Mi Hermanito
La luz de la luna era lo único que aluzaba las calles de esa ciudad, el viento soplaba silenciosamente, las estrellas resplandecían como de costumbre cada noche, todo estaba en total calma… tal vez demasiada calma.
Cierto azabache se encontraba acostado en una gran cama, le dolía esa soledad que lo acompañaba, la cama vacía sin ningún acompañante, ¿Dónde estaría?, ¿Con quien estaría? Preguntarse eso, era lo que más le dolía, porque conocía las respuestas. Si tan siquiera hubiera escuchado a Itachi, su hermano mayor, siempre le dijo que tenía que andarse con cuidado si se trataba de Naruto, pero como el amor es ciego, ignoro completamente a su nii-san, creyendo que su rubio cambiaria ese comportamiento, que sólo era una etapa suya.
El ruido de un auto lo saco de sus pensamientos, Naruto acaba de llegar, ¿Sería bueno hacerse el dormido? ¿Llegaría violento de nuevo? ¿Lo lastimaría? Si en un pasado se hubiera visto así como estaba, jamás se lo creería, Sasuke Uchiha teniendo miedo.
Afuera de la casa, un hermoso rubio de ojos azules se encontraba bajando de su auto, su cuerpo era un poco robusto, con los músculos bien marcados, alto con piel morena; mientras que el de su Sasuke era todo lo contrario: piel blanca, con un cuerpo delgado y fino, todo un cuerpo digno de un doncel.
Naruto apagó el coche y fue bajando lentamente de él, había bebido un poco de más, él hacía lo que quería y cuando quería, ¿Quién se lo impediría?. Se dirigió a la puerta de su casa y la abrió; dentro de una habitación se encontraba Sasuke, asustado, esperaba que su esposo no viniera tomado de nuevo.
El rubio entró a su casa, cerrando la puerta principal, se escuchó un silencio que dejaba todo en suspenso, unos cuantos ruidos salieron a flote y por fin el golpe final… se escuchó un ruido muy fuerte, despertando a varios de los vecinos, la desgracia estaba presente, el silencio que una vez hubo desapareció completamente… el disparo de una pistola… un arma de fuego había sido disparada.
Una ambulancia se escuchaba, creando el escándalo y el suspenso de llamar la atención de muchas personas, la ambulancia entró a la casa… era seguido de una patrulla.
En el hospital, una persona iba en una camilla, mientras que los doctores se apresuraban a llevarlo a la sala de cirugías sólo un milagro lo salvaría. Itachi se encontraba en la sala de espera, esperando el resultado, como quería que el desgraciado pagara por todo lo que le había hecho a Sasuke… Sasuke, Sasuke era lo único que importaba, quería estar con él en ese momento pero no se lo permitían.
Esa misma mañana había hablado con él…
Flash back
En un restaurant se encontraban dos personas muy parecidas hablando, los dos azabaches, los dos con una piel blanca, pero a diferencia de Sasuke, Itachi era más alto, más robusto, con el pelo más largo agarrado en una coleta y con unas pequeñas ojeras dándole un toque más sensual a su persona.
">Como pasan los años, ayer éramos niños
mami y papi luchaban por nuestro porvenir
Tú cuidabas de mí, hoy yo velo por ti
hermanito te adoro sé que no eres feliz
Itachi miraba seriamente a su hermano, recordaba a aquellos pequeños que jugaba en los columpios, que reían y no tenían ningún problema serio, cuando él protegía a Sasuke de cualquier persona que le hiciera mal; ahora todo era tan diferente. Fugaku y Mikoto eran los nombres de sus padres, siempre cuidaban de ellos, aunque su padre era serio, su madre era muy dulce con ellos.
Los dos estaban sentados en una mesa un poco separada de los demás, Sasuke tenía 25 años, su rostro se miraba joven, era muy atractivo al igual que su cónyuge. El menor de los Uchiha traía puesto unos lentes oscuros, ocultándole sus ojos a Itachi. El miedo de ser descubierto era grande, no quería preocupar a su hermano, él podía con ese “problemita”.
El silencio está entre ellos, Sasuke por miedo a ser descubierto e Itachi razonando el comportamiento de su hermano, desde que habían llegado había agachado su cabeza sin atreverse a mirarlo a los ojos, algo malo pasaba y tenía una idea de qué era eso. Lentamente acercó su mano al rostro de su hermano, tratando de quitarle las gafas, Sasuke retrocedió.
-Quítatelos- ordenó Itachi, el azabache menor sabía que lo mejor era ocultarlo, pero si no se los retiraba, su hermano lo haría.
Sasuke suspiró, inhalando un gran aire, quitándose los lentes lentamente, sabía que ahora estaba en problemas. Itachi se sorprendió, otra vez su hermano traía un moretón en la cara, como le partía el alma ver ese gran golpe en su cara, también sentía coraje e impotencia ya que su hermano no le permitía hacerle nada al bastardo de Naruto.
Otro golpe en la cara, esto cada semana,
como siempre una excusa que tú ganas al fin
que él se burle de ti, pero qué hago yo aquí,
aunque quiera ayudarte, tú lo aceptas así
-Sasuke…- empezaba a hablar Itachi, pero su hermanito lo interrumpió.
-Fue mi culpa, yo lo…
-¿Cuándo dejarás de culparte? ¿Qué no te das cuenta de lo que te hace?- Trataba de mantener la calma, pero simplemente no podía, con ese bastardo lastimando a la persona que más quería.
Sasuke agachó su rostro, ocultando la mirada de su hermano- es mi culpa…- siempre trataba de convencerse de eso, de que Naruto no lo hacía porque quería, que su rubio lo amaba, que sólo eran problemas pasajeros. El menor de los Uchiha volvió a colocarse los lentes, para ocultar ese enorme golpe.
-Quiero ayudarte- le dijo su hermano, miró a los lados, para asegurarse de que no había personas cercas, debajo de la mesa había una caja de madera, era de una tamaño un poco grande, medía unos 30 centímetros de largo, en ella se encontraba la salvación de Sasuke- esto te ayudara hermanito- le dijo levantándose y dándole la caja- te quiero- le dijo para irse, pero antes le dio un beso en la frente.
Sasuke se quedó perplejo mirando a su hermano alejarse del lugar…
Tú eres mi sangre y mi meta es salvarte
rezo por ti…Hermanito, él no te quiere
tiene como a veinte mujeres…y tú no ves
Fin del Flash back
Esperaba que nada le pasara a su adorado hermano y que Naruto recibiera lo que se merece. La angustia de no saber lo que estaba pasando lo mataba, estaba preocupado, él había vivido los últimos momentos antes de que se escuchara el disparo.
Flash back
En la misma casa en donde en un futuro le quitarían la vida a una persona, se encontraban Naruto y Sasuke discutiendo. El ambiente era muy pesado, los dos estaban demasiados tensos con la discusión.
-¡¡¿Dónde estabas?!!- gritaba Sasuke.
-Eso a ti qué te importa- respondió el rubio jalándole el pelo a su esposo, poniendo sus rostros muy juntos, Sasuke odiaba inmensamente esos ojos rojos, a Naruto sólo se le ponían así cuando estaba enojado y ebrio- tú solamente estás aquí para cumplirme y quiero que te quede claro- le dijo soltándolo, pero inmediatamente el rubio lo golpeó, rompiéndole el labio, iba a seguir maltratándolo, pero se escucho un pequeño sollozo, los ojos rojos desaparecieron.
Te maltrata, luego tú lo defiendes,
claramente no te conviene, ¿Qué no lo vez?
Naruto se detuvo y miro la puerta, la de su habitación se encontraba abierta, al igual que la de su preciado hijo, el niño tenía 5 años y no entendía muy bien lo que sucedía, en el brazo cargaba a un pequeño peluche en forma de zorro con nueve colas de color rojo. Sus ojos se encontraron, los dos tenían el mismo color de ojos, pero el pequeño tenía el mismo color de pelo que su otro padre.
Sasuke sólo miraba de atrás, ¿Se atrevería a pegarle delante de los ojos de su niño? El rubio siempre fue el héroe de su hijo, se detendría ahora, ¿verdad?...
Naruto salió de la habitación y fue a la de su pequeño, trataba de mantenerse tranquilo, pero no podía, el azabache lo sacaba de quicio, había tantas mujeres que quisieran estar en su lugar y ni siquiera le preguntarían dónde estaba, la única razón por la que se encontraba todavía con él, era su pequeño retoño.
-No pasa nada… todo está bien- le dijo al niño cerrando la puerta del cuarto de este.
Mientras tanto Sasuke en su habitación, se encontraba desesperado, ya no quería más vivir en ese infierno, todo lo que alguna vez había sido bello, había desaparecido gracias a su marido, la violencia con la que lo trataba, ya no lo soportaba mas.
Lloras… cada vez que te pega
Lloras…me da rabia y pena
Lloras…cómo siento tu temor
Tomó el teléfono desesperadamente, marcó los números la más rápido que pudo, sólo esperaba que contestara a estas horas de la noche. Del teléfono se escucho el “click” de que la llamada era contestada.
-Itachi… ¡¡Ayúdame!!- le gritó por el teléfono.
-Sasuke ¿Qué pasa?- preguntó su hermano.
Lloras…en sus manos puedes morir
Lloras… ese hombre te hace sufrir
Lloras…te hizo ese moretón
Sasuke escuchó cómo la puerta del cuarto de su hijo era cerrada, no tenía mucho tiempo antes de que volviera, sabía que esto no se quedaría así, el miedo seguía apoderado de él.
-Sasuke voy para allá…- se escuchó que Itachi dijo desde el teléfono.
Ni siquiera puso atención cuando se cortó la llamada, ahora se encontraba solo en la habitación, no podía seguir con ese miedo, ya no quería más golpes, quería que todo acabara… nervioso saco la caja que en la mañana le había entregado su hermano, la había guardado debajo de la cama.
Naruto acababa de entrar de nuevo en la habitación, con los mismos ojos rojos que tanto miedo le daban a Sasuke…
Lloras…cuando escupe en tu cara
Lloras…y con malas palabras
Lloras… él se siente superior
Itachi se encontraba con sus amigos, a unos 5 minutos de la casa de su hermano, subió al auto con sus ellos y aceleró todo lo que pudo, no tardó nada en llegar, bajó del carro corriendo, tenía mucho miedo de lo que pudiera encontrar en esa casa, entró corriendo azotando la puerta…
Los amigos del mayor de los Uchiha se quedaron arriba del coche esperando alguna señal de que algo malo pasaba o que Itachi necesitaba ayuda, pero solo se escuchaba un silencio mortal, un silencio que acabaría en unos minutos…
Fue cuando se escuchó el disparo de un arma…
Ese hombre es un animal, un cobarde sin dignidad
por pegarle a un doncel…
Él no es digno de que tanto lo ames,
piensa bien, tú eres el culpable
y tú lo vez…
Fin del flash back
En el hospital todos los doctores estaban decepcionados, al parecer ese milagro no se hizo presente, él había muerto, la vida le había sido arrebatada. Un cuerpo sin vida se encontraba pasando por los largos pasillos de ese lugar, la muerte es algo que llega sin avisar, sin embargo esa persona la veía llegar en sus últimos minutos de vida.
Itachi se encontraba en la sala de espera, hasta que le llegó la noticia…
Itachi al igual que sus amigos se encontraba cargando el ataúd de esa persona, el Uchiha no sabía si llorar o no, todo había sido demasiado rápido, sin embargo su vida la empezaría de nuevo.
Estaban en el cementerio.
Era un día hermoso, con el sol radiante, una pequeña brisa corría por el lugar, todo el total calma, los presentes caminaban detrás del ataúd, todos vestidos de negros, mostrando la tristeza que sentía al perder a esa persona.
Itachi en ese momento pensaba en su adorado sobrino de 5 años y claro la niña de 10 años que vivía con él, que les diría ahora “su papá se fue”, “su papá pasó a mejor vida”, tenía que pensar en ellos.
Mis sobrinos no deben por su papi correr,
en tu casa hay un monstruo y tú duermes con él.
La más grande vivía con él, porque según Naruto, la pequeña Naruko no era su hija, era engendro de una infidelidad de Sasuke, más estúpido no se podía ser, la niña tenía el pelo rubio y las tres marquitas en las mejillas que eran características de Naruto, pero tenía los ojos negros azabaches como los de Sasuke y por eso, no era hija suya.
Hace muchos años, Sasuke había salido embarazado cuando tenía 15 años, Naruto negaba rotundamente ser el padre de ese engendro, el rubio le dijo que abortaba el niño, o él desaparecería de su vida para siempre, gracias a Itachi la niña pudo vivir, porque su hermano estaba dispuesto a matar a un inocente para que Naruto se quedara a su lado.
Sasuke había sufrido desde hace muchos años la tortura de estar con el rubio, pero él decía que mientras estuviera Naruto sería feliz.
Anda y cuenta las horas que te ha hecho feliz,
luego cuenta los años que te ha hecho sufrir.
Todos iban avanzando lentamente en el funeral, Itachi observaba el lugar, algunas tumbas eran bastante viejas, pero otras se miraran mas recientes, en los alrededores se miraba algunos familiares visitando las tumbas de sus difuntos.
El Uchiha se sentía mal, sentía que todo era su culpa, esperaba que en algún momento de su vida acabara. Recordar a su hermano siendo maltratado le ocasionaba pavor…
Flash back
Sasuke estaba sentado en el sillón, esperando que su marido llegara, hace algunos meses se habían casado, muy pocos habían estado de acuerdo con ese matrimonio, pero él estaba feliz de que por fin podría formar una familia con Naruto. El rubio llego a las 4 de la tarde, encontrándose con su cónyuge en la sala.
-Naruto, ¿Dónde estabas?- le preguntó serio.
-estaba con Sai- le dijo entrando a la habitación.
Sasuke se sorprendió, hace unos cuantos minutos había llamado a Sai para preguntarle por su marido y le había dicho que tenía una semana que no lo miraba; Naruto mentía… de nuevo.
-¡¡No me mientas!!- le gritó en el momento que el rubio salía de nuevo de la habitación.
-No empieces, no tengo ganas de soportar tus gritos- le respondió.
Sasuke se acercó a la ventana, mirando afuera el auto convertible de Naruto, en el coche se encontraba una mujer de pelo rosado con unos ojos verdes esmeralda, su rubio lo había estado engañando…
-Naruto… ¿Quién es esa mujer?- le preguntó, esperando que el rubio le dijera alguna mentira, si le mentía no le dolería tanto, ¿o sí?
-Mi amante- le respondió sinceramente, no había por qué ocultarlo.
El azabache comenzó a llorar-¿Por qué?... ¿Por qué? ,¿Por qué?- le preguntaba varias veces, tratando de no creer lo que había escuchado.
-Porque no me llenas- le contesto fríamente Naruto con esos ojos rojos- sólo eres uno más de la lista- dicho esto salió de la casa.
El azabache se desplomó en el suelo cayendo de rodillas, cómo le dolía el comportamiento de su marido, ¿Qué hizo para merecer eso?, ¿En qué momento le falló?. Sin darse cuenta ya estaba llamando a su hermano para contarle lo que había pasado.
Y yo no soporto ver a mi hermano llorando,
ese hombre es una rata…
no existe hombre que pueda obligarte a
estar con él, puedes alejarte… ¿Qué no lo vez?
No es respeto lo que yo veo…
tú le temes a ese perro, ¿Qué no lo vez?
Fin del flash back
Itachi suspiró mirando el cielo, todo ese dolor había acabado…
Había varias personas llorando por la muerte de ese ser, pero todo era silencio, nadie se atrevía a hablar o argumentar palabras, se escuchaban unos cuantos sollozos, pero eso era todo.
Llegaron hasta donde se enterraría el difunto… el ataúd bajaba lentamente, mientras que el padre decía palabras que nadie escuchaba, todos miraban la caja negra que descendía lentamente para ser enterrado.
El padre seguía diciendo unas cuantas palabras, cuando apareció él caminando, nadie esperaba que llegara al funeral de su cónyuge después de lo que había pasado.
Lloras… cuando llega a la casa
Lloras… como un perro borracho
Lloras… él te pega sin razón
Itachi lo vio sorprendido, nunca esperó verlo aquí, a un lado de él iban Naruko y el pequeño Daisuke, el legado de Naruto y Sasuke…
Lloras…y los niños sólo lo ven
Lloras… y le gritan daddy no
Lloras…no le pegues otra vez
Llegó delante de Itachi y le dio un gran abrazo, pequeñas lágrimas se escapan de sus ojos, pero sólo Itachi podía verlas ya que el otro traía lentes.
Lloras…ese tipo de humilla
Lloras… y te habla mentiras
Lloras…y no tienes corazón
Sasuke se encontraba ahí de pie, se separó lentamente de su hermano, miraba la caja del muerto rubio bajar, se acercó y aventó la rosa blanca, las lagrimas seguían saliendo de sus ojos, después de todo lo que había pasado ahora todo sería tranquilidad. Siempre amó a Naruto a pesar de todo.
El padre le dio la bendición a la caja, mientras que Sasuke sólo miraba como la tierra cubría la caja negra. Ese era el último adiós…
Debería mejor cambiar
que me venga a mí a pegar
yo lo pongo en su lugar
Itachi miraba a su hermano, estaba orgulloso de él, pronto saldrían adelante, él ayudaría a Sasuke a recuperarse y a criar a los niños, y claro, le presentaría a su actual pareja, a su Deidara.
Sasuke cerró lo ojos recordando el momento en que se encontraba en su habitación y abría la caja de madera que le había dado su hermano, en ella encontrando un arma de fuego.
La muerte era la sentencia de muchos, pero para otros era la libertad…
Fin