SÁLVAME
Lluvia y nieve en las alas
Sálvame
Mi vida
Era mi vida normal en un comienzo pero todo cambio ese día que llego mi desgracia, donde perdí una de las cosas que más quería. Yo tenía cinco años cuando todo pasó…
Mi madre-una mujer hermosa, pelirroja de ojos verdes- y yo nos encontrábamos en el mercado, comprando lo básico para el hogar y yo como siempre con mi alegría pidiendo dulces, en la niñez es una de las cosas que más quieres y pides.
-Mami quiero unas galletas- dije poniendo cara de puchero.
Mi madre rio- está bien, toma solo una paquete pero no le diremos a tu papi- terminando de hablar me puso una sonrisa.
Yo corrí al pasillo donde se encontraban las galletas, tome las de chispas de chocolate, eran de mis favoritas, ni siquiera me di cuenta de la presencia de alguien, cuando voltee me encontré con un señor de piel pálida, ojos de serpiente, con su cabello era muy largo.
-Hola niñito- me dijo sonriendo, pero aquel hombre me daba miedo podía sentir su aura llena de maldad y perjuicios.
-mi mami dice que no hable con desconocidos- le conteste seriamente, quería alejarme de el lo más pronto posible.
-yo no soy un desconocido, soy Orochimaru amigo de tu papi Minato – dijo el que antes era un desconocido.
Eso me sorprendió, pero decidí irme con mi mamá aun lugar que yo conocía como seguro, salí corriendo lo más rápido que pude por el pasillo dejando aquel extraño hombre solo. Me estrelle contra mi madre cayendo al piso, ella me miro y sonrió pero cuando observo de lejos al hombre, se sorprendió mucho.
-vámonos- me dijo jalando mi brazo muy fuerte, yo solo la obedecí ya que me llevaba casi volando, tire las galletas.
Corrimos afuera del mercado, esquivando a la gente y cruzando la calle sin mirarnos, íbamos muy rápido, nos detuvimos dos cuadras después, ella estaba asustada al igual que yo, el miedo que sentía era muy grande.
Nuestras respiraciones estaban agitadas de tanto correr, varios hombres se acercaron extrañamente estaban vestidos de negros, mi madre no sabía por dónde correr, la calle estaba vacía aunque gritara nadie escucharía.
-Mami tengo miedo- le susurre, yo me encontraba detrás de ella, mi mamá me cargo en sus brazos.
-Llévenme con Orochimaru- les ordeno a los hombres, pero inmediatamente una limosina se estaciono delante de nosotros, donde nos obligaron a subir.
Ahí adentro se encontraba Orochimaru, la mirada que le dirigió a mi madre fue totalmente de lujuria y deseo, eso me asusto, yo solo me aferre mas a ella. Tenía miedo no sabía ni siquiera a donde nos llevaban, quería a mi papi en ese momento.
-Hola Kushina que gusto verte- dijo la repulsiva culebra, poniendo una sonrisa en sus labios.
-¿Qué quieres?- contesto fríamente mi madre, ella trataba de hacerse la fuerte y no mostrar el miedo que tenia.
-tú sabes lo que siempre quise- reprocho el hombre.
Los ojos se mi madre se pusieron llorosos, ella me abrazo-hare lo que me pidas si dejas que el salga libre de esto- mientras lo decía me aferraba mas a ella. Orochimaru simplemente asintió.
-mami quiero ir con papá- le dije con mis ojos llorosos, quería que todo terminara ya, no entendía ni siquiera porque estábamos ahí.
-no te preocupes niño, pronto estarás con el-me dijo la serpiente.
Por el rostro de mi mamá comenzaron a caer pequeñas lágrimas, en ese tiempo no entendía bien lo que pasaba, pero ahora que lo recuerdo, todo es tan doloroso.
Llegamos a una mansión que estaba espectacularmente grande y se miraba fina y retacada, yo me aferraba mucho a mi mamá no quería separarme de ella, no tardamos mucho afuera ya que entramos a ese lugar, era tenebroso e inmenso, había mucha gárgolas lo cual me asustaba mas. Entramos a una habitación solo ella y yo, nos dejaron a solas y encerrados ahí.
-Naruto- hizo una pausa, tomo aire y continuo- quiero decirte que te quiero mucho, eres lo más preciado para mi, quiero que seas muy feliz con tu papi, me prometes que lo harás- me dijo ella entre lagrimas.
-mami me asustas- le dije llorando, tenía miedo y mirándola llorar no lo hacia sentir mejor.
-bebe prométemelo- me suplico, bañada de lagrimas, su dolor era mucho más grande que el mío.
-si mami, lo prometo, pero vámonos de aquí, tengo miedo- le dije con muchas lagrimas en mis ojitos.
Ella me dio una gran y cálido abrazo, yo tenía miedo y bastante pero ese abrazo me hacía sentir mucho mejor. La puerta se abrió lentamente dejando pasar al ojos de serpiente, en sus manos traía un arma.
-cambio de planes- dijo, ese momento paso tan rápido para mí.
Orochimaru apretó el gatillo de aquella pistola, dirigiendo la bala a mí… iba a perder mi vida, mi fin iba a llegar, pero mi madre la detuvo con su pecho. Ella cayó muerta al piso, obviamente en ese entonces yo no sabía que estaba muerta, mire al piso lleno de sangre y mi madre tirada, sus ojos estaban cerrados, aquella imagen que vi jamás la olvidare.
-ahora con quien me divertiré- dijo la serpiente.
-mami- dije yo agarrando su mano- mamita despierta- le dije sacudiéndola- mami…-lagrimas comenzaron a caer por mis ojos.
-está muerta- me dijo fríamente aquel hombre- jamás despertara…
Comencé a llorar, mis sollozos eran grandes, tenía miedo, quería estar con mi papá, quería que mi madre se levantara y me sacara de ahí… pero ninguna de esas cosas paso.
-Cállate niño- me dijo Orochimaru pegándome una cachetada.
Mis padres jamás me habían puesto una mano encima, y ahora aquel hombre lo había hecho así de simple. Toque mi mejilla sobándola, ese hombre no tenía buenas intenciones conmigo, siendo un niño podía percibir sus intenciones.
-Te daré verdaderas razones para llorar…-
Habían matado a mi madre delante de mis ojos ¿acaso aquello no era una verdadera razón para llorar? Me jalo mi pelo llevándome a otra habitación fuera de esa, yo no quería ir, necesitaba estar con mi mamá, pero el tenia mucha más fuerza que yo, así que logro sacarme y llevarme al otro cuarto, esta era mucho más amplia y sinceramente tenebrosa.
-quítate la ropa- me dijo.
Obviamente me negué, y seguí llorando, tenía miedo, quería a mi mama o a quien fuera que me sacara de las garras de esa bestia, necesitaba ayuda pero nadie nadie iría a rescatarme, al negarme el volvió a pegarme pero más fuerte. Esta vez no me pidió que hiciera algo, me empujo contra la cama y rompió mi ropa, dejándome desnudo.
-tengo miedo, quiero a mi mamá-dije entre sollozos.
-¡¡Cállate!!- me grito, esta vez me golpeo pero con el puño cerrado, sentí mi boca caliente, un hilito de sangre recorría mi labio inferior y barbilla, me había reventado el labio.
El comenzó a tocar todo mi cuerpo, su lengua limpiaba la sangre de mi barbilla, el asco que tenía era horrible, era un niño pero pude sentir eso. Toco todo lo que pudo de mí, mientras yo pataleaba y sollozaba…
Sentí muchas cosas en ese momento odio, miedo, impotencia, rencor…Después de varios golpes que me dio deje de moverme, sentí un tremendo dolor sobre mi espalda junto con mi entrada de atrás…
Había sido violado…Todo comenzaba a ponerse oscuro, mi vista se nublaba y al poco tiempo perdí en conocimiento.
Cuando desperté estaba en un hospital, mi papá estaba sosteniendo mi mano, el estaba dormido, su cabeza esta recostada en la cama y su cuerpo sentado en una silla. Me puse feliz al verlo, pero después a mi mente regreso todo aquello que había vivido ¿acaso había una razón para ser feliz?
Comencé a llorar y abrace a mi papá, el despertó y correspondió mi abrazo…El me había encontrado, pero había sido demasiado tarde…
Yo había sido el culpable de la muerte de mi madre y brutalmente violado, era un niño pero ya cargaba en mi mente eso y era algo terrible, jamás podría ser feliz de nuevo.
Años después
Pasaron los años, yo crecí alejado de todo, desde pequeño fue antisocial, no me gustaba estar con personas, hasta que llego Karin, ella fue mi única amiga, a la única que le conté mi verdad, en la que confié, la que me dio su apoyo y amistad a pesar de todo.
Ella siempre supo cómo ganar mi amistad aunque era mayor que yo por dos años, pero ella se tuvo que ir y fue donde yo caí en una depresión terrible…
Ahora tengo 14 años, mi niñez después de eso no la volví a disfrutar, mi padre me protegía demasiado pero el daño ya estaba hecho.
Un día no lo soporte más e intente quitarme la vida, tome muchas pastillas, está desesperado, yo no tenía motivo para seguir con vida pero mi padre, me descubrió salvando mi vida y termine en el hospital de nuevo.
El estaba demasiado preocupado por mí, así que decidió tomar un empleo en otra ciudad, para mudarnos y que yo tuviera un cambio radical de vida, no creo que eso me ayude, no creo que ya nadie pueda ayudarme.
Mi padre es profesor de Química, estará impartiendo clases en la prepa en la que yo entre.
Ahora tengo 16 años fui a terapias con un psicólogo, me dijo que tenía que ser diferente y ser mas sociable con la gente, que esta era una oportunidad que no debía desperdiciar
La mudanza se llevo a cabo, dejando completamente Suna atrás. El camino fue largo, ahora viviría en Konoha, era un ciudad mucho mas urbana que donde vivía.
Continuara…