-Espera Kyle…aun no he comido nada- exclama Toma agarrando solo un par de tostadas para luego salir detrás de su primo.
-Veo que llevas tu espada- dice el rubio al ver el objeto en la espalda de su primo.
-Por supuesto, finalmente iremos a una academia donde el uso de armas está permitido- mirando con orgullo la espada.- No entiendo cómo es que prefieres pelear con los puños-.
-En primer lugar es un arte que ha pasado de generación en generación y en segundo lugar…tu también sabes pelear de esta forma-.
-Etto…jejeje- dice Toma rascándose la cabeza y sonrojándose.
La academia Longdsville es caracterizado por sus altos estándares en lucha cuerpo a cuerpo y con armas, todos sus alumnos desde el momento que entran tiene una especialidad en una de las artes de combate, solo que la institución los ayuda a mejorar sus habilidades, sin dejar las otras asignaturas a un lado.
-Oye! Sabes si…Sam…va a entrar a la academia…con nosotros?- le pregunta a Kyle mirando hacia otro lado para que no notara su sonrojo.
-No lo se, Yuki no me dijo nada de tu amado Sam- responde el rubio con una sonrisa sardónica.
-El no es…mi amado…solo que es un amigo muy querido para mi-.
-Eso ni tu te lo crees, jeje-.
-Kyle, Toma- se escucha una voz llamándolos desde la entrada de la academia.
-Es yuki- dice el peli negro mirando como un chico con cara bonita de cabello rosa amarrado en una coleta, delgado y una cabeza mas bajo que ellos se aproximaba a prisa.
-Kyle- grita el chico abalanzándose sobre el rubio, quien cae fuertemente al suelo.
-Yo…también te…extrañé- dice tratándose de levantar pero un peli rosa sentado en sus caderas no lo permitía. – Etto… podrías quitarte de encima- sonrojándose por la atrevida pose en la que estaban.
-Pero, por que, si estoy muy cómodo- responde mientras movía sus caderas imitando una auto penetración.- Yo no le veo nada de malo- agrega con una mirada inocente mientras seguía moviéndose.-A propósito, estoy sintiendo algo entre mis nalgas-.
-Vamos Yuki, levántate- dice Toma agarrando de la mano al chico para ayudarlo a ponerse de pie.
-Gracias Toma- exclama Kyle sonrojado mientras se cubría disimuladamente con su chaqueta la entrepierna. – Creo que iré al baño…nos vemos en el salón- corriendo a toda prisa hacia los servicios de la academia.
-Pero que raro se puso Kyle- dice el peli rosa mirando en la dirección que había cogido su amigo. – Tengo que preguntarle que era eso que llevaba en el bolsillo y que sentí entre mis nalgas-.
-Cambiando de tema…has visto a…Sam?- le pregunta toma rápidamente para que dejara de hacerse preguntas sobre lo ocurrido.
-Claro que si, vino conmigo desde mi casa-.
-Eso significa que-.
-Yukiiii… por que me dejaste atrás, si no ibas a esperarme entonces no me mandes a comprar tus dulces favoritos- dice un chico de cabello castaño, un rostro de facciones andróginas y con el mismo físico y estatura de Yuki.
-Upss, jejeje-.
-Eres un aprovechado- dice Sam tratando de recuperar el aliento.- ¿Toma?, entonces vamos a estudiar de nuevo juntos?- agrega sonriéndole al peli negro que simplemente lo miraba enbelesado como si fuera un dios.
-Claro que si…yo también estoy muy feliz- responde casi en un susurro.
-Y donde está tu primo-.
-Kyle tuvo un pequeño problema y está en el baño- responde rascándose la cabeza y una sonrisa forzada.
-Yo creo que algo le hiso mal al desayuno- dice Yuki con inocencia.
-¿??EH???- dice Sam con una gran gota en la cabeza.
-Olvídalo, mejor entremos antes de que nos reganen por llegar tarde- dice el peli negro entrando al instituto junto a Yuki y Sam.
-Así que el es el hijo de Eva…que interesante- dice una figura escondida detrás de un árbol, la cual había observado todo. – Creo que me divertiré aquí- agrega desapareciendo en el aire.