La mitad del orfanato cuchicheaba escandalosamente fuera de la enfermería, algunos preocupados, otros satisfechos y la mayoría solo por no tener vida propia, y es que no todos los días alguien se golpea tan fuerte que termina con una contusión, menos si es el numero dos, Mello, quien es conocido por tener unos de los cuerpos mas resistentes.
Sentado con una pierna pegada al pecho y otra estirada, enrulando un mechón de su alvino cabello, Near esperaba noticias en un rincón des habitado del mismo pasillo, y a pesar de parecer impasible, se encontraba mas preocupado que cualquiera en la zona.
Después de todo, aunque Mello le odiara, el rubio era parte importante de su vida y uno de los pocos que verdaderamente consideraba un ser querido. Pero había otra razón, que Mello estuviera en condiciones tal vez peligrosas era su culpa, o así se sentía el pequeño.
En los últimos días dos nuevos chicos se presentaron en Wammy’s House, eran de ese tipo de chicos que llegas a odiar por varias razones y que en ninguna momento extrañarías si se fueran, así eran Héctor y Juan, y que enzima no parecían tener el coeficiente intelectual suficiente ni para superar una albóndiga. También es sabido que esta rudimentaria clase de chicos tienen inculcado en su ADN que deben molestar al chico mas inteligente de apariencia frágil, en este caso, Near.
Claro que esto no paso desapercibido para cierto chico que “sin razón” era el conocido guardaespaldas del numero uno, el numero dos. Pero estos chicos no reaccionaron de la misma manera que los anteriores, oh no, porque Héctor y Juan tenían ese cerebro primitivo y no veían donde se metían. Este acabo con ambos chicos con extremidades rotas y siendo trasladados a un orfanato común, Mello sin represarías, ya que Near explico que solo le protegía de ellos, pero con esa repercusión que le causo el UNICO golpe que le acertaron, donde se dio un golpe duro contra el suelo, no sin antes dejar K.O. a los otros aun cuando su cabeza sangrara, y dos segundos después acabara inconciente.
Near se sentía culpable y preocupado, si Mello no lo hubiera protegido, esos dos no se habrían metido con el.
La puerta se abrió dejando paso a Roger con expresión preocupada, Near levanto el rostro con apenas perceptible asombro, esa expresión no hacia mas que tensarlo, no era común que Roger la tuviera.
Las preguntas de los “sin vida” acribillaron al director con insistencia e hiperactividad, sin embargo, este los ignoro y volteo la vista hacia el punto blanco en el pasillo.
-Near, puedes pasar-
El peliblanco asintió y se puso de pie con velocidad no normal en el mismo, aunque solo el hombre mayor lo notara, y paso por la puerta mas pronto de lo que tardas en decir “preocupado”.
La habitación blanco nieve, el olor a medicina y el silencio ensordecedor parecían afectarle por primera ves en su vida, se aproximo como si el mundo estuviera sobre si y le dificultara cada paso, corrió la blanca cortina que le separaba de la única cama de la enfermería y le vio, vestido con un camisón muy largo, como un vestido, del mismo color que la habitación y la ropa que el mismo usaba, con una venda enroscada en su cabeza sujetada por clips de metal, tapado con las sabanas hasta la cintura y durmiendo placidamente, ignorando el alboroto que había causado en las ultimas horas, Near se permitió pensar que parecía un ángel, omitiendo claro que despierto era una fiera, no pudo evitar mirarlo de mas cerca, con una sensación encontrada e inexplicable, lo miro y lo miro, sin cansarse de hacerlo., con la paciencia similar a la que mantenía siempre.
Ver al rubio dormir era indescriptible.
Pasaron dos días… y Mello no despertaba.
Era el centro de atención, “irónico” pensó el albino, siendo que Mello siempre quería llamar mas la atención que el y cuando lo hacia no estaba consiente para sentir su orgullo por los cielos como hubiera querido, Near suspiro silencioso, como esos días lo hacia con regularidad, siempre metido en la enfermería esperando que su amigo, porque así le consideraba, despertara. Sentado en la silla que la enfermera amablemente le había traído, de su habitual manera en el silencio y la vista clavada únicamente en el rubio, no sentía la necesidad de traer algún juguete para entretenerse, por alguna razón el ver a Mello era suficiente entretenimiento, aunque este no hiciera mas que dormir y respirar tranquilamente.
Inesperadamente, Mello se movió, Near se sobresalto y levanto de la silla apoyando sus manos en le colchón con impaciencia no conocida, otro movimiento, esta vez de cabeza y sus ojos se abrieron con somnolencia, Near miro a Mello a los ojos y este le correspondió, ninguno se movió por un momento, la mirada del rubio era diferente.
-¿Mello? ¿Te encuentras bien?-interrogo intentando mantenerse inexpresivo aunque sus ojos le delataran, el oji agua marina le vio confundido.
-¿Mello? ¿Quién es? ¿te conozco?-pregunto con amabilidad apoyándose en sus codos y observando su alrededor-que extraño…-susurro consternado-no… puedo recordar nada-sujetándose la cabeza inquieto
Near supo que Mello pasaba por un síntoma que creyó no pasaría… amnesia.
-Eres Mello, yo soy Near, te golpeaste muy fuerte la cabeza por pelearte con unos chicos que se metían conmigo y ahora parece que perdiste la memoria-Explico con un poco de incredulidad, la escena que ambos protagonizaban parecía de una novela de cuarta categoría-Será mejor que te quedes aquí, iré por la enfermera-Se separo del colchón y quiso alejarse, pero la mano del rubio le detuvo.
-¡Espera!, ¡No me dejes aquí!-Exclamo, parecía que en cualquier momento se pondría a llorar para retenerlo, Near casi puso los ojos en blanco-Si lo que dices es verdad, significa que eres alguien importante para mi, Near, además, siento que puedo confiar en ti-
De ese modo Near se metió en algo que cambiaria no solo su vida, si no también la de Mello.
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