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EL DIOS DEL CAOS por AICEN

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Notas del fanfic:

Esta historia mezcla personajes originales, personajes de la saga de Saint Seiya y personajes de la saga Final fantasy.

De Saint Seiya y no es por preferencias voy a coger a los principales, los que más me gustan o los que mejor conozco, al igual que haré con los de Final Fantasy.

Ya les digo que va a ser una historia larga y en la que habra de todo, pero espero me den su opinion y me sigan hasta el final.

Notas del capitulo:

La historia se basa en dos epocas, el pasado esta en cursiva.

Dejen comentarios por favor.

Esta historia comenzó hace milenios, cuando los dioses convivían todavía en armonía. Entre ellos no había rencores, ni envidias ni rencillas, cada uno aceptaba el lugar y el poder que les había sido otorgado por nacimiento.

Pero todos ellos tenían algo en común, un sentimiento de pesar y tristeza que embargaba sus corazones, este sentimiento lo provocaba uno de sus “hermanos”, el dios del caos y la destrucción.

A pesar del título que ostentaba, Caos era un ser pacifico, de una nobleza inigualable, que aceptaba sumiso las verdades del mundo.

Donde hay amor, hay odio.

Donde hay verdad, hay mentira.

Felicidad y desgracia

Blanco y negro.

El bien y el mal.

Y precisamente ese equilibrio era el que tenía que mantener Caos, él deseaba que solo existieran cosas bellas y buenas en el mundo, pero sabía que incluso ese deseo podría ocasionar problemas por eso, debían existir esas cosas oscuras y malvadas que regían el día al día del mundo.

Pero en ocasiones, nos dejamos llevar por las apariencias externas, los humanos, simplemente basados en el hecho de que para ellos ser el dios del caos significaba ser malvado, le tenían un temor llevado a los más inapropiados extremos.

Nadie era seguidor del dios del caos, nadie le brindaba ni oraciones ni ofrendas, y le maldecían de cualquier cosa que ocurriese que conllevase una desgracia, eso conllevaba que este dios, estuviese particularmente alejado y por consiguiente, solitario.

Él no culpaba a los humanos por su comportamiento, conocía lo que su simple mención ocasionaba entre los mortales y lo aceptaba resignado.

Pero los otros dioses, compasivos por aquel entonces, se apiadaron de este dios en concreto, y decidieron darle una oportunidad.

Y fue cuando Zeus, padre de todos los dioses, le comunico la decisión que cambiaria para siempre el destino del mundo.

-Caos- dijo Zeus- bajaras al mundo terrenal durante un mes, esconderás tu naturaleza y te mezclaras entre el pueblo. Si encuentras una sola persona que te acepte una vez le confieses quien eres realmente, podrás traer a esa persona al Olimpo, para ser feliz a su lado.

Y así fue como el dios del caos bajo al mundo terrenal, decidió tomar la apariencia de un soldado, ya que hacía poco que los humanos habían acabado una nueva guerra entre ellos, y en ese momento, los soldados iban regresando a sus hogares.

Durante la primera semana, caos fue acogido entre las gentes del pueblo, al aparentar ser soldado le trataban con respeto y cariño, y pudo conocer un poco más de la naturaleza del ser humano. Comprendió por primera vez a Eros, dios del amor, aunque era frustrante ver las separaciones de las parejas, Eros o Cupido también se ocupaba del amor fraternal, del cariño, de la amistad y de la camaradería entre compañeros, ver a una madre con su hijo, a un abuelo con su nieto, a dos compañeros unidos por una batalla o a dos amigos incondicionales le llenaban el corazón de alegría.

También comprendió el duro trabajo de Hades, dios del inframundo, teniendo que guiar a tantas almas, buenas y malas a su descanso eterno, se dijo a sí mismo, que él jamás podría hacerlo, en aquel entonces, Caos era un dios tan inocente y desconocedor del mundo que veía a una persona tender la mano a otra y ya la consideraba buena sin saber que quizás esa persona tenía motivos oscuros para ofrecer ese desinteresada ayuda y a la inversa.

Y aunque era el dios del caos, al que jamás termino de comprender fue a Ares, dios de la guerra, al cual le hervía la sangre con la más mínima pelea y al que se veía gruñón y malhumorado en tiempos de paz.

Así, conociendo al mundo humano y comprendiendo un poco mejor a sus compañeros dioses, fue como caos, fue a parar en sus andanzas a la isla Kaleios, a la que todos llamaban la isla de la curación.

En aquella isla y tratados por los mejores sanadores, brujos y médiums se encontraban los enfermos, heridos y cualquiera que necesitara de un tratamiento médico, la isla se dividía en pequeños poblados a los que llamaban casas de curación, dependiendo de la necesidad de paciente, este era destinado a una casa o a otra, y fue cuando paso por aquella que albergaba a los niños, a aquellos seres tan inocentes de los que tanto les habían hablado sus hermanos, que su corazón se paro.

Atendiendo a un pequeño, de no más de siete años que aparentemente solo tenía fracturado un tobillo, se encontró al ser más hermoso que él jamás hubiese conocido.

Un joven vestido con unas sencillas ropas de color claro que no alcanzaría los veinte años, alto, delgado, de piel canela y ojos del mismo color que las amatistas, y un largo cabello de color abano que le llegaba por la cintura.

Su nombre era Minios.

 

-EPOCA ACTUAL-

Llegaba el atardecer al santuario de Atenea, ya habían pasado cinco largos años desde la batalla contra Hades y todos gozaban ahora de una vida feliz y tranquila, los dioses se habían reconciliado y ahora en los templos de los dorados vivían algo más apretados, ya que por decisión de Atenea, Odín, Poseidón y Hades todos sus guerreros vivían juntos en ese lugar.

Al principio había sido una locura, habían tenido que acomodar a los ocho guerreros divinos de Asgard, a los siete generales marinos de Poseidón (Kanon entre ellos), a los cinco caballeros de bronce, más los tres jueces del inframundo junto con los doce caballeros dorados y Shion.

Pero después de un tiempo los  treinta y seis hombres vivían en paz y armonía, y ahora como cada anochecer y junto a los cuatro dioses, se reunían en torno a una fogata a los pies del santuario, para charlar entre ellos o escuchar alguna historia contada por alguien.

-cuéntanos una historia Dokho- dijo Seiya- al fin y al cabo, eres uno de los más mayores.

-eso “viejo”, abúrrenos un rato- secundo Death Mask.

-¿a quién le llamas viejo cangrejo del demonio?- contesto el caballero de libra molesto.

-no Dokho- dijo Hades- que yo sepa el cangrejo no es nada mío.

Ante el comentario del dios del inframundo, que en pocas palabras se acababa de llamar demonio a sí mismo, se escucho una gran carcajada en el santuario.

-vamos Hades- dijo Death Mask- quien puede ser más malo que yo?.

-eso lo secundo- dijo Shiryu.

-y yo- dijo Dokho medio riendo.

-pues de echo Death- dijo Hades serio- si hay alguien más malo que tú.

- de hecho- continuo- ni aunque juntásemos toda la maldad de este mundo en un solo hombre conseguiríamos igualar a esta persona.

-estás hablando de él ¿verdad hermano?- dijo entonces Poseidón.

-¿de quien mi señor?- pregunto Eo de Escila.

-de un dios al que espero no volver a ver nunca y mucho menos enfrentarme a él- contesto el dios.

-¿porque mi señor?- volvió a preguntar el general marina.

-porque ni con toda la orden de caballería completa y los dioses juntos podríamos detenerle, que él apareciese de nuevo, sería el fin- contesto.

-moriríamos todos- continuo Hades- sin hacerle siquiera un solo rasguño.

-¿aun recordáis lo que tuvieron que hacer nuestros antepasados para vencerle verdad?- dijo entonces Odín.

-¿Qué ocurrió?- pregunto Shion entonces.

Hubo un momento de silencio en el que los cuatro dioses se dirigieron miradas los unos a los otros. Hacía tiempo que nadie tocaba ese tema y ciertamente les incomodaba, la historia que les iban a contar era el principio de la rivalidad entre dioses, la primera gran guerra entre ellos, y la única vez en que tuvieron que dejar que alguien ajeno a ellos tuviera que ganar una batalla que ellos no pudieron ni empezar a lidiar.

-mi señor?- dijo Radamantis.

-……… hay algo que debéis saber, una historia que debemos contaros- dijo Hades.

-nos llevara tiempo- dijo Odín.

-pero es hora de que la conozcáis- dijo Atenea.

-hace milenios los dioses hicimos algo que aun hoy nos avergüenza- comenzó Poseidón.

-tan malo fue?- pregunto Shiryu.

-un ser inocente tuvo que sacrificarse por nosotros, por la humanidad y por el mundo-dijo Saori.

-¿Quién?- preguntaron al tiempo cuatro o cinco caballeros.

-Su nombre era Minios-dijo Poseidón

-y fue el único que pudo derrotar al ser más cruel, malvado y destructivo del mundo- dijo Hades.

De quien estáis hablando?- preguntaron varios

Y después de mirarse una vez más entre ellos, los cuatro dioses pronunciaron al tiempo

-del dios del caos y la destrucción.

 

 

 

 


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